Existo y luego soy

Laura Susana García Gámez
Preparatoria 9
Participante del V Coloquio Filosófico del SEMS 2016
“Hannah Arendt”

Abstract

Este ensayo tiene como principal eje articulador el de encontrar una razón a la existencia humana, pasando a través de distintas “razones” ya postuladas e incluso aceptadas por algunos, a lo largo de la historia. También se tocarán temas tales como la toma de decisiones, la libertad, el libre albedrío, el suicidio, la individualidad, la especie, el individuo, el colectivo, la existencia misma y la comprobación de ésta. Asimismo se hablará de distintas posibles respuestas a la cuestión ya mencionada, descartando algunas y aceptando otras, aunque se argumentará por qué no es mi postura hacerlo de manera definitiva, dado el trasfondo, el contenido y las ideas que entran en contradicción. Estas respuestas han sido citadas a partir de los trabajos y obras de otros autores, quienes buscaban lo mismo que yo. Es por lo antes mencionado que tengo la esperanza de que disfruten esta disertación filosófica al igual que lo experimenté al escribirla, expresando mis argumentos y las posturas que asumo en términos filosóficos.

El objetivo principal de este ensayo es tratar de buscar el sentido de la existencia humana, pero a cada letra que plasmo me voy preparando para cualquier respuesta que podamos encontrar e incluso considerar la posibilidad de que no lleguemos a encontrar alguna, porque, como aseveró Fromm (2004), “el hombre es el único animal para quien su propia existencia es un problema que tiene que resolver”. (p. 230)

Es probable que el sentido de la existencia humana sea un tema que se ha tratado desde ese transitar del mythos al lógos, con el descubrimiento y el uso de la razón.

Desde luego que, como especie humana, hemos intentado darle sentido a través de diferentes religiones, desde el planteamiento de que Dios nos creó a imagen y semejanza suya para, posteriormente, darnos orden de poblar y conquistar este planeta. Esta fue la idea que prevaleció hasta que se empezó a cuestionar el cristianismo y otras concepciones basadas en la existencia de un Dios omnipotente y eterno. Si usamos un poco de lógica, nos daremos cuenta que, por mera extensión, Dios es quien va poblando el mundo poco a poco, ya que somos imagen y semejanza de él, convirtiendo nuestro sentido en un medio.

Ciertamente es complejo definir el sentido de la existencia, pues a veces el existir ni siquiera se puede comprobar más allá de nosotros, poniendo en duda nuestra propia existencia y, ¿para qué dar sentido a algo cuya existencia no se puede asegurar? Como Sartre (1998) solía decir “… todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad” (p. 111).

Es reconocer que el mundo rota sobre su propio eje hacia un solo sentido; los planetas se mueven alrededor del sol, igualmente en un sentido. Biológicamente la vida corre en un sentido de forma rigurosa, incluso nuestro cuerpo produce movimientos hacia un solo sentido. Pero en filosofía el sentido no es riguroso; casi me atrevo a decir que el sentido no se mide de forma objetiva, sino de manera subjetiva. Y es que primero existimos, luego decidimos a dónde caminar, qué ser y, obviamente, qué sentido tiene el existir.

Pero habrá otros que aseguren que todos tenemos una razón de ser, y puede que sea verdad así como puede no serlo. Es más fácil decidir si vas a construir una silla o una mesa antes de en verdad construirla. Pero en el caso de los humanos no somos una silla o una mesa que tienen funciones definidas. Aunque tenemos un par de cosas en común, como que habrá mil y un diseños, mil y un colores pero, lo objetivo en esta consideración es que, no obstante esas aparentes diferencias seguirán siendo una silla o una mesa.

Resulta cómodo creer que fuimos creados por algo más grande que nosotros, algo que nos dio una misión específica y que sólo estamos aquí para seguir de forma ciega y sumisa su palabra, sus mandamientos y sus enseñanzas. Por otro lado, tenemos la suposición de que biológicamente fuimos creados como una plaga para evitar la sobrepoblación de otras especies. Fuese cual fuese nuestra misión en un principio es muy posible que ya no sea la misma que tenemos actualmente, pues somos seres que se encuentran en cambio constante (el sentido dialéctico de la existencia).

De lo que se infiere que, es posible afirmar que de una u otra manera, al nacer existimos, asumiendo que no es consecuencia de una decisión, sino, ante todo, por obligación y se fragmenta así el primerísimo sentido de la libertad. Esto nos conduce a aceptar que no tenemos libertad hasta llegar a cierta edad, donde ya estaremos en condiciones propicias para decidir qué hacer, qué decir y qué ser. Así, nuestra lucha interna de ser o no ser es eterna porque vivimos interactuando con los demás.

En este sentido, hay que recordar que las poblaciones están hechas de individuos, y dichos individuos tienen la “libertad”, aunque esta nunca será absoluta, de realizar lo que más les gusta; es un “libre albedrío” individual que genera dirección conjunta. Considero que este tipo de cuestionamientos sobre la existencia humana que hiciera Sartre (1969) lo llevó a manifestar que, en cierta forma “el infierno son los otros”.

Ya que hablamos de los otros, es momento de que nos vayamos enfocando un poco más en cada caso, porque, siendo congruentes con lo argumentado en párrafos anteriores, la libertad no existe, y si la libertad no existe entonces el sentido creado en conjunto no existirá tampoco. Cada uno es la consecuencia de sus circunstancias y de sus posibilidades. Yo quería ser hombre, por ejemplo, y heme aquí: mis circunstancias no me lo permiten, tampoco tengo la posibilidad de serlo. Así que no me ha quedado más remedio que seguir siendo mujer.

Pero son los pequeños detalles los que podrían dar pie a la dirección en conjunto, ponerse cierto tipo de zapatos, usar ciertos colores, el peinarse o mirar a alguien los que crean las modas, los objetivos y las razones. Son esas pequeñas decisiones de ceder o no el asiento en el camión, las que crean las reglas, los sentidos compartidos dentro de un grupo social.

Pero aún esos pequeños detalles no son completamente propios pues tenemos influencias externas, ya sea el calor, las miradas ajenas (esto puede variar según el nivel de importancia que cada persona tenga ante la opinión ajena), el contexto, la moral aprendida, la moral propia, los valores personales y los universales. No estamos predeterminados, no lo malentiendan, pero jamás tendremos una decisión total y completamente propia, y eso no es agradable.

¿A dónde me dirijo con todo esto? Sencillo: existir es un acto involuntario y obligado. Hallar una razón es una pregunta y es decisión de cada uno responderla o no, ahí entra la libertad absoluta, la decisión de acabar con la existencia o encontrarle sentido a la misma y seguir viviendo, aunque no sea de nuestro agrado. Casi podría afirmar que la razón del ser humano es ser libre, pero no, básicamente porque se me hace una aseveración incluso insulsa. Aunque, cualquiera que me conozca entenderá que para mí todo es, hasta cierto punto, soso.

Incluso el tener la opción de acabar con la existencia es una posibilidad pues, a fin de cuentas, todos vamos al mismo lugar, biológicamente hablando. Cosa que también sería tremendamente aburrida pues, ¿a quién le agradaría pensar que vive para morir?

Hagamos un recuento. No estamos aquí para servir a Dios (a menos que seas un creyente devoto). Ya no estamos para evitar sobrepoblaciones de otras especies porque nosotros mismos estamos sobrepoblados. Tampoco llegamos por decisión personal pero nos mantenemos por gusto y nuestras acciones afectan a un gran conjunto de humanos llamado población. Esta sinergia que se crea debido a las decisiones de otros es lo que genera movimientos políticos, modas, revoluciones e ideologías.

A partir de lo anterior, podríamos acercarnos de nuevo a una respuesta. Podemos suponer que nuestra razón actual (hago énfasis en actual pues es posible que cambie mañana), es la de buscar la libertad absoluta entre la fuerza sinérgica que existe en nuestra sociedad actual. Buscar un individualismo y libre albedrío que funcione en conjunto con el sentido ajetreado de un sistema capitalista y neoliberalista, incluso me atreveré a decir que habrá que destruir y construir una utopía. Pero esto es meramente una suposición.

Vamos a olvidar por un momento todo lo leído y pensar que la existencia carece de sentido. ¿Es aburrido, no es cierto? Es aburrido, insulso y entorpecedor ya que volveríamos al principio, o en su defecto tendríamos una nada justificada. Estamos ante “una nada criticable por su trasfondo y no criticable por ese trasfondo”. Sin una razón nosotros seríamos una nada, pero al final seguiríamos existiendo ya que, existo y luego soy.

Para finalizar, tenemos dos conclusiones. La primera es que existimos, sin una razón preconcebida (está dentro de nuestro libre albedrío buscarle el sentido). La segunda es que, desde el libre albedrío existe una sinergia en la humanidad, que es cambiante, volátil y flexible, pero también es rígida, aplastante y fuerte, así que jamás tomaremos una decisión total y completamente propia. Como jamás tendremos una decisión propia no podemos cambiar el sentido colectivo que ya existe desde hace siglos. Así que, nuestra razón existente sería la de la búsqueda de una libertad absoluta, una libertad que nos permita liberarnos de esa fuerza colectiva, existiendo primero y luego siendo. Pienso, al igual que Camus (1951), que ciertamente adaptarse a un mundo que carece de libertad es, como lo dije anteriormente, ser absolutamente libres, lo cual conlleva, en sí, un acto de rebelión.

 

 

 

Bibliografía

Camus, A. (1951). El mito de Sísifo. París: Editions Gallimard.
Fromm, E. (2004). Anatomía de la destructividad humana. México: Siglo XXI Editores.
Sartre, J. P. (1998). La náusea. Francia: Editions Gallimard.
Sartre, J. P. (2006). El existencialismo es un humanismo. México: UNAM. Varios. (2006). La Santa Biblia. México: Sociedades Bíblicas Unidas.

La dolorosa libertad

Nuestra Sombra Salma Damaris Ortega Dávalos Preparatoria Regional de El Salto

Nuestra Sombra
Salma Damaris Ortega Dávalos
Preparatoria Regional de El Salto

Nalleli Josefina García Salazar
Escuela Preparatoria 12
Participante del V Coloquio Filosófico del SEMS 2016
«Hannah Arendt»
Publicado en la edición Núm. 11

 

  “Se dice que vivimos en una sociedad libre porque tenemos cierto número de derechos constitucionalmente garantizados. Pero no es tan importante como parece. El grado de libertad personal que existe en una sociedad está más determinado por la estructura económica y tecnológica de la sociedad que por sus leyes y la forma de gobierno…”.
Theodore Kaczynski, filósofo y matemático estadounidense

 

Abstract

El presente trabajo trata de identificar algunos problemas derivados de una superficial interpretación del concepto de democracia. El ensayo hace visible una paradoja relevante y que exige aclaración: la democracia es necesariamente un sistema que niega la libertad, esto a partir de identificar que los instrumentos de la democracia como constructores de reglas y normas, implican la negación de la autonomía individual. Igualmente muestra cómo esta libertad es negada de forma importante, aun en sistemas económicos desarrollados y prósperos como el capitalismo, donde la autonomía económica es insuficiente para garantizar una auténtica libertad.

 

La libertad es un tema al que le tenemos que dar más importancia en la actualidad, porque creo vivimos en una sociedad donde la libertad ha perdido su curso, por esta razón pienso que vale mucho la pena hacernos esta pregunta: ¿Somos realmente libres?

A lo largo de este ensayo trataremos un tema polémico, ya que pienso que la sociedad ha perdido su libertad sin darse cuenta. Ésa es precisamente la tesis que analizaremos en el siguiente trabajo.

Ahora bien, definamos libertad: según algunas fuentes la libertad es la capacidad del ser humano de actuar y no actuar según su criterio. Criterio, a su vez, se define como regla o norma conforme a la cual se establece un juicio o se toma una determinación; a partir de aquí tomaremos dos conceptos claves para poder clarificar nuestra definición de libertad: “norma” y “regla”, sin las cuales no puede definirse “el criterio” y este es fundamental para entender lo que es la libertad.

De esta manera “norma” es toda ley que se establece para ser cumplida por un sujeto y “regla” es un principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta. Desde el momento en que se desglosan todos estos conceptos, podemos darnos cuenta que el significado que tenemos de la palabra libertad es muy diferente al que de manera natural o vulgar se tenía.

Tal vez muchos de nosotros no nos percatamos de que somos víctimas de una esclavitud que es liderada por el capitalismo, que utiliza estrategias comerciales para envolvernos en una sociedad industrial que de ninguna manera pueden, ni favorece el desarrollo de la libertad de sus integrantes.

Un ejemplo claro de lo anterior, es a la hora comprar algún artículo, trabajamos largas y duras jornadas sólo para comprar ese coche último modelo. En ese caso nosotros no fuimos libres de decidir si comprar el coche o no, nosotros lo adquirimos porque así está estipulado en la sociedad “si no tienes un automóvil no has tenido éxito en la vida”. Ese pensamiento de cierta manera te obliga a tenerlo, de lo contrario no estamos satisfechos o sentimos que algo nos falta.

Sobre el tema Herbert Marcuse señala lo siguiente:

“Una sociedad que parece cada día más capaz de satisfacer las necesidades de los individuos por medio de la forma en que está organizada, priva a la independencia de pensamiento, a la autonomía y al derecho de oposición política de su función crítica básica. Tal sociedad puede exigir justamente la aceptación de sus principios e instituciones, y reducir la oposición a la mera promoción y debate de políticas alternativas dentro del statu quo. (Marcuse 1992, p. 32)

Por otro lado, nosotras las mujeres sólo queremos el vestido que vimos en una tienda porque a la modelo se le ve fantástico, aunque ni siquiera nos guste como se nos ve, o compramos esa crema reductiva que nos hará adelgazar diez kilos en una semana, porque nos dicen que nuestra vida cambiará, o que de alguna manera seremos más bonitas y conseguiremos la atención de las personas, te pintan una situación perfecta. En estos casos la libertad sólo es una ilusión.

Estos son unos ganchos perfectos para las personas con poca autoestima, que son capaces de todo con tal de conseguir sentirse bien con ellos mismos. Incluso a veces preferimos gastar en lo innecesario por sobre lo necesario con tal de “quedar bien con la sociedad”.

Así es como el capitalismo juega con nuestras mentes, ataca nuestras debilidades y después las usa para vendernos una fácil y rápida solución a ellas. Este mismo sistema económico e ideológico, tiene tan bien estudiada la psicología humana, que se podría decir que se apodera de nuestra autonomía, haciéndola a su antojo. Él sabe muy bien que nosotros pagaremos lo que sea por satisfacer nuestras “necesidades”.

Aquí los medios de comunicación juegan un papel muy importante, porque ellos son el instrumento por el cual nos manipulan. Los medios emplean ciertas estrategias de publicidad donde nos muestran frases como: “si lo tienes, tu vida cambiará”, “te verás mejor” “serás la envidia de todos”.

Gracias a los estereotipos creados por nuestra sociedad, nos dejamos atrapar por esta publicidad, otorgándole nuestra libertad de pensamiento.

Sé que muchas personas me señalarán el hecho de que en las sociedades modernas cada uno de nosotros elige dónde comprar, qué comprar, qué leer y qué pensar, que uno decide vestir como se nos da la gana o vivir a su entera voluntad. Piensan así que cada uno de nosotros tenemos realmente la última palabra en cuanto si adquieren o no un producto. Muchos dirán que no son víctimas de los estereotipos, que ellos están más allá de “ser del montón”, que compran sólo lo que necesitan; con todo, la uniformidad de maneras de vestir, la semejanza de gustos, la ausencia de pensamiento crítico, me hacen pensar que esa supuesta libertad es una quimera.

Por otra parte, lamentablemente el capitalismo como sistema económico no es el único que nos quita libertad, ya que al analizar nuestra forma de gobierno, podemos observar la manera en que nos reprime. El supuesto sistema político que nos rige es la democracia, que lo entendemos como “el gobierno del pueblo”, es decir, que el pueblo de alguna manera dirige a sus gobernantes, brindándonos así el derecho a votar. Según la democracia “la mayoría gana” así que esto me hace preguntarme: ¿Si la mayoría gana, entonces qué pasa con el resto? ¿Es imposible que haya libertad para todos?

