Menorrea

Tomen, pero no beban todos de ella

que ésta es la sangre de mi cuerpo

sangre derramada por mí,

no por él, no por nosotros.

Sangre de la alianza,

y la perpetua condena,

no del costado,

pero que, en sus lapsos de presencia,

con el mismo ardor aqueja.

Sangre inmaculada,

preciosa mensajera,

de ausencia de vida

inhibiendo de penas

encomendada a la mujer,

para nacer, brotar y correr entre sus piernas.

Valeria de la Torre Solís

Egresada de la Preparatoria Regional de Huejuquilla, módulo Mezquitic