Un crisol de verdades es la contemplación filosófica

María Adriana Sotelo Villegas*

*Poeta y docente en la Universidad de Guadalajara, imparte clases de filosofía desde hace 31 años. Ha publicado en revistas literarias y científicas. En la actualidad, es jefa de la Unidad de Vinculación del Sistema de Educación Media Superior.

“La filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, sino por el valor de los problemas mismos.”

Bertrand Russ

El 2020 marcó una nueva realidad para la humanidad, con una pandemia que dejó muchas interrogantes en los sobrevivientes de este fenómeno mundial, sobre todo en jóvenes que, ante las crisis existenciales, generaron nuevas y viejas verdades contradictorias ante la incertidumbre del futuro.

Por ello, este año arrancó con nuevos retos, al manifestar que la presencialidad traería nuevas perspectivas en los contextos actuales, tanto para las y los estudiantes de bachillerato como para sus docentes, que han tenido la oportunidad de plantearse nuevos problemas con sabores añejos. Así, nace una nueva convocatoria para encontrarnos filosofando, entre diálogos y debates, en los cuales la lectura, la revisión, el análisis y la discusión de los temas fue fundamental para dirimir las diferencias en el proceso de las temáticas propuestas en la nueva edición de ensayo filosófico.

A través de los ensayos elaborados por las y los estudiantes del SEMS, se han logrado mantener las más serias preocupaciones relacionadas con el ser, con su mortalidad y trascendencia, con los retos que la vida impone y con algunas sospechas que genera el futuro. Y es que se cumple el propósito filosófico de reflexionar para comprender, de asimilar para proponer o juzgar para revelar nuevas incógnitas sobre la condición humana y los conflictos concebidos por ella.

Ante la diversidad, no es extraño observar como desafío las nuevas formas de convivencia, los cuestionamientos que nacen sobre la construcción social de nuevas identidades, preferencias o maneras de expresar la sexualidad humana. Por ello, ha sido estimulante encontrar en el contenido reflexiones como la de Nelly Guadalupe, alumna de la Preparatoria Regional de Amatitán: “Es tu libertad y solo tú debes aceptar la responsabilidad de tus acciones como individuo en la sociedad”. Esto motiva a pensar en la posibilidad de formar individuos con una conciencia social más comprometida, incluyente y proactiva.

De tal manera, la filosofía tiene un valor más allá que su utilidad, en la formación de las y los jóvenes que transitan la adolescencia con tantas observaciones de su entorno. Filosofar es liberar el espíritu humano en la formación de prejuicios contra otros seres humanos, es ganarle a la desesperanza o al miedo que generan las redes sociales o la narrativa del consumismo y la cultura de masas. A través de la reflexión filosófica, se experimenta la evolución del pensamiento, mediante medios dialógicos que se encuentran de forma natural y orgánica cuando se comparten para reparar las diferencias. 

Perspectiva de una adolescente acerca de la vida

Evelin Michelle Catedral Larios

Preparatoria 16

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2023

Resumen

La vida es tan significativa, con múltiples conceptos. Pero realmente importa lo que tú creas, cómo llevas tu vida y cómo es que la vives día con día, puesto que cada persona puede llegar a darle un enfoque diferente. En la vida siempre habrá dudas y preguntas de lo que esto significa, pero este escrito muestra el enfoque de la existencia sobre la filosofía y la perspectiva de una adolescente en el tema, con apoyo de frases filosóficas y cómo se interpretan estas en la actualidad, dando un punto de vista distinto de lo que se creía en la antigüedad. Las dudas aumentan cada vez más; por eso, debes detenerte a mirar lo que trasciende en esta vida y si realmente la estás viviendo o solo estas deteniéndote por lo poco que se cree o crees en ti.

En el presente ensayo se documentará un tema particularmente interesante: la vida. A lo largo de la historia, filósofos de la antigüedad (Seneca, Sócrates) y de la actualidad (Judith Butler) han dado su perspectiva de lo que es la vida. Es así que la incertidumbre de la existencia surge cada vez más, pero, ¿cuáles son estas dudas? Estas preguntas sirven para conocer e indagar los misterios más grandes del universo como: ¿qué es la vida?

Dudas como esta han invadido a millones de personas a lo largo de la existencia humana. No solo a los filósofos, sino también a cualquier persona, pues todos en algún momento nos hemos detenido a pensar si las cosas que hacemos tienen sentido. Este ensayo, pues, indagará en la opinión y reflexión de los filósofos y la perspectiva de una adolescente.

La perspectiva de los filósofos se conoce a través de frases y libros que marcaron su trayectoria en filosofía; no obstante, conocer el pensamiento de una adolescente deja una incertidumbre aún más grande, ya que se intentan interpretar dichas frases y preguntas que hay acerca de la vida, como lo es conocer la relación entre el tiempo y la vida. Y es que la existencia es muy instantánea, porque el tiempo que tenemos es muy poco y la vida es muy corta.

La vida es tan impredecible y tal vez lo único que le da sentido es la muerte. Eso piensa una adolescente, que su vida cobrará sentido una vez que llegue la muerte digna ante ella y pueda descubrir que solo era un simple cuerpo existiendo. Sus dudas quedarán inconclusas, creyendo que tenía una buena vida, cuando lo único que ella fue es un simple cuerpo. Viendo que todas las decisiones repercutieron despiadadamente en tu destino, tal vez las elecciones que tomemos no sean las correctas, pero todas, ya sean buenas o malas, llevan a un lugar, quizá mejor, quizá peor.

Solo es cuestión de indagar en la curiosidad de lo que sucederá porque el sentido de la vida es la transcendencia. Es importante marcar la diferencia y poder vivir plenamente, pues la vida es lo que trasciende mientras esperamos afrontar la muerte de una buena manera. La trascendencia de la vida es tan desconocida que nunca se podrá saber qué pasará después; solo queda estar tranquilos y preparados para lo que la existencia nos pueda enseñar, para dejar este mundo con la mejor enseñanza posible. “La verdadera sabiduría nos llega a todos cuando nos damos cuenta de lo poco que entendemos acerca de la vida, de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.” (Platón, 2017).

El pensamiento de un filósofo tan particular como lo fue Sócrates tiene tanta verdad en una frase tan corta, pues deja un razonamiento sobre lo que es entender la vida.

Y como no todo es resolver la duda sobre la existencia, surge la incertidumbre de conocer si la verdadera sabiduría llega cuando entiendes la vida, a ti mismo y lo que te rodea. Es por ello que, más que dar una respuesta ante dichas preguntas, se formulan aún más preguntas para indagar entre aquellos pensamientos o cuestionamientos sobre la vida y lo que sucede mientras esta dura. “Mientras nosotros posponemos, la vida acelera” (Séneca, 2018). 

Otro filósofo particular fue Séneca que, con tan solo seis palabras, sembró el pensamiento de que entre menos nos atreviéramos a intentar algo nuevo, a crear vivencias y a descubrir lo que realmente nos apasiona, más rápido se nos iría la vida, ya que no sabemos cuánto tiempo estaremos aquí.

Es impactante cómo la vida se nos va sin hacer nada de lo que realmente queremos; por ello, es momento de levantarse y empezar a vivir el poco o mucho tiempo que nos queda. “Tampoco creo que la literatura nos pueda enseñar a vivir, pero las personas que tienen preguntas sobre cómo vivir tienden a recurrir a la literatura” (Butler, 2020). El criterio de esta filósofa es de los que más impacto puede llegar a generar, ya que esta frase no solo habla de la vida y cómo se vive, sino de la literatura, su importancia, su relación y por qué se recurre a ella. Es de las mejores frases sobre la relación de la literatura y vida.

Su pensamiento es revolucionario, con un enfoque más adentrado a cómo se vive y de qué manera se contribuye al pensamiento y la cotidianidad, ya que no es solo vivir para ti, sino vivir para hacer el cambio. Aunado a esto, consultar la literatura, el vínculo creado entre la existencia y el impacto que genera una frase, un libro, un escrito, puede enseñarnos cómo se vive y, no menos importante, cómo podríamos vivir.

En la filosofía la vida es un suceso tan maravilloso o fatal que cada quién la interpreta a su parecer y lo único cierto es que siempre existirán esas dudas, ya que nadie tiene el conocimiento absoluto para resolver todos aquellos cuestionamientos. No obstante, los filósofos dedican su vida a solucionar estas dudas.

Hablar de la vida es toda una incógnita, solo sabes lo pasajera e insignificante que es. Pensar como una adolescente es tan confuso y doloroso, todos los días se levanta con mil pensamientos y preguntas. El razonamiento de la vida duele, tener que detenerse para sentir ese golpe de la realidad y ver que tus 17 años solo han marcado sucesos fatales que tal vez después o quizás nunca cobren sentido, pues diariamente analizas cómo se podría generar un cambio desde la perspectiva propia de vida. Aunque muchas veces ni tú conozcas el porqué de las cosas, intentas hacerte un ser de cambio, sobrellevando lo que puede ser la vida. No todo se trata de aprender a vivir; la existencia se va en un abrir y cerrar de ojos, en la sola preocupación de lo que sucederá mañana o lo que se espera que hagas después. Lo único cierto de la vida es lo inesperada que puede llegar a ser.

La vida no se basa en dedicar toda tu trayectoria a darle un sentido porque, como millones de personas dicen, la vida es muy corta, y realmente sí. Nuestra existencia es tan pequeña en la historia que no todos logran hacen el cambio y aunque tratan de buscar el significado de su vida, nunca lo pueden encontrar; se queda un vacío que nunca se puede revolucionar. Algunas historias de vida son tan tristes que nadie imagina que haya cosas tan crueles en este mundo; sin embargo, es momento de tomar conciencia de la existencia, levantarte, amar lo que tienes y agradecer lo que llegará a ti, trabajando constantemente en lo que te apasiona e inspira a poder vivir plenamente.

Bibliografía:

Butler, C. (2020). Cuerpo, memoria y representación. Ciudad de México: FCE.

Platón. (2017). Apología de Sócrates. Ciudad de México: FCE.

Séneca. (2018). Sobre la brevedad de la vida. Ciudad de México: FCE.

Tropicalidad noctura | Pablo Daniel Franco Gonzáles. Preparatoria 9

¿Nuestra identidad virtual determina nuestro valor?