Tal vez este dilema sea difícil de resolver, pero lo único que puedo decir es que a mí no me parece que esto promueva la libertad como se dice, para muchos la democracia no es más que una la dictadura que uno mismo elige.

De esta manera se puede entender la inconformidad en el mundo. Nuestras supuestas decisiones no son más que la victoria de un pueblo que nunca tiene una cara definida. Para que nuestra voluntad sea tomada en cuenta, tenemos que ser parte de esa “mayoría” que siempre sale victoriosa, tenemos que aceptar la uniformidad con la mayoría. ¡Qué lástima! La libertad no debería ser cuestión de suerte o de apegarse al rebaño.

Según Octavio Paz: “Una nación sin elecciones libres, es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”, yo pienso que es verdad, sólo que a nosotros nos dicen hacia qué dirección hablar y mirar, esas “elecciones libres” de las que habla, sólo se dicen así porque tienes cierta libertad para elegir a gobernantes que ya están predeterminados para que sólo elijamos a uno.

Tal vez si comparamos a la democracia con algún otro sistema político como la dictadura, muchos creerían que tenemos una libertad absoluta, porque puedes involucrarte en ciertas decisiones del Estado cuando antes tu voz nunca era escuchada o tomada en cuenta, o me dirán que hoy al menos hay una mayoría de la población que sí se toma en cuenta.

Pero no, no se trata de comparar si a nosotros nos impusieron la democracia como sistema político entonces creo que no deberíamos catalogarnos como una nación libre, no es cuestión de que tomen en cuenta a la mayoría y a otros no, todos tenemos derecho a ser tomados en cuenta, la libertad no debería ser sólo para unos cuantos o para la mayoría.

En conclusión creo que el concepto de libertad no es lo que nos han hecho creer, los sistemas políticos y la economía han distorsionado este significado.

Puede ser difícil pensar que simplemente al ir de compras nos estamos atando una cadena, pero es así, somos presos del consumismo. Nuestro problema es que creemos que lo que la mayoría diga es lo que está bien y por eso nos vemos envueltos en esta situación, bajo este pretexto accedemos a transferir a otros nuestra libertad, sólo para “vernos bien” para evitar quedar fuera del rebaño, para no aceptar nuestra propia responsabilidad y para evitar asumir la dolorosa conciencia de tomar las riendas de nuestras vidas y con ello evitamos darnos cuenta de lo que somos.

Bibliografía

Marcuse, Herbert. (1992). El hombre unidimensional. Planeta Agostine: España.

Kaczynski Theodore. (1995). Manifiesto del Unabomber. En https://sites.google.com/site/elrelatopoetico/documentos-e-informes-raros-y-curiosos/manifiesto-de-unabomber-la-sociedad-industrial-y-su-futuro-por-f-c

 

Los animales: ¿El mejor entretenimiento público o las víctimas de shows sin sentido?

Amelia García Luengas
Escuela Preparatoria Regional de Atotonilco, Módulo Ayotlán
Participante del V Coloquio Filosófico del SEMS 2016
“Hannah Arendt”

Abstract

Los animales no humanos (recordemos que también los humanos somos animales) son utilizados en los más variados ámbitos, como si fuesen objetos a nuestra disposición. Son vistos como meros medios para la satisfacción de intereses ajenos. Legalmente son considerados simples “bienes muebles”, objetos de propiedad, ignorando que son individuos con intereses propios. En el ámbito económico, se les considera simples recursos de los que hacer uso. A nivel moral, debido a la discriminación a la que son sometidos por el hecho de no pertenecer a la especie humana, se mantiene que sus intereses no merecen la misma consideración que los nuestros.

Así, son utilizados vivos como blancos en atracciones feriales, concursos o competiciones, en el circo, para publicidad u otras actuaciones, provocándoles sufrimiento, dolor o degradándolos a ser objeto de tratamientos antinaturales, etcétera, todo debido a la idea de que son seres inferiores al humano: porque se piensa que, al no poseer conciencia, no tienen emociones.

No hay duda que los animales son capaces de generar todo tipo de reacciones en quienes los observan. Pueden despertar afectividad, simpatía, sorpresa, expectación, miedo. Esto hace que se conviertan en un elemento interesante a utilizar en cualquier actividad que vaya dirigida a un grupo de espectadores en quienes se pretende generar algún tipo de emoción.

Los animales, y más concretamente, los domésticos, son los protagonistas de anuncios publicitarios (el ejemplo más conocido es el de perrito que anuncia un conocido papel higiénico y que transmite suavidad), de series de televisión (el perro alemán Rex es la estrella de la serie que lleva su nombre) o de escenas de numerosas películas (los títulos de Disney que utilizan animales son numerosos, 101 Dálmatas o Bethoven), son ejemplos claros. Incluso algunos aparecen en programas de televisión demostrando alguna de sus habilidades especiales, como saber sumar y restar, bailar, o formando parte de un reality en el que una de las tareas de los concursantes es atender precisamente a su cuidado.

Pero las actuaciones de animales en espectáculos públicos no terminan en el cine y la televisión, sino que constituyen un reclamo aún mayor fuera de estos medios, estando prohibidas incluso algunas de ellas. Y en este campo sí que existen numerosos ejemplos. Es el caso de los perros en los canódromos, de los delfines, leones marinos o aves en determinados parques, del circo, de la fiesta de los toros, y también de las peleas de perros o de gallos, que son de las que más “penadas” están por las leyes.

Y, aunque de actuación propiamente dicha no se trate, sí forman parte del espectáculo (si así se puede llamar en muchos casos). Los animales que se emplean en fiestas populares aún son utilizados para cometer actos que podrían calificarse como maltrato; sin embargo, se justifican con la idea del mantenimiento de una tradición o con la de que hacen ganar dinero a quienes los organizan. ¿Pero qué culpa tienen estos pobres seres?

Aunque muchas personas piensen lo contrario, los animales son individuos capaces de sentir, de sufrir y disfrutar de su vida, con interés en tener experiencias agradables y evitar el sufrimiento y la muerte. El hecho de que sus capacidades intelectuales, lingüísticas u otras, difieran de las nuestras en tipo o grado no puede ser de ninguna forma una razón para tratarlos como si fueran un objeto. Para demostrarlo, se darán a conocer a continuación algunos estudios que argumentan las capacidades de los animales.

En el siglo XIX, el famoso científico Charles Darwin se dedicó a intentar averiguar las razones por las que los animales (y nosotros mismos) tienen emociones, en su libro The Expression of the Emotions in Man and Animals.

En él, comienza examinando los principios generales de la expresión, utilizando para ello la biología comparativa entre especies, sobre todo de animales cercanos a nosotros, además del hombre, buscando similitudes, motivaciones y utilidades. En el caso de los hombres, Darwin examina en profundidad expresiones de la emoción tan esenciales como el sufrimiento y el llanto, el abatimiento, la ansiedad, la pena, el desaliento, la desesperación, la alegría, el buen humor, el amor, etcétera. Estudió cada una de estas emociones, descomponiéndolas en sus elementos primarios y buscó puntos en común entre especies para aquellas que podían encontrarse en animales diferentes. Descubrió así que las emociones más primarias, como el miedo, parecen más extendidas por su obvia utilidad en ayudar a garantizar la supervivencia del individuo, mientras que otras más sofisticadas se han desarrollado sólo en el ámbito de las criaturas más inteligentes, es decir, aquellas que han evolucionado y avanzando más allá que las demás.

Por otra parte, ya en el siglo XX, el profesor Donald R. Griffin expresa, en su obra The Question of Animal Awareness, las siguientes cuestiones: ¿Qué tan complejos son los sistemas de comunicación animal? ¿Son los animales conscientes de lo que están haciendo? ¿Es el lenguaje en verdad una característica exclusivamente humana?

“Hay una curiosa idea que he planteado en todas mis obras, que ante evidencias muy débiles, los científicos tendemos a hacer declaraciones negativas muy rotundas: no hay ningún animal que haga esto; los animales no pueden hacer aquello y demás, cuando lo cierto es que no lo sabemos. Creo que deberíamos tener la mente abierta”, dijo una vez Griffin.

La Declaración de Cambridge sobre la Conciencia, postula los siguientes puntos, basados en diversos estudios de diferentes ramas de las neurociencias:

  • Que en animales no humanos se ha mostrado que circuitos cerebrales correlacionados a la experiencia consciente y la percepción, homólogos a los humanos, responden de igual manera ante la manipulación externa.
  • Que la excitación artificial de las mismas regiones del cerebro genera comportamiento y estados emocionales similares en los animales humanos y no humanos.
  • Que en mamíferos y aves, las redes emocionales y microcircuitos cognitivos parecen ser mucho más homólogos de lo que se pensaba.
  • Que algunas especies, como grandes simios, delfines y elefantes, presentan similitudes con los seres humanos en los estudios de autorreconocimiento en el espejo.
  • Que los sentimientos emocionales de los animales humanos y no humanos surgen de las redes cerebrales subcorticales homólogas.
  • Y finalmente declaran: “La ausencia de un neocórtex no parece excluir a un organismo de experimentar estados afectivos. Evidencia convergente indica que los animales no humanos tienen la neuroanatomía, neuroquímica y sustratos neurofisiológicos de los estados de conciencia, junto con la capacidad de exhibir comportamientos intencionales. En consecuencia, el peso de la evidencia indica que los humanos no son los únicos que poseen los sustratos neurológicos que generan la conciencia. Los animales no humanos, incluyendo todos los mamíferos y aves, y muchas otras criaturas, como los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos”.

Gracias a las referencias anteriores, se puede argumentar que los animales no humanos tienen similitudes con nuestra especie: al contar con emociones, tales como el miedo y el dolor, tendrían que ser considerados como iguales, y en consecuencia, no deberían ser tratados como objetos, tal y como ocurre en espectáculos públicos como circos, corridas de toros, peleas de perros, carreras de caballos.

Para hacer conciencia sobre el sufrimiento que se le infringe a un animal en uno de estos shows, se da a continuación un resumen de lo que pasa en la famosa “fiesta brava”:

Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso en tres actos, de unos veinte minutos de duración, que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, contra toda lógica ética y dietética, de quienes creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión.

Con lo anterior, se llega a la conclusión de que el uso de los animales no humanos para el entretenimiento debe prohibirse de manera legal, pues es un acto completamente cobarde, debido a que no existe nada más patético que una multitud de espectadores inmóviles presenciando con indiferencia o entusiasmo el maltrato a un pobre individuo que no ha hecho nada para merecer tal violación a sus derechos como ser vivo. Su interés en vivir, ser libre y no sufrir debe ser respetado.

Bibliografía

  • Charles Darwin. (1872). The Expression of the Emotions in Man and Animals. London: The University of Chicago Press.
  • Donald R. Griffin. (1976). The Question of Animal Awareness. New York: The Rockefeller University Press.
  • Fabiola Leyton. (2012). Los animales no humanos tienen conciencia. 29 de julio de 2012, de Ecosofía. Org. Sitio web: http://ecosofia.org/2012/07/los_animales_no_humanos_tienen_conciencia.html

 

¿Por qué escribir filosofía?

La escritura es una habilidad humana descubierta y aprendida ya bien entrada la etapa de fundación de las primeras sociedades. En la historia de la humanidad las manifestaciones de la escritura son muy comunes, es una forma de expresar las emociones, las ideas, los pensamientos, pero sobre todo nuestras reflexiones.

Depende del interés que se tenga, cada uno desarrollará una forma muy particular de ejercitarla, por ejemplo escribir filosofía o sobre problemas filosóficos implicará hacer ciertos actos intelectivos que derivarán en mostrar una forma concreta de escribir.

La filosofía como ciencia se ha encargado de estimular la reflexión de distintos problemas, en sus inicios encontramos que los problemas fundamentales tenían que ver con la naturaleza o la física de la cosas, en otros momentos sus argumentaciones estaban imbuidas de explicaciones sostenidas en creencias, luego, en otros periodos de la historia la libertad como opción de la naturaleza humana acaparó todos sus aspectos, finalmente la filosofía vuelve a retomar su sentido originario, es la ciencia que desde su naturaleza puede abordar cualquier problema. Luego entonces, la filosofía es una invitación a liberar el pensamiento, pero esta liberación tiene proyección cuando quien reflexiona es capaz de ponerlo por escrito, de poner en discusión sus ideas, no como [algo] establecidas,  sino como [algo] argumentaciones producto de su propia reflexión. De aquí que podemos citar algunas cualidades con las que se relaciona la filosofía, expuestas en números anteriores de esta revista.

“Es importante recordar que una de las cualidades de la reflexión filosófica es descubrir o señalar las contrariedades en las que estamos envueltos” Ochoa B. E. (2011: 03)

“Capacidad para estimular la reflexión, sentido crítico, carácter subversivo, la manera en la que se expresa sus argumentos”. Ahumada D. Oscar. (2012:3)

En este número de la revista encontrarás cuatro textos escritos por estudiantes como tú, jóvenes que desde sus impulsos intelectivos se animaron a reflexionar sobre problemas que en la actualidad se han vuelto fundamentales. Las ideas que se discuten y argumentan van desde problemas sociales que atraviesan su crisis más álgida en los problemas políticos, o el planteamiento sobre una cultura que permita el uso de los animales en distintas esferas del entretenimiento. Estos textos invitan a reflexionar sobre problemáticas actuales desde la óptica de los alumnos del SEMS.

No podemos limitarnos a dar testimonio de nuestras inspiraciones sólo escribiendo poemas, novelas o relatos, es necesario que la escritura sobre problemas actuales abordados desde la filosofía nos invite a transformar la realidad. No limitemos nuestras capacidades por la pena a ser expuestos por nuestras ideas, limitemos las ideas obtusas que no ayudan ni a plantear un argumento serio.

*Héctor de Jesús Rivas Pérez

 


Ochoa B. Edgar. (2011). La filosofía como pensamiento subversivo. Revista Vaivén. Núm. 4, Universidad de Guadalajara. Pág. 3
Ahumada D. Oscar. (2012). La duda y la investigación filosófica. Revista Vaivén. Núm. 5. Universidad de Guadalajara. Pág. 3

*Originario de Tapachula, Chiapas; estudió Filosofía y la maestría en Ciencias Sociales en la Universidad de Guadalajara. Es jefe del Departamento de Humanidades y Sociedad en la Preparatoria 18 de la Universidad de Guadalajara donde es profesor de tiempo completo.

¿Somos libres o estamos determinados?

César Ronaldo Palomares Rangel
Preparatoria 6
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015
“Juan Villoro

Abstract

Cada individuo está determinado a formar parte de una sociedad desde el momento de su nacimiento, asimismo se crean diferentes hipótesis, donde se puede comprender que cada persona está determinada a cumplir un propósito en su vida. Así lo establecen algunas religiones afirmando que hay algo más allá de nosotros, que desde un principio estableció un propósito definido.
Principalmente estamos destinados ya sea por la raza, que es parte de nuestra naturaleza física como individuos, así como por el país de nacimiento que determina una nacionalidad o una identidad nacional, también por el cuerpo físico, temperamento, grupo sanguíneo, código, lengua, salud, religión, etcétera.
Cuando se llega a la educación superior, nuestras decisiones continúan estando determinadas por las carreras ya creadas por el sistema, donde nos desarrollaremos como individuos según las necesidades del país.

 

 

Tenemos claro que la libertad es una capacidad que tiene el ser humano para tomar una decisión, en cualquier aspecto. Sin embargo, hay situaciones que a lo largo de nuestra vida nos hacen dudar si en realidad como individuos podemos decidir con libertad o desde un principio estuvimos determinados.
Se explicará cómo el tema religioso es muy importante para comprender de acuerdo con las diferentes doctrinas, si es que desde un principio tuvimos ya un propósito designado por un ser divino antes de existir y es el que vivimos.
Además el objetivo es analizar y comprender las diferentes situaciones que como individuos o como parte de una sociedad, nos hacen saber que desde un inicio, dependiendo de nuestras posibilidades, somos definidos como personas en una comunidad. De esta manera se pueden comprender los aspectos que utilizamos día con día, han estado determinados desde un principio.

