Unidas por la patria, esa que nos viola, nos desvalora y nos mata. Esa que minimiza nuestros sueños y creencias. Esa que nos dice: “no tan corto, no tan largo, [no tan gorda, no tan flaca, ¡no tan humana!”
La sociedad se ríe, y asesina a quienes un día pidieron una [vida digna. Nos confunde para pensar que sin violencia no hay amor. Que en nuestra vida debe permanecer el terror. Hoy, otra hermana ha sido asesinada, otra madre, otra [hija, todas lloran y la impunidad aflora.
Y dicen: «ahora todo es machismo», pero siempre lo ha sido. Hoy abrimos ojos, bocas, oídos, por necesidad, por dolor, [porque no hay otra opción. Grita por nuestras antepasadas, grita por nuestras [hermanas y grita por las niñas del mañana.
Y me visto como quiero. Me maquillo como quiero. Amo como quiero. Y lucho como debo.
Me juzgas por no querer morir y me juzgas si lo hago. Que si me lo merecía, que tal si te callas y escuchas. Mis gritos son de ayuda.
Dime, patria mía, ¿qué quieres de mí? Porque yo de ti, solo quiero mi derecho a vivir.
Día con día la autenticidad es manipulada Descaradamente transformada Conversa, ensimismada Dicha ella, carente de manera Carente, de tutela De propia forma e incompuesta referencia Se dice que a ella se le olfatea Y su esencia poco a poco Se esfuma con su tristeza Ella dijo que desaparecería entre emblemas y problemas Pobre autenticidad, sólida como una piedra Dispersa como la calígine, como la sangre que se hiela A la muchacha no se le ve entre la niebla Enmascarada entre millones de caretas Abstracta e inconforme Corre al rio que se parte El rio de sequedades Yo Río de sequedades Juntos Riío de sé que dades Dades De un rio Que quedo Se Ríe De Mis V E R D A D e s
Hespérides| Alana Michelle Cantón Moreno. Preparatoria 9
Las espigas de una sociedad que se derrama en sí misma por la crueldad de los hombres La sangre se derrama por la crueldad de los hombres al mando del mundo que por sí solo arde en llamas
Te venderé me repetiste mil veces, al sonar las alarmas de nervios de cristal “Nunca volveremos a ser humanos” Ellos advertían Este lenguaje en el que mi comunicado escribo ciegamente, todo oculto, toda abra cambiada, ¿para entonces no es así?
El egoísmo del poder y la Ira del omnipotente ser creador superior
ante cualquier ley moral, de control mental, toda la ira CAERÁAAAAAAAaAAaáA
sobre este.
Nuestro ser.
No se va a conocer más nada, nunca más nunca jamás, YA NO MÁS Solo el tormento de los espíritus muerto vivientes en inminentemente e interminable, desdicha, condena
El temor te hará sufrir, te hará llorar, te acelerará el
ritmo cardiaco, desearás tu misma muerte, te lastimarás, mirarás tu carne
enrojecida, yo te corromperé, no comerás ni beberás hasta ver mis deseos
satisfechos,
Hasta que vea los miles de cerebros y vértebras de inocentes
en las calles de la ciudad desolada, por mi culpa, todo es mi culpa, TODO MI
CULPA ¿NO ES VERDAD?
Los electroshocks serán efectivos, todos ellos a máxima
potencialidad, y las lágrimas con el sudor saldrá disparada por todos lados
como en una lluvia de esperma orgiástico
Los latigazos reinarán, el dolor, rugiente gobernará sobre
el pueblo desconsolado. Las órdenes y leyes reinarán, el libre albedrío nunca
ha existido, así mismo
La Utilidad es y por siempre será la única manera en que un ser obtenga su propia autonomía, su libertad, su plusvalía, no se merecen nada más”.
