A mis hermanos del pueblo africano, cuyo invierno aún no ha cesado.
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente aprende a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, entonces también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario.”
*Poeta y docente en la Universidad de Guadalajara, imparte clases de
filosofía desde hace 31 años. Ha publicado en revistas literarias y
científicas. En la actualidad, es jefa de la Unidad de Vinculación del Sistema
de Educación Media Superior.
“La filosofía debe ser estudiada,
no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, sino por el valor
de los problemas mismos.”
Bertrand Russ
El 2020 marcó una nueva realidad
para la humanidad, con una pandemia que dejó muchas interrogantes en los
sobrevivientes de este fenómeno mundial, sobre todo en jóvenes que, ante las
crisis existenciales, generaron nuevas y viejas verdades contradictorias ante
la incertidumbre del futuro.
Por ello, este año arrancó con
nuevos retos, al manifestar que la presencialidad traería nuevas perspectivas
en los contextos actuales, tanto para las y los estudiantes de bachillerato
como para sus docentes, que han tenido la oportunidad de plantearse nuevos
problemas con sabores añejos. Así, nace una nueva convocatoria para
encontrarnos filosofando, entre diálogos y debates, en los cuales la lectura,
la revisión, el análisis y la discusión de los temas fue fundamental para
dirimir las diferencias en el proceso de las temáticas propuestas en la nueva
edición de ensayo filosófico.
A través de los ensayos
elaborados por las y los estudiantes del SEMS, se han logrado mantener las más
serias preocupaciones relacionadas con el ser, con su mortalidad y
trascendencia, con los retos que la vida impone y con algunas sospechas que
genera el futuro. Y es que se cumple el propósito filosófico de reflexionar
para comprender, de asimilar para proponer o juzgar para revelar nuevas
incógnitas sobre la condición humana y los conflictos concebidos por ella.
Ante la diversidad, no es extraño
observar como desafío las nuevas formas de convivencia, los cuestionamientos
que nacen sobre la construcción social de nuevas identidades, preferencias o
maneras de expresar la sexualidad humana. Por ello, ha sido estimulante
encontrar en el contenido reflexiones como la de Nelly Guadalupe, alumna de la
Preparatoria Regional de Amatitán: “Es tu libertad y solo tú debes aceptar la
responsabilidad de tus acciones como individuo en la sociedad”. Esto motiva a
pensar en la posibilidad de formar individuos con una conciencia social más
comprometida, incluyente y proactiva.
De tal manera, la filosofía tiene
un valor más allá que su utilidad, en la formación de las y los jóvenes que
transitan la adolescencia con tantas observaciones de su entorno. Filosofar es
liberar el espíritu humano en la formación de prejuicios contra otros seres
humanos, es ganarle a la desesperanza o al miedo que generan las redes sociales
o la narrativa del consumismo y la cultura de masas. A través de la reflexión
filosófica, se experimenta la evolución del pensamiento, mediante medios
dialógicos que se encuentran de forma natural y orgánica cuando se comparten
para reparar las diferencias.
Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2023
Resumen
La vida es tan significativa, con
múltiples conceptos. Pero realmente importa lo que tú creas, cómo llevas tu
vida y cómo es que la vives día con día, puesto que cada persona puede llegar a
darle un enfoque diferente. En la vida siempre habrá dudas y preguntas de lo
que esto significa, pero este escrito muestra el enfoque de la existencia sobre
la filosofía y la perspectiva de una adolescente en el tema, con apoyo de
frases filosóficas y cómo se interpretan estas en la actualidad, dando un punto
de vista distinto de lo que se creía en la antigüedad. Las dudas aumentan cada
vez más; por eso, debes detenerte a mirar lo que trasciende en esta vida y si
realmente la estás viviendo o solo estas deteniéndote por lo poco que se cree o
crees en ti.
En el presente ensayo se
documentará un tema particularmente interesante: la vida. A lo largo de la
historia, filósofos de la antigüedad (Seneca, Sócrates) y de la actualidad
(Judith Butler) han dado su perspectiva de lo que es la vida. Es así que la
incertidumbre de la existencia surge cada vez más, pero, ¿cuáles son estas
dudas? Estas preguntas sirven para conocer e indagar los misterios más grandes
del universo como: ¿qué es la vida?