Diana Valeria Reyes de la Torre

Preparatoria Regional de Huejuquilla el Alto

Módulo Mezquitic

Paticipante del Encuentro Filosófico del SEMS 2023

Resumen

Las redes sociales, como efecto de la globalización, son herramientas y espacios en los que en la actualidad nos comunicamos con otras personas, socializamos y exploramos el mundo y sus diferentes facetas. Se nos dice que creemos una cuenta en redes para socializar, para conocer otras personas, explorar, compartir nuestra vida y mostrarnos ante el mundo. Nunca vemos a las personas detrás de sus cuentas en redes sociales, sin embargo eso no nos impide idolatrarlas o embelesarnos con lo que nos comparten de ellos y “sus vidas”. Los seguidores que obtenemos o de los que llegamos a formar parte, pareciera que son el contador de nuestro valor y merecedores de reconocimiento. En realidad, la  cantidad no es el símbolo de tu valor;  con ella solo puede indicar un nivel de  popularidad. Una persona vale por su ser, sus acciones, su empatía, algo que esas cifras no demuestran.

Abramos con la pregunta que dio lugar a la inquisición de este ensayo: ¿el valor de las personas aumenta por la cantidad de followers que tenga en sus redes sociales?

Mi respuesta inmediata ante tal interrogante sería evidentemente que no, pero como en filosofía no es suficiente una negación tan contundente, es necesario introducir la constante incógnita: ¿por qué?

Bueno, yo la contestaré con otra: ¿por qué un número en un espacio digital, supuesto reflejo de la realidad, determina el valor de una persona?

Comencemos definiendo qué es valor. “Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es apreciada o bien considerada” (Oxford Languages, 2022).

Entonces, valor es equivalente a las cualidades de una persona. Victor Kuppers de cierta forma expresa algo similar en esta ecuación: V= (c+h) * a. (Global Contact, 2017).

Es decir; Valor es igual a c (conocimiento), más h (habilidad), multiplicado por a (actitud). Entonces, el conocimiento, la habilidad o experiencia, y la actitud otorgan, en conjunto, valor a una persona, pero, en un medio digital como lo son las redes sociales, la cantidad de seguidores es un retrato a todo detalle de estas cualidades.

Las redes sociales y la globalización en conjunto han derribado fronteras territoriales y llevado la comunicación e interconexión a todos los rincones; son parte importante, por no decir principal, en la forma en que percibimos el mundo y la realidad que nos rodea. Por consiguiente, forman parte de nuestra interacción con los demás y la forma en que nos perciben. Es un espacio donde tenemos el control de lo que decidimos mostrar de nosotros; de lo que queremos consumir y cómo consumirlo, donde se puede crecer o aumentar de followers conforme creas más contenido y muestras más. Con solo ser una persona reconocida o famosa se crea un perfil con una mayor interacción. El mundo existe por las imágenes que se muestran en la pantalla. Conocerlo tal como se muestra, teniendo un objetivo y público establecidos, en vez de verlo como lo que realmente es, la urgencia por lograr el mayor alcance posible, confunde la cantidad de followers con el valor de la persona, y eso no es lo mismo.

Actualmente, la persona con más seguidores en instagram es el futbolista Cristiano Ronaldo con más de 576 millones. Distinguido y reconocido atleta, es una persona de mucho valor, pero no por su cantidad de seguidores, sino por la dedicación y determinación en su carrera profesional, por los reconocimientos que crearon su popularidad, la cual lo convirtió en una figura celebre y le dotó una cantidad abrumadora de seguidores. Entonces, como en la mayoría de los casos, ese número evidencia la fama o visibilidad de una persona. Pero, ¿estamos realmente percibiendo a ese individuo a través de las redes sociales o es en realidad la identidad que se forma a partir de la información que se nos proporciona de él la que está siendo valorada?

En un arquetipo más cercano (nosotros mismos) lo que expresamos y transmitimos por redes sociales no es del todo un cúmulo de lo que somos;  es solo un rose en lo superficial, un realce aparente de nuestra realidad. Nadie es 100% sí mismo en redes sociales. Incluso a veces son dos identidades diferentes en mundos diferentes, virtual y real, porque lo que se muestra es el resultado de un filtro de calidad y privacidad. Como usuarios solo mostramos ese 10% de nosotros y de los momentos en los que hacemos cosas interesantes, nos vemos bien, queremos llamar la atención; donde nos mostremos emocionantes o fuera de lo ordinario. Pero no nos pongamos a atacar a las redes por eso, ya que eso es lo que son y para lo que las utilizamos, después de todo sería muy incómodo mostrarte como eres todo el tiempo. “Hemos pasado de los medios emisores a los medios dialogantes (blogs, foros colectivos, redes sociales) que permiten a los individuos del mundo entero compartir, discutir y entretenerse sin verse en ningún momento” (Lipovetsky, 2023).

Ahora el objetivo de la divulgación y seguimiento en redes sociales abre la posibilidad de entrar en el mundo de las celebridades, el vedetismo es la regla a toda publicación, mostrar los realces de una vida, no de años sino de instantes, donde la identidad toma forma de la aparente y diminuta fracción del espacio-tiempo del individuo, donde pareciera que la vida no fuera una montaña rusa con altas y bajas sino una pendiente en ascenso a lo perfecto y estético. En palabras de Lipovetsky: “El mundo mismo ha entrado en el sistema de la celebridad. Lo que no se convierte en imagen y no se mediatiza, no existe” (2023).

Los followers no solo son un impostor del reconocimiento sino también un agente y pase seguro a la farándula y a la difusión como persona y como marca en el mundo digital; por ende, a la herramienta personal hostigante de publicidad que ocupa nuestra atención a diario, que implanta en todo usuario la necesidad de saber más, enterarse más y todo al instante para estar al tanto del mundo globalizado que se refleja a través de su pantalla.

Retomando la reflexión de Lipovetsky: “se busca menos un vínculo comunitario que la embriaguez de los contactos y las <<amistades>> renovadas sin cesar, el contacto infinito, la apertura a todas las posibilidades y a los encuentros, el juego con la propia identidad, <<otra vida>>” (2023).

Entonces bien, si sabemos que lo que una persona es en redes sociales es el fruto de lo que quiere mostrar y no su persona en realidad, no nos tomemos a pecho ni nos evaluemos con base en el fantasma de nosotros mismos, que toma lugar como nuestra carta de presentación al mundo globalizado. Nuestro valor no surge de nuestra visibilidad y popularidad en redes sociales, es más que eso; surge de nuestro conocimiento, experiencia y actitud, aunque tu valor no sea del conocimiento de todos. No todo lo valioso es centro de atención.

Bibliografía:

Anónimo. (2017). Obtenido de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=OnPZNqtplsQ

Lipovetsky, G. (2023). La cultura-mundo. Barcelona: Anagrama.

Oxford Languages. (2022). Consultado en: https://languages.oup.com/google-dictionary-es/

Retos de la filosofía

Actualmente vivimos tiempos muy complicados donde la información, aunque infinita no genera confianza del todo o cuando nos preguntamos porque suceden las cosas, las tendencias en redes sociales o medios van determinando una nueva idea de validación y eso hace que cuestionarnos el origen de los conflictos en la vida cotidiana o los hechos por sí mismos, cuando nos confrontan día con día a los seres humanos.
Por ello la Filosofía una excelente forma de generar un sistema de investigación, discusión y reflexión sobre el conocimiento producido por las personas, entonces, se tiene la oportunidad por medio del Ensayo Filosófico realizar introspección con los estudiantes al cuestionar la realidad y el orden de las cosas. Así mismo se cumple con el propósito de construir argumentos que den explicaciones sobre los problemas que surgen existiendo.
Los retos que enfrenta la sociedad con su entorno natural o los problemas clásicos de la filosofía es una constante en la construcción de la realidad a pesar que es tan cambiante y compleja, sin embargo, como es el caso de los siguientes textos realizados por Regina Victoria Olivares Giffar y Guillermo Saúl Iberri Enríquez ambos estudiantes de la preparatoria Jalisco nos exponen sus puntos de vista sobre temas tan complejos como: en relación entre la culpa y el sobreviviente o la extinción de lo humano por la comodidad que nos da la automatización tecnológica
Sus ensayos nos provocan pensar en la violencia extrema o las situaciones límites que cambian las perspectivas de las personas actualmente también en las formas de coexistir en sociedad, no solo como se sobrevive en ellas, sino todo el complejo moral y psicológico del sobreviviente.
Entonces la filosofía nos da forma de entender la información producida los mecanismos del orden y el control en los juegos del poder en la sociedad. Por ello los planteamientos de Regina Victoria y Guillermo nos exponen dilemas o conflictos que surgen cuando la mente humana confronta con responsabilidad la vida o existencia.
Los ensayos de los estudiantes nos hacen reflexionar con cierto grado de profundidad en su búsqueda del privilegio o comodidad nos esclaviza a tal punto que rasgos deshumanizantes tan imperceptible que sentimientos, propósitos y objetivos van conformando un símbolo de felicidad o libertad, entonces, la explotación de la naturaleza o la esclavitud en las personas se genera sin medir las consecuencias.
Cabe indicar que una actitud de sospecha siempre habita en el pensar filosóficamente, por ende, es natural no aceptar las verdades absolutas para salvar las dudas inmediatas o declinar absolutamente al pensamiento dogmático que pueda interferir en la evolución ser humano, es rasgo natural de la filosofía o sospechar de todo lo que ello implique, incluyendo sus deseos infinitos ante una condición humana tan limitada.

María Adriana Sotelo Villegas

Poeta y docente de la Universidad de Guadalajara, imparte clases de filosofía desde hace 29 años. Ha publicado en revistas literarias y científicas. En la actualidad, es jefa de la Unidad de Vinculación del Sistema de Educación Media Superior.

