Desconectado

David Samael Medina Agredano  | Preparatoria 15

“Mi alma al fin descansará de tanto fingir estar bien y encajar en la sociedad que me rodea”, eso es lo que pienso todas las noches. Tomo mi teléfono. Paso un largo tiempo frente a mi pantalla, buscando fuentes de satisfacción. Me ayuda a olvidar mi vida vacía. Cada que indago en mis redes sociales me encuentro las mismas historias de siempre: éxito, fortunas, cuerpos perfectos… es inevitable compararlos conmigo. Cuando menos lo espero, ya estoy contrastando todos sus logros con los míos. Me frustra, me entristece, no lo logro por más que me esfuerce. Entonces, ¿de dónde sale este placer tan ácido? ¿Es placer? Duele. No lo quiero más… El cinturón cuelga.