“Al aceptar que estamos destinados, renunciamos a la responsabilidad por nuestro destino individual. No damos cuenta y razón de nuestra vida; somos meros peones en manos del destino. Como somos y como vivimos no es mérito ni defecto nuestro”. (Paul Strathem, 2014)

Esta cita aporta para cuestionar, considero que en la manera como vivimos, a lo largo de nuestras vidas, cada persona ha formado su carácter dependiendo de cómo es física y emocionalmente, las situaciones por las que ha pasado, la familia, las personas que viven a su alrededor, entre otros sucesos. Conforme a esto, se puede decir que cada individuo está determinado desde el momento de su concepción, con base en esto se definió que las personas al nacer están designadas a formar parte de una sociedad, la cual está principalmente conformada por un sistema.

“La teología, o la reciente teoría del diseño inteligente, responde que es Dios quien determina el origen del universo y de la curación biológica del mundo”. (Antonio Jesús Ruibal Peña, 2007)

Otra situación muy importante de analizar, es si cada persona está determinada a cumplir un propósito en su vida como lo establecen algunas religiones, algo más allá de nosotros, que desde un principio estableció un objetivo particular. Por lo cual, en el ámbito religioso se da a conocer el motivo a cada persona que está en la tierra, para un fin en específico, el cual está designado por un ser divino.

“Estamos determinados, en primer lugar por las condiciones del nacimiento: raza, país de origen, cuerpo físico, talento, lengua, salud, código, religión, código moral, temperamento, grupo sanguíneo, etcétera”. (Placide Gaboury, 2000)

Desde mi punto de vista, considero que es totalmente una realidad, que desde que nacemos los seres humanos, de acuerdo con Placide Gaboury, estamos totalmente determinados, ya sea por la raza que forma parte de nuestra forma física como individuos, el país de nacimiento nos otorga una nacionalidad y una identidad con herencia cultural como parte de un territorio el resto de nuestra vida. Con base en esto se pude comprender que nosotros como personas, nacemos con una definición de lo que seremos, pero teniendo en claro que mostramos una naturaleza libre de exploración y aprendizaje, y que seguiremos adelante sólo con lo que es significativo para nosotros, sin importar el lugar de nacimiento que es en donde nos desarrollamos los primeros años. Teniendo en claro que en un futuro no muy lejano, comenzará el proceso al cual estamos determinados, ya sea como individuos o como parte de una sociedad.
Todos fuimos determinados para un propósito en específico, el cual considero que es conformar una sociedad, que a su vez está formada por un sistema, que dictamina lo que necesita para que su población tenga lo necesario para cualquier ámbito laboral.
Para formar parte de una sociedad, escolarmente se comienza cuando se entra al preescolar, conforme vamos avanzando ingresamos a nuevas etapas de educación, que desde un principio están impuestas por el sistema.
A lo largo de nuestras vidas tenemos principalmente a maestros y medios de comunicación, que tienen un papel de reproductores del sistema.
De acuerdo con las posibilidades que posea cada individuo, o las situaciones en las que éste viva, se determinará si es apto para llegar más allá de lo que está determinado para él, porque de una simple manera para seguir avanzando en el ámbito escolar se necesita pasar por diferentes filtros, que pueden ser, por ejemplo, pasar el examen de admisión para la preparatoria y universidad, además está el tema económico.
Considero que la aplicación de filtros a lo largo de nuestra vida escolar, tiene como principal propósito hacer que de todos los que se integran a la educación desde un principio, vayan poco a poco quedando fuera de las posibilidades de terminar completamente los estudios, con el fin de que sólo pocos puedan conseguir graduarse en el ciclo escolar; la gran parte de los individuos que no pudieron avanzar escolarmente se convertirán en mano de obra barata porque el gobierno necesita gente sin estudios, sin conocimientos básicos para estos fines.
A lo largo de la trayectoria escolar, cuando se llega a la educación superior, nuestras decisiones están determinadas por las carreras ya creadas por el sistema, donde nos desarrollamos según las necesidades del país.
Aunque una persona puede romper los parámetros determinados por la sociedad donde se desarrolla, por el simple hecho de creer en él mismo, de llegar a ser o cumplir sus sueños, cada individuo se determina a sí mismo.
Se cree que vivimos en un mundo de posibilidades, en donde cada persona puede tomar decisiones, lo que considero que es una idea que las personas queremos creer; ya que cualquiera que sea la decisión que tomemos, es una decisión que ya estuvo prácticamente determinada desde tiempo antes, ya que todos como parte de una sociedad, vivimos buscando mantenernos en ella y de esta manera tener un sustento económico que es indispensable para cada individuo. Al tomar una decisión, por ejemplo, académica, las carreras de estudio ya están fijas según lo que el sistema necesita; sucede lo mismo en otros ámbitos de nuestra vida, por ejemplo, la ropa con que vestimos, los alimentos, el entretenimiento, medios de comunicación, entre otros. Están determinados para que nosotros como parte de esta sociedad, los obtengamos según creyendo que son nuestras necesidades, pero en realidad son necesidades creadas por el mismo sistema económico, apoyándose con los medios de comuni-cación.

Cada persona se forma a lo largo de su vida conforme las situaciones por las cuales pasó, dependiendo su lugar de nacimiento, familia, etcétera.
Además llego a la reflexión de que el sistema es una manera de determinar a un individuo, ya que a lo largo de la trayectoria escolar, pasa por diferentes filtros como un cuello de botella, de esta manera sólo deja que unos cuantos lleguen a su meta.
Aunque en un sistema se crea que todo es totalmente calculado, a veces puede suceder un error, ya que sigue estando conformado por seres humanos, de esta manera aunque una persona puede romper los parámetros determinados por la sociedad, el solo hecho de que esta persona tenga metas o la iniciativa de cumplir sus sueños, se determina a sí misma. Para muchas personas la religión aporta mucho sobre nuestro propósito ya determinado en nuestra vida, ya que, con base en esto obtendremos las herramientas para cumplirlo, por lo que se puede concluir que cada individuo puede saber de primera instancia que aunque desde su nacimiento esté determinado con un propósito, este puede vivir su vida, sabiendo que todo lo que está a su alrededor, puede estar de una manera u otra definida, pero que solo con el simple hecho de vivir, experimentar la felicidad, conocer el amor, entre otras cosas. Se conozca que la vida no es solo seguir un sistema ya determinado, sino que seguir viviendo de manera que veamos la vida como lo que es, una increíble experiencia, extra-ordinariamente simple.

 

Bibliografía
-Gaboury, P. (2000), Servir a la vida (Primera edición), Buenos aires, Argentina: Editorial Kierk.
-Ruibal, A. J. (2007), Observaciones integradas, La nueva razón política. España: El taller del poeta.
-Strathem, P. (2014), Kierkegaard en 90 minutos, Madrid, España: Siglo XXI.

¿Debe prohibirse el uso de animales no humanos en espectáculos para el entretenimiento?

Miriam Rodríguez Vázquez
Preparatoria Regional de El Salto
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015
“Juan Villoro”

 

 

Abstract

El uso de animales para el entretenimiento ha estado en nuestras vidas desde que tenemos uso de razón. El zoológico es el referente más directo, pues nos ofrece conocer animales de otros lugares del mundo. Las carpas, los circos, nos mostraban a los animales haciendo piruetas y mostrando inteligencia en actos.
En México existe una cultura de entretenimiento con animales, las peleas de gallos, las carreras de caballos, la charrería, en conjunto con el mariachi y el tequila, son el actual símbolo de la mexicanidad.
En México, la legislación sobre vida silvestre que actúan en defensa de la vida de los animales llevada a cabo por los senadores de la República, tuvo lugar el 26 de enero de este año, cuando se prohibió la utilización de animales en circos y espectáculos con reformas a la ley.
¿Hasta dónde llega la verdadera preocupación del hombre por el sufrimiento de los animales?

El uso de animales para el entretenimiento ha estado en nuestras vidas desde que tenemos uso de razón. A nuestra generación y las pasadas generaciones nos tocó crecer con esa costumbre de ver con normalidad esta situación.
El zoológico es quizá el referente más directo de entretenimiento animal, pues como tal nos ofrece la fantasía de conocer animales de otros lugares del mundo, especies raras y que difícilmente podríamos presenciar en su ambiente natural.
Las carpas, los circos, iban más allá y nos ofrecían a los animales desde otra perspectiva, haciendo piruetas, dando maromas, mostrando inteligencia en actos breves; los animales salvajes, los grandes felinos para ser exactos, siendo amaestrados y obedeciendo órdenes.

En México existe una cultura aún más antigua y más arraigada de entretenimiento con animales, me refiero a las peleas de gallos y a las carreras de caballos, con ellas ha sido reconocida la “mexicanidad” en el mundo, ya que es muy mostrado este tipo de entretenimiento, al igual que las corridas de toros, que aunque no son de origen mexicano, tuvieron gran auge en décadas pasadas en nuestro país.
La charrería, en junto con el mariachi y el tequila, son el actual símbolo de la mexicanidad. La charrería, en sus múltiples faenas, nos muestra el dominio del hombre sobre las bestias y ha sido entretenimiento por siglos en los más apartados rincones de nuestro país.
En México, de algunos años a la fecha, la legislación sobre vida silvestre ha sufrido diversas reformas y adiciones, impulsadas estas por los grupos que actúan en defensa de la vida de los animales. Una reforma de gran trascendencia llevada a cabo por los senadores de la República, a la Ley General de Vida Silvestre, tuvo lugar el 26 de enero de 2015, mediante las cuales, a partir del 8 de junio de 2015, se prohíbe el uso de animales silvestres, terrestres y marítimos, en circos y/o espectáculos itinerantes.

En la Ciudad de México se prohibió la utilización de animales en circos y espectáculos con reformas a la ley para la celebración de espectáculos públicos de la Ciudad de México desde 2014, el problema ahora, y lo estamos viendo en diversas noticias, es que no se legisló razonablemente, ya que la confinación de estos animales que generan un gasto fuerte para sus dueños y ya no producirán una ganancia monetaria, están muriendo, abandonados o enfermos ya que la iniciativa misma de esta reforma no contempló de manera real esta problemática, y aquí cabe una pregunta muy personal ¿se prohíbe con la ley que exploten a los animales y con esto evitar los considerados “maltratos” hacia ellos, pero ahora que están muriendo abandonados no hay problema? ¿Es acaso esto lo mejor que se pudo hacer por estos animales?

Dejando por un momento lo relacionado a los animales silvestres o salvajes, pensemos un poco en los animales domésticos, a los cuales estas reformas dejan al margen.
Desde mi punto de vista, creo que aquellos que “defienden” la vida animal, no se preocupan por saber de dónde proviene la carne o los productos derivados de los animales que esos “defensores” consumen diariamente.
En su libro Tauroética, Fernando Savater (2010) trata el punto de la prohibición de las corridas de toros en la provincia de Cataluña, España, y, desde el punto de vista muy preciso, trata el planteamiento clave sobre los que están a favor y en contra de esta medida, ya que quienes están a favor de esta prohibición, argumentan que las corridas de toros es un espectáculo cruel y brutal, residuo de lo peor del pasado de ese país; mientras que los que están en contra de esa prohibición argumentan que es una manifestación artística de pura raigambre española, es decir, de arraigo en la cultura española. Savater (2010) también está en contra de la prohibición, pero en su libro expone que no es una cuestión folclórica o sentimental, sino filosófica, ya que quienes están a favor no lo hacen por razones estéticas ni dudan que sean tradicionales, lo que cuestionan es su moralidad.

Según el autor, la postura ética de quienes están en contra de estos espectáculos, pasan por alto formas más graves de maltrato a los animales, por lo tanto, según él, esta postura es contradictoria. Hago cita de un pasaje de su libro:

si lo que nos preocupa es el sufrimiento de los animales, el verdadero problema está en los millones y millones que criamos para comernos y llevarnos al matadero, no en los cientos de toros inmolados en las plazas. La auténtica punzada para ciertas sensibilidades morales debe provenir en primer término de que somos carnívoros, no de que somos aficionados a los toros.
… y mientras no se afronte el caso de las granjas avícolas y los mataderos municipales, el cañonazo de la buena conciencia contra la línea de flotación de la fiesta taurina sigue siendo fogueo.

En este sentido, cabe aquí una pregunta ¿hasta dónde llega la verdadera preocupación del hombre por el sufrimiento de los animales?
Como lo relataba al principio, esta misma cultura de entretenimiento con los animales, en la historia de la humanidad ha venido casi a la par con la necesidad de alimentarnos de ellos. No podemos negar que la carne de muchos de estos animales y los productos derivados de ellos, en el caso de nuestro país, son considerados parte de la canasta básica, necesarios para el buen desarrollo de nuestros hijos y de nosotros como adultos: paradójicamente, los considerados animales domésticos, quedan exentos de la reforma.
Uno de los principales argumentos de Savater (2010) en torno a la moral, y que sería materia para debate, es el siguiente: “Quien se complace en el sufrimiento de los animales no viola una obligación moral con ellos, que no existe”.
El hecho de Savater afirme que no existe una obligación moral desde su punto de vista del hombre para con el animal, nos da a entender que, hasta cierto punto, para el ser humano la moral aplica sólo en los casos convenientes.
En otro de sus libros, Ética para Amador, un ensayo escrito para su hijo, algo así como un manual de ética, donde toca los temas de conciencia y responsabilidad moral, el autor nos dice:

Entre todos los saberes posibles existe al menos uno imprescindible: el de que ciertas cosas nos convienen y otras no. No nos convienen ciertos alimentos ni nos convienen ciertos comportamientos ni ciertas actitudes. Me refiero, claro está, a que no nos convienen si queremos seguir viviendo. Si lo que uno quiere es reventar cuanto antes, beber lejía puede ser muy adecuado o también procurar rodearse del mayor número de enemigos posibles. Pero de momento vamos a suponer que lo que preferimos es vivir: los respetables gustos del suicida los dejaremos por ahora de lado. De modo que ciertas cosas nos convienen y a lo que nos conviene solemos llamarlo “malo”. Saber lo que nos conviene, es decir: distinguir entre lo bueno y lo malo, es un conocimiento que todos intentamos adquirir.

Y añade:

A diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarle.

Esto es, que en opinión del autor, a diferencia del hombre, los animales no tienen intereses, sólo necesidades e instintos que se fueron acuñando a lo largo de la evolución, pero no intereses. Para Salvater (1991), un interés es algo que se elige, y como los animales no tienen opción de elegir, por consecuencia no tienen intereses.
Desde mi punto de vista, es debido a este existente interés humano, que la moral, con relación al maltrato y sufrimiento animal, queda dividida según nuestra conveniencia, pero más aún, según nuestra necesidad, ya que gracias a la explotación de infinidad de especies animales, podemos alimentarnos, vestirnos, calzarnos; aprovechar diversos utensilios, disfrutar de mejoras en la salud, para lo cual la moral lo acepta, argumentando una necesidad, pero me pregunto ¿por ser una necesidad justifica el sufrimiento de estos animales y lo que no es una necesidad no lo justifica? Si es así, entonces no se trata más que de poder justificar nuestro interés, algo muy común en los seres humanos.
Según la Fight Against All animal Cruelty in Europe (FAACE), fundada en 1987 y que actualmente lleva a cabo campañas para detener la tortura y muerte de los animales en el entretenimiento, uno de sus argumentos es que estos animales no tienen la capacidad de elección, lo cual no está bien, por ello yo pregunto ¿tienen capacidad de elección los animales domésticos, de los cuales consumimos sus derivados? ¿Elegirán la vaca o la gallina que su leche o sus huevos sean consumidos por el hombre? Cuestión de moral.