De hombre a máquina y de máquina a esclavo

Guillermo Saúl Iberri Enríquez

Preparatoria de Jalisco

Resumen

Este ensayo tiene el principal propósito de demostrar cómo el ciudadano promedio del siglo XXI se rige no por sus decisiones sino por los intereses de la sociedad, dando como resultado individuos que son incapaces de ejercer su libre albedrío de una manera íntegra y completa y el por qué esto es un claro ejemplo de deshumanización en nuestra sociedad, la sociedad del siglo XXI no busca el bienestar de las personas, sino que solo busca el producir y consumir de manera constante e ininterrumpida acosté de cualquier individuo

Palabras claves: sociedad, libertad, trabajo, humanidad, automatización

Como individuos de la sociedad actual gozamos de muchas libertades, como por ejemplo ir a donde queramos, estar con quien queramos y hacer lo que queramos, ¿pero es esto siempre así? Podemos hacer esto cuando deseemos o solamente cuando nos den la libertad de hacerlo, y más importante aún ¿quién nos da la libertad de hacerlo? ¿Somos nosotros o alguien más? Todo esto me lleva a la siguiente pregunta ¿Es realmente la sociedad del siglo XXI libre? Según Platón “la libertad está en ser dueños de la propia vida” entonces, ¿se podría decir que el hombre no es realmente libre? En la sociedad actual se sufre de la mecanización del hombre, este concepto deriva de la deshumanización lo cual quiere decir que al ser humano se le retiran características, acorde a este y se le agregan otras características ajenas al mismo como bien podrían ser los de una máquina o un animal. Nuestra sociedad actual sufre de esta nociva conducta por parte de múltiples entidades laborales de diferente índole, la sobreexplotación del trabajador tratándolo como si fuera una máquina sin sentimientos, propósitos y objetivos, la poca empatía de las empresas, hace que estas menosprecien e incluso no tomen en cuenta las libertades de sus empleados, es una cosa que con el paso del tiempo se ha ido normalizando he incluso glorificando, es menester entender que estos comportamientos se dan en gran parte de los ambientes laborales y por no decirlo de otra forma en casi todos, así que si, la sociedad del siglo XXI no es libre al ser esclava del sistema que ella misma perpetua por medio de sus acciones al igual que de su nula conciencia al trabajar ciegamente por y para entidades de mayor fuerza, “La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento”(Han,2010, la sociedad del cansancio). Pero esto va más allá de la sobreexplotación de los trabajadores, esto va más dirigido a la falta de empatía y la automatización que se va generando en torno a este tipo de ambientes al igual que los problemas que estos acarrean en la sociedad, una persona que deja de ser considerada como un ser humano siente eso mismo, que ya no es un individuo, que simplemente se ha vuelto un objeto más en este mar convulso y caótico que llamamos sociedad, esto desemboca en una variedad de problemas y complejos para el individuo en cuestión, como por ejemplo estrés, ansiedad, depresión, insomnio entre muchos otros “Un estudio de la OIT acerca de las políticas y programas de salud mental concernientes a los trabajadores de Alemania, los Estados Unidos, Finlandia, Polonia y el Reino Unido muestra que la incidencia de los problemas de salud mental está aumentando, hasta el punto de que uno de cada diez trabajadores sufre depresión, ansiedad, estrés o cansancio, que en algunos casos llevan al desempleo y a la hospitalización.”(Organización Internacional del Trabajo [OIT], 2000)

 El estar en una sociedad laboral tan frenética e imparable hace que la mayoría de las personas no se preocupen por su salud ni física, ni mental, incluso llegando al punto de ir en condiciones de malestar con tal de no perder un día de trabajo, ya que en consecuencia estos se verían con recortes en el sueldo laboral que los cargos superiores les impondrán, y esto demuestra una vez más que las empresas no ven al hombre ni a la mujer como personas, sino simplemente como un par de manos obligadas a trabajar por la necesidad monetaria de una empresa, por el deseo de una productividad incesante que pueda sostener el peso del consumo materialista de la sociedad contemporánea de la que irónicamente formamos parte, y esa también es otra parte de suma importancia para entender el fenómeno de la mecanización y la sobreexplotación laboral, es necesario entender que muchos individuos buscan a través del trabajo ganar la tan preciada recompensa monetaria no solo como una necesidad sino como una recompensa que puede hacerlos felices, pero como bien es sabido la felicidad es relativa, ya sea porque una persona se puede ir de viaje, puede comprar el último modelo de celular en el mercado o satisfacer el gusto que sea, todo esto solo conduce a una necesidad más, a volver a repetir los círculos viciosos de trabajo, paga y finalizar con la recompensa solo para que siga así, y si bien podría sonar como un comportamiento natural de la sociedad esto no es nada más que la mecanización en su máxima expresión, esto es por qué la sociedad es víctima de la sociedad y por qué el no trabajar en exceso para muchos es sinónimo de no tener lo que se desea, incluso si es a costa de tu salud, tiempo y estabilidad mental.

De esta manera vemos el panorama completo, vemos como el humano mecaniza al humano dándole complejo de máquina para luego rebajarlo a ser un esclavo más del programa laboral, un programa frío, inhumano con el único propósito de satisfacer a la sociedad para que esta misma pueda cumplir su meta de satisfacer al sistema laboral, es un ciclo de trabajo que se basa en el consumismo, en el deseo y en el desgaste para conseguir lo que se anhela “La sociedad de trabajo y rendimiento no es ninguna sociedad libre. Produce nuevas obligaciones. La dialéctica del amo y el esclavo no conduce finalmente a aquella sociedad en la que todo aquel que sea apto para el ocio es un ser libre, sino más bien a una sociedad de trabajo, en la que el amo mismo se ha convertido en esclavo del trabajo. En esta sociedad de obligación, cada cual lleva consigo su campo de trabajos forzados.” (Han ,2010, la sociedad del cansancio)

Es por eso que la sociedad en la que nos encontramos hoy en día no es una sociedad que nos da un libre albedrío o una libertad como tal, no es una sociedad que se base en el bienestar de sus ciudadanos ni tampoco que se preocupe por los mismos, es una sociedad que posee el único propósito de sostenerse a sí misma con la fuerza del trabajo y con el consumo ingente y descuidado de sus insumos, mientras nos vende la falsa idea de libertad, porque al final del día la mejor prisión es la que no parece una y la sociedad actual con todos los beneficios que implica vivir en ella es eso, una prisión que mecaniza a sus individuos haciéndolos carentes de todo ápice de autonomía más allá de lo que la misma sociedad quiere que piensen, sientan y hagan.

 No cabe duda que estamos en presencia de una sociedad de producción, consumo automatización y que sobre todo es incapaz de ser totalmente empática, estamos en presencia de una sociedad que ha olvidado todo remanente de verdadera libertad y que lo ha suplantado con una libertad artificial basada en el consumismo y la obtención de bienes materiales costosos para sentirnos bien con nosotros mismos mientras esta falsa libertad nos da la sensación de ser dueños de nosotros mismos cuando en verdad siempre estamos a merced de las órdenes de la sociedad laboral, cuando en verdad estamos bajo el manto opresivo de una sociedad que vigila cada uno de nuestros movimientos y castiga aquellos que se equivocan, una sociedad donde la disciplina se reemplaza por miedo, la libertad por engaño y la felicidad por una complacencia materialista insípida.

Pero ¿no hay ningún modo de volver a ser libres en esta sociedad que solo ve por los intereses materiales y no por los humanitarios? Esto solamente lo dirá la misma sociedad, el día que la sociedad recobre el verdadero sentido de la genuina libertad y de la felicidad verdadera más allá de una felicidad basada en lo material, ese día seremos una sociedad completamente libre sin ataduras ni cadenas, una sociedad que le da más importancia a su lado humano y no una sociedad que lo da todo a su artificial lado mecanizado.

Llegado el momento nuestra sociedad llegará a un punto de no retorno donde será más factible abandonar nuestra libertad, nuestros sueños y esperanzas y sucumbir al sistema de una manera abrupta y sin más opción, sin embargo, sólo si la sociedad decide liberar a la sociedad ese día jamás llegará y el ser humano podrá recuperar su humanidad, su destino y su felicidad, básicamente lo que nos hace libres y nos aleja de ser máquinas y esclavos

Bibliografía:

Han, B. (2010). La sociedad del cansancio (Spanish Edition). Herder Editorial.

Organización Internacional del Trabajo. (2000, 10 octubre) Un informe de la OIT estudia la salud mental en el trabajo enAlemania, Estados Unidos, Finlandia, Polonia y Reino Unido. Recuperado 8 de septiembre de 2022, de https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_008592/lang–es/index.htm

Angustia| Valeria Mendoza Bautista
Preparatoria de San José del Valle de Tlajomulco de Zúñiga

La culpa ante un hecho de sobrevivencia

Regina Victoria Olivares Giffar

Preparatoria de Jalisco

Resumen:
En el siguiente ensayo se responde a tres preguntas que hablan acerca del cómo es que el sobrevivir a un suceso traumático la gente pueda sentir culpa, así de también entender por qué ellos reaccionan de esta manera a ese tipo de situaciones y del por qué se dice que si sobrevivieron es porque tenían un motivo o una meta como tal, todas estas ideas planteadas en el escrito dado, junto con la filosofía principal de dos personas que dieron un gran aporte a esos temas de la vida. Hablando de cómo es que esta sensación de culpa llega a los seres humanos y del cómo esta de cierta forma podía ser evitada si se viera desde otra perspectiva a la situación sobrevivida, se dan varias definiciones de esta y se logra exponer de forma clara y concreta las ideas sobre la supervivencia, el sentido de la vida y la culpa.
Palabras clave: Culpa, supervivencia, vivir, individuo, traumáticas.

Según Freud, la culpa es como un dolor psíquico que se impone el propio individuo por haber traicionado al otro y por poner en riesgo su amor. Mientras que, por otro lado, la supervivencia según Darwin es lo que hace un individuo de una determinada especie para adaptarse al medio, dando así que el mejor adaptado es que el que sobrevive. Se conoce que el ser humano ha tenido que enfrentar estos dos conceptos a lo largo de su vida, por medio de situaciones traumáticas. En este ensayo se quieren contestar tres preguntas que tienen que ver con este tema.

¿Cómo las personas responden a situaciones traumáticas de supervivencia?, ¿por qué la gente se siente culpable al sobrevivir a ese tipo de situaciones? Y ¿por qué se nos dice que si sobreviven es porque tienen una “meta” como tal? Siendo como tal la segunda pregunta el tema más central de este ensayo.