Las lágrimas del mundo futuro derramadas en mis sueños| Israel Gallegos Olguin. Preparatoria 9
En la orilla del mar, justo donde las olas se rompen, estaba
buscando una piedra que resaltara. Pensaba en ti. El velo de las aguas,
remolinado y espumoso, se abría y se cerraba a mis pies nublando mi camino
hasta que se cristalizaba para dejar al descubierto ese otro mar por debajo del
mar de agua, el de piedras y arena limpia, donde cafés, blancas y negras rocas
me miraban por momentos como despidiéndose de mí pues la marea se las llevaba
con ella y regresaba con nuevas miradas piedras. Y para seguir yendo y
viniendo, caminé. Caminé y seguí buscando mientras te pensaba.
Encontré entre lo opaco una bella piedra.
Cuerpo de arena Vida de agua
Revuelves mis sueños pedregosos
Mojas mis tierras Revuelcas mis ansias
Eres luz y color Eres agua
Eres piedra entre piedras Un azul brillante entre lo opaco
Cuerpo de arena Vida de agua
Arenoso cuerpo, el sol nunca termina de secar. Pensaba en ti mientras buscaba una piedra.
Viajé como pétalo de cempasúchil a las brasas de la muerte blanca, amanecí tendida en las llamas creyendo en lo erróneo del fin pues a mí llegó un nuevo aliento del pensamiento de un alma gentil
Escuché a lo lejos aquel canto que mi familia entonaba ágil para que a ellos pudiera ir. Tomé nota de la luna menguante, que me observaba con culpa del vislumbro que su reflejo causaba en mí
Y de regreso, caminé sobre el puente oloroso de flores anaranjadas que me llevaría nuevamente, al infierno de la tierra en llamas
Y olí los enormes y variados platillos y me deleité con montón de sabores y me sentí bien viva al alzar la voz; llena de sangre, cubierta de mil colores y fui corriendo a lo que le daba gracia al existir de mi nueva risa.
La muerte me permitió quedarme un rato más, la convencí de dejarme admirar su cara, notó lo asustada que estaba, y me recordó cual afortunada fui. Me dejó abrazarla con fuerza, y entre las manos me devolvió cargada, y con su hoz, atada a mi pecho dejándome sentir: calma y así, finalmente, morir feliz.
Una vez mi madre dijo de mí que amaba profundamente, y la mire a los ojos avergonzada cohibida de la verdad se había dado cuenta que estaba sobre un declive dirigido a la destrucción, dirigido a la amargura y a la afinidad de los sexos.
Recuerdo la primera vez que te vi: llegué tarde a tu entrada a escena, solo pude mirarte confundido mientras te desvanecías para volver a actuar.
¿Por qué estás de nuevo aquí? una respuesta no me vendría tan mal, me ha costado bastante sonreír como para que te vuelvas mi femme fatal.
Toma este bálsamo labial y úsalo hasta que te lo acabes, que por la forma en la que los mueves no parecen ser noticias suaves.
¿Cómo es que tu apariencia es tan gastada? Juraría que guardas retratos en tu ático, te tomaría tantas fotos que solo vienen de [pasada, donde dejas tus huellas manchadas [de amoniaco.
Odio ser el único al que te postras, ¿será por miedo, pena o inseguridad? ¿O es porque tú misma te amordazas? Una masoca, una dama y una inmoral que se alimenta del desprecio de [cualquier animal.
Eres una espectadora que mete mano, solo cuando algo no le gusta, dañas inocentes, un método insano, tus nudillos dan orden de forma injusta.
¡Responde de una vez! y deja las formalidades a un lado, ponme estos tragos amargos en factura, que con el coraje me haces tragar cualquier platillo está de más.
Te has llevado a tantos de mis conocidos, extrañamente te vuelves más familiar, qué sabrás tú de dependencia emocional, si eres tú la que rompe los lazos.
Ni un canuto es tan vulgar como tú que te da miedo inhalar, pero te llevas los últimos suspiros, y en un respiro te vuelves a relajar.
Luces más decaída de lo usual, noto la pena en tu mirar, te preguntaría qué ocurre, pero esto tiene que acabar.