Luchar en particularidades sin atender las generalidades a fondo, es sólo lucrar con el pensamiento de las personas, es decir, mientras no aceptemos que hay animales que son necesarios para nuestra supervivencia, y que para satisfacer esas necesidades estos animales tienen que ser sometidos algunas veces –por situaciones del proceso ya que somos millones de consumidores– a maltratos o crueldad, seguirá existiendo esta doble moral, la cual buscará la salida más fácil o que no afecte nuestra supervivencia, juzgar parte de la problemática, como lo es el entretenimiento con los animales, legislando, prohibiendo, en lugar de trabajar por garantizar un trabajo para que ésta se lleve a cabo penalizando los maltratos debidamente.
Para nuestros legisladores es más fácil prohibir que buscar soluciones que realmente sean acordes a nuestro comportamiento o necesidades.
Es muy importante salvaguardar las especies del planeta, pero es más importante que entendamos que mientras seamos una sociedad que tienen niños pidiendo limosna, siendo maltratados y muriendo en la calle, no creo que seamos los más indicados para defender otras especies, cuando no podeos defender la nuestra.

Bibliografía

-Savater Fernando (2010), Tauroética, España, Editorial Turipal.
-Savater Fernando (1991), Ética para Amador, Barcelona, Editorial Ariel.
FAACE (1987), -www.stopfunkilling.org/FIGHTS-AGAINTS-CRUELTY-TO-ALL-ANIMALS.html, fecha de consulta: 21 de abril de 2015.

¿Vamos en camino hacia una tercera guerra mundial?

Carlos Emmanuel Castillo Núñez
Preparatoria Regional de Tecolotlán

 

Abstract

La situación actual en el mundo ha ocasionado que los países más poderosos vayan desarrollando un conjunto de estrategias militares esperando el más grande acontecimiento bélico que podría significar la extinción de la civilización o un cambio radical de la vida como la conocemos.

Lograr los objetivos de política exterior de potencias como Estados Unidos y Rusia, ha ocasionado un estado de tensión entre las naciones de Europa, Asia y América. La cuestión entonces es ¿estamos en camino hacia una Tercera Guerra Mundial? ¿Estamos tomando las decisiones correctas?

A lo largo de la historia, ha quedado claro que la humanidad posee una naturaleza guerrera. Al respecto encontramos que para Freud la guerra es “una cosa bastante natural, profundamente biológica y prácticamente inevitable”. Justificándose en que es ineludible la conformación de grupos con intereses similares que crean relaciones, y que tarde o temprano se ven debatidas por otros grupos; por otra parte, según Sthépane y Yann, los conflictos surgen “de la rugosidad de esas relaciones” respaldado por el hecho de que “toda relación entre actores o estructuras puede situarse en un gradiente que va de acuerdo al conflicto”.

Sin duda el dinero es el dictador de las masas, ya que controla el rumbo político y económico de las naciones. La historia de la humanidad ha delatado la necesidad de conquistar y apropiarse territorios con el fin de obtener el control de recursos estratégicos que mantienen la vida y regulan la economía de un país como lo son el agua, los alimentos y los minerales.

Con el anuncio de que se agotan estos recursos, las potencias militares comienzan la implementación de estrategias expansionistas ligadas a su subsistencia, como lo dice Kennedy: “La historia de los asuntos internacionales en los últimos cinco siglos ha sido con frecuencia una historia de guerra, o al menos, de preparación para la guerra”.

Si tratamos de encontrar un punto de inicio a lo que podría ser el estallido de la Tercera Guerra Mundial se debe comenzar con el ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas en Estados Unidos, que significó una reavivación de conflictos, sin embargo, estos atentados podrían ser el principio de un plan ambicioso.

Los medios de comunicación han logrado ocultarnos una verdad repugnante, pero si analizamos los conflictos ocurridos en Medio Oriente y los apoyos otorgados de la OTAN y la Unión Europea a este plan, podernos darnos cuenta que Estados Unidos sólo necesitaba de una excusa para atacar.

Para el 2001 Estados Unidos ya estaba bombardeando Afganistán, acusándolos de tener relación con Osama Bin Laden, pero sus intenciones expansionistas no terminaron ahí, según Clark, el plan norteamericano pretendía invadir siete países en cinco años, empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y para terminar, Irán, acusando a todos ellos de tener relación con el grupo terrorista, una “predicción” de lo que pasa ahora.

La opinión sobre Medio Oriente que comparto con Wesley Clark es que “si allí no hubiera petróleo […] nadie estuviera amenazando con intervenir, y no hay duda de que la presencia de petróleo en la zona conlleva un gran poder de exportación, lo que es una motivación específica para un contraataque (contra el ‘terrorismo’ presente en Medio Oriente)”.

Por otro lado, Rusia mantiene firmado el acuerdo BRICS con Brasil, India, China y Sudáfrica. Aunque parecen pocos países, se trata del grupo de naciones con economías emergentes más fuertes del mundo tanto por la riqueza de sus recursos naturales y energéticos, así como por el tamaño de su Producto Interno Bruto, su crecimiento sostenido y el volumen de sus exportaciones, al igual que por la cantidad de sus habitantes, la extensión de su territorio y el poderío de sus ejércitos, que es increíblemente avanzado. Además mantiene relaciones con la Comunidad de Estados Independientes firmado con 15 repúblicas ex soviéticas.

A lo largo de la historia, ha quedado claro que la humanidad posee una naturaleza guerrera. Al respecto encontramos que para Freud la guerra es “una cosa bastante natural, profundamente biológica y prácticamente inevitable”. Justificándose en que es ineludible la conformación de grupos con intereses similares que crean relaciones, y que tarde o temprano se ven debatidas por otros grupos; por otra parte, según Sthépane y Yann, los conflictos surgen “de la rugosidad de esas relaciones” respaldado por el hecho de que “toda relación entre actores o estructuras puede situarse en un gradiente que va de acuerdo al conflicto”.

Sin duda el dinero es el dictador de las masas, ya que controla el rumbo político y económico de las naciones. La historia de la humanidad ha delatado la necesidad de conquistar y apropiarse territorios con el fin de obtener el control de recursos estratégicos que mantienen la vida y regulan la economía de un país como lo son el agua, los alimentos y los minerales.

Con el anuncio de que se agotan estos recursos, las potencias militares comienzan la implementación de estrategias expansionistas ligadas a su subsistencia, como lo dice Kennedy: “La historia de los asuntos internacionales en los últimos cinco siglos ha sido con frecuencia una historia de guerra, o al menos, de preparación para la guerra”.

Si tratamos de encontrar un punto de inicio a lo que podría ser el estallido de la Tercera Guerra Mundial se debe comenzar con el ataque de Al Qaeda a las Torres Gemelas en Estados Unidos, que significó una reavivación de conflictos, sin embargo, estos atentados podrían ser el principio de un plan ambicioso.

Los medios de comunicación han logrado ocultarnos una verdad repugnante, pero si analizamos los conflictos ocurridos en Medio Oriente y los apoyos otorgados de la OTAN y la Unión Europea a este plan, podernos darnos cuenta que Estados Unidos sólo necesitaba de una excusa para atacar.

Para el 2001 Estados Unidos ya estaba bombardeando Afganistán, acusándolos de tener relación con Osama Bin Laden, pero sus intenciones expansionistas no terminaron ahí, según Clark, el plan norteamericano pretendía invadir siete países en cinco años, empezando por Irak, Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y para terminar, Irán, acusando a todos ellos de tener relación con el grupo terrorista, una “predicción” de lo que pasa ahora.

La opinión sobre Medio Oriente que comparto con Wesley Clark es que “si allí no hubiera petróleo […] nadie estuviera amenazando con intervenir, y no hay duda de que la presencia de petróleo en la zona conlleva un gran poder de exportación, lo que es una motivación específica para un contraataque (contra el ‘terrorismo’ presente en Medio Oriente)”.

Por otro lado, Rusia mantiene firmado el acuerdo BRICS con Brasil, India, China y Sudáfrica. Aunque parecen pocos países, se trata del grupo de naciones con economías emergentes más fuertes del mundo tanto por la riqueza de sus recursos naturales y energéticos, así como por el tamaño de su Producto Interno Bruto, su crecimiento sostenido y el volumen de sus exportaciones, al igual que por la cantidad de sus habitantes, la extensión de su territorio y el poderío de sus ejércitos, que es increíblemente avanzado. Además mantiene relaciones con la Comunidad de Estados Independientes firmado con 15 repúblicas ex soviéticas.

Los intereses de estas potencias son los mismos, y a consecuencia de ello llevan una competencia comercial agresiva por el control de rutas estratégicas y recursos.

China está presente prácticamente en la mayoría de los países africanos, aprovechando el transporte, la energía y las industrias extractivas. Por su parte, Rusia tiene acceso al Mar Negro y bases militares en Siria que le permite comercializar con China y así lograr un desarrollo económico pleno, siendo un proyecto de control geoestratégico comercial que los encamina al control mundial.

Al contrario de Rusia y China, la economía de la Unión Europea y Estados Unidos se ha venido abajo. El plan estadounidense de invadir el territorio estratégico para combatir el terrorismo sirve como pretexto para rodear a Rusia e interponerse en sus relaciones con China.

Las intenciones de la OTAN y la Unión Europea son básicamente controlar el punto de contacto entre Oriente y Occidente, y explotar los recursos que ahí se brindan, dando a Asia salida al mar Mediterráneo, aprovechando las diferencias religiosas entre los judíos, los cristianos y los musulmanes.

Prueba de esto es la creación del Estado de Israel en territorio palestino que fue respaldada por la ONU, en donde un grupo de refugiados encontró un lugar indicado para asentarse, pero en el proceso, un nuevo grupo de refugiados fue creado, la diferencia está en que la ONU respalda su creación y que Estados Unidos financia la expansión de éste para aprovechar los recursos de la región.

Las invasiones a Irak, Palestina, Afganistán y más países de Medio Oriente por parte de Estados Unidos han sido disfrazadas por la lucha antiterrorista, las diferencias religiosas que se desprenden del pueblo musulmán entre chiitas, sunitas y kurdos por la decisión del destino de sus naciones los han llevado a entrar en guerra entre ellos mismos, y mientras más conflictos y represiones violentas se lleven a cabo, Estados Unidos seguirá interviniendo y mantendrá bloqueado el comercio Rusia-China para extraer sus propios recursos.

Rusia se ha defendido e intenta frenar el expansionismo estadounidense por el Oriente excusándose en que las revueltas de la Primavera Árabe han restado seguridad a la región, también ha reprobado la sanción de la ONU que decidió “condenar enérgicamente las violaciones graves y  sistemáticas de los derechos humanos que siguen cometiendo las autoridades sirias”.

Estados Unidos también ha convertido a Ucrania en una potencial arma de ataque, y para Rusia, Crimea es una cuestión geopolítica y geoestratégica de interés nacional asignado a la defensa de su frontera sur, a través del poderoso dispositivo naval ruso que se encuentra en el Mar Negro.

Ante la negativa de Rusia y China de castigar al Assad (presidente de Siria), el vocero de la Casa Blanca, Ben Rhodes, afirmó que “el uso de armas químicas viola las normas internacionales y cruza las líneas rojas que existen en la comunidad internacional desde hace décadas” por lo que tomó la decisión de aumentar la asistencia y dar “ayuda militar” a la oposición de la coalición Siria porque para Estados Unidos “ha sido importante trabajar con ellos en el objetivo de aislar a algunos de los elementos más extremistas de la oposición, como Al Qaeda”, encontrando así una manera de mantener aislados a sus “enemigos”.

La situación ha desencadenado una nueva “Guerra Fría” entre Estados Unidos y Rusia, para Rubin: “No hay un escenario en el que la violencia termine y la situación mejore”; y para Cordersman: “No hacer nada tampoco es la respuesta”.

Por otra parte, el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares entre naciones prohíbe todas las explosiones en cualquier parte de la tierra sin importar el propósito, sin embargo, Estados Unidos, China, Israel, Egipto, Irán, India, Pakistán y Corea del Norte no lo han firmado y posiblemente no lo hagan, por lo que las esperanzas en este tema son prácticamente nulas.

Los estatutos de la Organización de las Naciones Unidas establecen que, para que un conflicto sea considerado guerra mundial, deberán de participar países de los cinco continentes, y teniendo en cuenta que el Estado Islámico no es una nación, la situación actual no puede considerarse como tal.

Sin embargo, las constantes tensiones entre las potencias militares podrían terminar en una Tercera Guerra Mundial. Como se explicó anteriormente China y Rusia han formado un bloque comercial y militar que compite con el poder colonial y territorial de Estados Unidos y sus aliados en la OTAN y la Unión Europea. Estos dos bandos son los protagonistas del actual conflicto cuyos intereses son completamente capitalistas.

Todas las acciones han ido paso a paso y todo parece indicar que el conflicto alcanzará su estado crítico cuando el bloque estadounidense militarice directamente a Europa para tener bajo su control a Siria, si la OTAN y la Unión Europea lo consiguen, seguirán con Irán para cerrar el cerco Europa-Asia. Sitiar al bloque Rusia-China garantiza daños mínimos a la infraestructura de los países europeos y de Estados Unidos en caso de un conflicto armado entre potencias, mismo que se ha evitado con todos los medios posibles por miedo a un desastre nuclear.

Por lo pronto, los conflictos OTAN-Unión Europea-BRICS recurren a mercenarios y terroristas que son utilizados como peones para hacer los trabajos sucios, de esta manera se libran de las condenas, leyes y restricciones de la política mundial. El desenlace parece inevitable, las ambiciones son muy fuertes y todo parece indicar que culminarán en una Tercera Guerra Mundial entre los próximos diez o quince años.

¿Estamos preparados para ello, o nos enfrentamos al devenir de la desaparición de las sociedades contemporáneas como tales?

 

Bibliografía

-Andrés, A. S. (31 de enero de 2006), Relaciones político-económicas entre Rusia e Irán, recuperado el 11 de diciembre de 2015, de Real InstitutoElcano: http://www.realinstitutoelcano.org/analisis/898/898 _ SanchezAndresRusiaIran.pdf
-Brieger, P. (febrero de 2010), El conflicto palestino-israelí, recuperado el 11 de diciembre de 2015, de http://www.stes.es/ceuta/archivos/brieger.pdf
-CNN México (1 de julio de 2014), Chiitas, sunitas y kurdos, ¿quién es quién en el conflicto de Iraq?, recuperado el 11 de diciembre de 2015 de:http://mexico.cnn.com/mundo/2014/07/01/chiitas-sunitas-y-kurdos-quien-es-quien-en-el-conflicto-de-iraq
-Herrero, A. L. (septiembre de 2010), Los conflictos armados en el pensamiento económico, recuperado el 11 de diciembre de 2015 de http://www.iecah.org/web/images/stories/publicaciones/documentos/descargas/documento7.pdf
-Organización de las Naciones Unidas (2015), Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (TPCE), recuperado el 11 de diciembre de 2015 de http://www.un.org/es/disarmament/wmd/nuclear/ctbt.shtml
-Yopo, B. (julio de 2010), La Nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, recuperado el 11 de diciembre de 2015, de http://library.fes.de/pdf-files/bueros/la-seguridad/07422.pdf

¿Es la deserción escolar un problema irremediable? Principales causas del abanono de la educación media superior en México

María de los Ángeles Castillo Castillo
Preparatoria Regional de Tecolotlán

 

Abstract

En México, uno de los mayores retos educativos es evitar la deserción escolar. El propósito central de este ensayo es evidenciar los principales y más fuertes factores por los cuales los alumnos de bachillerato abandonan sus estudios, además pretende mostrar el verdadero rol que desempeñan el estudiante, el maestro, los padres de familia y las autoridades ante todo esto. Cabe señalar que los datos aquí expuestos están sustentados en cifras declaradas por las diferentes instituciones nacionales encargadas de la educación en México y de registro social.

 

De acuerdo con la Subsecretaría de Educación Media Superior (SEMS) la tasa actual de abandono a nivel nacional señala una pérdida de 650 mil alumnos por año. El 61% de estos, se retira en el primer grado de estudios. En los últimos siete años, las cifras de deserción escolar en México se redujo, sin embargo, la disminución fue de sólo 1.2 puntos porcentuales y los alumnos que dejan la Educación Media Superior cada año pasaron de 595 mil a 650 mil, señaló Rodolfo Tuirán, subsecretario de Educación Media Superior.