Dudas como esta han invadido a
millones de personas a lo largo de la existencia humana. No solo a los
filósofos, sino también a cualquier persona, pues todos en algún momento nos
hemos detenido a pensar si las cosas que hacemos tienen sentido. Este ensayo,
pues, indagará en la opinión y reflexión de los filósofos y la perspectiva de
una adolescente.
La perspectiva de los filósofos
se conoce a través de frases y libros que marcaron su trayectoria en filosofía;
no obstante, conocer el pensamiento de una adolescente deja una incertidumbre
aún más grande, ya que se intentan interpretar dichas frases y preguntas que
hay acerca de la vida, como lo es conocer la relación entre el tiempo y la
vida. Y es que la existencia es muy instantánea, porque el tiempo que tenemos
es muy poco y la vida es muy corta.
La vida es tan impredecible y tal
vez lo único que le da sentido es la muerte. Eso piensa una adolescente, que su
vida cobrará sentido una vez que llegue la muerte digna ante ella y pueda
descubrir que solo era un simple cuerpo existiendo. Sus dudas quedarán
inconclusas, creyendo que tenía una buena vida, cuando lo único que ella fue es
un simple cuerpo. Viendo que todas las decisiones repercutieron despiadadamente
en tu destino, tal vez las elecciones que tomemos no sean las correctas, pero
todas, ya sean buenas o malas, llevan a un lugar, quizá mejor, quizá peor.
Solo es cuestión de indagar en la
curiosidad de lo que sucederá porque el sentido de la vida es la
transcendencia. Es importante marcar la diferencia y poder vivir plenamente,
pues la vida es lo que trasciende mientras esperamos afrontar la muerte de una
buena manera. La trascendencia de la vida es tan desconocida que nunca se podrá
saber qué pasará después; solo queda estar tranquilos y preparados para lo que
la existencia nos pueda enseñar, para dejar este mundo con la mejor enseñanza
posible. “La verdadera sabiduría nos llega a todos cuando nos damos cuenta de
lo poco que entendemos acerca de la vida, de nosotros mismos y del mundo que
nos rodea.” (Platón, 2017).
El pensamiento de un filósofo tan
particular como lo fue Sócrates tiene tanta verdad en una frase tan corta, pues
deja un razonamiento sobre lo que es entender la vida.
Y como no todo es resolver la
duda sobre la existencia, surge la incertidumbre de conocer si la verdadera
sabiduría llega cuando entiendes la vida, a ti mismo y lo que te rodea. Es por
ello que, más que dar una respuesta ante dichas preguntas, se formulan aún más
preguntas para indagar entre aquellos pensamientos o cuestionamientos sobre la
vida y lo que sucede mientras esta dura. “Mientras nosotros posponemos, la vida
acelera” (Séneca, 2018).
Otro filósofo particular fue
Séneca que, con tan solo seis palabras, sembró el pensamiento de que entre
menos nos atreviéramos a intentar algo nuevo, a crear vivencias y a descubrir
lo que realmente nos apasiona, más rápido se nos iría la vida, ya que no sabemos
cuánto tiempo estaremos aquí.
Es impactante cómo la vida se nos
va sin hacer nada de lo que realmente queremos; por ello, es momento de
levantarse y empezar a vivir el poco o mucho tiempo que nos queda. “Tampoco
creo que la literatura nos pueda enseñar a vivir, pero las personas que tienen
preguntas sobre cómo vivir tienden a recurrir a la literatura” (Butler, 2020).
El criterio de esta filósofa es de los que más impacto puede llegar a generar,
ya que esta frase no solo habla de la vida y cómo se vive, sino de la
literatura, su importancia, su relación y por qué se recurre a ella. Es de las
mejores frases sobre la relación de la literatura y vida.
Su pensamiento es revolucionario,
con un enfoque más adentrado a cómo se vive y de qué manera se contribuye al
pensamiento y la cotidianidad, ya que no es solo vivir para ti, sino vivir para
hacer el cambio. Aunado a esto, consultar la literatura, el vínculo creado
entre la existencia y el impacto que genera una frase, un libro, un escrito,
puede enseñarnos cómo se vive y, no menos importante, cómo podríamos vivir.
En la filosofía la vida es un
suceso tan maravilloso o fatal que cada quién la interpreta a su parecer y lo
único cierto es que siempre existirán esas dudas, ya que nadie tiene el
conocimiento absoluto para resolver todos aquellos cuestionamientos. No
obstante, los filósofos dedican su vida a solucionar estas dudas.
