Dicho

Donde hubo fuego, cenizas quedan. Al menos eso dijo mi madre en algún punto de su vida. Tomé la cuerda y la amarré en el techo.
Donde hubo fuego, cenizas quedan. Tomé la silla de madera y la coloqué debajo de la cuerda suelta.
Don… hubo fuego ¿cenizas quedan? Tomé a aquel hombre y lo obligué a pararse sobre la silla.
¿Donde hubo fuego, cenizas quedan? Cuando la soga estaba alrededor de su cuello él comenzó a llorar.
—Donde hubo fuego…
—Hija…
Pateé la silla y mi padre colgó de aquella cuerda.
—Cenizas quedan.

 

Miranda Elizabeth Guillén Llanas
Preparatoria 2
Publicado en la edición Núm. 12

De amor no sufriré nunca más Mónica Estefanía Gandarilla Muñoz  Preparatoria Regional de El Salto

De amor no sufriré nunca más
Mónica Estefanía Gandarilla Muñoz
Preparatoria Regional de El Salto

La rutina

Cada día despertaba a mi esposa con un tierno beso en su frente, preparaba el desayuno y se lo llevaba a la cama. Después le ayudaba a cambiarse y le ponía su perfume favorito. Cada mañana me despedía de ella antes de ir a trabajar. Cada tarde terminaba de trabajar y regresaba a casa. Al llegar, ella me esperaba en el sillón viendo la televisión. Cada noche preparaba la cena, nos sentábamos en el comedor a cenar y le hablaba sobre mi día. Cada noche llevaba a mi esposa a la recámara después de bañarme y le ayudaba a ponerse su piyama.

Cada noche lloraba esperando a que ella regresara. Cada noche me arrepiento de haberla matado.

 

 

Vanessa Mardueño Zepeda
Preparatoria Regional de Autlán
Publicado en la edición Núm. 12

Cita

Pasé media hora platicando con ella en el parque. Ya había conseguido el coraje para invitarla a salir, y antes de que pudiera articular palabra ella dijo: “Voy a retirarme”. Se levantó, extendió sus alas y se fue.

 

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Ángeles María de Jesus Madrigal Birueta Preparatoria Regional de Autlán de Navarro

Ángeles
María de Jesus Madrigal Birueta
Preparatoria Regional de Autlán de Navarro

El placer de la Poesía

Escribir poesía no es dejarse ir en la hoja, o recuperar instantes; es perseguirse cada día, perderse sin poderse encontrar. Uno escribe porque cree que no tiene otra cosa mejor que hacer. Las palabras son caprichos, ideas escondidizas que no quieren ser encontradas; el lenguaje es un verdugo que las persigue sin tregua. Por eso escribir poesía resulta placentero, porque se puede atrapar a las ideas y torcerles el cuello, o deshacer ciudades enteras, construir de la nada, del caos que es la ciudad, de los miedos que nos toman cuando recorremos lo desconocido, de los anhelos de viajar a otros hemisferios en busca de no sabemos qué.

Escribir poesía es reconstruir la realidad para dejar de ser, para volver a ser, o para ser realmente. Uno debe encontrar el vocablo exacto, dice el poeta, que le pronuncie eternamente. Es despertar del sueño de la eternidad y darse cuenta del momento; es vivir a instantes y saberse efímero, volátil, saberse una pequeñísima partícula de polvo pegada a la ropa cuando caminamos tratando de escapar del trabajo, de la rutina, del tedio de estar vivos eternamente.

Despertarse del silencio y abrirse a la poesía, esa es la tarea de quien escribe, abrir la ventana y sentarse horas, días, estelares, y contemplar la vida, tratar de recuperar algo de lo que Pessoa sepultó en la ventana de su casa, que puede ser la ventana de la casa de cualquiera. Abrirse a la poesía es recuperar el tiempo perdido, ir contra la corriente, desprenderse de las ideas de todos para ir por las que nadie quiere, las ideas que se encuentran ocultas quién sabe dónde.

Escribir es oponerse al pensamiento identitario y declarar que no se es, que uno no quiere ser nunca porque la vida está hecha de inestabilidades, de inaccesibilidades, de sujetos a medias. Y uno quiere ser del mundo cuando es poesía. Decir que somos es aventurarse a que se burlen de uno cuando se escribe.