“Si se comparan las tasas de abandono escolar en la Educación Media Superior de 2005-2006 y 2011-2012, se observa que aunque en varias entidades federativas ha disminuido el abandono escolar en los últimos años, este proceso ha sido lento e insuficiente”. (Tuirán, 2015)

La deserción escolar no es un juicio de un sólo individuo, ya que está condicionada por una variedad de factores, los cuales se identifican en el presente trabajo y se analizan en estudiantes de educación media superior.
Para poder señalar estos agentes, es necesario indagar en los ámbitos de vida y actitudes que presentan los jóvenes desertores, los que no lo son y en los que ni siquiera se encuentran integrados en ningún sistema de educación. Ya que la deserción educativa influye en el crecimiento de la desigualdad social, económica y familiar del país.

Causas principales que conllevan al abandono escolar

 Desinterés escolar

“Enseñar a quien no quiere aprender es como
sembrar un campo sin ararlo”. Richard Whately

La principal causa que conlleva al desinterés, es el no encontrar un sentido o propósito convincente, como para considerar la educación como útil para el desarrollo de su vida. Esta es la visión que tienen la mayoría de los jóvenes apáticos al conocimiento. Cierto es que la tarea de un buen profesor es despertar la iniciativa por aprender en sus alumnos. Pero ¿cómo hacerlo, si la persona se niega rotundamente a ello?
Así como los docentes adquieren el compromiso de brindar servicios de calidad, el alumno también tiene la responsabilidad de responder adecuadamente a su proceso educativo.

Falta de recursos económicos

Es la segunda causa de abandono. Hoy en día la suma de los gastos escolares durante un sólo semestre de clases es muy alta, ya que ésta amerita pagos a la institución, libros de texto, útiles escolares, recursos extra para la elaboración de los trabajos y, en algunos casos, hasta la necesidad de trabajar para ayudar al sustento familiar. Por lo que a los individuos que no tienen los suficientes recursos económicos para poder sustentar su educación, no les queda más que abandonarla.

Tal y como expuso Norma Luz Navarro, licenciada en Educación, especialista en Investigación Educativa, en su artículo “Marginación escolar en los jóvenes” basándose en el Censo del 2000, el contexto económico está como segunda causa de abandono de la trayectoria educativa.

Embarazos no deseados

La maternidad y paternidad a temprana edad y no planeada interfiere directamente en la trayectoria educativa de la madre y el padre del bebé, porque, si bien esta causa afecta principalmente a mujeres, algunas veces el hombre deja la escuela para  para sustentar los gastos requeridos. Existen muchas jóvenes que deciden seguir estudiando, pero conforme pasa el tiempo y nace él bebé la situación se complica, sobre todo económicamente y no les queda más que dejar de estudiar. Claro está que hay quienes logran terminar sus estudios, sin embargo, este porcentaje representa una minoría conforme al total.

Llama la atención que este factor de deserción no es uno de los más fuertes, sino más bien se presenta como una secuela del abandono escolar, es decir, dejan la escuela y al poco tiempo se embarazan.

Agresión escolar

El bullying es el hostigamiento de uno o varios estudiantes a otros, que perjudica, física y emocionalmente a la persona afectada. Por lo que, cuando el alumno se siente perdido e incapaz de mejorar sus circunstancias de abuso, opta por abandonar la escuela. La violencia escolar es una causa creciente del abandono educativo en México, tan sólo en el bachillerato, es un constante motivo por el que los jóvenes dicen estar a disgusto en las aulas y dejan la escuela, afirmó la presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Silvya Schmelkes.

 Posición de las autoridades ante esta problemática

 Becas de apoyo económico
La mayoría de las becas proporcionadas pretenden ser un estímulo para el rendimiento académico y combate de los patrones de pobreza que obligan a los estudiantes a desertar, y a su vez, evitar las posibles consecuencias que trae el abandono de los estudios. Hoy en día el gobierno anuncia las estadísticas de apoyo repartidas, sin embargo, sólo a algunos cuantos les toca recibir el estímulo. También se debe mencionar la mala administración del dinero, ya que en muchas ocasiones este “se pierde” o la tarjeta bancaria que les otorgan para cobrar el apoyo presenta muchas trabas, por lo que constantemente tienen problemas, para poder obtener el dinero.

Selección de docentes

Las autoridades educativas deben seleccionar a los mejores candidatos para laborar en las escuelas, lamentablemente no siempre cumplen con ello, por lo que, los alumnos que no tienen la capacidad de aprender “sin el maestro” se verán perjudicados en su desempeño académico. Y aunque algunos profesores sean capaces de desarrollar su papel de una manera correcta, algunas veces no lo hacen, por recelo en contra de las administraciones superiores, como consecuencia de las malas condiciones en las que laboran.

En conclusión, la deserción escolar es el resultado de un conjunto de limitaciones socioeconómicas que causan una notoria desigualdad académica, puesto que las opciones de oportunidades educativas son mejores en los lugares con mayor desarrollo económico.

Basándose en las cifras del Censo de 2000, Norma Luz Navarro Sandoval expone en su artículo “Marginación escolar en los jóvenes” los porcentajes de cada una de las causas que llevan a desertar, delimitando los datos a las respuestas de los participantes de 15 a 19 años. “(…) de los jóvenes que desertaron del sistema educativo, el 37.4% no quiso o no le gustó estudiar; el 35.2% por causas económicas; el 5.8% porque se casó o unió; el 5.4% por haber terminado sus estudios; un porcentaje menor (2.3%) declaró que no existía escuela o que estaba lejos, la causa de tipo familiar presentó un porcentaje bajo (2.4%), en tanto que el 3.1% de las respuestas fueron para otra causa y el restante 8.5% no especificó por qué dejó los estudios”. (Navarro, 2001, pp. 48 y 49)

Analizando los resultados anteriores podemos concluir que el primer factor de abandono académico, es el desinterés escolar, el cual como ya se mencionó está basado en el empeño que ponga el alumno dentro del proceso educativo. Si él mismo no logra entrar en razón y anticipar las consecuencias que traerá el no estudiar, nadie podrá convencerlo de continuar con su trayecto educativo. Sin embargo, los padres, docentes y autoridades pueden influir de manera directa en él, brindándole una motivación sincera a concluir sus estudios.

Es necesario mencionar que la mayoría de estos alumnos consideran que su desempeño educativo no representa gran importancia en su futuro, pues a pesar de que saben las condiciones de vida en las que se desarrollan, no tienen planes concretos de continuar con sus estudios, y sólo se queda en intenciones.

Otra de las causas principales que desencadenan el abandono escolar es la situación económica, la cual va desde la falta de recursos para sustentar los gastos que demanda estar matriculado en un bachillerato, hasta el abandono que se produce por la necesidad de trabajar.

En la actualidad, la educación brinda a los estudiantes, distintas experiencias que contribuyen a definir sus metas a corto y largo plazo, además de representar un factor indispensable para el aprendizaje social y el desarrollo personal, por lo que, los jóvenes desertores se enfrentan con una desventaja en el proceso de incorporación al mundo laboral, limitada por su falta de preparación. La deserción escolar debilita las posibilidades de romper con el círculo de la pobreza y la desigualdad social presente.

Disminuir la tasa de abandono escolar en nuestro país, implica considerar los intereses, necesidades y demandas socioeconómicas de los estudiantes, para así colocar el desempeño educativo como algo indispensable en su desarrollo integral, por lo que, es necesario desarrollar procesos de enseñanza y aprendizaje acordes con la visión de los jóvenes ante la realidad vivida. A su vez implica mejorar y ampliar el panorama de accesibilidad y las oportunidades académicas.

 

Bibliografía
-Tuirán, R. (2015), Educación Futura, obtenido de http://www.educacionfutura.org/en-aumento-jovenes-que-abandonan-el-bachillerato-tuiran/
-Valdez, E. A., Román Pérez, R., Cubillas Rodríguez, M. J., & Moreno Celaya, I. (2008), ¿Deserción o autoexclusión?, Revista electrónica de investigación educativa.
-Rojas, H. (26 de Agosto de 2014), Educación Futura, obtenido de http://www.educacionfutura.org/en-aumento-jovenes-que-abandonan-el-bachillerato-tuiran/
-Pública, S. d. (2012), Reporte de la Encuesta Nacional de Deserción en México en la Educación Media Superior, en M. Á. Espinosa, Distrito Federal: Edificio SEP, obtenido de http://www.sems.gob.mx/work/models/sems/Resource/10787/1/images/Anexo_6Reporte_de_la_ENDEMS.pdf
-Educación y conocimiento: una nueva mirada (2002), Revista Ibero Americana de Educación.
-El Universal (19 de junio de 2014), obtenido de http://archivo.vanguardia.com.mx/bullyingfactordedesercionescolar-2087210.html

Breve invitación a pensar y escribir filosofía

Mi invitación se concreta en hacerles un pequeño recordatorio y darles cuatro ejemplos. Permítanme recordarles algo: en algún momento casi todos hemos experimentado un impulso. Generalmente aparece como una sensación de extrañeza, de asombro o inquietud, que irrumpe en la rutina cotidiana. Esta sensación se expresa en vagas y sugestivas preguntas, por ejemplo: ¿el espacio y el tiempo existirán por siempre?, ¿qué pasaría si Dios no existiera, o acaso existe?, ¿hay algo realmente bueno o malo?, ¿hay alguna verdad absoluta?, ¿algunas obras de arte son realmente mejores que otras?, y, por supuesto, ¿cuál es el significado de la vida?
Ése es el tipo de sensación que Aristóteles tenía cuando descubrió que la filosofía comienza con el asombro. Hay algo inquietante en los grandes abismos que tenemos sobre nuestra comprensión del mundo, parece que todavía hay una pregunta importante que requiere ser contestada y que nuestro entendimiento de las cosas no está completo, eso genera cierta desazón, cierta ansiedad epistémica. Esto es el impulso hacia la filosofía.
Pocas personas van más allá de esta condición. La razón es bastante simple: no saben cómo ir más allá. ¿Cómo pensar sobre estas cosas? Es más, ¿se puede pensar sobre estas cosas? En estas cuestiones parece como si nuestro pensamiento se moviera en círculos, se enredara. La mente se embrolla hasta paralizarse. Eventualmente el momento pasa. De algún modo la pregunta llega a ser descartada: es pospuesta, rechazada o reprimida. Y, no obstante, la sensación de algún modo permanece: en el sentido frustrante de que, después de todo, ésas son las preguntas importantes, las preguntas que realmente deben responderse. ¡Si tan sólo supiéramos cómo encontrar las respuestas!
Quien practica filosofía, que filosofa, es una persona empeñada en responder esas preguntas. Pero tiene que ir más allá de esos sentimientos y hacer que las sugestivas y grandes preguntas se desplacen del corazón a la cabeza. Es parte del trabajo de un filósofo transformar esas abrumadoras preguntas en algo que se pueda pensar. Para eso, los filósofos tienen que tener una estrategia general (un método) y tácticas particulares (técnicas para aplicar ese método), deben convertir las grandes preguntas en preguntas manejables, en preguntas un poco más modestas. Hasta aquí el recordatorio.
Los ejemplos son las ponencias redactadas por los estudiantes Nayeli Nohemí Cabrera Díaz, Ixchel Yamilet Gaeta Froylán, Emmanuel Acero Casildo, Denis Alejandra Ávila Martínez. Ellos participaron en el IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015. Su participación implicó atreverse a ir más allá de la sensación de asombro ante las grandes preguntas; leer lo que pensaron otros; someter a crítica sus ideas, y, lo más importante, pensar por su cuenta.

Maestro Joaquín Galindo Castañeda *

* Maestro en Estudios Filosóficos por la Universidad de Guadalajara. Profesor del Departamento de Filosofía y de la Preparatoria de Tonalá Norte de la Universidad de Guadalajara. Entre otras publicaciones, destacan “La lógica operatoria. El concepto de lógica y la concepción operatoria en Piaget en la actualidad (2013)” y “Los argumentos metafísicos y las lógicas modales. La refutación del tiempo de McTaggart a la luz de la lógica temporal”.

Dudando, cuestionando y existiendo ¿Tiene sentido la existencia del ser humano?

Denis Alejandra Ávila Martínez
Preparatoria 5
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015 “Luis Villoro”

Abstract
¿Qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿qué buscamos?, ¿cuál es el sentido de nuestra propia existencia? ¿Somos seres duales, cuerpo y alma, el ser en sí y el ser para sí?
Las dudas eternas del ser humano que desde la antigüedad ha tratado de responder. Al principio la religión era el regocijo para dichas incertidumbres, sin embargo, a la búsqueda del sentido de la existencia ya no le bastó con las respuestas que ésta daba.
Buscando sus propias respuestas y dotado de una sed de saber más es como ha vivido el hombre con el fin de encontrar un sentido a su existencia y por ende, a sí mismo, pero hay algo que cabe destacar y es nuestro perecer: ¿será aquí en donde encontremos las respuestas?
Al final del trayecto sólo el hombre mismo podrá decirse si su existencia tuvo o no sentido.

«Ser, existir y vivir para así llegar al ocaso sabiéndonos
poseedores del objeto de nuestros deseos».
Ávila

¿Qué somos?, ¿a qué venimos?, ¿qué buscamos?, ¿cuál es el sentido de nuestra propia existencia? Son estas dudas permanentes en el ser humano que, desde tiempos antiguos, se han tratado de responder de diferentes maneras, de todas aquellas que al hombre le han dado una probabilidad de responderlas.
¿Es acaso que venimos a este mundo a llenarnos de preguntas?, ¿a la respuesta encontrar, quizá, hasta la puesta de sol en nuestro ocaso?, tenemos un último fin seguro: la muerte. ¿Será entonces, este fin el que nos diga y haga saber cuál es el sentido de todo lo vivido? O ¿es todo esto un círculo vicioso que ha de ser completado y, así mismo, entendido para recomenzar la explicación del ser y del existir?
La intención de este ensayo no es ser un grano de arena más en el gran desierto que es el tema de la existencia del hombre, sino tratar de desenredar un poco la telaraña de dudas que nos rodea.
Las preguntas anteriores más de alguna vez han pasado por nuestra cabeza, posiblemente como pequeñas luces repentinas, provenientes de una reflexión o como ideas que permanecen constantes. Durante un largo tiempo, la respuesta que se daba a la interrogante sobre el sentido de la existencia humana, encontraba su base en la idea de un ser superior un ser creador:

Todos los hombres esperaban de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido y fin de nuestra vida? ¿Qué es la muerte? ¿Cuál es, finalmente, aquel último e inefable misterio que envuelve nuestra existencia? (Nostra eatate, 1965)

