Querido onvre

¿Qué es lo que te ofende?
¿No ser el centro de atención?

¡Déjame por mi duelo pasar!
Permite que la lágrima pueda caer
por mis hermanas que no están,
permite a la madre desgarrarse
por esa hija que no vio crecer.

Todo en nuestro ser te molesta.
Exiges a viva voz respeto y paz,
mas a tus propios consejos no sigues,
pues a nuestros símbolos destruyes.
Deshaces de mis hermanas su cuerpo,
profanándolo con tus castigos crueles.

Cuando hartas estamos de tu toque
hacemos a los grandes edificios temblar
con la ira de años acumulados.

Pintamos las paredes con nuestro dolor
y todavía posición rabiosa guardas.

Te lo pido de rodillas por favor;
a mis muertas déjame recordar,
por mis niñas déjame luchar,
por mis hermanas déjame pelear,
y mi bienestar déjame asegurar.

Si la ira no puedes contener…
tendrás que tus ojos cubrir,
con esa misma indiferencia
que con orgullo has de portar
frente a las inhumanas torturas
que tu sexo nos ha de regalar.

Daniela Itzel Esparza Huerta

Preparatoria 19