Un crisol de verdades es la contemplación filosófica

María Adriana Sotelo Villegas*

*Poeta y docente en la Universidad de Guadalajara, imparte clases de filosofía desde hace 31 años. Ha publicado en revistas literarias y científicas. En la actualidad, es jefa de la Unidad de Vinculación del Sistema de Educación Media Superior.

“La filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, sino por el valor de los problemas mismos.”

Bertrand Russ

El 2020 marcó una nueva realidad para la humanidad, con una pandemia que dejó muchas interrogantes en los sobrevivientes de este fenómeno mundial, sobre todo en jóvenes que, ante las crisis existenciales, generaron nuevas y viejas verdades contradictorias ante la incertidumbre del futuro.

Por ello, este año arrancó con nuevos retos, al manifestar que la presencialidad traería nuevas perspectivas en los contextos actuales, tanto para las y los estudiantes de bachillerato como para sus docentes, que han tenido la oportunidad de plantearse nuevos problemas con sabores añejos. Así, nace una nueva convocatoria para encontrarnos filosofando, entre diálogos y debates, en los cuales la lectura, la revisión, el análisis y la discusión de los temas fue fundamental para dirimir las diferencias en el proceso de las temáticas propuestas en la nueva edición de ensayo filosófico.

A través de los ensayos elaborados por las y los estudiantes del SEMS, se han logrado mantener las más serias preocupaciones relacionadas con el ser, con su mortalidad y trascendencia, con los retos que la vida impone y con algunas sospechas que genera el futuro. Y es que se cumple el propósito filosófico de reflexionar para comprender, de asimilar para proponer o juzgar para revelar nuevas incógnitas sobre la condición humana y los conflictos concebidos por ella.

Ante la diversidad, no es extraño observar como desafío las nuevas formas de convivencia, los cuestionamientos que nacen sobre la construcción social de nuevas identidades, preferencias o maneras de expresar la sexualidad humana. Por ello, ha sido estimulante encontrar en el contenido reflexiones como la de Nelly Guadalupe, alumna de la Preparatoria Regional de Amatitán: “Es tu libertad y solo tú debes aceptar la responsabilidad de tus acciones como individuo en la sociedad”. Esto motiva a pensar en la posibilidad de formar individuos con una conciencia social más comprometida, incluyente y proactiva.

De tal manera, la filosofía tiene un valor más allá que su utilidad, en la formación de las y los jóvenes que transitan la adolescencia con tantas observaciones de su entorno. Filosofar es liberar el espíritu humano en la formación de prejuicios contra otros seres humanos, es ganarle a la desesperanza o al miedo que generan las redes sociales o la narrativa del consumismo y la cultura de masas. A través de la reflexión filosófica, se experimenta la evolución del pensamiento, mediante medios dialógicos que se encuentran de forma natural y orgánica cuando se comparten para reparar las diferencias.