Se dice que la gente al tener este tipo de eventos traumáticos en su vida puede llegar a tener un síndrome conocido como “la culpa del superviviente”. Este síndrome es una alteración emocional que se desarrolla en personas que han vivido este tipo de hechos traumáticos y de los cuales han puesto en peligro sus vidas y/o la vida de alguien más cercano a ellos que termina con un suceso de muerte hacía esa otra persona y no hacía uno mismo. Este caso lo podemos ver tanto en

situaciones pasadas como la segunda guerra mundial o el 9/11, así como en la actualidad con la pandemia del Covid-19 o la guerra entre Rusia y Ucrania. De esta manera se puede responder a la primera pregunta de este ensayo, en donde se pregunta cómo es que las personas responden a ese tipo de situaciones traumáticas de supervivencia, y aunque esta reacción no podría ser como tal algo general (o sea que se de en todas las personas), llega a ser una de las reacciones más vistas en este tipo de personas. Pero ahora que se sabe de esto, se puede plantear la segunda pregunta, que es ¿por qué la gente siente culpa por haber sobrevivido? Se tiene entendido que la gente puede llegar a tener un síndrome, esto como un causa- efecto de la situación, pero ahora debemos plantearnos el porqué de este sentimiento. Hay muchas razones tanto psicológicas como filosóficas pueden dejar en claro el por qué. Según el filósofo Karl Jaspers existen cuatro tipos de culpa: la criminal, la política, la moral y la metafísica, cada una se implicaría con la responsabilidad individual o colectiva, así como para evitar que se trivialicen las discusiones y que esta se generalice peligrosamente, o también inculpando a los inocentes o exculpando a los culpables. El ser humano ha crecido en un entorno donde el error, la distracción, la falta de atención e inclusive al no cubrir las expectativas propias, provocan ese sentimiento de culpa, aunque en el fondo deberíamos de conseguir cambios motivados no por el miedo a las consecuencias, si no que deberían de ser por asumir responsabilidad y crecimiento personal.

Desde el punto de vista religioso, el perdón llega a ser clave fundamental para la liberación de la culpa, sería la oportunidad de quedar limpio de culpa por medio de la fe, con este modo se puede entender que la liberación de la culpa constituye un punto neurálgico en el intento de la comprensión de la realidad de todo pensamiento filosófico y religioso. Aparte de ese punto, la gente siente culpa porque siente que la situación fue injusta, “¿por qué yo sí y ellos no?”, es una duda que posiblemente la mayoría de supervivientes se hace, pero también se puede decir que otras personas pueden llegar también a pensar esto, aunque ellos no hayan tenido que estar dentro de esa situación de supervivencia. A lo que llega a comentar Karl Jaspers, el pueblo también puede asumir algún tipo de culpa política y moral por no haber hecho algo para haber evitado esos crímenes creados por los otros, además

de sentir que es su responsabilidad y solo hacer como si nada hubiese pasado (lo cual es un factor malo en respecto al sentimiento de culpa, que podría ser la evasión).

Por lo que se puede entender con toda esta información, las personas como tal, pueden sentir culpa porque moralmente y/o éticamente sentimos que lo que hacemos se siente incorrecto, un punto de vista que se puede pensar, es que los supervivientes sientan esta culpa porque no pudieron ayudar a los otros, porque no pudieron hacer que ellos sobrevivieran, pero por otro lado de la situación, ellos no pudieron tener el control de ninguna de esas situaciones traumáticas, uno nunca sabe que puede pasar, pero tampoco podían poner la vida de ellos en juego, es aquí en donde la supervivencia y el sentido de la vida podrían entrar. Se tiene entendido, que para vivir se necesita de cierta forma un motivo, un sentido, ya que eso provoca que la gente pueda ver más allá de su propia vida. El filósofo Viktor Frankl comentaba que la gente de los holocaustos si sobrevivían era porque tenían una meta. Con esto se puede hablar respecto a la última pregunta, ¿por qué se dice que si sobreviven es porque tienen una “meta” como tal? Esta pregunta viene más a base de un pensamiento que el mismo Viktor tenía, al haber sobrevivido a varios campos de concentración por tres años, pudo crear un método terapéutico conocido como la logoterapia, la cual está basada en el sentido o propósito existencial. Frankl decía que muchos de los prisioneros del campo de concentración creían que la oportunidad de vivir ya se le había terminado, sin embargo, la realidad es que se les estaba presentando una oportunidad y un desafío, que si bien, podría convertirse en una experiencia de victorias, la vida es un triunfo interno o bien, que se podría ignorar el desafío y limitarse a vegetar. “Lo que de verdad necesitamos es un cambio radical en nuestra actitud hacia la vida. Tenemos que aprender por nosotros mismos y, después, enseñar a los desesperados que en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros” dicho por Viktor Frankl. Un ejemplo que pone él y que ayudaría a responder la pregunta es cuándo cuenta acerca de dos compañeros del campo de concentración, los cuales ya no esperaban nada de la vida. A uno de ellos le quedaba un hijo a quien adoraba y que lo esperaba en el extranjero, mientras que, al otro, le esperaba una publicación muy

importante que debía de concluir. El padre debía aceptar que nadie le reemplazaría y el científico que nadie podría finalizar su obra. Dos casos distintos que tienen metas y responsabilidades diferentes: una actitud de amor y una actividad creativa. Son porqués de sus respectivas existencias. “El hombre que se hace consciente de su responsabilidad ante el ser humano que le espera con todo su afecto o ante una obra inconclusa nunca podrá tirar su vida por la borda”, concluye Frankl.

Para Viktor Frankl, él logró sobrevivir porque encontró que el verdadero sentido de su vida era estar feliz por estar vivo. Con esto se puede entender que la clave de la supervivencia consistía en asumir el sufrimiento del campo como un reto a superar y encontrarle un sentido. La supervivencia es un tema del cual se puede pensar mucho, porque depende mucho de cómo la veamos, como dice Frankl, tratar de tenerle un sentido a la vida, podía ayudar a lograr tener una nueva oportunidad, además de hacer ver cómo es que la gente si sobrevivía era porque tenían un motivo para un futuro inseguro. En una conclusión de estas tres preguntas, se puede decir, que las personas al pasar por este tipo de eventos traumáticos pueden sentir culpa, pueden sentir que ellos al no haber ayudado a detener las muertes de los demás se llegaran a sentir mal, por ello, ellos llegaban a pensar que no se merecían salir adelante, pero algo que Karl Jaspers dejo en claro, es que la culpa no era algo ni bueno ni malo porque esta solo cumple una función junto con la ley y la ética, la cual sería regular el comportamiento humano. La culpa dependerá mucho del punto de vista de cada persona, ellos escogerán cómo tratar este sentimiento de culpa. En otro aspecto, sabemos que los efectos que causan esta supervivencia podrían ser algo distintos si ellos pudieran ver la supervivencia como Viktor Frankl la veía, que era tratando de encontrar un motivo que ayudara a esa persona a salir adelante, aunque su futuro fuera uno incierto. Tratando de decir, que el verdadero sentido de la vida para poder lograr una buena supervivencia es poderse sentir feliz por estar vivo como lo pensaba Frankl, ya que al vivir con esa culpa solo estarían condenándose a sí mismos, por acciones de las cuales nunca pudieron tener control.

Bibliografía:

Yuste, J. (2020, 1 junio). Quien encuentra sentido puede soportarlo todo: la sabiduría del filósofo Viktor Frankl – Cultura Inquieta. Recuperado 11 de septiembre de 2022, de https://culturainquieta.com/es/pensamiento/item/16854-quien-encuentra-sentido-puede-soportarlo-todo-la-sabiduria-del-filosofo-viktor-frankl.html

Los problemas coinciden

Dorian Hernández Vázquez*

Uno pensaría que, mientras más viejo se va haciendo, le van interesando problemas acordes a su edad. Pero de ser cierto esto, todas las personas de la misma edad reflexionarían sobre problemas similares. Estas hipótesis son fáciles de poner a prueba; basta con mencionar en un salón de clases de bachillerato los temas que al profesor le preocupan. Si notara que los alumnos no están enterados, la afirmación se cumpliría. De igual modo, si les preguntara a los alumnos sobre sus temas de interés, es posible que el maestro no tuviera idea de ellos o una muy vaga.
Cuando trasladamos la cuestión a la investigación filosófica, la cosa empeora. Los problemas filosóficos son muy curiosos; por un lado, pueden coincidir entre investigadores porque alguien los puso de moda. Quizás, hubo un autor con ideas y argumentos lo suficientemente fuertes para mover la reflexión hacia una dirección. Por otro lado, cada quien trabaja sus temas de interés, y las discusiones filosóficas pueden versar en persuadirnos sobre cuáles son los problemas relevantes. Pero, nuevamente, los temas encuentran pensadores según el criterio de la edad. Sin embargo, está sucediendo algo a lo que debemos prestar atención: los problemas coinciden sin importar el criterio ni la edad; es decir, estamos reflexionando sobre las mismas cuestiones. ¿Por qué? ¿Qué ha pasado que en todos los niveles educativos y de investigación existe un interés generalizado sobre temas tan similares?
En los siguientes ensayos filosóficos notaremos esta intuición. Por ejemplo: Ander Santos Ponce sostiene que, en la actualidad, no tenemos la posibilidad de ejercer nuestra voluntad. La publicidad capitalista, el internet y los algoritmos, nos despojan de la ilusión de practicar la voluntad consciente y, para ser libres, debemos dominar el conocimiento y la voluntad. También, Danna Sánchez Robles afirma que, si nos preguntamos si es necesario que el arte tenga un compromiso social, es muy probable que la respuesta sea no, y pone muchos ejemplos de ello. El arte es un medio para representar la realidad, el cual es valorizado según ciertos valores éticos; por lo tanto, el arte tiene el objetivo de darle mantenimiento a la cultura y a la historia. Por último, Alexis Martínez Benítez nos dice que vivir en un mundo consumista ha robado nuestra identidad y ha mercantilizado lo que somos, nos hace ajenos a nosotros mismos. No somos lo que consumimos ni lo que participamos del espectáculo. La autenticidad es posible si nos resistimos al consumismo.

*Licenciado en Filosofía y maestro en Estudios Filosóficos por la Universidad de Guadalajara, es profesor en la Preparatoria de Tonalá desde 2015. Imparte las asignaturas de filosofía y ética, así como la de comprensión de la ciencia. 

La guerra entre la publicidad y la libertad

Ander Emiliano Santos Ponce

Preparatoria de Jalisco

Resumen
A lo largo de este ensayo, buscaré demostrar cómo el sujeto común no tiene la posibilidad de ejercer su voluntad, dado que las hordas de publicidad enviadas por el mundo capitalista en el que vive no solo lo rozan, sino que lo dominan por completo. Aunado a esto, propongo la necesidad de generar conocimiento para librarse del dominio de la industria publicitaria.
Palabras clave:
Libertad, publicidad, conocimiento, voluntad, consumo.