Sé que si de golpe a golpe los dedos no se enfrentan al mundo sobre el teclado o deslizándose sobre la hoja, entonces no sé qué es ser, existir o vivir.

Todo poeta nació para ser mundo y universo; por eso, cuando se queda mudo y la hoja en blanco aparece como un continuo, se siente ser humano, vuelve a sentir la imposibilidad de ser, porque ser poesía es habitar la posibilidad.

*José de Jesús Aguilera Silva

*José de Jesús Aguilera Silva (1984, Guadalajara, Jalisco) es licenciado en letras Hispánicas por la Universidad de Guadalajara. Es también promotor de lectura y escritura creativa desde 2008 y ha  participado en diferentes proyectos literarios con organismos Nacionales e Internacionales, tales como Alas y Raíces proyecto de Conaculta; “Escuelas abiertas para la equidad”, proyecto multidisciplinario de la Secretaría de Educación Pública y la Oei Latinoamérica, así como el programa Luvina joven de la revista Luvina de la Universidad de Guadalajara, y el Programa de Fomento a la Lectura de la Escuela Preparatoria Regional de Tonalá Norte de la UdeG. Además es colaborador de la Revista Apócrifa Art Magazine.

Glíglico

¿Quién afirma con certeza
que las palabras no pueden jugar
a la trais o a los encantados?

O que cuando viramos entre páginas
les embiste una esquizofrenia maldita
que las tumba, las duerme, las sube al mar.

Que las palabras también se enamoran
y se rebelan, y cuando corren se caen
en los brazos de quien no deben.
Que las palabras, por las noches,
salen de casa y duermen juntas
bajo los puentes
después de festejar con champaña.

Nadie ha visto cómo es que las palabras
ebrias, caídas y medio muertas
juegan al glíglico ni a las jitanjáforas,
ni cómo se columpian en la mano de Cortázar
para liberarse de su descanso  eterno.

Nadie, más que ellas, podría jamás
descifrar el campo fértil que las alberga.
No debe hacer uno más que cantarlas
y jugar con ellas al glíglico
tal y como a la trais.

 

 

Jesús Alejandro de la Torre López
Escuela Preparatoria Regional de Huejuquilla, Módulo Mezquitic
Publicado en la edición Núm. 12

Tu nombre

Te convertí en algo más que poesía
escribí mil versos que hablaban de ti.

Pinté tu risa en el aire,
pinté tus manos
sobre el lienzo de mi cuerpo.

Dejé grabado tu nombre en el agua,
las siete letras
que componen tu nombre.
En este justo instante alguien
te  de-le-tre-a

 

Karla Verónica Vargas Ramírez
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Árbol

Él llego como el otoño;
recogió cada hoja que cayó.
Quizá se aprovechó de la fragilidad
que sólo él sabía
me consumía.

El invierno
me cubrió con sus capas finas de hielo.
No quedó nada
Me destruyó por completo
pero la primavera me hizo más fuerte,
me llenó de vida
y cuando llegó el verano
él, simplemente, no me reconoció.

Karla Verónica Vargas Ramírez
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Razón de la naturaleza muerta Paulina Elizabeth Gutiérrez Ayala Preparatoria Regional de El Salto

Razón de la naturaleza muerta
Paulina Elizabeth Gutiérrez Ayala
Preparatoria Regional de El Salto

Finges no saber volar

¿Te digo un secreto?
El otro día vi a un ángel disfrazado de niño,
el niño disfrazado de joven
y el joven disfrazado de felicidad.

Si lo miras desde lejos
y con cuidado puedes ver sus alas enredadas en sus chinos
Él cree que no lo noto cuando entre risas reza al infierno y entre cantos canta y encanta a las sirenas disfrazadas de niñas escondidas en maquillaje…
El ángel a veces llora
pero cree que como ríe a la par no le veo las inundaciones de casas flotantes en sus ojos.
El ángel no se enamora
porque tiene miedo de que le arranquen las plumas
como pobre ave domesticada.
El ángel no quiere estar en una jaula,
este ángel se alimenta de sueños, no de alpiste
El ángel no folla, placer le sobra
no necesita más.

