El temible espejo de nuestra vida

Silvia Montserrat Rojas Ramos

Preparatoria Regional de Autlán de Navarro

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2018

Resumen

La labor de la filosofía a lo largo de la historia ha sido resolver pesares humanos mediante la reflexión de algunos de los misterios que nos aquejan. Y aunque ha prestado su atención a unos más que a otros, uno de los más importantes es la muerte, que se teme más que a nada por el simple hecho de arrebatarnos la vida. Las maneras de ver al capítulo final de nuestra existencia son distintas, por eso es y será siempre controversial. Temer a morir, por el no saber que hay más allá de la muerte, nos ha hecho olvidar que estamos vivos. Por eso, es importante que comprendamos la implicación de la muerte en nuestro vivir, ya que ésta, cual espejo, refleja nuestra vida. Al comprender el sentido de la muerte obtendremos el valor de vivir, dejando atrás aquel deseo de existir siempre.

Conceptos clave: muerte, vida, filosofía, trascendencia, valor de vida, sentido de la vida, miedo.

La Filosofía, en el transcurso del tiempo, nos ha regalado un sinfín de ideas que han calmado, de alguna manera, problemas eternos que han consternado el existir del ser humano por miles de años. Esto gracias a su recurso más preciado, tesoro y piedra angular de la cual nació esta ciencia: la razón. No existe idea en este mundo que tenga mayor validez ante cualquier ley mundana que aquella que está fundamentada por la razón. Sin embargo, algo que ha detenido a todos aquellos pensantes en su camino de la búsqueda incesante de la verdad es eso que el ser humano teme, nuestro posible y único rival, ese momento final, esa neblina obscura que nadie ha logrado disipar, el límite de toda idea humana: la muerte.

Existen infinidades de cosas a las que tememos, pero nada se compara con el miedo que se le tiene a la muerte. Platón, en el diálogo de Fedón (2007), con sus palabras nos dice que filosofar es aprender a morir y asegura que la verdadera filosofía no duda en abordar el tema de la muerte. Nichiren, desde una perspectiva budista, también dice que “primero estudiar la muerte antes de estudiar cualquier otro asunto” (Ikeda, 1993 parra: 4). Con esto se alienta a buscar el significado de la muerte, para así descartar ese miedo que amarga la existencia. Las maneras de percibir la muerte son distintas, por eso es difícil tener un concepto de ella. Esta incógnita trae consigo una más: ¿qué hay después? Cuando comprendamos el sentido, obtendremos el valor de la vida. No lograremos entender qué hay más allá de la muerte hasta que no abandonemos el deseo de siempre existir.

La muerte como algo inevitable, trae consigo una serie de percepciones sobre ella, vista desde distintos campos tales como la religión, la ciencia y la filosofía. Estos puntos de vista buscan, de alguna manera, que el ser humano deje de preocuparse por aquel momento final. Así como la filosofía busca calmar pesares humanos, otras disciplinas buscan disminuir el miedo que provoca la muerte, pero con métodos muy distintos al de la reflexión. Para los médicos, por ejemplo, la muerte no es más que la pérdida irreversible de la función del organismo humano, concepto biológico que presupone la pérdida de la conciencia, la capacidad de respirar y tener un latido cardiaco espontáneo (Castro, 1999). Otro ejemplo es que la cultura occidental tiende a ignorar la muerte, a ocultar todo sentimiento que ella provoca. Sin embargo, la manera en que las personas la perciben es sumamente distinta. Un niño y un anciano jamás verán la muerte de la misma manera, ya que el niño conforme crezca tomará consciencia de que un día morirá, mientras que el anciano tiene presente esa idea cada noche antes de dormir. Estas percepciones de la muerte son alteradas por definiciones establecidas desde distintos puntos de vista, varían en los diferentes campos.

La filosofía ofrece términos más profundos que nos abren las puertas del pensamiento. Comencemos con la teoría de Platón. Roberto Esteban Duque, sintetizando la idea platónica sobre la muerte, dice que ésta “se presenta como verdadera liberación del alma y el camino de esta para alcanzar el bien supremo” (2009, p.31). Esto nos explica que el alma sólo cambia de lugar, ya que el cuerpo la mantiene presa cual cárcel, y en el momento de su muerte se libera hacia el mundo eterno de las ideas. Esta afirmación es aceptada por distintas sociedades y religiones, pero de igual forma rechazada con el argumento de que aún no se comprueba el hecho de la existencia del alma.