Hablar de la vida es toda una
incógnita, solo sabes lo pasajera e insignificante que es. Pensar como una
adolescente es tan confuso y doloroso, todos los días se levanta con mil
pensamientos y preguntas. El razonamiento de la vida duele, tener que detenerse
para sentir ese golpe de la realidad y ver que tus 17 años solo han marcado
sucesos fatales que tal vez después o quizás nunca cobren sentido, pues
diariamente analizas cómo se podría generar un cambio desde la perspectiva
propia de vida. Aunque muchas veces ni tú conozcas el porqué de las cosas,
intentas hacerte un ser de cambio, sobrellevando lo que puede ser la vida. No
todo se trata de aprender a vivir; la existencia se va en un abrir y cerrar de
ojos, en la sola preocupación de lo que sucederá mañana o lo que se espera que
hagas después. Lo único cierto de la vida es lo inesperada que puede llegar a
ser.
La vida no se basa en dedicar toda
tu trayectoria a darle un sentido porque, como millones de personas dicen, la
vida es muy corta, y realmente sí. Nuestra existencia es tan pequeña en la
historia que no todos logran hacen el cambio y aunque tratan de buscar el
significado de su vida, nunca lo pueden encontrar; se queda un vacío que nunca
se puede revolucionar. Algunas historias de vida son tan tristes que nadie
imagina que haya cosas tan crueles en este mundo; sin embargo, es momento de
tomar conciencia de la existencia, levantarte, amar lo que tienes y agradecer
lo que llegará a ti, trabajando constantemente en lo que te apasiona e inspira
a poder vivir plenamente.
Bibliografía:
Butler, C. (2020). Cuerpo,
memoria y representación. Ciudad de México: FCE.
Platón. (2017). Apología de Sócrates.
Ciudad de México: FCE.
Séneca. (2018). Sobre la brevedad de la vida. Ciudad de México: FCE.
Tropicalidad noctura | Pablo Daniel Franco Gonzáles. Preparatoria 9
Paticipante del Encuentro Filosófico del SEMS 2023
Resumen
Las redes sociales, como efecto
de la globalización, son herramientas y espacios en los que en la actualidad
nos comunicamos con otras personas, socializamos y exploramos el mundo y sus
diferentes facetas. Se nos dice que creemos una cuenta en redes para
socializar, para conocer otras personas, explorar, compartir nuestra vida y
mostrarnos ante el mundo. Nunca vemos a las personas detrás de sus cuentas en
redes sociales, sin embargo eso no nos impide idolatrarlas o embelesarnos con
lo que nos comparten de ellos y “sus vidas”. Los seguidores que obtenemos o de
los que llegamos a formar parte, pareciera que son el contador de nuestro valor
y merecedores de reconocimiento. En realidad, la cantidad no es el símbolo de tu valor; con ella solo puede indicar un nivel de popularidad. Una persona vale por su ser, sus
acciones, su empatía, algo que esas cifras no demuestran.
Abramos con la pregunta que dio
lugar a la inquisición de este ensayo: ¿el valor de las personas aumenta por la
cantidad de followers que tenga en sus redes sociales?
Mi respuesta inmediata ante tal
interrogante sería evidentemente que no, pero como en filosofía no es
suficiente una negación tan contundente, es necesario introducir la constante
incógnita: ¿por qué?
Bueno, yo la contestaré con otra:
¿por qué un número en un espacio digital, supuesto reflejo de la realidad,
determina el valor de una persona?
Comencemos definiendo qué es
valor. “Cualidad o conjunto de cualidades por las que una persona o cosa es
apreciada o bien considerada” (Oxford Languages, 2022).
Entonces, valor es equivalente a
las cualidades de una persona. Victor Kuppers de cierta forma expresa algo
similar en esta ecuación: V= (c+h) * a. (Global Contact, 2017).
Es decir; Valor es igual a c
(conocimiento), más h (habilidad), multiplicado por a (actitud). Entonces, el
conocimiento, la habilidad o experiencia, y la actitud otorgan, en conjunto,
valor a una persona, pero, en un medio digital como lo son las redes sociales,
la cantidad de seguidores es un retrato a todo detalle de estas cualidades.