Recuerdo tu modus operandi, no medias palabra con quien se ha ido, llegas, tomas y te largas, solo un cuerpo en el sillón.
Entro en cuenta de qué hiciste…. Veo por lo que estás triste, No fui yo el que llegó tarde Fuiste tú la que me lo permitió.
Leonel Olua García
Preparatoria 9
Faltas en mi laberinto| César Osvaldo Hernández Sánchez. Preparatoria 9
Padecí de tu ternura y lo único que tuve fue una acentuación de tu ruptura, donde ni tu egoísmo cabe.
De tu amor a tu odio, de tu atención a tu indiferencia, tú de un rápido estudio y yo una lenta diligencia.
Atenué la oscuridad de tu partida, aferrándome a tu luz confiado y valeroso, con la mentira que me destruye la vida y a un lado la verdad de un meticuloso.
No te culpo por irte y cambiar, te culpo por no llevarte este recuerdo, que te sujeta de par en par, por más que me quede poco cuerdo.
Soy solidario y fiel a ti aunque tus guerrillas se cruzaron, tu áspera bondad me cegó cual paloma que no entiende el mensaje de paz de un soldado.
Tú la infiel infeliz consensuada, con maldad y respeto de aliada. Fuiste verdad de Dios comprobada y de Lucifer, lealtad mancillada.
Quería entender mis pensamientos sinuosos, dejándome llevar por la espina de tu espalda, resbalando en malentendidos por tu cintura, conjugando con los dorsos de tus rosas secas.
Usando un “y” cuando ya no coordinamos, o bien las farsas que nosotros adjudicamos. Pero contigo como jueza y yo como el responsable, ni siquiera se salva el verso más amable.
Quedándome vacío por más que abarque, el amar nos sobrepasó el estanque, de zarpar mares a mar muerto y volverse un náufrago que no puede encontrar el puerto.
Viéndolo en retrospectiva, noto que siempre hubo un tercero en discordia. Hubo tantos momentos marcados sobre piedra que ninguna gota precipitada podría borrar, pero él fue la cascada entera, mientras yo era agua templada de una laguna calmada en La Paz.
Cada cuando tenemos la oportunidad de coincidir con palabras que nos gustan tanto, que las pedimos para llevar, hasta el fin de nuestros días, pues desafían el mal sueño, un pestilente día o esa mañana grisácea de un gélido invierno. Ese es el caso de la presente selección de poesía en nuestro número 21 de Vaivén: nos da el sentir de sus colores en hábitos diurnos y nocturnos, convertidos en actos amorosos por jóvenes escritores del Sistema de Educación Media Superior de la Universidad de Guadalajara.
Sus poesías son audaces y frescas, describen la forma en la que pueden pintar pieles distantes hasta la fisura de los huesos, entre sus emocionantes vivencias, en las que exponen sus ideas sobre el amor, nostalgia o reflexiones sobre la condición humana en inspiración hecha palabra.
Estos decididos poetas lanzan sus plumas con osadía a las llamas de los deseos, para hacernos apreciar sus más íntimas reflexiones y sus propias luchas cotidianas, producidas por el incesante encuentro con lo efímero y fugaz. Ellos entienden del sentir nacido de la poesía en contraste con la terrible realidad, que embellecen con arte.
De la misma manera, los lectores encontrarán formas de pensar sobre la vida, felicidad, muerte, violencia o las bellas imágenes como la vida contenida en una gota o los miedos de las ausencias. También hallarán mil noches tranquilas, el umbral de sus soledades. Con su poesía no se puede dejar de experimentar todas las emociones liberadas de su alma, ese es el poder de las palabras que rompen, empapan y se apilan entre nosotros.
Les invitamos a disfrutar de estos amantes de la palabra con imágenes que nacen de ella; momentos llenos de esencialidad que nos sobreviven, superan, desesperan, colman, acercan y nos comunican como un vaivén.
