Equidad, ¿por qué?

Karla Cristina Jiménez Vidal

Preparatoria 15

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2019

Resumen


En este escrito analizaré desde mi punto de vista los motivos de por qué es importante la equidad de género, pues hoy en día, y a pesar de toda la información y acontecimientos surgidos a través de la historia, se puede notar una gran diferencia y discriminación entre hombres y mujeres, de los cuales éstas últimas resultan ser las más aisladas de privilegios laborales e ideológicos. Cabe resaltar que en una sociedad no sólo es necesario hacer valer la equidad hombre-mujer, sino también tomar en cuenta sus ideologías y preferencias sexuales, sus capacidades y creencias, así como sus conocimientos.
En lo que a nosotros respecta, es aportar a una sociedad llena de equidad, justa y exigente a lo que le corresponde, pero también responsable a dar de sí para su bienestar propio y de los demás.

Palabras clave: Feminismo de igualdad, feminismo diferencial, patriarcado, feministas.
 

Históricamente, y de manera constante, hay una distinción en todos los aspectos entre hombres y mujeres, lo cual me lleva a analizar la realidad del mundo en el que vivimos, aunque pocas veces nos damos cuenta, y esto sólo cuando vivimos de cerca o en carne propia un caso o similar. Pareciera que no contamos con la capacidad de hacer equitativos los derechos, obligaciones y por nombrarlo así, los privilegios que debemos gozar por el hecho de ser humanos.
La razón de la equidad es no diferenciar entre hombres y mujeres para alcanzar metas y hacer valer los derechos humanos con los que se supone debemos contar desde el momento en que nacemos. El hecho de ser iguales entre hombres y mujeres claramente no se refiere a un dato biológico, puesto que nos queda más que claro que somos muy distintos entre nosotros. Las personas merecemos tratos sin distinción en nuestros derechos y obligaciones según nuestro género; somos seres pensantes, con razonamiento, como lo define Aristóteles en su teoría “el hombre es un animal político”. Ambos géneros tenemos la capacidad de aportar, pues somos capaces de idear, razonar y pensar nuevas cosas por igual; no es necesario ser hombre para dedicarse a la mecánica automotriz, ni es necesario ser mujer para ser diseñadora de modas.
¿Qué tipo de derechos buscan las mujeres? Antes que nada, es la lucha contra las pocas oportunidades que se le dan en distintos ámbitos, principalmente en el laboral, que es en el que la mayoría de nosotras buscamos destacar para poder llevar una vida digna y que alcance nuestros ideales y para más que eso.
¿Debe tener la mujer los mismos derechos y obligaciones que el hombre? A esta pregunta se podría responder de una manera sencilla; ¿Por qué no los tiene? Realmente pienso que sí los debe tener; sin embargo, no es el caso. Si fuera tan sencillo resolver la falta de equidad ante la sociedad, la lucha que día a día tienen las mujeres prácticamente seria vana.
Desde tiempos remotos se ha visto a la mujer como el sexo débil en cuestión intelectual, pues no se le da importancia a los planes, estrategias o teorías elaboradas por una mujer, pero además está el aspecto físico. Desde la prehistoria se creía debido a que la complexión de una mujer no era suficiente para trabajos que requerían mucha demanda física, pues los hombres naturalmente eran más robustos, grandes y fuertes. Así comenzó la distinción tan marcada por la que hemos pasado por generaciones.
A medida que avanza el tiempo y nos vamos considerando seres capaces de llevar a cabo tareas iguales, nos damos cuenta de que la igualdad entre mujeres y hombres va más allá de un feminismo diferencial. Es importante hacer conciencia desde pequeños que lo que podemos realizar no es por lo que somos exteriormente.
Las mujeres feministas buscan eliminar el patriarcado, denominación que se le da a una sociedad dominada por hombres, o más bien que se deja gobernar por hombres y en las que se le toma como superior entre las mujeres. En algún momento del crecimiento de la sociedad en la cultura mexicana, el patriarcado llegará a ser inexistente, pues hemos notado que ha ido evolucionando el esquema de la familia; ya no sólo el hombre trabaja y mantiene a la familia. Sin embargo,

“Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas» (Wollstonecraft, 2004).

Esta frase alude exactamente a lo que se busca en el feminismo de igualdad, ya que, como bien dice, no se busca superioridad, sino una equidad igualitaria para ambas partes, y el objetivo es que mantengan un mismo status.
Cabe señalar que no es necesario resaltar a un género en específico y aunque sabemos que por diferentes culturas es marcada la distinción entre hombres y mujeres lo que se busca con esto es lograr que más mujeres sobresalgan por su trabajo, por su conocimiento y sabiduría, pues muchas veces somos las mismas mujeres quienes nos reprimimos y tememos al éxito por el qué dirán, pues la sociedad nos marca los roles a seguir y, si se rompen, por lo general provoca un “desequilibrio” en algunas de sus partes.
Considero que debido a la naturaleza y a los roles que tenemos que seguir según la sociedad, hemos creado una imagen estereotipada de lo que hace una mujer. Para muchos hombres, las actividades que tenemos las mujeres son llevadas a cabo principalmente en casa, mientras que las actividades destinadas a ellos son generalmente fuera, incluso en cualquier campo, desde un obrero, hasta profesiones extensas, como lo son medicina o ingenierías, y nosotras lo creemos así. Debido a que es lo que nos enseñan, sentimos la responsabilidad de mantenernos en ese rol. Pero también hay que considerar la siguiente frase:

«No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente» (Woolf, 2016),

la cual nos impulsa a hacernos una idea de que tanto hombres como mujeres somos igual de capaces, pues ambos tenemos comunión en algo:

«La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados» (Weil, 1956).

Espina marcadas en mi piel | Juliana Marlene Andrade Valle. Preparatoria Regional de El Salto.


La sociedad debería considerar que al decir “equidad social” no es que todos seamos exactamente iguales, sino que se toma la igualdad del ser racional y garantiza las mismas oportunidades a hombres y mujeres, cada uno con sus características, tomando en cuenta situaciones diferentes que tienen como tal.
En conclusión, lo que se debe buscar no sólo es una equidad de género, sino una equidad social en la que se tomen en cuenta las diferentes circunstancias de cada individuo, según sus características, etnia, religión o clase social, esto para formar una sociedad más productiva y con mayor estabilidad en cuanto a economía, seguridad política y bienestar igualitario. Si tanto hombres y mujeres dejáramos de ver el feminismo o el patriarcado como una sola competencia nos daríamos cuenta de que ahí está la base del equilibrio en una sociedad, tendríamos una paz y bienestar ciudadano y una marcha igualitaria en derechos.
El feminismo de igualdad es un proceso en el cual se busca la conciencia de los demás en cuanto al trato de seres humanos como tales. Lo único que debería interesar es el bienestar común e individual. La equidad no es responsabilidad sólo de un sector específico de la sociedad, sino de todos como parte de ésta.


Bibliografía:
 

Anónimo. (2019) “La teoría política de Aristóteles.” Consultado en: https://
www.unprofesor.com/ciencias-sociales/la-teoria-politica-de-aristoteles-522.html
Anónimo. (2019) Real Academia Española. Consultado en: https://www.rae.es/
Cruz, F. (2019). Feminismo diferencial. Consultado en: https://www.academia.edu/13249130/Equidadegenero
Meyer, H., Weil, S. (1956). Oppression et liberté. París: Books Abroad.
Woolf, V. (2016). Una habitación propia. Barcelona: Planeta.
Wollstonecraft, M., Tood, J., Butler, M. (2004). The works of Mary Wollstonecraft. Charlottesville: InteLex Corporation.