Las redes sociales y la
globalización en conjunto han derribado fronteras territoriales y llevado la
comunicación e interconexión a todos los rincones; son parte importante, por no
decir principal, en la forma en que percibimos el mundo y la realidad que nos
rodea. Por consiguiente, forman parte de nuestra interacción con los demás y la
forma en que nos perciben. Es un espacio donde tenemos el control de lo que
decidimos mostrar de nosotros; de lo que queremos consumir y cómo consumirlo,
donde se puede crecer o aumentar de followers conforme creas más contenido y
muestras más. Con solo ser una persona reconocida o famosa se crea un perfil
con una mayor interacción. El mundo existe por las imágenes que se muestran en
la pantalla. Conocerlo tal como se muestra, teniendo un objetivo y público
establecidos, en vez de verlo como lo que realmente es, la urgencia por lograr
el mayor alcance posible, confunde la cantidad de followers con el valor de la
persona, y eso no es lo mismo.
Actualmente, la persona con más
seguidores en instagram es el futbolista Cristiano Ronaldo con más de 576
millones. Distinguido y reconocido atleta, es una persona de mucho valor, pero
no por su cantidad de seguidores, sino por la dedicación y determinación en su
carrera profesional, por los reconocimientos que crearon su popularidad, la
cual lo convirtió en una figura celebre y le dotó una cantidad abrumadora de
seguidores. Entonces, como en la mayoría de los casos, ese número evidencia la
fama o visibilidad de una persona. Pero, ¿estamos realmente percibiendo a ese
individuo a través de las redes sociales o es en realidad la identidad que se
forma a partir de la información que se nos proporciona de él la que está
siendo valorada?
En un arquetipo más cercano
(nosotros mismos) lo que expresamos y transmitimos por redes sociales no es del
todo un cúmulo de lo que somos; es solo
un rose en lo superficial, un realce aparente de nuestra realidad. Nadie es
100% sí mismo en redes sociales. Incluso a veces son dos identidades diferentes
en mundos diferentes, virtual y real, porque lo que se muestra es el resultado
de un filtro de calidad y privacidad. Como usuarios solo mostramos ese 10% de
nosotros y de los momentos en los que hacemos cosas interesantes, nos vemos
bien, queremos llamar la atención; donde nos mostremos emocionantes o fuera de
lo ordinario. Pero no nos pongamos a atacar a las redes por eso, ya que eso es
lo que son y para lo que las utilizamos, después de todo sería muy incómodo
mostrarte como eres todo el tiempo. “Hemos pasado de los medios emisores a los
medios dialogantes (blogs, foros colectivos, redes sociales) que permiten a los
individuos del mundo entero compartir, discutir y entretenerse sin verse en
ningún momento” (Lipovetsky, 2023).
Ahora el objetivo de la
divulgación y seguimiento en redes sociales abre la posibilidad de entrar en el
mundo de las celebridades, el vedetismo es la regla a toda publicación, mostrar
los realces de una vida, no de años sino de instantes, donde la identidad toma
forma de la aparente y diminuta fracción del espacio-tiempo del individuo,
donde pareciera que la vida no fuera una montaña rusa con altas y bajas sino
una pendiente en ascenso a lo perfecto y estético. En palabras de Lipovetsky:
“El mundo mismo ha entrado en el sistema de la celebridad. Lo que no se convierte
en imagen y no se mediatiza, no existe” (2023).
Los followers no solo son un
impostor del reconocimiento sino también un agente y pase seguro a la farándula
y a la difusión como persona y como marca en el mundo digital; por ende, a la
herramienta personal hostigante de publicidad que ocupa nuestra atención a
diario, que implanta en todo usuario la necesidad de saber más, enterarse más y
todo al instante para estar al tanto del mundo globalizado que se refleja a
través de su pantalla.
Retomando la reflexión de
Lipovetsky: “se busca menos un vínculo comunitario que la embriaguez de los
contactos y las <<amistades>> renovadas sin cesar, el contacto
infinito, la apertura a todas las posibilidades y a los encuentros, el juego
con la propia identidad, <<otra vida>>” (2023).
Entonces bien, si sabemos que lo
que una persona es en redes sociales es el fruto de lo que quiere mostrar y no
su persona en realidad, no nos tomemos a pecho ni nos evaluemos con base en el
fantasma de nosotros mismos, que toma lugar como nuestra carta de presentación
al mundo globalizado. Nuestro valor no surge de nuestra visibilidad y
popularidad en redes sociales, es más que eso; surge de nuestro conocimiento,
experiencia y actitud, aunque tu valor no sea del conocimiento de todos. No
todo lo valioso es centro de atención.