¿Qué tanto hemos cambiado desde que llegó el Internet a nuestra vida cotidiana? ¿El Internet y las redes sociales se han apoderado de nuestra conciencia? Me atrevo a decir que la sociedad —aquella que desde una pequeña pantalla puede acceder a grandes mares de información— está contaminada por una falta profunda de libertad. Dice Herbert Marcuse que:
La cultura industrial avanzada es, en un sentido específico, más ideológica que su predecesora, en tanto que la ideología se encuentra hoy dentro del propio proceso de producción […] Los productos adoctrinan y manipulan; promueven una falsa conciencia inmune a su falsedad. Y a medida que estos productos benéficos son asequibles a más individuos en más clases sociales, la adoctrinarían en la publicidad y se convierte en modo de vida (1993).
Las páginas web nos conocen, y nos conocen muy bien. Nos conocen tanto que son capaces de acertar antes que nosotros si padecemos una enfermedad o estamos en un estado irregular. Así de poderosos son los algoritmos, que se nutren constantemente con nuestra información. Su comportamiento es similar al de una persona con la que convivimos habitualmente; la diferencia radica en que estos algoritmos nos monitorean todas las horas del día, todos los días, apropiándose continuamente de nuestra información y nuestra vida. El problema radica en que un algoritmo nos terminará conociendo más de lo que lo hacemos nosotros mismos. Y esto me recuerda las palabras de Sun Tzu: “Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla” (2003).
Me pregunto entonces: ¿cuánto peligro hemos de correr si, en nuestra travesía en un mundo que avanza tan rápido, no se nos permite conocerlo ni conocernos? ¿Nos enfrentamos a un enemigo extraño e incontrolable?
Practicar la voluntad logra el conocimiento propio; las opciones se revelan cuando se les reconoce. De la misma forma; para que exista libertad, es necesario dominar estos dos factores: conocimiento y voluntad. Por ende, cuando se ausenta uno de ellos, podemos decir que se genera una deficiencia en el manejo de la libertad. Y eso es justo lo que padecemos del mundo tecnológico.
Para poder funcionar económicamente, y debido al alcance que tienen, las redes sociales y las páginas web ofrecen servicios de publicidad. ¿Y de qué manera pueden tener certeza de influir en los usuarios si no es a través de la información que ellos mismos proveen? No es coincidencia que, cuando buscamos artículos en la web, nos bombardeen con publicidad relacionada en todas las plataformas que usamos —especialmente en Facebook—. Cuando nos damos cuenta de esto es que cobra mayor sentido el hecho de que existan modelos de negocios que aparentemente no tienen rentabilidad. Pero, pensándolo a profundidad, nos será obvio: no puede haber mayor negocio en las plataformas gratuitas que la recopilación y venta de la información de sus usuarios.
Por consiguiente, todos los días somos víctimas de la publicidad en las redes sociales, y esa publicidad nos hace desear cosas. De esa manera, la publicidad a la que somos sometidos no es únicamente mercantil, sino también política y social, lo que puede contribuir a crear una visión tergiversada de la realidad en la mente de las personas. La publicidad nos manipula, de modo que el marketing es experto en crearnos necesidades. Su objetivo es conseguir la venta de un bien o un servicio a cualquier costo. No obstante, en el camino que debe tomarse para crear aquella carencia, se encuentra casi siempre con la ansiedad y el desasosiego del consumidor. Y así pensamos en historias de personas que se han vuelto compradoras compulsivas.
Vivimos en un mundo tecnológico donde tenemos acceso a mucha información, ya sea para el entretenimiento o el conocimiento. En este ambiente moderno en el que somos bombardeados por estímulos sensoriales de todo tipo, las redes sociales son, según las estadísticas presentadas por Amazon en la base de datos de Alexa (2021), las plataformas en las que las personas pasan la mayor parte de su tiempo en Internet. Y es normal, ya que las redes sociales generan, de manera rápida y sencilla, vínculos sociales importantes que han cobrado mucha fuerza en estos tiempos de pandemia. Pero eso no es todo: el Internet proporciona servicios prácticos que buscan facilitar la existencia del humano: comida a domicilio, paquetería instantánea en moto, pornografía y plataformas de películas y series son solo algunas de las cosas que las personas pueden conseguir fácilmente. Y, claro, en todas las plataformas que ofrecen estas posibilidades hay cientos de anuncios publicitarios, porque la economía capitalista genera que el espectador se mantenga consumiendo todo el tiempo.
En cierta medida, las redes sociales aprovechan nuestra falta de libertad para tomar decisiones por nosotros, sobre todo si estamos ya acostumbrados a que nos den lo que nos gusta. Sin embargo, nos encontramos en una situación donde todo lo que nos enseña la publicidad no es más que un truco, un viso de libertad que nos hace creer que elegimos lo que queremos, cuando realmente un algoritmo lo está eligiendo por nosotros. Esto no solamente nos limita en voluntad, sino también en opciones, pues las únicas opciones que tenemos son las que la publicidad y sus algoritmos quieren que tengamos. De esta manera, es innegable que las redes sociales limitan nuestra libertad y nosotros nos damos cuenta.
Pero, aunque nunca podamos conocernos ni conocer lo que nos rodea por completo, esto no debe ser algo que limite el que continuamente busquemos enriquecer nuestro conocimiento. Es así que una persona ignorante de sí misma es menos libre que aquella que se conoce más. Saber esto nos ayudará a reconocer que la publicidad busca hacernos ignorantes para que compremos, sin dudar, lo que promociona. Las redes sociales nos brindan estímulos placenteros para hacernos ver por más tiempo la publicidad, pero es necesario que estemos conscientes de ello para poder sobreponernos. El Internet está lleno de información que nos puede dañar si lo usamos inadecuada o descuidadamente. En cambio, si lo utilizamos bien, el Internet podría ayudarnos a ser mucho más sabios y, con ello, ganarle la guerra a la publicidad y conseguir, por fin, nuestra libertad.

Bibliografía:

Alexa, an amazon.com company (2021). Top cities in Mexico. Recuperado de la base de datos de Alexa, an amazon.com company.

Marcuse, H. (1993). El hombre unidimensional, ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada. Barcelona: Planeta-Agostini

Sun Tzu. (2003). El arte de la guerra. Biblioteca Virtual Universal. Consultado en: https://biblioteca.org.ar/libros/656228.pdf

 


Crucial vital| Joscelyn Margarita López Ruelas. Preparatoria Regional de El Salto

La realidad interpretada por el artista

*Danna Andrea Sánchez Robles

Preparatoria 9

Resumen
El presente ensayo expone una postura personal sobre el arte como expresión social, como un medio para representar la realidad, a partir de lo cual es valorizada, según los principios éticos.
Palabras clave:
Arte, ética, moral, historia, sociedad, cultura, violencia.

A lo largo de la historia, el arte ha sido producto de conflictos sociales. Los artistas han escrito, pintado, hablado sobre temas que en su tiempo no eran permitidos, pero con el tiempo se ha demostrado que el que se equivocaba era el Estado y no el artista creador.
¿Es necesario que una obra sea de compromiso social o que cumpla una función específica para ser considerada arte? Diría que no, ya que hay obras en las que el compromiso social es nulo. Sin embargo, hay otras que denuncian la violencia, que efervescen en la sociedad y que se vuelven un asunto difícil, incómodo, y cuyos alcances no se resuelven a nivel político, social o institucional. Ahí, en momentos de reflexión, el arte engloba, se vuelve importante para hacer una introspección hacia lo que está repercutiendo en la sociedad. El arte resuelve, de manera que no se torne insensible todo lo que sucede.
El hombre descubrió en el arte una forma de imitación (a partir del instinto), lo cual le llevó a desarrollar la habilidad de mirar a la distancia y crear representaciones de su contexto. Fue así como se le dio vida al mundo de lo artificial, que es la suma de todas las cosas que los seres humanos hemos creado a través del arte.
La obra de arte, por tanto, es también una representación de las conductas humanas violentas y éticamente reprobables. Hoy en día, llega a generar mucha polémica. Por un lado, están los artistas que desean crear una armonía entre el artista y el público, y por el otro están los que llegan a romper con ciertas normas éticas y morales para la creación de sus obras. Ejemplo de ello es una obra de Habacuc Guillermo Vargas, expuesta en la galería Códice, llamada Exposición No.1. En dicha obra, un perro en estado de inanición fue amarrado a una pared en la cual escribió con comida de perro: “eres lo que lees”. El ambiente estaba aromatizado con piedras de cocaína y marihuana, mientras una bocina reproducía el Himno Sandinista al revés (Ham, L. 2016).
El trasfondo de la obra, sin embargo, era más complejo: el perro había sido bautizado Natividad en honor a Natividad Canda, migrante nicaragüense muerto en Costa Rica a merced de perros guardianes, mientras policías, bomberos y transeúntes habían observado cómo moría. Más allá de ser solo un perro muerto, esta obra protestaba por la justicia social y la conciencia lúcida de su contexto. A pesar de esto, el artista fue juzgado. Entonces, en casos como este, ¿se debe limitar la expresión? Agustín Solano dice:
No se crean formas lejanas a lo que directamente encontramos en un paisaje cotidiano por mero capricho, sino por una razón que humanamente ha sido construida a través de la historia, porque se encuentra en un contexto que permite exponer ciertos problemas de la sociedad en estas formas y composiciones. El artista se aleja socialmente como individuo, pero se acerca socialmente a través de su obra, que pretende crear una reflexión de lo social y manifestar, en su lenguaje y con sus fines, lo que piensa y siente (2004).
Con esto digo que lo éticamente reprochable en el arte ya existe en la realidad, y una obra solo la representa. La violencia no existe en la representación artística de un acontecimiento violento, pues el artista únicamente resignifica la verdadera violencia. Slavoj Žižek apunta sobre una obra de Picasso:
Según cuenta una conocida anécdota, un oficial alemán visitó a Picasso en su estudio de París durante la segunda Guerra Mundial. Allí vio el Guernica y, sorprendido por el “caos” vanguardista del cuadro, preguntó a Picasso: “¿Esto lo ha hecho usted?”. A lo que Picasso respondió: “¡No, ustedes lo hicieron!” (2009).
El arte además es útil, porque evita un fenómeno de pérdida. Al pasar de una generación a otra, lo que ya se va creando y compartiendo, no pierde su significado ni se deteriora. Si ya no hiciéramos arte nunca más, eventualmente nuestra cultura se iría deteriorando hasta regresar a lo silvestre (Jiménez, 2013). He aquí la función del arte: darle mantenimiento a la cultura y a la historia. Cada nueva generación va produciendo nuevas obras, y esto se vuelve un ciclo infinito, que permanece a través de la historia y genera cierta resistencia.