Y es que era en este ámbito, el de la religión, en donde el ser deseoso de respuestas, encontraba un pequeño regocijo ante tales incertidumbres que se le presentaban. Sin embargo, el escepticismo que surgió en Occidente hizo ver al individuo que “el ser” de un objeto o persona, dentro de sí, posee una dualidad: su exterior y lo que hace al objeto ser lo que es. Cuerpo y alma, como lo describe Platón. No dependiendo o definiendo su sentido a partir de alguien superior, sino de sí mismo, y esto no quiere decir que la necesidad de “encontrar un sentido” haya cambiado, por el contrario, sigue siendo la misma que en tiempos remotos. La diferencia, es que ya no se satisface con las respuestas tradicionales de la religión.
La dualidad que proponía Platón (cuerpo y alma) junto a la dualidad subjetiva que entiendo de Sartre (el ser-en-sí y el ser-para-sí) forman un conjunto imperfecto que conforma al ser humano y se explica así: el cuerpo, en el caso del hombre, es aquello que llama e incita a las pasiones; amores, deseos, temores, quimeras y toda clase de necesidades, “es lo superficial del objeto, aquello que no nos deja trascender a lo inmaterial”. (Sócrates, 387 a. C)
El ser-en-sí, es el ser del mundo de todos los objetos, independiente de la consciencia. La densidad del ser-en-sí es infinita, es lo pleno, lo que es: “Es preciso oponer la fórmula: el ser-en-sí es lo que es, a la que designa al ser de la conciencia: ésta, en efecto, como veremos, ha-de-ser lo que es”. (Sartre, 1943, p. 16)
Mientras que el alma es la esencia pura del objeto, es aquello que alcanza la sabiduría, que trasciende y se desprende de lo material. El ser-para-sí, es el propio ser de la consciencia o subjetividad, es el ser que no es, es una pura nada, y esta “nada” la define Sartre como el ser del ser mismo. Ideas que se contraponen, pero que una sin la otra no podrían ser comprendidas.
Ahora bien, ya se ha dicho que es lo qué integra al ser humano y cómo es que “es”, pero también hay que definir una palabra clave en este tema: el sentido. ¿Qué es el sentido?, en este contexto, el sentido de la existencia es una palabra que puede cobrar dos acepciones. La primera sería el sentido entendido como significado. En esta acepción pongo por caso la expresión “el sentido de la vida”, como una recta con dos puntos: A, de donde viene la vida, y B, hacia donde va. ¿Cuál es nuestro fin?, ¿por qué? y ¿para qué?, son los cuestionamientos que comúnmente intentamos responder. La segunda acepción es el sentido comprendido como dirección. El rumbo que toma nuestra vida y los caminos que seguimos. Esta percepción no puede explicarse, requiere sencillamente ser observada.
Prosiguiendo, quiero destacar que nuestra existencia es un “todo” y a la vez un momento que abarca desde algo tan peculiar como es dar un paso, hasta haber recorrido el largo camino de la vida; el campo de experimentación y medio para llegar a las respuestas finales. Cada persona a medida que vive y experimenta, forma sus propias redes y va construyendo su propio camino lleno de angustias, enajenación, frustraciones, dolor, alegrías, satisfacciones, entre muchas experiencias más. Vamos siempre guiados por un fin u objetivo: a dónde queremos llegar y cómo queremos lograrlo, con ideales y sistemas éticos y morales de la mano, propios del hombre y dictados por su entorno.
Siempre avanzamos buscando un sentido a todo lo que hacemos y a nosotros mismos como personas y seres pensantes, pareciera que se nos ha dotado de una sed inmensa que nos impulsa todo el tiempo a buscar un poco más y más hasta por fin, llegar a saciar esta sed.
Pienso seriamente que podríamos perdernos en una divagación/reflexión sobre cuál es el sentido de la existencia propia y si realmente ésta tiene un sentido. Y es que si somos realistas, no nos han bastado años y años de filosofía para descubrirlo.
Podría pensarse entonces que se nos ha preparado para poseer la verdad hasta nuestro último día, hasta ese día en que la separación del alma y el cuerpo se da por realizada, la separación de lo mortal y el paso a lo inmortal. El hombre busca trascender, llegar a ser espíritu.
La gran mayoría de filósofos pertenecientes a la corriente existencialista ponen al ser humano, obviamente, como punto de partida y regreso del todo que conforma nuestra realidad, con un fin en común y que no puede ser cambiado por ningún motivo, nuestro perecer para así trascender, y dentro de esa trascendencia descubrir todo aquello que nos perturba.
Es curioso cómo el hombre, que ha evolucionado caminando en principio casi en cuatro extremidades, levantó su espalda y caminó con la columna recta ahora en dos extremidades, luego se elevó por los cielos e incluso conquistó el espacio sideral, siga cuestionando filosóficamente su existencia.
Como conclusión quiero destacar lo siguiente, que no es más que una pequeña visión de lo que perseguimos. Encontrarnos a nosotros mismos, descubrirse y autocrearse, son los fines que se buscan antes de la muerte. ¿No creen que encontrarle un fin a nuestra existencia sería como tratar de justificar a la propia existencia? Y esto, aún no se ha logrado. Como seres humanos llenos de incertidumbres y dilemas existenciales tratamos de darle un significado a todo lo que nos rodea. Pensemos entonces, que si obtuviéramos todas las respuestas y justificáramos todo lo que está más allá de nuestro entendimiento, ¡ya no habría nada que buscar!, la existencia misma ya no tendría porqué trascender, el sentido de ésta sería el mismo para todos.
Por último no me queda más que decir que me propuse comprender este tema, pues siempre que lo escucho, en mi mente se forman infinidad de preguntas, telarañas (como yo las llamo). Era totalmente un reto. Y no puedo decir que lo he comprendido a la perfección, la perfección es subjetiva, sólo sé que para cuando lleguemos al final de nuestro recorrido comprenderemos si nuestra existencia tuvo sentido, lo sabremos después de haber vivido, sentido, amado, caído, llorado…

Bibliografía
Declaración Nostra Aetate, Roma, Concilio Vaticano, 1965, recuperado el 12 de abril de 2015, de http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651028_nostra-aetate_sp.html
-Sartre, Jean-Paul, El ser y la nada (1943), recuperado el 12 de abril de 2015, de http://www.bsolot.info/wp-content/uploads/2011/02/Sartre_Jean_Paul-El_ser_y_la_nada.pdf
-Platón, Fedón o del alma, recuperado el 13 de abril de 2015, de http://www.filosofia.org/cla/pla/azc05019.htm

Los límites de la tolerancia dentro de una sociedad

Escape de la realidad│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Escape de la realidad│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Ixchel Yamilet Gaeta Froylán
Preparatoria Regional de Colotlán
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015 “Luis Villoro”

Abstract
La tolerancia en las sociedades es un tema muy importante para lograr la convivencia entre individuos, se trata del respeto hacia el otro, saber escuchar con respeto las ideas, formas de pensar y ver la vida. Por lo cual debemos crear la cultura de la tolerancia y poner en práctica este valor, que puede evitar problemas sociales, sin embargo, la tolerancia también debería tener límites en la tesis planteada y defendida, ya que es muy importante saber hasta dónde ser tolerantes o no serlo, dado que el no saber dónde ponerle límites a la tolerancia, ésta se puede convertir en un problema jurídico y no moral, por ejemplo: matar inocentes, cometer violaciones, practicar la explotación laboral, traficar drogas o cualquier otro delito, son acciones intolerables. Lo cual se defiende y sustenta en el trabajo planteado sobre los límites a la tolerancia.

El desarrollo de este trabajo tiene como propósito reflexionar en torno al tema de la tolerancia, haciendo mayor énfasis en analizar si ésta debería tener límites o no, siendo precisamente el punto a tratar, dado que ha sido un tema controversial e interesante dentro de las sociedades de diversos países en comparación con otros valores, aunque se hable de ésta, aún no existe del todo dentro de nuestras vidas, debido quizá a que no tenemos a plenitud una cultura de respeto hacia los pensamientos de los demás o no sabemos hasta dónde debemos utilizar este valor. Al plantear si la tolerancia debería tener límites, nos respondemos también las causas de diversos problemas en la sociedad, ya que ésta se basa en el respeto hacia el otro o el que es diferente de lo propio y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir, o como el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo.
Se abordará, si es que la tolerancia debe tener límites, exponiendo argumentos donde se considera que tener límites es adecuado, puesto que se pueden presentar un sinfín de situaciones sociales en las que se deben establecer límites para controlar las acciones humanas, debido a que aunque en definitiva la tolerancia es una norma básica de convivencia en las sociedades, como todo, también tiene o debería tener sus límites. Esto dado que no se puede, ni merecen, ser tolerados y aceptados, por ejemplo, los asesinos, los pederastas y los violadores de mujeres o traficantes de drogas y seres humanos, a estas personas se les deberían aplicar duramente las leyes, sin embargo, las ideas, las opiniones y las creencias, aunque pueden no gustarnos y podemos no compartirlas, no podemos forzar a los demás a adoptar nuestros marcos de referencia, por lo cual en estas situaciones sí debería ser practicada la tolerancia.
La pregunta sobre la tolerancia de la que hemos partido, se irá justificando con fundamentos a largo del documento, con el fin de dar una respuesta válida apoyada en la opinión de diversos autores y expertos en el tema.

¿Debería tener límites la tolerancia?
Para empezar a analizar más a fondo este cuestionamiento debemos establecer con claridad el tema central que es la tolerancia, el que según el diccionario de la Real Academia Española (RAE) la define como “el respeto por los pensamientos y acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios”. Hacemos referencia al nivel de admisión o aprobación frente a aquello que es contrario a nuestra moral, es la actitud que tomamos al estar frente a una persona o grupo de personas con valores distintos a los nuestros. También es muy importante tener en cuenta que la tolerancia no es sinónimo de indiferencia, es decir, no prestarle atención, ya que esta implica, en primer lugar, respeto y en el mejor de los casos, entendimiento.
La tolerancia puede ser definida como un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de si éstas son contrarias a las propias, siendo también el reconocimiento de las diferencias a la naturaleza humana, la diversidad cultural, las religiones o simplemente las maneras de ser o de actuar durante diferentes situaciones a lo largo de la vida de cada individuo.
El autor Roger Williams es considerado un gran exponente a través de diversos artículos de la historia de la tolerancia, principalmente en su sentido negativo, su trabajo es descrito por el catedrático Eusebio Fernández García en el siguiente fragmento:

Su postura es de defensa de las opiniones diferentes a la suya, reivindicando la tolerancia aún en el caso de que no consideremos que sean dignas de interés o de que nuestra actitud no pase de soportarlas para evitar un mal mayor (es decir, la ruptura de la paz social y la convivencia). (Fernández García, 2004: 3)

Donde nos dice que debemos respetar las opiniones de los demás aunque no compartamos las mismas ideas y pensamientos. Para lograr la convivencia pacífica y respetable dentro de cualquier sociedad, según lo menciona Tasshy Williams, se debe considerar la tolerancia como una virtud, ya que tiende a evitar conflictos, definiendo que “el espíritu de tolerancia es el arte de ser feliz en compañía de otros”.
Sin embargo, hay que destacar que, pese a que la tolerancia quiere decir respetar y comprender los valores de los otros, como se mencionó anteriormente, no supone aceptar aquellos que se ponen sobre los derechos de los demás, por ejemplo, si un sujeto convencido defiende el racismo y busca eliminar a todos aquellos que son diferentes a él, de ninguna manera significa que haya que tolerar su postura. Como lo planteamos en el problema filosófico inicial, sobre la existencia de los límites respecto a la tolerancia, el ejemplo anterior muestra claramente que la tolerancia como todo, debe tener límites porque habremos de tener en cuenta la existencia del respeto hacia los demás, con el fin de lograr una vida en sociedad dentro de margen de armonía, ya que es el fin de este valor tan importante.
El autor Boff menciona lo siguiente:

Todo tiene límites, también la tolerancia, pues no todo vale en este mundo. Los profetas de ayer y de hoy sacrificaron sus vidas porque alzaron su voz y tuvieron el valor de decir: «no te está permitido hacer lo que haces». Hay situaciones en que la tolerancia significa complicidad con el crimen, omisión culposa o insensibilidad ética. (Boff, 2005: 2)

De acuerdo con su posición sobre los límites de la tolerancia cabe destacar que, existen casos en los cuales ciertas acciones no deben ser toleradas porque pueden afectar a la sociedad y a los derechos individuales de las personas, tales como la destrucción de gran parte de nuestra biosfera, abusos sexuales, esclavización y explotación laboral de menores, matanzas y crímenes cometidos por terroristas, falsificación de medicamentos que provocan la muerte de personas, o bien todas aquellas personas que trafican armas, drogas, dan lugar a la prostitución y llevan a cabo secuestros y muertes. Por ello, la tolerancia sí debería tener límites, porque no toda acción se debe tolerar, Boff explica que en estos niveles no hay que ser tolerantes, sino decididamente firmes, rigurosos y severos, sometiendo a estas personas a juicios.
No debe permitirse que en nuestra sociedad se realicen situaciones que atenten contra cualquier individuo o grupo de individuos, generándose una serie de acciones que pudieran convertirse en vandalismo, y que los responsables se excusen en la tolerancia para no ser juzgados tanto por la sociedad como por los sistemas legislativos de un país.
Como conclusión a la pregunta inicial, la tolerancia es un valor y un modo de actuar, que debe tener límites porque no toda acción merece ser tolerada, es decir, aquellas que no afecten a terceros serán acciones toleradas. Las que destruyen la paz dentro de un grupo de personas, son situaciones intolerables, debido a los daños que puede llegar a causar, por esta razón debemos poner límites cuando situaciones complejas no son morales sino legales y no sean cuestión de tolerancia o no, sino de justicia.
La tolerancia debe ser considerada como un valor base para una convivencia sin violencia entre individuos, por lo que aún hace falta crear esa cultura de saber escuchar a las personas de otros lugares distintos, con ideas y formas de concebir la vida diferentes, o incluso del mismo hogar pero con ideas distintas, debemos comprender que no sólo por ser diferentes a las propias están mal o no merecen respeto. Es muy importante saber ser tolerantes con los demás, para que lo sean con nosotros, evitando así problemas de discriminación racial, menosprecio a nuestras culturas étnicas, egocentrismo al creer que sólo lo que yo pienso es lo correcto. Llevémonos como tarea luchar día a día por respetar y ejercer esa pequeña gran palabra que es la tolerancia.

Bibliografía
-Boff, Leonardo, Límites de la tolerancia (2005), recuperado el 15 de abril de 2015, de http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=124
-Fernández García, Eusebio, ¿Por qué tiene sentido seguir hablando de tolerancia? (2004), recuperado el 17 de abril de 2015, de http://earchivo.uc3m.es/bitstream/handle/10016/7784/estudio_fernandez_2004.pdf?sequence=1
-Torres, Karla, La tolerancia, un valor importante (2011), recuperado el 15 de abril de 2015, de http://latoleranciavalorimportante.blogspot.mx/2011/03/defi nicion-de-la-tolerancia.html
-Williams, Tasshy, La tolerancia moral (2014), recuperado el 18 de abril de 2015, de https://prezi.com/0jt8bwszuxxm/la-tolerancia-moral/

La añoranza del hombre

Emmanuel Acero Casildo
Preparatoria Regional de Lagos de Moreno
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015 “Luis Villoro”

Abstract

Skull girl│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Skull girl│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Cuando nos entregamos a la belleza nos encontramos con las múltiples expresiones que proclaman su esencia como su mismo símbolo, y por lo tanto, si indagamos acerca de ello, nos damos cuenta que al encontrar y contemplar esta clase de entes sobre nuestro entorno recibimos un susurro inconsciente de su existencia, del cual asentimos magnéticamente con la mirada y procedemos por inercia para intentar interpretarlos. De esta manera, comienza una incesante búsqueda por conseguir aquello que tenga el poder de despertar nuestro sentir más profundo, desencadenar una lluvia de goce, deleite y potencia naciente del mismo acto de la contemplación y es cuando nos vemos inmersos ante una incertidumbre tal, que se cultiva entre la sensibilidad y la razón como las vías más adecuadas para acercarse a un conocimiento certero del hombre, a aquella libertad tanto tiempo anhelada, pues es la propia belleza quien la constituye.