Pobre ángel… sus alas tienen polvo y su polvo más polvo
Y a su corazón le falta una rumba.

Este ángel no es como todos los ángeles
Éste no nació con arpa, nació con guitarra
Este flota con cada paso para disimular que sus pies se cansaron del suelo…
El ángel no perdona
no es un enviado de dios.
Es el sueño de un trastornado que volvió a la vida.
Dicen que estar aquí es su castigo,
por tomarse en jugo lo que sería la manzana de Adán.

Leamsi Abigail Cortes Barth
Preparatoria 7
Publicado en la edición Núm. 12

Titanio

Indagar en lo más oscuro es estar dispuesto a quemarse en seis o siete grados,
la quintaesencia no se colorea por sí sola ni dispone de fotosíntesis o algún mecanismo de auto-alimentación.
Sentado en el tren, mientras al chico de al lado le tiembla la pierna,
recuerdo el pulso sudoroso de un chicloso placer que masticamos al ritmo del colchón;
las pupilas caóticas, los colores ausentes,
las caricias constantes, los recuerdos presentes,
las jugadas probables, los paisajes mentales,
las fumadas restantes, los idóneos sobrantes,
las directrices etéreas, los ángulos perfectos,
las placenteras tragedias, los ejes expuestos…

Porque si el perro no estuviese encadenado, habría salido disparado desde su correoso y eterno hacinamiento. La victoria era el humano, la sangre hervía en dirección carnívora, hueso que sin duda se masticaría con mucho estrés.
“Mi rabia será la gangrena de su garganta”.
Los nudillos han lijado la pared que les limita,
la guerra me quitó la sonrisa y apretó mi quijada,
eliminó los rencores al invertir las visiones,
volviste a la realidad,
y ahora eres
lo que no solías ser…
Voces horizontales, verticales, diagonales,
una enchilosa biopsia craneal, lobotomía quimérica,
disonancia cerebral, simbiosis misteriosa,
matices más intensos, ilusiones puntiagudas,
desmotivación persistente, ansiedad sin origen…
Una cuerda áspera trepa y rosa la entrepierna,
un diente encarnado en la tráquea que se hunde en el lodo,
un violento enfrentamiento controla mis oídos,
escalofríos sudorosos con mareos y delirios,
comezón bajo el esternocleidomastoideo,
congestión muscular, contracción esquelética,
paranoia excesiva, urticaria genital, ladrillos en la uretra…

El último brillo del sol viajó para susurrarte:
“Todas las lunas que encendiste, cargabas mis sueños de combustible, ahora dejo de quemar, porque ya no me deseas”.

 

 

Luis Isaac Lamas Estudillo
Preparatoria del Centro Universitario UTEG Américas
Publicado en la edición Núm. 12

Xenón

El pecado desolló los límites.
Intentas ser foráneo, pero eres inquilino,
velar del inconsciente, en tu antebrazo.
La vana ilusión sublime te sujeta del otro.
Quieres ser ingenuo, a la vez, sagaz.
¿Será el cuerpo, una jaula que nace de rodillas?
Las nubes se estiran para sudar el éxtasis,
la tierra se abre de piernas para hacer gárgaras con el fuego,
Una daga sin saliva zozobra sobre tu cuello.
El canto del cuervo se afina con el filo de tus uñas,
un látigo no camina sin su amo,
¿Podrá una herida deformarse al sentir un orgasmo?

Dondequiera que haya sangre habrá una ebullición que coincide con el grado de excitación adquirido, pero ¿es usted capaz de imaginar una sensación clandestina?

¿será probable que vea al diablo y soporte que el diablo le vea a usted?

por consiguiente, ¿qué le emitirá?, ¿bajaría usted la mirada?

¿lo intentaría seducir?, ¿le daría la espalda?, ¿qué hará usted cuando discierna que aquí las lágrimas son alfileres calientes quema rostros?, ¿logrará filosofar el significado de un sufrimiento punzocortante?

Sin tocar las mentiras abracé la deducción,
sin llorar por las lesiones caminé hasta la salud,
sin oler tu fragancia embriagué mi imprudencia,
sin mirar tu cuerpo imaginé la exuberancia,
¿Qué pasará si la utopía se colorea por sí sola?
¿Podrá el cuerpo y la mente, soportar el desmesurado voltaje del caos?

