Me gusta pensar en México como una chocante ola de color. Cada uno detalla su esencia.
El verde representa la naturaleza diversa, los animales endémicos, la belleza de paisajes irrepetibles en el mundo.
El blanco expresa el brillo de la población bondadosa, con un anhelo de cambio, de esperanza en la mejoría.
El rosa da las vibras de una cultura de nobleza, de abundante comida, rica en folclor y envidiables tradiciones.
Aunque el rojo está ganando fuerza, cubriendo a la nación de sangre, ocultando el resto de colores.
Hoy solo es visible la sangre de mujeres humilladas y sin respiración, la sangre de estudiantes que saboreaban un futuro, la sangre de niños arrebatados de su inocencia, la sangre de periodistas con hambre de verdad, la sangre de activistas buscando plenitud.
Aunque intento amar a mi país, termino sobreviviendo en él.
Si algún día no regreso, quiero que consuelen a mi madre, que se empeñen en encontrarme, levanten la voz por mí, denme una digna despedida con música y risas, no dejen que mis hermanos se estanquen, no dejen que se sientan culpables, que lloren pero que sigan adelante. Si algún día no regreso, seguiré presenté en sus recuerdos pero quemen hasta el último monumento, griten tan fuerte mi nombre, que se asusten en Palacio de Gobierno, griten hasta que tiemble el cielo, alcen la voz tan fuerte hasta que me traigan de entre los muertos para volver como un alma errante. Si algún día no regreso, quiero que encuentren al culpable, que mi alma por fin descanse encuéntrenme en las estrellas, en los caminos que recorrí, en las frases que una vez di, estaré presente en cada minuto, seguiré en sus sueños y estaré en mis anhelos. Sí algún día no regreso mamá, amigos y hermanos, quiero que tengan presente esto.
Unidas por la patria, esa que nos viola, nos desvalora y nos mata. Esa que minimiza nuestros sueños y creencias. Esa que nos dice: “no tan corto, no tan largo, [no tan gorda, no tan flaca, ¡no tan humana!”
La sociedad se ríe, y asesina a quienes un día pidieron una [vida digna. Nos confunde para pensar que sin violencia no hay amor. Que en nuestra vida debe permanecer el terror. Hoy, otra hermana ha sido asesinada, otra madre, otra [hija, todas lloran y la impunidad aflora.
Y dicen: «ahora todo es machismo», pero siempre lo ha sido. Hoy abrimos ojos, bocas, oídos, por necesidad, por dolor, [porque no hay otra opción. Grita por nuestras antepasadas, grita por nuestras [hermanas y grita por las niñas del mañana.
Y me visto como quiero. Me maquillo como quiero. Amo como quiero. Y lucho como debo.
Me juzgas por no querer morir y me juzgas si lo hago. Que si me lo merecía, que tal si te callas y escuchas. Mis gritos son de ayuda.
Dime, patria mía, ¿qué quieres de mí? Porque yo de ti, solo quiero mi derecho a vivir.
Día con día la autenticidad es manipulada Descaradamente transformada Conversa, ensimismada Dicha ella, carente de manera Carente, de tutela De propia forma e incompuesta referencia Se dice que a ella se le olfatea Y su esencia poco a poco Se esfuma con su tristeza Ella dijo que desaparecería entre emblemas y problemas Pobre autenticidad, sólida como una piedra Dispersa como la calígine, como la sangre que se hiela A la muchacha no se le ve entre la niebla Enmascarada entre millones de caretas Abstracta e inconforme Corre al rio que se parte El rio de sequedades Yo Río de sequedades Juntos Riío de sé que dades Dades De un rio Que quedo Se Ríe De Mis V E R D A D e s
Hespérides| Alana Michelle Cantón Moreno. Preparatoria 9
Las espigas de una sociedad que se derrama en sí misma por la crueldad de los hombres La sangre se derrama por la crueldad de los hombres al mando del mundo que por sí solo arde en llamas
Te venderé me repetiste mil veces, al sonar las alarmas de nervios de cristal “Nunca volveremos a ser humanos” Ellos advertían Este lenguaje en el que mi comunicado escribo ciegamente, todo oculto, toda abra cambiada, ¿para entonces no es así?
El egoísmo del poder y la Ira del omnipotente ser creador superior
ante cualquier ley moral, de control mental, toda la ira CAERÁAAAAAAAaAAaáA
sobre este.
Nuestro ser.
No se va a conocer más nada, nunca más nunca jamás, YA NO MÁS Solo el tormento de los espíritus muerto vivientes en inminentemente e interminable, desdicha, condena
El temor te hará sufrir, te hará llorar, te acelerará el
ritmo cardiaco, desearás tu misma muerte, te lastimarás, mirarás tu carne
enrojecida, yo te corromperé, no comerás ni beberás hasta ver mis deseos
satisfechos,
Hasta que vea los miles de cerebros y vértebras de inocentes
en las calles de la ciudad desolada, por mi culpa, todo es mi culpa, TODO MI
CULPA ¿NO ES VERDAD?