“La mente intuitiva es un don sagrado y la mente racional un sirviente fiel.
Hemos creado una sociedad que honra al sirviente y se ha olvidado del don”.
Albert Einstein

A lo largo del tiempo, el hombre se ha empeñado en realizar una ardua labor de reconocimiento y acción en la que más que encontrar un sentido a su vida ha tratado de encontrarse y de entenderse a sí mismo, así ha logrado trascender la prisión de sus instintos para llegar al esplendor de la razón, la que lo ha maravillado hasta casi cegarlo, dejando detrás de sí lo más puro de la humanidad: la sensibilidad.
Hoy en día, podemos ver cómo la razón comienza a colocarnos en el abismo de la irracionalidad, dentro de un antropocentrismo desmedido, cuyos efectos podrían ser irreversibles. La propia naturaleza ya nos lo advierte al someter nuestro entendimiento a una reflexión más elaborada y justificada mediante la incertidumbre ocasionada por los diversos fenómenos que amenazan constantemente nuestra existencia.
Debido ello me he propuesto demostrar cómo la belleza, a partir del esbozo que nos propone Schiller, se encuentra estrechamente relacionada con la nostalgia de la libertad, para después percibirla en la magia de la contemplación artística como una facultad inherente a nosotros, además de reconocer al arte como un instrumento para ennoblecer al hombre y como el sendero más prometedor para que éste alcance su plenitud. Así mismo, señalaré cómo en este universo de lo fantástico, la razón interviene como su sostén infiriendo una relación dialéctica.
Partamos de una pregunta clave: ¿Qué es lo bello? Tomaremos como punto de partida la clara respuesta que a esta pregunta ofreció Schiller: “Lo bello ha de placer sin concepto”, y más adelante: “bella será, pues, una forma que se explique a sí misma; explicarse a sí mismo significa en este caso explicarse sin la ayuda de un concepto”.
En tanto nos ilumina esta cualidad de independencia de la belleza nos resulta fácil concebir la autonomía de su existencia, su libertad de ser, ausente de toda intervención de regla o ley preestablecida, pues la belleza se norma a sí misma, se dirige por su propia cuenta, se autorealiza no de manera determinada sino en virtud de su misma naturaleza, de su propia potencia de actuar, lo cual constituye un refugio, una fortaleza ante todo sentido de determinación, protegida de toda intención pragmática; por lo tanto, podemos inferir que el fulgor más cegador de la belleza es lo que llama Schiller “autodeterminación”.
Entre más se enaltezca un objeto o cosa de autodeterminación, más bello se presentará, más dichosa será su huella, más honorífico su proceder. Por este medio podemos intuir que el anhelo o la avidez de todo objeto bello es la perfección, teniendo en cuenta que, como apunta Schiller, “un objeto es perfecto cuando toda la diversidad de sus elementos coincide en la unidad de su concepto; y es bello cuando su perfección aparece como naturaleza”. No provoca, por lo tanto, singularidad en sí mismo sino que se perfecciona por los lazos que establece con los demás entes, ajenos quizás a su naturaleza, pero identificados por la misma virtud y el mismo anhelo, que se autodeterminan cerca y lejos del mismo, logrando así una hermosa individualidad compuesta de la belleza de otras individualidades.
Así se acerca a una belleza y a una perfección más profundas, una sintonización de portentosas notas para conjuntar la bella melodía, “en eso consiste precisamente la armonía, en el hecho de que cada uno se impone, por su libertad interior, justamente aquella restricción que el otro necesita para manifestar su libertad”(Schiller, 1990).
Sí analizáramos la razón por sí sola, nos resultaría un fenómeno árido, y si hiciéramos lo mismo con la sensibilidad, ésta se nos presentaría desolada, un desenfrenado y cruento impulso instintivo humano. Es por ello que encuentro la necesidad de una relación dialéctica entre la razón y la sensibilidad. Nos resulta familiar la idea de que la razón se desenvuelva en ausencia de una emoción, de un sentimiento, es decir, sin sensibilidad; y también que la sensibilidad es contraria a la razón, en tanto sí ambos actuaran en nuestro devenir, sin prescindir el uno del otro nuestra aspiración final no sería más que la miseria. Podemos decir entonces que el cimiento o la base de la razón se fundamenta en la relatividad de lo sensible, al tiempo que la sensibilidad se convierte en supraestructura de la razón.
Ante este argumento, si nos enfocamos en la idea de la belleza nos podríamos encontrar en un terreno donde no prolifera la razón. Al decir que un orden ya establecido y estructurado con base en leyes y normas que tratan de explicar todo a su paso, tal vez intuiríamos que no se puede indagar sobre lo que aún no lo está, sobre lo que entiende, se explica y se obedece a sí mismo fuera de toda normatividad exterior; porque la razón es algo dado ya exteriormente mientras que lo bello nace del interior, la razón es apariencia mientras que la belleza es esencia pura.
Por más entusiasta que parezca la empresa de la razón en extraer por sus propios méritos la sustancia de lo bello, encontraría a su paso un cúmulo de ideas que se contradicen y se ratifican entre sí en una relatividad inconmensurable, y más que extraerla no haría más que desahuciarla, según lo dice Schiller: “La belleza no puede hallarse de ninguna manera en el campo de la razón teórica, porque es absolutamente independiente de los conceptos; y puesto que hay que buscarla sin duda en la familia de la razón, no existiendo al lado de la razón teórica que la práctica, habrá que buscarla entonces en el seno de la razón práctica, y es ahí donde la encontraremos”.
Sin embargo, me resulta inapelable que la propia belleza se configure sin el sustento de una ley natural, que en dado caso sea universal y precisamente podemos, en cuanto a esto, vislumbrar que aquí es donde recae la razón como la intérprete de aquellas leyes naturales, mientras que la belleza se descifra por medio del arte donde el artista es quien tiene el papel de representarla.
Por lo tanto, la labor de aprendizaje, retención y ejecución de la creación artística por naturaleza se sustenta en la propia razón pura, pero en este caso aquella misma se encuentra transmutada y embellecida por una fuerza motriz a la que llamo “pasión”; una devoción tal que traspasa y enmascara el carácter frío y árido de la razón, misma que pasa y se convierte en un imperativo estético en los campos de la razón práctica.
Mientras tanto, el artista deberá cuidar que la razón no se interponga sobre su pasión, sino por el contrario deberá permitir que esa misma intuición estética gobierne a su voluntad y dirija aquella labor que llevan a cabo sus diestras manos como si ésta se diera por sí sola, casi de manera involuntaria, desglosándose así la naturaleza autodeterminante de la belleza, no habiendo algún otro origen más certero que la sustancia sensible más pura del alma del propio artista.
La obra artística ya no se convierte en un medio subjetivo sino en una finalidad objetiva, es ella la que abre las puertas y transporta a cualquier intérprete, mientras éste se disponga a entregarse, a una aventura sobre un universo desconocido, un mundo fuera de todo decreto que rija en la realidad y en tanto vana, resultará su inconsciente intención de definirlo, el gozo y el deleite terminan por sucumbirlo en regocijo y fervor; la obra lo acaba y lo renace, lo desbasta y lo vivifica.
Y en cuanto a esta experiencia concierne, el intérprete y hasta el mismo artista no están haciendo más que encontrarse y conocerse en el maravilloso y más puro entorno de su propio ethos, la morada divina de su alma, inaugurando así una escapatoria de las frías exigencias del espacio-tiempo sin apartarnos del mismo espacio-tiempo, un escondite ante aquella voluntad insaciable schopenhaueriana, un maravillosa confortación, un acicalado aliento.
La consecuencia de todo ello es la autocreación, un proceso inmanente e interminable que se emprende cada vez que asistimos a la hermosa gala de la experiencia estética que consiste en “darse un ser, una naturaleza, un nuevo cuerpo, una nueva sensibilidad (…), es un proceso, una autoconquista, (…) es advenir a su propia autonomía, devenir autónomo, devenir libre”, no por mérito de la obra sino por el nuestro, el cual no queda encerrado en el propio sujeto sino que se desdobla a la praxis y por medio de diálogos se reunifican en la sociedad: “Así pues, no es sólo el individuo el que se crea sí mismo mediante la experiencia estética, es la propia comunidad, la vida intersubjetiva humana la que se crea a sí misma”(Trías, 2006).
No puedo asimilar una analogía más directa con la belleza y sus debidas propiedades más que con el Hombre mismo, con la cual puedo intuir que ésta es en realidad la añoranza por la que la humanidad tanta vehemencia ha invertido a lo largo de la historia. Por lo tanto, y como bien lo vimos, este ideal no se encuentra desolado más allá de nuestro propio entendimiento sino que yace impregnado de manera innata en nuestra naturaleza, dentro de nuestro ethos y por ende no me percato de otra vía más infalible para hallarlo más que la que el arte nos provee.
Por otro lado, en el arte también converge una facultad mediadora aplicable para la enemistad que existe entre la razón y la sensibilidad sobre el actuar del hombre, ya que mientras la razón se apropia del mismo, en el arte llega a resplandecer el fulgor de su carácter sensible, pero tampoco podemos excluir como intercede la razón cuando un impulso instintivo-emocional lo posee dirimiendo el caos desatado en entendimiento y fortaleza.
Y sin embargo, me inclino por pensar que al sucumbirnos en la magnificencia de la experiencia estética, ésta provoca un resplandecimiento en nosotros, una misteriosa pero maravillosa intuición que potencializa nuestro actuar, que traspasa la frontera de lo posible y se apropia de lo imposible pues en esta cualidad es donde germina “la fuerza imaginativa de creación del mundo”(Gaarder, 1995), la misma que socorre al filósofo, al físico o al médico que establecen nuevos paradigmas. Aunque no hay que dejar de apuntar que en una sociedad regida por las maravillas de la razón, la idea de una educación estética para desenterrar aquel Santo Grial de la corteza insensible del hombre supondría un amanecer más próspero y noble, o como lo planteó Marcel Proust:
“Nuestra vanidad, nuestras pasiones, nuestro espíritu de imitación, nuestra inteligencia abstracta y nuestros hábitos llevan ya mucho tiempo en operación, y es tarea arruinar esa operación suya, hacernos volver sobre nuestros pasos hasta las profundidades en las que lo que existe en verdad yace desconocido dentro de nosotros”.

Bibliografía
-Schiller, F., Kallias, Cartas sobre la educación estética del hombre, 1ra edición, Barcelona, Anthropos, 1990.
-Trías, E., et al., coordinado por Herrera Guido Rosario, Hacia una nueva ética, México, Siglo XXI: 2006.
-Gaarder, J., El mundo de Sofía, México, DF, Patria/Siruela: 1995.

La eugenesia

Andrómeda│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Andrómeda│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Nayeli Nohemi Cabrera Díaz
Preparatoria de Tonalá Norte
Participante del IV Coloquio Filosófico del SEMS 2015 “Luis Villoro”

Abstract
La eugenesia es, etimológicamente entendida, el arte del buen nacer. Partiendo de esta definición, supone una mejora y modificación en los rasgos hereditarios para ayudar al nacimiento de individuos más sanos, así como la perfección de la especie humana. Esta práctica, hoy en día se presenta como una posibilidad propiciada por los avances biotecnológicos, que apunta a objetivos terapéuticos, en principio no reprobables.
No obstante, en el presente ensayo explicaré con argumentos que el planteamiento de la eugenesia como un método para la concepción de hijos “más sanos” es contrario a la idea misma de dignidad humana, puesto que, del simple hecho de fijar de antemano “estándares de calidad” al hijo por venir, se infiere que el individuo ha merecido nacer por el mero hecho de poseer ciertas cualidades. Asimismo la eugenesia está en contraposición de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y por ende, ni es éticamente correcta su aplicación ni debe ser concebida como una opción.

Desde el comienzo de las sociedades, aún de las más primitivas, existe información acerca de la realización de prácticas eugenésicas, encaminadas a deshacerse de los infantes que nacían con alguna característica “indeseable”, comparados con quienes nacían “normales”. Se cree que la eugenesia, la selección artificial y la manipulación genética, fueron sugeridas al menos desde la época de la antigua Grecia: “En cuanto a la exposición o crianza de los hijos, debe ordenarse que no se críe a ninguno defectuoso”. (Aristóteles, 1970, p. 145)
Sin embargo, fue hasta 1883 que el término eugenesia o “buen nacer” fue acuñado por el naturalista británico Francis Galton. El interés de Galton por la eugenesia surgió poco después de la publicación del libro El origen de las especies (1859), escrito por su primo Charles Darwin. Con la convicción de que el talento, la habilidad, la inteligencia y otros factores, “corrían en las familias” y que la selección natural interviene en el ser humano de igual forma que en las demás especies. Galton sugirió que, así como el hombre había obtenido extraordinarias razas de caballos y perros, se podía mejorar la raza humana controlando la reproducción.
A pesar de esos remotos precedentes, en la actualidad las prácticas eugenésicas son una realidad, puesto que suponen una mejora y modificación en los rasgos hereditarios para ayudar al nacimiento de personas más sanas así como para la perfección de la especie humana. Sin embargo, existe un problema de dignidad humana con la eugenesia, y éste surge cuando el medio para lograr el nacimiento de un niño sano consiste en fijarle de antemano ciertas exigencias de “calidad” que debe cumplir, para tener derecho a nacer. Entonces, lo enunciado anteriormente permite plantearse la siguiente pregunta: ¿es éticamente correcta la eugenesia?
En el presente ensayo defenderé la respuesta negativa a esta pregunta. No es éticamente correcta la eugenesia. Además, tal y como lo mencionaba Paul Berg en la Conferencia de Asilomar, California, de 1975: “No todo lo científicamente posible es éticamente aceptable”. (Jouve, 2012, p. 22). Por ello es conveniente definir los conceptos involucrados en el tema, a continuación presento las definiciones, tomadas de López (1997), he considerado pertinentes para plantear el problema:
Ética: es una de las ramas de la filosofía. Se centra en la moral y elabora análisis y teorías sobre la naturaleza, la función y el valor de los juicios morales. La ética aplicada estudia los problemas morales a los que nos enfrentamos todos los días, ya sea individual o colectivamente, e intenta resolverlos o, por lo menos, hacer progresar su análisis.
Dignidad humana: es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características particulares, por el solo hecho de ser persona.
Derechos humanos: son el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de la persona, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Estos derechos, establecidos en la Constitución y en las leyes, deben ser reconocidos y garantizados por el Estado.
Correcto: que es conforme a las reglas o normas sociales, libre de errores o defectos.
Bioética: es el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y de los principios morales.
Recordemos pues que la pregunta es sobre si es éticamente correcta la eugenesia. Una primera observación sería que esta práctica opera sobre una degradación profunda de la procreación humana, ya que esta última viene a ser un proceso similar al de la producción de cosas y, como tal, es expuesta a un inevitable “control de calidad”. Y ese “control de calidad” es el que se aplica, sobre todo, al fruto de la procreación (los hijos). Entonces esto último da pie a suponer que los hijos ya no son queridos por sí mismos. Este enfoque, además de ser contrario a la idea misma de los derechos humanos, altera la relación entre padres e hijos, porque estos últimos pasan a ser aceptados sólo de modo condicional. ¿Cuál será el desarrollo psicológico de ese niño al saber que fue “elegido” sólo porque poseía “buenos genes” y que, de no haber sido así, hubiera sido eliminado sin el menor remordimiento? Y por otro lado, ¿la selección humana no contradice el principio según el cual todos los seres humanos tienen el mismo valor, independientemente de su estado de salud?
Un segundo argumento para defender que la eugenesia no es éticamente correcta, es que las prácticas eugenésicas han sido clasificadas en dos categorías: eugenesia positiva, que fomenta la mayor reproducción de los designados “más aptos”, y la eugenesia negativa, que desaconseja o impide la reproducción de los designados “menos aptos”. Por lo que ambas definiciones de eugenesia están en contraposición de la Declaración Universal sobre el Genoma y los Derechos Humanos que en su artículo 6, establece que nadie podrá ser objeto de discriminaciones fundadas en sus características genéticas, cuyo objeto o efecto sería atentar contra sus derechos y libertades fundamentales y el reconocimiento de su dignidad.
Por tanto, tales prácticas suponen un trato discriminatorio para todas aquellas personas que no son portadoras de “buenos genes”, violarían la libertad de las personas para reproducirse y se estaría forzando a la reproducción de las personas que en sus genes poseen características consideradas como “óptimas”. Esto, claro está, es contrario a la idea misma de dignidad humana, que supone que todo individuo tiene un valor inherente en virtud de su mera condición humana y que, por consiguiente, todos los seres humanos tienen el mismo valor.
De acuerdo con Jouve (2013), del proceso de la eugenesia surgirán los llamados bebés de diseño cuya herencia genética será seleccionada usando varias tecnologías reproductivas con el objetivo de alcanzar una óptima recombinación del material genético de sus progenitores. El solo hecho de fijar de antemano estándares de “calidad” al hijo por venir, a fin de seleccionar solamente aquellos que cumplan con los requisitos fijados deja de ser un fin en sí para convertirse en un simple medio destinado a satisfacer los deseos de los padres. La ideología eugenésica supone el paso de una cultura del “valor de la vida” a una cultura de la “calidad del producto”, es decir, a la idea de que no toda vida vale la pena de ser vivida, o para decirlo más crudamente, de que hay vidas que no tienen ningún valor en el caso de las personas que nacen con algún tipo de discapacidad.
La eugenesia acompañada de la selección y la manipulación embrionaria se ubica en el contexto de lo que se suele denominar “medicina del deseo”, es decir, de una medicina que ha abandonado su finalidad terapéutica debido a que ya no trata de prevenir o curar una enfermedad, sino que aspira, ante todo, a satisfacer los deseos y fantasmas de los individuos. En este caso, se trata no sólo de responder al deseo de tener un hijo, sino de procurar uno de una determinada “calidad”, “libre” de anomalías genéticas.
En la búsqueda desenfrenada del hijo de “buena calidad”, ¿no existe el riesgo de abandonar en el camino nociones estructurales de cualquier sociedad, como la de “padre”, “madre”, “hijo”, y en última instancia, la de “persona”? El planteamiento de la eugenesia como un método para la concepción de hijos “más sanos” es utópico porque da por hecho que la imperfección física y mental del ser humano se puede corregir por medio de la tecnología, de modo semejante a cómo se repara una máquina defectuosa. Esta actitud se olvida de que la imperfección del ser humano es constitutiva de su ser.
Aún cuando los hombres del futuro sean concebidos en laboratorios y sean preservados de la transmisión de enfermedades gracias al empleo de gametos anónimos seleccionados, aún cuando puedan vivir doscientos años o más, aún cuando se les inserten cualidades físicas y mentales especiales, ¿quién nos garantiza que serán “mejores” en el sentido más amplio de la palabra, es decir, en sentido moral? ¿Quién nos asegura, por el contrario, que no serán peores? En otras palabras, cuando la ciencia nos promete hijos de “mejor” calidad, cabe preguntarse: ¿“mejores” para qué?, ¿“mejores” en función de qué criterios?
La utopía biotecnológica nos promete eliminar las deficiencias físicas y mentales del ser humano. Pero si el precio a pagar consiste en la pérdida de libertad de los individuos predeterminados del mañana, es decir, en la degradación de su condición de “sujeto”, entonces el precio es demasiado elevado; el remedio viene a ser peor que la enfermedad. Por ello la eugenesia no es éticamente correcta.
Los seres humanos debemos tomar conciencia de que tenemos que preservar la libertad de las personas, de que no deben convertirse en meros medios para satisfacer los deseos del presente; de que cada individuo que viene al mundo debe ser visto como dotado de un valor inherente y, por tanto, su estado de salud, sus rasgos genéticos, su sexo, origen étnico o demás características particulares no son determinantes en éste. La comunidad científica debe hacer uso de otros procedimientos, orientados a prevenir y tratar eficazmente anomalías de origen genético, que sean debidamente compatibles con la dignidad humana.