Bibliografía:
Ham, L. (2016). Habacuc está más vivo que nunca. Tierra Adentro. Consultado en: https://www.tierraadentro.cultura.gob.mx/habacuc-esta-mas -vivo-que-nunca/
Jiménez, J. (2013). Función social del arte. Consultado en: https://youtu.be/Bt6IX5PKxJY
Solano, A. (2004). La legitimación del arte moderno. Graffylia: Revista de la Facultad de Filosofía y Letras. N° 4.
Žižek, S. (2009). Sobre la violencia, seis reflexiones marginales. Barcelona: Paidós. Recuperado de: http://mastor.cl/blog/wp-content/uploads/2017/05/ZIZEK-Slavo-Sobre-la-violencia.pdf

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021 *

Falsos ideales

Alexis Francisco Martínez Benítez*

Preparatoria Regional de Santa Anita

Resumen
El presente ensayo pretende realizar una crítica a la sociedad consumista e indiferente que antepone lo material y se convierte inconscientemente en parte de un sistema que muchas veces repugna y aborrece. Así, los sujetos de la sociedad del consumo terminan sintiéndose víctimas del sistema, pero fomentan a la vez su voraz desarrollo.

El consumismo nos ha sido impuesto sin siquiera darnos cuenta, ha formado una sociedad alejada de sus propias creencias y verdaderas necesidades. ¿De verdad queremos ser así, o tanta mercancía que consumimos nos convirtió en esto? ¿Se deberá al estatus social, al deseo de vestir como otros, a usar cosas que no están en nuestras posibilidades, o simplemente nos estamos dejando llevar? Lo cierto es que hemos tomado una identidad completamente falsa a la que tenemos. El consumismo favorece a este sistema, mercantilizando cosas muy simples solo para otorgar un estatus.
En realidad, desde hace tiempo banalizamos todo lo que está a nuestro alrededor, como menciona Debord: “En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso” (S.f.). Esto nos deja clara la gran separación social que hemos tenido en los últimos años; la sociedad y el sistema nos han corrompido tanto que, en vez de darnos cuenta de que estamos alejados, creemos estar más cerca de lo imaginado.
También esta forma genera un espectáculo basado en la ilusión de un sistema completamente contrario a lo que en realidad nos quieren dar a entender. Un ejemplo de esto es Instagram, una red social que tomó fuerza en los últimos diez años. Formamos parte de una simulación que nos aleja de lo que en realidad somos, contemplamos cosas banales a las que se les ha puesto precio y giramos en el consumismo fácil que rueda bajo los intereses capitalistas.
Para colmo, es el mismo sistema capitalista el que nos genera emociones y reacciones que nos impulsan a consumir más de lo que necesitamos; nos transforma en seres falsos que caen en la desesperación y en la cultura del consumismo. En consecuencia, la convivencia que surge a través de aplicaciones se basa en la publicación de fotos e historias, y tal dinámica nos hace creer que estamos más cerca de las personas, que en realidad están completamente distantes, vacías o ajenas. Porque nos limitamos a comunicarnos sin la interacción física y solo a través de un medio intangible. Pasa semejante en el deporte: preferimos verlo por televisión y generarnos una ilusoria idea en lugar de practicarlo.
Por esta razón, Alan Moore alguna vez dijo: “Ahora filmamos y fotografiamos cada momento de nuestra vida, queremos estar entretenidos, no aguantamos ni treinta segundos de introspección. Por eso nos entregamos a los dispositivos electrónicos, convencidos de que es una forma de vivir y la única que vale la pena”, tanto que nos hemos vuelto un espectáculo dentro de la sociedad, payasos tratando de dar un show en redes para llamar la atención que creemos merecer. Somos vulnerables a las ideas que gente como nosotros nos vendió, imaginamos que podemos tener la vida que las redes nos tratan de inculcar y nace la creencia de que vale más ser un influencer.
Por consiguiente, vivir en un mundo consumista que ha robado nuestra identidad y ha mercantilizado lo que somos, nos hace ajenos a nosotros mismos; como ilustra Diego Ruzzarin: “¿Quién eres? No hablo solo de tu ropa, ni de lo que compras. Sin todo eso, dime, ¿quién eres?”.
Ahora bien, ¿cómo podemos ser auténticos en esta sociedad? Mientras más nos esforzamos en ser únicos, nos volvemos contradictoriamente más como el resto, hombres iguales y grises a los que les quitan todos sus sueños y aspiraciones y las modifican.
No es comprensible por qué alguien sería la ropa que viste, los tenis que calza o el celular que porta, hasta que captamos que de alguna forma adoptamos como personalidad el consumismo. No somos los tenis que usamos, el restaurante al que vamos a comer, mucho menos el celular que portamos. Sin embargo, consumimos estos bienes materiales porque es un reflejo de la personalidad que hoy en día otorga la etiqueta de “auténtica”, aunque en realidad no lo sea.
¿Alguna vez nos hemos preguntado si de verdad nos gustan todos esos objetos, o solo nos gusta el estatus que nos confieren? Tal vez solo somos víctimas de ideales construidos por un sistema consumista que nos ha robado la capacidad de decidir.
¿Acaso nuestros sueños valen los objetos que compramos? El sistema consume nuestros sueños y anhelos para volvernos grises, sin emociones, y nos vende la idea de que el sueño de toda la vida es comprar un Porsche, aquel auto que nunca conseguiremos, pero que nos mostraron en todas las plataformas de comunicación; nos bombardearon de tal manera que comenzamos a creer que una vida hedonista y llena de lujos es la única forma de realizarnos.
Tendrá que pasar mucho tiempo para terminar con este espectáculo que nos ha vuelto grises, vacíos. Podemos aceptar las grietas que hay dentro de la sociedad o tratar de contenerlas e ignorarlas, esperando que no se vuelvan más grandes. El mundo resultará un mejor lugar para vivir cuando nos interesemos en lo que realmente vale la pena: la gente. Ese quizá sea el arte que le falta desarrollar a la humanidad: el arte de amar al prójimo, de interesarse en los demás sin priorizar las cosas materiales.

Bibliografía: Debord, G. (s.f). La sociedad del espectáculo. Nufragio. Consultado en: https://issuu.com/batsilkop/docs/debord __ g. _-_ la _ sociedad _ del _ espect 

*Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021

Leernos

Ni los profesores ni los alumnos somos completamente conscientes de las actividades que realizamos. Todos entramos en una dinámica en la que muchas actividades se colocan como prioridad, dejando de lado otras que, al ser tan obvias, parecen no tener importancia. Los alumnos están a veces más preocupados por contabilizar los créditos que les faltan, por saber cómo es la personalidad del profesor que impartirá una materia y así planificar la mejor estrategia que les hará acreditar, por intentar resolver la enorme burocracia institucional. Los profesores, por otro lado, se la pasan trabajando en pensar los contenidos del siguiente semestre, aunque no hayan acabado los actuales, y tratando de resolver la burocracia. Entre tantas preocupaciones, nos olvidamos de leer y escribir.

Los alumnos ven a sus profesores tan atareados y ocupados, que dudan, con justa razón, que los lean con atención. Los profesores, por su parte, no logramos proyectar a nuestros alumnos que en verdad nos interesa saber qué piensan. Quizás, si como profesores logramos convencer a nuestros alumnos de que serán leídos con mucha curiosidad, que nos importa saber cómo sienten, piensan y estructuran la realidad, ellos podrían conseguir mucha seriedad en sus reflexiones. Así, muy posiblemente ocurriría un salto en la calidad y el cultivo de las disciplinas humanísticas.

Vaivén es un esfuerzo por hacer notar que importa escribir, leer y ser leído. Por ejemplo: Cristian Martínez afirma que el arte es una necesidad humana y una razón importante es que podemos constatar la historia. Gracias a ello, podemos distinguir diferencias significativas que permiten entendernos. Andrea Díaz, por su parte, sostiene que el arte es una herramienta que contribuye al desarrollo del espíritu, porque la representación visual de las ideas contiene una interpretación personal, lo cual necesariamente interactúa con los demás en convivencia. Por último, Cinthia González identifica acciones sometidas a cálculo y control, las que llama “transparentes”. Estas favorecen al capitalismo y una de sus principales consecuencias es aniquilar el espíritu humano.

Hagamos saber a todos, pues, que nos interesa leernos entre nosotros, sin importar que no seamos ni profesores ni alumnos. Y el resultado de esto no será otra cosa que una comunidad intelectual mucho más fuerte. Solo se necesita disfrutar de la lectura.

Dorian Hernández Vázquez*

*Licenciado en Filosofía y maestro en Estudios Filosóficos por la Universidad de Guadalajara, es profesor en la Preparatoria de Tonalá desde 2015. Imparte las asignaturas de filosofía y ética, así como la de comprensión de la ciencia. 

¿El arte es una necesidad humana?

Andrea Janaí Díaz Rosales

Extensión Teuchitlán de la Preparatoria Regional de Ahualulco de Mercado

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021

Resumen

El arte social es una manera de expresión, de carácter creativo, el cual es interpretado a través de técnicas que nos permiten construir y analizar mediante los cinco sentidos. Sin duda alguna, el aprendizaje se ve influenciado por el arte, ya que facilita la comprensión, por medio de la imaginación, de antecedentes importantes ocurridos a lo largo de la historia. El ser humano posee características propias, de las cuales se vale para transmitir y explotar los diferentes rubros en los cuales se divide el arte, ya sea danza, dibujo, pintura, literatura, música, etc. Con el paso del tiempo, las personas descubren sus talentos y, con base en ello, realizan actividades de su agrado, las cuales pueden verse favorecidas y mejor valoradas si se emplea la creatividad, con el fin de que el contenido resulte llamativo para los demás.

Palabras clave:

Expresarnos, imaginación, creación, arte, sentidos, rubros, transmitir, clasificación, instrumentos, aprender, beneficios.