Bibliografía:
Anónimo. (2017). Obtenido de
Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=OnPZNqtplsQ
Lipovetsky, G. (2023). La
cultura-mundo. Barcelona: Anagrama.
*Egresada de la
licenciatura en Letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Colabora
en el SEMS desde el 2020.
Leyendo las letras expuestas en estas páginas, no puedo sino pensar en
los jóvenes escritores que hay detrás de ellas, y sorprenderme de estas nuevas
generaciones de creadores que utilizan sus letras para plasmar en pequeñas o
grandes narraciones verdades tal vez incómodas, pero absolutamente necesarias
de abordar.
Son mal llamados la
generación de cristal, pero no se trata de una generación que se rompe, sino
más bien de una que rompe, que alza la voz para hablar sobre las verdaderas
problemáticas que los aquejan, y no solo a ellos, sino a la sociedad en la que
vivimos. La salud mental y los temas que la rodean se han convertido en una
constante entre los talentosos escritores de cada edición.
Entre los renglones
de los cuentos y los microrrelatos se encuentran vívidas narraciones sobre
personajes que se enfrentan a terribles pesadillas, mounstros y batallas
libradas en el peor de los escenarios: la mente. No se trata de historias
fantasiosas, sino de oscuros relatos que exponen y visibilizan los temores,
donde héroe y villano puedes ser tú mismo.
En los años venideros, Vaivén será el testimonio palpable de los inquietos y entusiastas escritores que pasaron por las aulas de las preparatorias del SEMS, que a su vez animaron a despertar las letras de otros jóvenes inconformes que encontraron en ella un lugar donde, sin tabúes, pudieron escribir sobre lo que fuera, hablar de lo que realmente importaba.
Me siento de golpe en la cama, el corazón me late como si
acabara de correr un maratón. El sudor frío hace que el cabello se me adhiera a
la frente. Siento la boca seca, como si no hubiera tomado agua durante varios
días. Las manos me tiemblan. Pero esto solo es resultado de la pesadilla que
acabo de tener, del recuerdo golpeándome otra vez. Como si no fuera suficiente
tener que revivirlo todos los días, como si no fuera suficiente haberlo vivido
en carne propia, no una, ni dos, ni tres veces. Fueron tantas que perdí la
cuenta. Al final solo desconectaba mi mente de mi cuerpo para evitar sufrir
más, como si aquello fuera posible.
Me entra una picazón por todo el cuerpo, sintiéndome sucia.
Culpable. Como es parte de la rutina, me levanto de la cama. Con las piernas
apenas respondiendo, me dirijo al baño. Me deshago de lo que uso, quedando
desnuda frente al espejo. Al ver mi reflejo, el asco me llega de golpe. Caigo
al piso junto al retrete, donde vomito.
Me abrazo tratando de pegar todas las piezas que por mucho
tiempo han estado rotas. Un sentimiento amargo me llena el pecho; soy
consciente de que después de tanto tiempo aún soy incapaz de verme al espejo.
Pero la verdad es que no hay mucho que ver.
Entro con cuidado y lentamente a la tina. La temperatura
helada del agua me cala los huesos. Con las piernas pegadas al pecho, tomo el
estropajo y lo restriego por todo mi cuerpo en busca de limpiar una suciedad
que va más allá de la física, aquella que estará siempre en mí, que de cierta
forma me caracteriza. La piel se me siente seca, pálida, áspera, sin vida ni
color. El único color que posee es el de las marcas y cicatrices que me adornan
todo el cuerpo, aquellas que me recuerdan lo que viví por años. Paso lo que
parecen horas tallando la suciedad que nunca desaparece, que todos ven,
critican y juzgan, pero que nadie me ayuda a limpiar.