 

Luis Isaac Lamas Estudillo
Preparatoria del Centro Universitario UTEG Américas
Publicado en la edición Núm. 12

Helio e hidrógeno

No es una helada ventisca,
es el catar de tus sueños.
No es un rocío doloroso,
sino la síntesis bilateral de nuestros géneros.
No es un abismo en la gravedad…
Es la antítesis de tu perfume.

Fuiste la sequía de Venus,
eres la ira de siete razas decapitadas,
serás génesis en tiempos de fe.

Naciste en la virgen excitación del sacrilegio,
violaste el sosiego y la euforia,
la disciplina y la anarquía,
la admonición y el elogio,
el amor y el odio.

Electrizado por el cáliz que diseñó los infiernos,
deteriorado por el velo punzocortante de la realidad,
desesperado en la quemadura del melancólico,
exasperé mi intestino grueso, cuando sólo quería aventar flemas.

 

Luis Isaac Lamas Estudillo
Preparatoria del Centro Universitario UTEG Américas
Publicado en la edición Núm. 12
 

Imperfecto

Camino contigo en este país lleno de simples y compuestos.
Adenina, pentosa, ribosa.
Carbohidratos buscando balance en la comida que anhelan tus ojos
preguntando por la perfección que nadie ha encontrado.
Silencio es lo que hay.
Misterio lo que eres.
Preguntas las que tengo.
Respuestas las tenemos.
Los retos los pasamos.
La incomodidad la soportamos.
Mi timidez es el freno y tu actitud el cambio.
Juntos formamos:
Adenosina Trifosfato.

 

 

Abigail Tamayo Pérez
Preparatoria 11
Publicado en la edición Núm. 12

Pakal

Señor de la pirámide
naciste de la divina adversidad
de sacrificios de sangre.

En el vientre de tu civilización
volaste
en nave de cantera y hierba.

Eras solar de un pueblo,
supiste gobernar sobre las piedras
con tres hijos en tu bandera.

Cruzaste los tres mundos
el de arriba con sus fronteras de espejo,
un árbol de la vida de pocos milagros
y acogiste el sombrero de cuatro pétalos
en un inframundo caníbal.
Viajaste
y fuiste sumergido en charcos de cielos profundos,
llegaste con bien a la casa del lagarto.

Ahora,
los nueve señores resguardan tu sueño
en tus templos de olvido,
de tu corazón nacen las raíces
del árbol de los cuatro cosmos,
tu cuerpo cubierto de rojo del oriente,
de luces inmortales
espera renacer
en la siembra del maíz.

Que el jade resguarde tu rostro
mientras Marte, Luna y Sol
velan tus noches,
y yaces postrado sobre un lugar
que nos deja el corazón sin dioses.

 

 

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Prórroga de una despedida

Inocente beso Jürgen Alexander Carmona Espinoza Preparatoria 12, Módulo Tlaquepaque

Inocente beso
Jürgen Alexander Carmona Espinoza
Preparatoria 12, Módulo Tlaquepaque

Espero
que igual que yo
de a poco
incineres todas nuestras estrellas muertas
acribilladas quimeras
en un pozo sin luz
con la promesa
del nacimiento de nuestro exilio.
 

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Días de ti

No hay compuesto
que disuelva como el tiempo.
Polvo, mar de arena,
olas altas
chocan en el pasado.
En el centro
un nenúfar rojo,
sus raíces acuosas son ríos
manantiales de mi querer.

Desmesurado fulgor vibró
con el trinar melódico
sin aviso, cayó la noche.
Nos fuimos sin decir adiós,
reunimos miradas silenciosas.

Se nota la tristeza
la lluvia en el mar,
la arena en lugar del agua,
tu aliento en lugar de tu cuerpo,
tu olvido en vez de un beso.

 

 

Héctor Miguel González Machuca
Escuela preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 12

Mirando a la realidad Ángel Daniel Tirado Hinojosa Preparatoria Regional de Tuxpan

Mirando a la realidad
Ángel Daniel Tirado Hinojosa
Preparatoria Regional de Tuxpan