Ahí estaba.
Tentándome, llamándome a gritos. Hasta que caí en su sucio juego.
Recorrió mi cuerpo, me llenó de su esencia, me elevó hasta las estrellas, me inundó de placer.
Y cuando terminó, me administré otra dosis.
Cristabel Sánchez Jiménez
Preparatoria Regional de El Grullo