Los comentarios donde me acusan de ser la culpable me
golpean, provocando que los ojos se me llenen de lágrimas, las cuales caen como
un río por los pómulos pálidos y resecos, mismos que hace tiempo poseían una
vida ahora arrebatada. Y con ellas llegan los recuerdos. Son tan reales que
pareciera que lo estoy viviendo una vez más. El cómo invadía mi cuerpo, que aún
recuerda cada detalle; cómo lo hizo sin remordimientos, sin consideración; cómo
solo le importaba satisfacer su repugnante deseo. Vuelvo a sentir sus manos
ásperas por todo mi cuerpo, tocando lugares que nunca nadie había tocado antes,
que nadie más tocará ya que ni yo soy capaz de hacerlo. Pero la realidad es: ¿a
quién le gustaría hacerlo?
“Si no fuera por mí estarías en la calle”.
La frase que usaba todas las veces que quería aprovecharse
de mí se vuelve a posar una vez más en mi memoria, atormentándome como si aún
no fuera suficiente, haciéndome sentir mucho menos valiosa de lo que lo soy.
-¡Buenos días! Pase, recuestese allí. Lo estaba esperando.
—Ojalá yo viera igual de bueno al día —me recuesto sobre una
silla reclinable que está en proceso de desbaratarse—. En fin, ¿será que tienes
galletas de las de la otra vez? Estaban deliciosas.
La silla resiste mis torpes movimientos.
—Desde luego, aquí están —pone una caja morada en la mesa de
centro, junto a mí—. ¿Me podrías recordar tu nombre completo y tu fecha de
nacimiento, por favor?
—Claro, me llamo Dios y tengo la edad del universo.
—Listo. Ya tomé nota —empuja sus lentes contra su frente
para enfocarme—. Empecemos entonces. ¿Qué te trae por aquí?
—No sé por dónde empezar. Creo que mi trabajo me tiene
demasiado agobiado. He llegado al punto en el que mi trabajo se ha vuelto mi
vida. Ya no soy capaz de separar mi vida laboral de mi vida personal.
—Ya veo. ¿Te gusta tu trabajo?
—En ocasiones no. Usualmente sí. Crear el universo fue algo
muy divertido de hacer. Luego, el mantenimiento que he tenido que hacerle es
entretenido, pero lo disfruto de verdad.
—Entiendo. ¿Entonces qué es lo que no te gusta de tu
trabajo?
—Está el tema de la Tierra. Parece que se me fue un poco de
las manos pues creé demasiadas personas. Aún así, eso de ayudar a la gente me
hace feliz. Pero me he dado cuenta de que me hace falta ponerme más atención a
mí mismo, me he descuidado un poco. También a veces siento que a nadie le
importo, que todos hablan conmigo por puro interés, que solo buscan su propio
bienestar, que son egoístas.
—¿Cómo te gustaría que te trataran?
—Me gustaría que hablaran conmigo sobre temas que no fueran
peticiones y súplicas. Hablar sobre nuestras opiniones, sobre la trivialidad de
la vida, esas cosas. Cosas sobre las que hablan los amigos —no puedo evitar
borrar la ligera sonrisa que había mantenido hasta ahora—. También me siento
mal al notar que todos me dedican demasiado tiempo a mí. Yo los quiero
infinitamente y me gustaría verlos siendo felices, viviendo su vida; eso de que
todo el día me tengan en su pensamiento no es sano para ninguno de nosotros.
—¿Has pensado en darte un descanso? Dar menos prioridad a
todo lo que sucede en la Tierra.
—No lo había pensado aunque no sé si funcionaría. Además
que, como te digo, me hace feliz ayudarles.
—Tú eres tan importante como las personas que te importan.
—Puede ser que tengas razón. Aunque creo que darles menos
prioridad no sería suficiente para mí; mi agobio es inmenso. Necesito un
descanso pleno, dejar de prestarles atención del todo… Sí, ¡eso haré!
—No, espera. No tienes por qué tomar medidas tan drásticas.
Tú eres quien mantiene la armonía en la tierra y quien atiende a las peticiones
de…
—¡Muchas gracias, mi estimado! Esta conversación ha sido muy
útil —me levanto de la silla esperando no volcarla—. Nos vemos pronto —abro la
puerta y bajo las escaleras.
—¡Por Dios! —me parece escuchar detrás de mí—. ¿Qué he hecho?
Disturbios en la ciudad causados por un golpe de estado, me colocan en la primera fila para defender a mi gente y, aunque el miedo me consume, acepto. Diviso la muerte en una esquina. Parece observarme divertida. Claro, no tiene que moverse ya que voy corriendo hacia ella.
Sálvame | Meily Danae Magaña Montaño. Preparatoria Regional de El Salto.