En los tiempos actuales, los intereses del ser humano se han visto reflejados e influenciados por las actividades del tipo de arte social. Es bien sabido que los conocimientos que tiene cada ser humano se ven modificados directamente por el entorno que le rodea, pues es aquí donde se ve la imaginación, la creatividad y la habilidad que posee el individuo. Por lo tanto, todos los seres humanos han tenido la necesidad de transmitir sus ideales y maneras de pensar, resultando esto, en muchas ocasiones, en la motivación para crear un deleite artístico que busca ser entregado a la sociedad.

El concepto de arte puede apreciarse de distintas maneras, ya que este es para todo el que quiera experimentarlo. Se puede encontrar en más lugares de los que podemos imaginar, desde las canciones que escuchamos, las películas, la poesía, el teatro, etc. Pero para generarlo debe existir un proceso artístico donde abunde la inspiración, surgida a partir de las vivencias y estilos únicos de cada individuo. Al final, al momento de crear la obra, el artista expresa mediante un lenguaje simbólico sus sensaciones, fantasías y emociones, mismas que influyen directamente en todo aquel que tenga contacto con la obra, creando el conocido fenómeno del contagio artístico.

Para comenzar a hablar de arte se debe definir qué es arte. En su concepción clásica, el arte “Es un sistema de reglas extraídas de la experiencia, pero pensadas después lógicamente, que nos enseñan la manera de realizar una acción tendente a su perfeccionamiento y repetible a voluntad, acción que no forma parte del azar” (Restrepo, 2005). En otras palabras, el arte es un conjunto de virtudes y emociones que motivan a la creación de una pieza artística, revelando las capacidades o las habilidades del creador.

Al crear arte, las emociones reprimidas encuentran una vía de escape en la cual se manifiesta lo creado, obteniendo así una mejora no solo en el artista, sino también en el que disfruta del arte, ya que los que disfrutan del contenido pueden llegar a verse reflejados en la obra. Por ello, se debe reconocer que el verdadero arte no necesita ser bello o atractivo, sino que debe de ser capaz de emocionar e invitar a la reflexión, produciendo así una necesidad básica del ser humano: la superación. Los beneficios del arte no son solo el demostrar las emociones del artista, sino también facilitar la comunicación no verbal, la exploración cognitiva, la actividad lúdica y el placer. Cada tipo de persona recibe información y la procesa de diferente manera; por ello, los cinco sentidos juegan un papel importante a la hora de interpretar lo percibido, dado que estos lo determinarán como agradable o no, según sus experiencias previas.

Si bien el arte es una expresión que está presente en todo lo que interactuamos en nuestro día a día, resulta extraño detenerse y analizar cómo fue que un objeto o pieza llegó a volverse parte de lo común, disminuyendo así sus particularidades, tanto propias como interpretativas. Tomando este punto como partida, podemos afirmar que la representación visual permite establecer esa conexión entre las ideas de cada individuo y el significado de cada interpretación personal. Para explicar esto, se puede hacer la analogía del vaso de agua llenado a la mitad: si bien para algunos puede resultar un vaso medio lleno, para otros puede ser un vaso medio vacío.

Según palabras de Riquelme: “A través de la historia, se han conocido muchos tipos de arte, y en estos es posible ver el desarrollo de ciertas técnicas e instrumentos utilizados” (Riquelme, 2012). Por lo tanto, el arte abarca varias disciplinas: pintura, música, dibujo, literatura y danza, entre otras, y cada una destaca por mérito propio. Diferentes estudios a lo largo del tiempo han demostrado que escuchar música tiene diferentes beneficios para nuestra salud. A su vez, ciertas canciones son capaces de cambiar el estado de ánimo del individuo, así como también de mejorar su acervo cultural.

Lo aplicado a la actividad humana es poder comprender el misterio del mundo. También es un componente de la cultura, puesto que refleja la parte económica y social de una población, de tal manera que promueve la transmisión de ideas y valores a lo largo del tiempo. Siguiendo las ideas de Riquelme:

Podemos decir que el arte tiene como elaboración o la estructuración con algún material para llegar a expresar o comunicar el sentido de quien lo realice. Otra cosa que decir sobre el arte es que debe ser libre para poder expresarnos mediante alguna experimentación estática, para poder sobrepasar las barreras ideológicas impuestas. Sin embargo, a lo largo de la historia el arte ha servido al entorno ideológico del artista (2012).

Para adentrarnos en el entorno ideológico del artista se debe de conocer el desarrollo humano que se presenta en su entorno social, ya que esto definirá la representación y el estilo que vaya desarrollando. “Cada persona forma parte de la sociedad. Esto se puede beneficiar en el entorno de un grupo de individuos, y si compartimos las características propias podemos lograr el desarrollo social” (Ortega, 2018).

Por lo tanto, al existir un buen desarrollo social, se pueden realizar varios proyectos que promuevan el arte, como lo son murales en espacios públicos, instituciones culturales, talleres de música y muchos otros más.

Podemos decir que el arte es indispensable porque es una herramienta que contribuye de diversas y bastas maneras al desarrollo del espíritu y la comunicación entre artistas y consumidores de arte. Quiero recalcar también que, como parte del proceso del arte social, es importante tener en cuenta que no solo debemos saber qué es, sino, además, ponerlo en práctica, pues esto nos permitirá asignarle un valor a nuestro modo de pensar, y con ello, lograr promover la comunicación y el conocimiento, el juego y el placer, tanto individual como colectivo.

Bibliografía:

Ortega, M. (2018). Formación ciudadana. México: Umbral.

Restrepo, M. (2005). La definición clásica de arte. Madrid: Saberes.

Riquelme, B. (2012). Arte y sociedad. México: UMSA.

No abras puertas a las que no quieres entrar | Ana Karen García Robles. Preparatoria 15.

¿Qué pasa en la sociedad?

Cinthia Elena González Coronado

Preparatoria Regional de Lagos de Moreno

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021

Resumen

En el presente texto ensayaré tres ideas del libro “La sociedad de la transparencia” (2014) de Byung-Chul Han, las cuales están vinculadas a la intimidad, la información y la revelación. ‘’La transparencia se ha convertido en un fetiche totalizante, pues no se reduce al ámbito de la política o la economía. En consecuencia, la sociedad de la transparencia es el paso hacia una sociedad positiva; esto es, abandonar cualquier negatividad para alisar y allanar las acciones sociales e insertarlas en un torrente que favorezca al capital, la comunicación y la información. Las acciones se tornan transparentes cuando se hacen uniformes y operacionales, sometidas a procesos de cálculo, dirección y control’’ (Han, 2014).

Entre las cosas más importantes para nosotros está la comida, la vestimenta, los productos de higiene personal, los domésticos, el transporte, la electricidad, el agua potable y otras tantas. Desde siempre se ha trabajado para poder conseguir recursos económicos y así cubrir estas necesidades. Pero, con el paso del tiempo, ya no se trató solo de cubrir las necesidades primarias del hombre. El mercado comenzó a sacar más y más novedades que, claramente, para todos resultaron interesantes, pero no por eso necesarias. Hoy hemos llegado a un punto en el que las personas solo compran por comprar, teniendo siempre en mente la frase ‘’algún día lo puedo necesitar’’. Pero lo curioso es que tal vez ese día nunca llegue; eso es el consumismo: comprar cosas que ni siquiera son necesarias, pero que son sumamente atractivas por ser una novedad.

Entre estas novedades se encuentra la tecnología, la cual ha avanzado a pasos agigantados, facilitando nuestras vidas al punto de volverse esencial para nosotros. Y está bien, dado que ese no es el problema, sino las cosas que se ven en los nuevos aparatos tecnológicos —como los celulares y computadoras—, entre las cuales están las redes sociales. Y como bien sabemos, todo tiene su lado negativo. En este caso, lo que se presenta en las redes sociales no siempre es fidedigno. Y digo que no siempre porque, en diversas ocasiones, las redes sociales han fungido como herramientas de vigilancia y liberación, como ventanas a la realidad social. Esto ha ayudado a que algunas personas despierten, a que desarrollen conciencia y alcen la voz, dejando de lado el miedo a hablar y decidiendo utilizar su libertad de expresión, aunque esto pueda ocasionar conflictos. En este sentido, las redes sociales cumplen un papel importante en la liberación de la sociedad, pues la manipulación que los medios ejercen sobre la información es algo que nos mantendría cegados y desconectados del mundo si, como en el pasado, no tuviéramos alternativas de expresión y conocimiento.

Desde hace mucho tiempo vivimos en una sociedad controlada, y no hablo de las normas y leyes que nos rigen, sino de las cosas que han hecho los gobiernos corruptos y las tácticas que han aplicado para que no nos percatemos de ellas. Byung-Chul Han señala que «la intimidad es la fórmula psicológica de la transparencia. Se cree conseguir la transparencia del alma por el hecho de revelar los sentimientos y emociones íntimos, desnudando así el alma» (2014). De acuerdo con el autor, en el consumismo se utiliza como estrategia exponer la intimidad del individuo y, gracias a eso, lo van convenciendo de que necesita lo publicitado. Esto genera personas que ya no son libres de elegir, con lo que se convierten en individuos controlados por los medios. Basta con observar la frecuencia con la que los productos utilizan en su publicidad la imagen de una mujer ‘’perfecta’’: lindos pechos, abdomen súper plano, cintura esbelta, piernas definidas, excelente trasero y rostro angelical, dejando de lado las implicaciones que esto puede tener en la autoestima de otras mujeres.

Y tenemos que aceptar que sí existen mujeres así. Lo malo es que el mercado ha metido ideas erróneas en nuestra mente. Por ejemplo: que así es como todas las mujeres deberíamos estar, que si no tienes ese cuerpo no eres hermosa o que necesitas tener esas características físicas para que alguien pueda fijarse en ti. Y todo es una completa mentira. Debemos estar de acuerdo en que el mercado anuncia lo que para las compañías resulta mejor, no lo que debería serlo. Ponen una cara bonita y un cuerpo perfecto, pero el problema viene cuando las personas comienzan a creerse lo que les anuncian, aquella bien llamada “publicidad engañosa”.

Por otro lado, las redes sociales se han vuelto esenciales también para los políticos, ya que muchas personas las utilizan para mantenerse informadas, y es allí donde ellos aprovechan para publicitarse. Pero cuando alguien habla mucho, tiene más posibilidades de equivocarse. Esto ocasiona que, al estar los políticos interactuando de manera constante con la gente en las redes sociales, estas últimas puedan conseguir mayores oportunidades y herramientas para confrontar a los primeros.