Epicuro, por su parte, nos dice que perdemos conciencia al morir, por lo que describe este miedo a la muerte como algo irracional, ya que no coexistiéremos con ella. Si no nos percatamos de nada antes de nacer así será después de morir. En su Carta a Meneceo dice:

Acostúmbrate a pensar que la muerte no es nada para nosotros. Porque todo bien y todo mal residen en la sensación, y la muerte es privación del sentir. Por lo tanto, el recto conocimiento de que nada es para nosotros la muerte hace dichosa la condición mortal de nuestra vida; no porque le añada una duración ilimitada, sino porque elimina el ansia de inmortalidad. Nada hay, pues, temible en el vivir para quien ha comprendido rectamente que nada temible hay en el no vivir (2013, parra. 3).

De manera similar, Fernando Savater nos dice que no podemos saber qué es la muerte, ya que todo conocimiento lo contraemos de la experiencia, por lo cual no sabemos qué es morirnos, ya que sabemos qué es ‘morirse’, más no ‘morirme’ (1999).

Sin importar cómo percibamos a la muerte, no podemos escapar de ella, ya que tiene una relación inquebrantable con la vida. Como se refleja en la pintura de 1916 de Gustav Klimnt, Muerte y Vida, la muerte se encuentra observándonos a cada momento de nuestra vida. La muerte llega por distintos caminos, ya que no siempre es, como muchos imaginamos, de manera natural. Una de las formas ‘inesperadas’ de concebir la muerte es el suicidio. Ejemplo de ello se encuentra en la enigmática novela de Herman Hesse El lobo estepario, ganadora del Premio Nobel en 1946, donde la muerte es vista como una liberación que el personaje principal sólo puede alcanzar a través del suicidio.

El miedo que se le tiene a la muerte nos ha sido infundado, muchas veces a través de historias o leyendas, como en la Divina Comedia, de Dante Alighieri. En ésta obra medieval se muestran castigos a actos cometidos en vida. Si lo analizamos, su fin no es aterrar si no hacer reflexionar sobre que la muerte y la vida están relacionadas a través de nuestros actos.

El deseo de trascender nace de querer ser inmortal, del miedo de ser olvidados. De igual manera, nos atormenta si es la eternidad lo que hay más allá de la muerte. El trascender tiene relación con la forma en que morimos ya que la vida y la muerte están atadas, ya que se dice que la manera en que morimos dice cómo vivimos.

Si queremos llegar a ser buenas personas de verdad, debemos familiarizarnos con la idea de la muerte. No necesitamos pensar en ella todos los días ni cada hora. Pero cuando la senda de la vida nos conduzca a una posición ventajosa donde el paisaje alrededor desaparezca, y contemplemos la vista distante hasta el mismo final, no cerremos los ojos. Hagamos una pausa y luego prosigamos (Schweitzer, citado en Gómez, 2018).

Hemos visto cómo se percibe la muerte por la ciencia, el arte y la filosofía; sin embargo, debemos tener claro que la muerte no es más que un límite, estrictamente necesario para que la vida siga su curso. No existe ser en el universo que un día no tenga que morir. De no existir no se viviría lo que se vivió. Trascender no es tan importante, pero ser en vida sí lo es, así que preocupémonos por cómo somos con las personas que nos rodean.

Bibliografía

Castro, I. (1999). Concepciones ético filosóficas de la muerte. Recuperado el 9 de abril de 2018. Disponible en: http://www.cocmed.sld.cu/no33/n33ori1.htm

Epicuro (2013). Filosofía para la felicidad. Madrid: Errata Naturae. Disponible en: https://ecopolitica.org/carta-a-meneceo/

Esteban, R. (2009). Ensayo sobre la muerte. Madrid: Encuentro. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?isbn=8499205445

Gómez, S. (2018). Muerte digna. Cuando la muerte es personal. Argentina: Universidad Adventista del Plata. Disponible en: https://books.google.com.mx/books?isbn=9877650053

Ikeda, D. (1993) La perspectiva budista de la vida y muerte. Recuperado el 9 de abril de 2018. Disponible en: http://www.daisakuikeda.org/es/filosofoo-la-vida-y-la-muerte.html

Platón, (2007). Diálogos, México DF: Editorial Porrúa. Savater, F. (1999). Las Preguntas de la vida. Barcelona: Ariel. Disponible en: https://www.slideshare.net/cuadernosaltoke/las-preguntas-de-la-vida-fernando-savater

Pánico. Gisel Guadalupe Ramos Pérez. Preparatoria Regional de El Salto.