Bibliografía
-Platón, La República, Madrid, Clásicos Bergua, 1966.
-Aristóteles, Política, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1970.
-López, E., Ética y vida, Madrid, San Pablo, 1997.
-Jouve, N., El manantial de la vida: genes y bioética, Madrid, Encuentro, 2012.
-Gómez, F., La declaración universal de Derechos Humanos, España, Publicaciones Deusto, 2009.

Presentación de ponencias seleccionadas del III Coloquio Filosófico del SEMS «Karl Marx»

Las cuatro ponencias publicadas aquí, producto del III Coloquio Filosófico “Karl Marx” del SEMS, representan el espíritu diverso que animó este importante evento. Los estudiantes reflexionaron sobre temas de indiscutible relevancia social desde distintas perspectivas filosóficas, que forman parte tanto de la vertiente clásica como de la expresión contemporánea de la filosofía y que muestran el sentido de los cuatro ejes temáticos sugeridos en la convocatoria.
Estos textos nos invitan a una travesía por tópicos como la tensión entre una supuesta necesidad del hombre por la religiosidad y su carácter impositivo, en ocasiones limitante de la realización humana, que pudiera suponer el asumir los preceptos y mandatos que promueve la fe.
Un cuestionamiento sobre la legitimidad de la explotación de los países ricos hacia las naciones pobres, en el marco de las sociedades capitalistas, y sus negativas secuelas sociales y ambientales. La indagación del vínculo entre el uso de las redes sociales y la responsabilidad moral, reflexión que se propone pensar la posibilidad de justificar una moral personal como regulativa de la libertad de expresión, que pareciera ilimitada en entornos virtuales. Y por último, leemos el planteamiento de un tema que es ya parte de la tradición, la necesidad de justificar éticamente el recurso de la eutanasia.
En estos cuatro ejercicios de reflexión filosófica, los estudiantes analizan la realidad a través de la lente de algunas importantes teorías filosóficas. De esta manera aparece el cuestionamiento a la moral religiosa de Nietszche; indirectamente, se lee la crítica al capitalismo de Marx actualizada en la pluma de Peter Singer, así como algunos planteamientos sobre ética práctica de este filósofo australiano que entran en diálogo con las filosofías de Mosterín y Savater.
El importante filósofo Theodor W. Adorno, en el marco de una serie de conferencias sobre el objetivo de la educación, afirmó que una sociedad democrática sólo podía ser sostenida por individuos emancipados. Su idea de emancipación, de tonalidad kantiana, sugiere el arribo del ser humano a una condición de madurez intelectual. Recordemos además que en su maravilloso libro titulado ¿Qué es la ilustración?, Kant entendía este estadio como la adquisición de la capacidad de pensar por nosotros mismos. Es decir, de desarrollar y poner en juego la autonomía del pensamiento.
Es éste, precisamente, el ejercicio que promueve el Coloquio Filosófico del SEMS. Las ideas que configuran las ponencias, resultado de la tercera edición de este evento, son una muestra indubitable de ello.

Están cordialmente invitados a su lectura.

Mtra. Dinora Hernández López*

*Profesora de tiempo completo del Departamento de Filosofía de la Universidad de Guadalajara. Doctorante en filosofía por la Universidad de Guanajuato. Línea de investigación: teoría crítica y filosofía de la diferencia. Ha publicado diversos artículos en revistas y libros de carácter nacional e internacional.

¿Es legítima la explotación de los países ricos hacia los países pobres?

Jairo Daniel García Romero
Escuela Preparatoria Regional de Colotlán
Participante del III Coloquio Filosófico del SEMS 2014 “Karl Marx”

Abstract
El progreso de la civilización enriquece a unas sociedades más que a otras; en la época del esclavismo, mientras naciones se desarrollaron en varios aspectos, las clases menos privilegiadas se sumergieron en la explotación y la pobreza. Sin duda la tecnología marca una diferencia enorme entre los países ricos y los países pobres, pues está vinculada a la materia prima que da riqueza y su intercambio y conocimiento, traen beneficio a los países, aunque a costos muy elevados: explotación de su gente y recursos naturales, y en consecuencia, la contaminación en todos sus niveles. Sin embargo, la tecnología no soluciona el problema; además de la dependencia política y atentar contra la soberanía, existe explotación; la prueba está en la pobreza y muerte de miles de personas sin la posibilidad de cambiar su situación. El problema no radica en la carencia de recursos, sino en la distribución. El capitalismo trata al trabajador como instrumento de trabajo, no como humano. Al respecto conviene plantearse la siguiente pregunta: ¿Es legítima la explotación de los países ricos hacia los países pobres?

“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo,
pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Karl Marx

La tesis de este texto invita a la reflexión ética de todo ciudadano del mundo, puesto que es un tema que nos involucra a todos los habitantes del planeta tomando en cuenta que nos afecta de manera directa o indirecta. Por lo tanto es conveniente exponer las siguientes preguntas: ¿Es legítima la explotación de los países ricos hacia los países pobres? ¿Será legítima el hambre y la pobreza en la actualidad? En definitiva lo es, si entendemos como legítimo “lo verdadero”; puesto que es una realidad que el humano padece, y aunque existan los medios suficientes para eliminar esta explotación, la distribución de estos medios no es adecuada en el sistema capitalista que impera en el mundo.
Si bien hoy en día no existe la esclavitud del hombre como en el mundo antiguo, aún existen las mismas condiciones del pasado, los hombres no tienen ingresos suficientes que provean alimentación y buena salud física y mental, sin las atenciones y servicios que un humano requiere; aún hay miles de muertes por enfermedades que pueden prevenirse con un tratamiento de bajo costo, pero que desafortunadamente no pueden pagar personas con bajos recursos.
Si entendemos el concepto de legítimo como el adjetivo que se utiliza para determinar aquello que está “conforme a las leyes”, entonces la explotación es legítima y su legalización es evidente. La explotación laboral en adultos y niños, la mano de obra abaratada, la violación a los derechos humanos, la falta de libertad de expresión, el poco o nulo acceso a la salud, a la educación y a la soberanía nacional, también son problemáticas a tomarse en cuenta.
Visualizamos los factores que originan la explotación de un país a otro, desde una panorámica más amplia para así conocer la magnitud del problema.
Partiremos de la siguiente pregunta: ¿Por qué los países ricos son ricos y por qué los pobres son pobres? Se analizarán algunos de los factores que intervienen en el desarrollo de la civilización, considerando aspectos geográficos, sociales, políticos y culturales. Al respecto conviene mencionar que a través de las distintas épocas de la historia, existió la explotación de los humanos. Mediante el esclavismo, los hombres eran sometidos y azotados para trabajar durante todo el día, no eran considerados personas y morían como animales. La civilización y el progreso económico empezaron a crecer a gran escala gracias a la inmensa fuerza de trabajo a disposición de los amos, para levantar grandes cosechas y edificar ciudades enteras.
En este tenor, podemos apreciar cómo las civilizaciones se desarrollan con dos factores clave: la mano de obra y las materias primas. La mano de obra se conseguía al por mayor con la captura de esclavos en África y era a costa de la explotación a su lugar de origen y represión al crecimiento económico y social. Así mismo, podemos comprender cómo se desarrolló un desequilibrio en el progreso de las civilizaciones, mientras grandes imperios salían a flote muchas familias de esclavos se encontraban en extrema pobreza y apenas podían sobrevivir.
El siguiente gran acontecimiento fue el descubrimiento de América y con él se abrió un nuevo mercado marítimo mundial para el intercambio de mercancías (materias primas y esclavos) y por ende, nació una nueva economía burguesa que dio lugar al desarrollo conocido como la Revolución Industrial. Con este preámbulo, vemos todavía más claro cómo los factores geográficos y sociales han hecho ricos a algunos países y a otros no.
Si bien en cierto decir que los países pobres se benefician de la tecnología de los países ricos, también es cierto que es a costa de la explotación de sus recursos, de su soberanía y de su gente que esto es posible. En primer término, por los elevados costos de la tecnología. Es la explotación no sólo económica sino también política por sumisión, este hecho trae consigo un sentimiento de odio hacia los países ricos. Pero bien ¿son ellos los culpables de la pobreza de los países de tercer mundo? La respuesta es de manera objetiva: sí son los responsables y además culpables de que aún exista la pobreza. ¿Por qué culpar a las víctimas de su pobreza? ¿Acaso no es notable la abismal diferencia social? Y ¿por qué son tan indiferentes ante la situación?
La tecnología es una de las más grandes diferencias entre países pobres y ricos y se define como la capacidad de crear riqueza a partir de materias primas, mismas que en su mayoría son encontradas en países pobres que no las aprecian como útiles dado que no tienen la capacidad de convertirlas a tecnología y después a riqueza. Estos países no poseen el capital para invertir en exploración y transformación de la materia prima, es entonces cuando el negocio está en puerta, cuando ante esta necesidad se crea una oportunidad de progreso y desarrollo económico. Muchos países ricos carecen de materias primas, dado que durante mucho tiempo han explotado lo que tienen, incluso hasta depender de países subdesarrollados en ese sentido.
La explotación de los países ricos a países pobres, no es justificable pero sí legítima, desde el momento en el que observamos un entorno global. Desde esta panorámica: vivimos en el mismo planeta, deberían existir derechos universales para cada individuo donde cada decisión tomada por las naciones tenga un carácter global encaminado al desarrollo. No es posible que en pleno siglo XXI exista este grado de explotación, de pobreza, de hambre y de millones de muertes inocentes, de hombres que por tener la suerte de nacer en un país pobre, sin oportunidades, padecen y mueren en estas condiciones.
Al hablar de hambre, es importante mencionar que un alto porcentaje de la población mundial vive en “pobreza absoluta” entendida ésta como “condiciones de vida que se caracterizan de tal forma por una desnutrición, analfabetismo, enfermedades, entorno miserable, alta mortalidad infantil y una baja esperanza de vida, que se encuentran por debajo de cualquier definición razonable de decencia humana”. (Singer, 1995)
En contraste existe la riqueza absoluta:
Los que son absolutamente ricos no lo son necesariamente en comparación con sus vecinos, sino que lo son teniendo en cuenta cualquier definición razonable de las necesidades humanas. Esto significa que tienen más ingresos de los que necesitan para satisfacer de forma adecuada todas las necesidades básicas de la vida. (Singer, 1995)
Sin duda, los países ricos no se interesan por remediar la pobreza en el mundo; por el contrario, su prioridad es invertir en la industria tabaquera, el alcohol y el desarrollo de armas para la intervención a otros países, amenazando la soberanía de los pueblos. El hambre estructural es consecuencia de la falta permanente de alimentos, del subdesarrollo de la economía del país, de la sobreexplotación de los recursos naturales y de un estado de guerra permanente. En este sentido, aquellos países que están en dicha situación, albergan seres humanos que no tienen la responsabilidad de haber nacido en lugares donde hay pobreza y guerra, de vivir con temor y sin tener una idea clara del futuro, amenazados siempre con la constante intervención de otras naciones a sus países con distintos intereses. Si bien algunos son para ayudar al país invadido, otros son con intereses políticos y económicos.
Aunque el desarrollo de la civilización tal y como la conocemos hoy en día, requirió de años de trabajo y conocimiento, esfuerzo para desarrollar tecnología y generar riqueza, no todos los seres humanos se han beneficiado ante esta riqueza y tecnología; por el contrario, se ha abierto un abismo en el que el rico se hizo más rico y muchos pobres se hicieron más pobres. El problema no es sólo la falta de alimentos en los países pobres, es también una baja esperanza de vida y una desnutrición a edad temprana, lo que ocasiona daño permanente psíquico y físico. El 23 por ciento de la población mundial vive en pobreza absoluta, entendida ésta como la falta de ingresos para satisfacer las necesidades básicas de alimentación, vestido y vivienda.
Los datos muestran que el problema de la alimentación no consiste en que no hay suficiente alimento para todos, no es carencia de alimento el problema, sino la mala distribución, el hambre en el mundo existe porque las personas pobres no tienen lo suficiente para invertir en maquinaria para cultivar alimento, darle el tratamiento y cosecharlo, no poseen la riqueza para hacerlo. Y sus campos no producen, sus materias primas no tienen valor de utilidad. Además tampoco se pueden permitir comprar alimento de los granjeros en países ricos. Lo mismo sucede con la tecnología, si bien ésta trae consigo un desarrollo y productividad, los costos son muy elevados para un país pobre. Sin afectar las necesidades de los países ricos y su población, una transferencia de riqueza sería suficiente para acabar con la pobreza en el mundo.
El sistema capitalista no se basa en beneficiar a la economía local, no es su objetivo mejorar la condición de los trabajadores ni de su ecosistema, por el contrario, su objetivo es ganar más para manos del sector privado, no para los países pobres.

 

Bibliografía

-Singer, Peter, Ética práctica, 2a. ed., Cambridge, Universidad de Cambridge, 1995.
-Ricossa, Sergio, Diccionario de economía. 1st ed. México, DF, Siglo XXI, 2004.
-Echegoyen Olleta, Javier, Filosofía contemporánea, 1st ed., Madrid, Edinumen, 1997.
-Kliksberg, Bernardo, Depende: pobreza, http://aquevedo.wordpress.com/page/74/?b, último acceso: 28 de abril de 2014, 2010.
-Warrior, Países pobres y países ricos. ¿Quién explota a quién?, http://tertuliafilosoficatoledo.blogspot.mx/2008/12/paises-pobres-y-paises-ricos-quien.html?showComment=1242634740000#c3528719375611297366, último acceso: 30 de abril de 2014, 2008.
-López y Rivas, Gilberto, ¿Izquierda o izquierdas?, http://www.nodo50.org/americalibre/eventos/rivas0903.htm, último acceso: 29 de abril de 2014, 2004.