La eutanasia ¿asesinato o acto de buena fe?

Bizarría│Adrián Alejandro Senda Núñez, Preparatoria Regional de La Barca.

Bizarría│Adrián Alejandro Senda Núñez, Preparatoria Regional de La Barca.

Valeria Jocelyne Rodríguez Guzmán
Escuela Preparatoria 10
Participante del III Coloquio Filosófico del SEMS 2014 “Karl Marx”

Abstract
¿Es ético aplicar la eutanasia y bajo qué circunstancias? ¿Puede ser considerada un asesinato o es un acto de buena fe? Estas dos preguntas son las más frecuentes cuando se debate acerca de la eutanasia, un tema sin duda polémico y popular entre individuos de diferentes edades y culturas. Existen tres métodos de aplicación de la eutanasia: voluntaria, involuntaria y no voluntaria. En la actualidad, es completamente legal en tres países: Holanda, Bélgica y Luxemburgo. No debe ser confundida con el suicidio asistido (aunque no tengan demasiadas diferencias), el cual es legal en más lugares.
La eutanasia no debería ser un tema tabú, sino por el contrario, habría que discutirlo de manera más amplia para que pudiera ser mejor entendido por aquellos que están en contra de esta práctica.

Para poder hablar de la eutanasia, así como de cualquier otro tema, primero debemos estar informados acerca del origen y de los aspectos básicos del tema. Así pues, habremos de apuntar que el término “eutanasia” se compone de dos palabras griegas: eu bien y thanatos, muerte (Real Academia Española, 2001) que significan ltextualmente “buena muerte” (Kushe, 1995). Ésta tiene como meta principal, como su nombre lo indica, dar a propósito una muerte digna.
El término eutanasia se popularizó a partir del siglo XVII y se utilizó para designar diversos tipos de muerte tranquila (Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2005, pp. 101-112). Podemos encontrar tres métodos para aplicar la eutanasia: activa, cuando se provoca la muerte por medio de drogas y otros métodos letales; pasiva, consiste en la eliminación de los medios destinados a conservar la vida; e indirecta, cuando se administran calmantes con la intención principal de aliviar el dolor, aunque ello pueda anticipar la muerte del enfermo.
Se pueden adoptar tres formas de eutanasia: voluntaria, involuntaria y no voluntaria (Singer, 1980). La primera se refiere a los casos en los que el individuo en pleno uso de sus facultades mentales solicita que se dé fin a su vida. Tal es el caso de Ramón Sampedro, marino y escritor español, tetrapléjico desde los 25 años, quien desarrolló una intensa actividad de demanda judicial para poder morir y que la persona o personas que le auxiliasen no incurriesen en delito, dado que su estado lo incapacitaba para hacerlo por sí mismo. (Fundación Wikimedia, Inc., 2013)
La involuntaria engloba los casos en los que el paciente está incapacitado para comunicarse y el médico o bien, la persona con la responsabilidad del individuo, asume cuál hubiese sido su elección. Y por último, la no voluntaria, este término se utiliza para denominar los casos en los que el individuo en cuestión no es capaz de entender la elección entre la vida y la muerte, los enfermos incurables o recién nacidos con graves discapacidades, condiciones que se cumplían en los casos de Samuel Linares (News, 1989) y Camila Sánchez (Ámbito, 2012), en estado de coma desde el momento de su nacimiento hasta el momento de su muerte en 1989 y 2012, respectivamente.
La eutanasia no es una práctica reciente, se utilizaba en antiguas culturas para dar muerte a los pequeños nacidos con discapacidades, a los ancianos e incluso a los guerreros heridos durante la batalla. Esta práctica no pretende sola y fríamente matar a los pacientes, sino ahorrarles el sufrimiento (Kevorkian, 2008), ayudar a aquellos individuos que no pueden tener una vida digna ya sea por una enfermedad degenerativa, dependencia de terceros, máquinas, medicamentos, etcétera, para continuar con vida, y en los casos particulares de eutanasia no voluntaria e involuntaria cuando la persona responsable del individuo decide que el paciente en cuestión no tiene una existencia digna o inclusive que no tiene una existencia propiamente dicha.
Ayudar a morir a una persona que sufre una vida deteriorada de forma irreversible es un acto de compasión, propio de una sociedad civilizada en la que se respeta la libertad de todo ser humano, es también un acto de satisfacción cuando la persona que te lo pide, ha madurado su decisión y ha descartado cualquier otra opción. (Marín, 2006)
La elección de una muerte digna va más allá de un debate religioso, político, legal o académico, es un debate emocional y profundamente individual (Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2005, pp. 177-182), por lo que no debería ser censurada ni sometida a la ética profesional actual o a la moral de terceros, ya que al hacerlo nos enfrentaríamos con una enorme diversidad de posturas opuestas.
Por otra parte, ¿qué o quién determina la calidad de una vida?, una vida completa es aquella que resulta satisfactoria; por consiguiente sólo el individuo puede determinar si su vida vale la pena o no. Mencionemos de nuevo el caso de Ramón Sampedro, cuya decisión fue cuestionada por Luis de Moya, un sacerdote tetrapléjico igual que Sampedro, quien declaró en televisión que él discrepaba con la tesis de Ramón Sampedro, ya que él vivía de manera plena y satisfactoria a pesar de su discapacidad. En este caso, podemos ver que la dignidad estriba en no aceptar cualquier tipo de vida, sino sólo aquella que, en opinión del sujeto, vale la pena. (Mosterín, 2005)
Se objeta que pensar en dicha práctica provocaría que los médicos tuvieran un poder sobre la vida y la muerte, pero al hablar de eutanasia no hablamos de darle a los médicos el poder sobre la muerte, sino de no sancionarles porque ayudan a un paciente a morir, situación que es ahora real en varios países como Holanda y Luxemburgo, así como no se les sanciona cuando ayudan a alguien a vivir, ya sea atendiendo un parto o reanimando a un paciente. Nunca se ha oído de un caso en el que un médico sea demandado y condenado a prisión por practicar RCP o por utilizar un desfibrilador en un paciente.
Lo anterior puede ser resumido en las palabras del doctor Jack Kevorkian “si podemos ayudar a las personas a que vengan al mundo, ¿por qué no podemos ayudarlas a salir de él?”.
Otras objeciones que han sido fuertemente discutidas son las de la Iglesia y sus fieles, quienes llaman asesinos a quienes desean desconectar de las máquinas a los pacientes en coma o quienes piden la remoción de las sondas proveedoras de alimento al paciente. La prolongación de los signos vitales no es prolongación de la vida, hay que diferenciar entre vida biológica y vida humana. (Roldán Gonzaléz, 1984)
Uno de los argumentos en contra de la eutanasia más apoyados por los fieles religiosos es que la vida la da Dios y que por lo tanto sólo él puede quitarla, a lo que podemos contestar de dos maneras, la primera: ¿por qué imponerles esta teoría a aquellos que no creen en Dios o no son fieles seguidores de la religión?, no sería justo que sólo porque unos creen en Dios le impongan sus creencias a todos en general y mucho menos que este tipo de argumentos se tomasen en cuenta para legalizar la eutanasia o no, ya que se supone que el clero ya no tiene jurisdicción sobre la ley.
Y la segunda, la cual fue brevemente mencionada antes, ¿por qué se le da la autoridad al médico para ayudar a alguien a vivir pero no para facilitarle la muerte y evitarle sufrimiento a un enfermo?
Para los filósofos, el derecho a morir se presenta como uno de los derechos más elementales, derecho que está defendido por el principio de autonomía, el cual implica proteger al individuo frente a decisiones que otros puedan tomar que lo afectaran a él mismo, y al negarle el derecho a la muerte, a tener una muerte tranquila y digna, violamos el principio de autonomía del individuo. En el lenguaje del derecho, el principio de autonomía significa que el individuo tiene todo el derecho de elegir sobre su vida, al igual que sobre su muerte (el lugar, el momento y el método).
Esta situación es comparable con el derecho de la mujer al aborto cuyo lema es buen portavoz para los pacientes que solicitan la eutanasia “¿quién decide sobre mi cuerpo: el papa, el Estado o yo misma?”. Esta idea implica la autodeterminación de las personas, de base kantiana, entiende que éstas tienen la capacidad de actuar según sus propias decisiones, sólo los seres humanos tienen esta capacidad de elección y por tanto, son autónomos (Pallas, 2003) y así como se defiende el derecho del paciente a morir y establecer las condiciones de su muerte, se pide el respeto y la no sanción al médico dispuesto a apoyar al paciente a ejercer su derecho a bien morir.
Este tema es muy difícil de debatir y controversial, pero ya está puesto sobre la mesa y es probable que pasen muchos años antes que la eutanasia se legalice en nuestro país, durante los cuales será discutido y estudiado. Creo que aún con la aceptación de la eutanasia, serán necesarios los términos para su legislación, respecto a las condiciones claras para la solicitud y aplicación, que deberá tener una estricta supervisión para evitar algún abuso de cualquiera de las partes, los médicos o los pacientes que solicitan la aplicación de la eutanasia y también, que sea comprendido el objetivo principal de esta práctica: ayudar a las personas es un acto de buena fe.