En consecuencia, la sociedad de la transparencia es el paso hacia una sociedad positiva; esto es, abandonar cualquier negatividad para alisar y allanar las acciones sociales e insertarlas en un torrente que favorezca al capital, la comunicación y la información. Las acciones se tornan transparentes cuando se hacen uniformes y operacionales, sometidas a procesos de cálculo, dirección y control (Han, 2014).

En conclusión, de acuerdo con el material revisado, puedo decir que las personas se están dejando llevar mucho por el consumismo. Ya no se trata solo de cubrir las necesidades, sino de conseguir cosas que rebasan por mucho la necesidad. Por otra parte, es cierto que los medios manipulan la información, con lo que han logrado tener control sobre la población, cosa que ha sido aprovechada por los políticos. Sin embargo, las nuevas tecnologías, que por un lado pueden ser dañinas, han ayudado para empoderar al ciudadano, quien ahora tiene a su disposición el conocimiento, herramienta vital para subsistir ante las adversidades, tales como la mala publicidad y la política. Como parte de este conocimiento, no debemos olvidar que todos deben tener la facultad de expresarse libremente, siempre y cuando esto no interfiera con los derechos de los demás.

Bibliografía:

Han, B. (2014). La sociedad de la transparencia. Barcelona: Herder.

Letras vacías | Iris Marisol Ramírez Caro. Preparatoria Regional de Ameca.

La necesidad del arte

Cristian Martínez Méndez

Módulo San Patricio Melaque de la Preparatoria Regional de Cihuatlán

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021

Resumen

Este trabajo pretende señalar la necesidad del ser humano de expresar lo que siente a través del arte y subrayar los beneficios de la labor artística: la perfección del estilo y la expresión, la socialización con personas afines a nosotros y la motivación que podríamos brindarle a otros. Pero el arte no solo ofrece placer y entretenimiento; a lo largo del tiempo, podemos observar a artistas que fueron reconocidos debido a que sus obras plasmaron acontecimientos importantes de la historia humana y marcaron una diferencia significativa. Así pues, se presentarán argumentos fundamentados para insistir en el valor e influencia del arte histórica y en la actualidad.

Conceptos clave:

Importancia del arte, necesidad de expresión, arte como necesidad, relación hombre-arte.

Scary eyes | Jenifer Yarely de Anda Serratos. Preparatoria Regional de El Salto.

Introducción

El arte debe ser considerado una necesidad elemental del ser humano, y para esto observaremos algunas expresiones artísticas que han logrado dejar su marca en la historia. Civilizaciones antiguas ya poseían la apreciación al arte, pues desde tiempos remotos, incluso antes del descubrimiento del fuego, ya existían manifestaciones artísticas en cuevas.

El ser humano necesita expresar lo que siente, sus estados emocionales, logros, fracasos y lo que acontece en su entorno. Esta necesidad de comunicar llevó a algunas personas a plasmar lo que sucedía en la sociedad de su época y en los lugares que habitaban, y a consecuencia de esto lograron un reconocimiento. Por ejemplo: Leonardo da Vinci, quien fue distinguido por lograr capturar el humanismo en sus obras como ningún otro lo había hecho.

Desarrollo

Se tiene presente que existen obras con bastantes años de existencia. Algunas indican que fueron hechas hace más de 40,000 años y las podemos encontrar en cuevas y montañas (Domínguez, 2019). Estos descubrimientos nos muestran que desde que el hombre tiene conciencia, ha creado obras significativas con la finalidad de recordar o enseñar con base a lo plasmado en los petroglifos.

Con el paso del tiempo, la especie humana ha evolucionado y modificado las formas de relacionarse y pensar, y estos cambios han sido registrados gracias al arte, logrando su constancia permanente.

Los humanos siempre tenemos la necesidad de expresar lo que sentimos, tal como lo hicieron artistas como Pablo Picasso, Leonardo da Vinci, Paolo Uccello, Vincent van Gogh y Rafael, por mencionar algunos de los muchos que plasmaron en sus obras sus sentimientos y formas de pensar, por las cuáles se volvieron reconocidos en el mundo.

Por tanto, podemos apoyar la afirmación: “El arte es al hombre como el agua es a la vida” (Parrilla, 2013). En el arte encontramos una cohesión y dependencia comparable a la necesidad del líquido vital para asegurarnos la vida, ya que a través de esta actividad podemos desarrollar la práctica de plasmar, comunicar e inspirar acciones sociales innatas en el ser humano. René Huyghe menciona:

El arte y el hombre son indisociables. No hay arte sin hombre, pero quizá tampoco hombre sin arte. Pero con este, el mundo se hace más inteligible, más accesible y familiar. Es el medio de un perpetuo intercambio con lo que nos rodea, una especie de respiración del alma, bastante parecida a la física, sin la que no puede pasar nuestro cuerpo. El ser aislado o la civilización que no llegan al arte están amenazados por una secreta asfixia espiritual, por una turbación moral.” (Huyghe, 1965).

El pensamiento de Huyghe nos remite a la relación entre el hombre y el arte que ha existido desde tiempos antiguos. Cuesta imaginar un mundo en el cual no exista el arte, pues, ¿cómo podría el hombre manifestar lo que piensa, lo que siente o simplemente dejar plasmadas las bellas cosas de la vida? No habría manera de expresarse, y mucho menos se tendría la esperanza de dejar huella en las generaciones futuras. Ahora bien, de acuerdo con Nora Ros:

El arte, en sus más diversas expresiones, es una actividad eminentemente social, que se hace presente en la vida cotidiana del hombre. Es un aspecto central de su vida que lo ayuda a diferenciarse del resto de los seres vivos ya que él es el único capaz de producirlo y disfrutarlo. El arte ocupa un lugar destacado para todos, es parte de la experiencia pública, ya que a través de él se manifiesta la propia cultura.” (Ros, 2004)

Podríamos considerar el arte como una necesidad intrínseca en el ser humano, una forma de comunicación y socialización.

Conclusión

Con base en la observación que realizamos, podemos concluir que el arte es una necesidad humana imprescindible, pues, así como requerimos de alimentación, protección y afecto, el arte también es vital para el bienestar humano. Por medio del arte podemos expresar lo que sentimos, aprendemos cosas nuevas e incluso motivamos e inspiramos a más personas. 

Bibliografía:

Domínguez, N. (2019). Descubierta la obra de arte más antigua. EL PAÍS. Consultado en: https://elpais.com/elpais/2019/12/11/ciencia/1576085162 _065582.html

Huyghe, R. (1965). El arte y el hombre. Barcelona: Planeta.

Parrilla Canales, J. (2013). El arte como necesidad. LINARES28. Consultado en: https://www.linares28.es/2013/11/23/arte-como-necesidad/

Ros, N. (2004). El lenguaje artístico, la educación y la creación. Buenos Aires: Revista Iberoamericana de Educación.

Cruzando tu oscuridad | Jennifer Fernanda Pacheco Ramos. Preparatoria Regional de El Salto.

Comunidad universitaria:

un análisis particular de los problemas de la sociedad y circunstancia mexicana

En el juego Juan Jesús Chitica Gutiérrez. Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga

Estimado lector, los escritos compilados en esta revista fueron realizados con la mejor de las intenciones. Desde el inicio, se puede percibir como un acto desinteresado que cumple con una finalidad en sí misma, y es, por tanto, libre. Los que escriben, lo hacen sobre temas en los que están directa o indirectamente implicados, de tal manera que les afectan como a muchos otros ciudadanos del Estado y del Mundo. En un sentido ético y político, la Universidad de Guadalajara está comprometida con el desarrollo y la creación de oportunidades, así como con el pensamiento crítico. Es por ello que constantemente crea espacios en común para la reflexión y el análisis de los problemas generados por la circunstancia histórica y la convivencia social.
                Si los textos hubieran sido escritos con la finalidad de ganarse la popularidad o el mundo, lo hubiesen hecho utilizando técnicas propias del marketing o la publicidad. Pero, entonces, hubiese sido necesario otro tipo de estrategias que implicaran cambios artificiales y estéticos con el mantenimiento aparencial de una diplomacia que renuncia a la crítica y a la valoración; podría haberse optado por presentar a grandes figuras internacionales, con todos los protocolos formales y económicos que rebasan las condiciones de las aulas, la comunidad y el trabajo académico de una universidad pública. El trabajo es más cercano, simple y honesto, pues son los alumnos, profesores y trabajadores de dicha institución quienes se ven satisfechos con la difusión del pensamiento gestado al interior de las aulas. Con ello se cumple un derecho humano y civil que consiste en permitir la expresión de los puntos de vista y en ser considerado para todo lo que afecta directamente a la población.
Dicho de esta manera, estimado lector, son ellos mismos, los miembros concretos de la comunidad académica —con sus vidas y cuerpos puestos en la convivencia social y haciendo uso de la voz pública—, quienes conforman el contenido de la revista. Podría usted considerar el atrevimiento de hablar con voz propia sobre asuntos públicos como un acto frívolo o vano, pero considere la voz de los miembros de nuestra comunidad universitaria como una expresión legítima en un medio público, creado a partir del uso de la libertad y el ejercicio democrático del derecho a la información. Lo que mostramos aquí es la visión de las personas que se expresan a través del manejo de ideas por escrito, con la particularidad de que pertenecen a un sector específico de la población, el que constituye la educación media superior, que experimenta en sus modos de ser, vivir y pensar, los problemas de identidad, la falta de valores que vinculan y protegen a la sociedad, la discriminación, la falta de impartición de justicia y de acceso a las oportunidades de desarrollo. Experimentando esto como una amenaza constante que puede llevar a un proceso de afectaciones que impida o limite el desenvolvimiento personal, profesional y ciudadano de los miembros de nuestra comunidad, todos ellos, los que escriben, pueden ser tomados como una voz y vía de comunicación de una gran comunidad; esperan ser leídos y considerados por los demás ciudadanos. Quizá sea entonces de importancia e interés público tratar de entender desde dónde y cómo se piensan tales problemas sociales, a la espera de ser atendidos, y en el mejor de los casos, resueltos en algún momento del proceso de consolidación democrática en México.

Aldo Carbajal Rodríguez*

*Licenciado en Filosofía y maestro en Lingüística Aplicada por la Universidad de Guadalajara, es también maestro en Educación por la Universidad Iberoamericana León. Desde el 2009 se desempeña como docente en la licenciatura de Filosofía de la misma casa de estudios y es profesor en la licenciatura de Artes de la Escuela Superior de Arquitectura desde el 2017.