María Adriana Sotelo Villegas*
*Poeta y docente en la Universidad, imparte clases de filosofía desde hace 29 años. Ha publicado en revistas literarias y científicas. En la actualidad, es jefa de la Unidad de Vinculación del Sistema de Educación Media Superior.
Miro tan solo lo hueco que es este hogar tan solo quiero escuchar pero el sonido se detiene. Nada se entiende.
Me desmayo de tantas palabras absurdas llenas de mentiras. Si tan solo dejaran de pensar en sí mismos. Quizás todos seriamos comprendidos.
Estoy despedazando mi ser al explotar, no quieren dialogar. La negra y peligrosa noche está llena de sonidos. Estoy cansado de los incontables silencios.
¿Realmente escuchan lo que suelo gritar? Mis movimientos hablan sobre reclamar, sin embargo, solo quieren razonar. Nada de sentir, solo pensar.
Solo camino, no me detengo porque los ecos se han perdido. Parece que en esta casa es algo prohibido. En mi corazón veo un temporizador que ha concluido.
Son personas importantes para mí pero cada que lo intentamos solo estoy soñando; el encanto se acaba al dormir.
Suelo pensar en todas sus palabras cómo quieren empezar a comunicar. Es solo tiniebla absurda pienso en que eso es basura.
¿Quieren saber lo que pienso? Váyanse al demonio con su divinidad, la voz de la supuesta verdad quien les dijo que era aquello.
Encadenado a mis ideas constructivas. Encadenado a mi frustración. Desencadenado de su razón. Desencadenado de sus expectativas.
Cada momento me derrito en calor del ruido con este dolor en este sentimiento, marchitando mi forma de girasol.
Genero mi propia música, el ritmo que me liberará, que me abrirá a hablar. Pero nada de lo que dicen los justifica.
Ahogados en su propia destrucción. No necesito hacer algo yo ya estoy nadando pero como todos, están en su formación.
Mi paciencia ha terminado. Les diré lo incomodo, lo que genera lo más bellamente desastroso. Esto acabará con todo lo sombroso.
¡Fuera la nada! Entran las voces de mis límites de mis colores así acabando con el silencio está es mi jugada.
¿Qué esperas de mí? No soy la persona con la que quisiste pasar el resto de tus días. El viento se llevó lo que quedaba de nosotros, se sintió como cuando llevabas el timón. Todo parecía seguro hasta que volteaste el barco y los rastros de nuestro amor fueron aquellas cicatrices que quedaron marcadas en nuestra piel. Las lágrimas en mis mejillas me recuerdan a la brisa del mar, pero la playa sola se siente como casa, así se siente después de que te marchaste. La ceniza cae como la nieve y el papel de las cartas se consume en la llama de nuestro recuerdo. El fuego irradia luz que inunda la oscura y fría habitación, y en esa sensación de desespero que dejaste. Comienza a sonar el eco de la luna, entrando por nuestra ventana. Y ahí están todas las promesas, sonando al compás del llanto nocturno, causando que las páginas de Hamlet se empapen, haciéndolo más trágico de lo que ya era. Luego llega la hora de Morfeo. Viene a visitarme y me castiga a través de sueños, proyectando la ligera luz de las velas, en aquella balada tan maravillosa cuando el tiempo no avanzaba y mi desdicha no comenzaba.
Banshee
El alma en pena que atormenta mi pasado hace que tambalee mi futuro. Los fantasmas de las navidades atormentan años enteros y tengo miedo de que los demonios salgan. Lágrimas saladas con gritos ahogados retumban en mis sueños y no queda más opción que estar despierto, porque tengo miedo de que al más mínimo movimiento termine cayendo en un pozo sin fondo. El dolor no considera y me atormenta en bucles eternos durante noches largas. La habitación desprende olor a cigarrillo, el amargo aroma que acompaña mis mañanas. Ese reflejo en el espejo muestra todo lo que los demás ven, pero no lo que en realidad pasa. Sonrisas falsas y emociones vacías. Cabezas huecas llenas de melancolía.