 

Bibliografía

-Ámbito, Ámbito. Recuperado el 1 de mayo de 2014 en: http://www.ambito.com/noticia.asp?id=640465, 2012.
-Fundación Wikimedia, Inc. ,Wikipedia, enciclopedia libre. Recuperado el 1 de mayo de 2014 en Wikipedia, enciclopedia libre: http://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Sampedro, 2013.
-Kevorkian, J. (entrevistador), Universidad de Floria, 12 de marzo de 2008.
-Kushe, H., “Eutanasia” en Singer, P., Compendio de Éética (pp. 405-416), Madrid, Alianza Editorial,1995.
-Marín, F. (entrevistador), Encuentros digitales, elmundo.es, , 9 de mayo de 2006
-Mosterín, J., “La buena muerte”, El País, 14 de abril de 2005.
News, L. D., Google news, recuperado el 1 de mayo de 2014 en de http://news.google.com/newspapers?nid=110&dat=19890519&id=_xRQAAAAIBAJ&sjid=61UDAAAAIBAJ&pg=2946,4211475, 19 de mayo de 1989.
-Pallas, C., , Eutanasia: argumentos a favor y en contra, recuperado el 2 de mayo de 2014 en http://www.sanfelipe.edu.uy/imgs/documentos/1174_1.pdf, noviembre de 2003.
-Real Academia Española, Real Academia Española, recuperado el 1 de mayo de 2014 en Real Academia Española: http://lema.rae.es/drae/?val=eutanasia, 2001.
-Roldán Gonzaléz, J., Ética médica, 2da. ed., México, Ediciones de la Universidad La Salle,1984.
-Savater, Fernando, (S. Cechetto, entrevistador), “Quitar la vida: los seres humanos” en P. Singer, Ética práctica Gran Bretaña,Cambridge University Press, 1998.
-Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas. “Eutanasia” en Ortiz Quesada, F., Eutanasia: Aspectos jurídicos, filosóficos, médicos y religiosos, Mexico, D.F., Mexico, 2005.
-Universidad Nacional Autónoma de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, “Aspectos éticos de la eutanasia” en Rivera Benítez, César, Eutanasia: aspectos jurídicos, filosóficos y religiosos (pp. 177-182), México, 2005.