Los electroshocks serán efectivos, todos ellos a máxima
potencialidad, y las lágrimas con el sudor saldrá disparada por todos lados
como en una lluvia de esperma orgiástico
Los latigazos reinarán, el dolor, rugiente gobernará sobre
el pueblo desconsolado. Las órdenes y leyes reinarán, el libre albedrío nunca
ha existido, así mismo
La Utilidad es y por siempre será la única manera en que un ser obtenga su propia autonomía, su libertad, su plusvalía, no se merecen nada más”.
Las lágrimas del mundo futuro derramadas en mis sueños| Israel Gallegos Olguin. Preparatoria 9
En la orilla del mar, justo donde las olas se rompen, estaba
buscando una piedra que resaltara. Pensaba en ti. El velo de las aguas,
remolinado y espumoso, se abría y se cerraba a mis pies nublando mi camino
hasta que se cristalizaba para dejar al descubierto ese otro mar por debajo del
mar de agua, el de piedras y arena limpia, donde cafés, blancas y negras rocas
me miraban por momentos como despidiéndose de mí pues la marea se las llevaba
con ella y regresaba con nuevas miradas piedras. Y para seguir yendo y
viniendo, caminé. Caminé y seguí buscando mientras te pensaba.
Encontré entre lo opaco una bella piedra.
Cuerpo de arena Vida de agua
Revuelves mis sueños pedregosos
Mojas mis tierras Revuelcas mis ansias
Eres luz y color Eres agua
Eres piedra entre piedras Un azul brillante entre lo opaco
Cuerpo de arena Vida de agua
Arenoso cuerpo, el sol nunca termina de secar. Pensaba en ti mientras buscaba una piedra.
Viajé como pétalo de cempasúchil a las brasas de la muerte blanca, amanecí tendida en las llamas creyendo en lo erróneo del fin pues a mí llegó un nuevo aliento del pensamiento de un alma gentil
Escuché a lo lejos aquel canto que mi familia entonaba ágil para que a ellos pudiera ir. Tomé nota de la luna menguante, que me observaba con culpa del vislumbro que su reflejo causaba en mí
Y de regreso, caminé sobre el puente oloroso de flores anaranjadas que me llevaría nuevamente, al infierno de la tierra en llamas
Y olí los enormes y variados platillos y me deleité con montón de sabores y me sentí bien viva al alzar la voz; llena de sangre, cubierta de mil colores y fui corriendo a lo que le daba gracia al existir de mi nueva risa.
La muerte me permitió quedarme un rato más, la convencí de dejarme admirar su cara, notó lo asustada que estaba, y me recordó cual afortunada fui. Me dejó abrazarla con fuerza, y entre las manos me devolvió cargada, y con su hoz, atada a mi pecho dejándome sentir: calma y así, finalmente, morir feliz.
Una vez mi madre dijo de mí que amaba profundamente, y la mire a los ojos avergonzada cohibida de la verdad se había dado cuenta que estaba sobre un declive dirigido a la destrucción, dirigido a la amargura y a la afinidad de los sexos.
Recuerdo la primera vez que te vi: llegué tarde a tu entrada a escena, solo pude mirarte confundido mientras te desvanecías para volver a actuar.
¿Por qué estás de nuevo aquí? una respuesta no me vendría tan mal, me ha costado bastante sonreír como para que te vuelvas mi femme fatal.
Toma este bálsamo labial y úsalo hasta que te lo acabes, que por la forma en la que los mueves no parecen ser noticias suaves.
¿Cómo es que tu apariencia es tan gastada? Juraría que guardas retratos en tu ático, te tomaría tantas fotos que solo vienen de [pasada, donde dejas tus huellas manchadas [de amoniaco.
Odio ser el único al que te postras, ¿será por miedo, pena o inseguridad? ¿O es porque tú misma te amordazas? Una masoca, una dama y una inmoral que se alimenta del desprecio de [cualquier animal.
Eres una espectadora que mete mano, solo cuando algo no le gusta, dañas inocentes, un método insano, tus nudillos dan orden de forma injusta.
¡Responde de una vez! y deja las formalidades a un lado, ponme estos tragos amargos en factura, que con el coraje me haces tragar cualquier platillo está de más.
Te has llevado a tantos de mis conocidos, extrañamente te vuelves más familiar, qué sabrás tú de dependencia emocional, si eres tú la que rompe los lazos.
Ni un canuto es tan vulgar como tú que te da miedo inhalar, pero te llevas los últimos suspiros, y en un respiro te vuelves a relajar.
Luces más decaída de lo usual, noto la pena en tu mirar, te preguntaría qué ocurre, pero esto tiene que acabar.
Recuerdo tu modus operandi, no medias palabra con quien se ha ido, llegas, tomas y te largas, solo un cuerpo en el sillón.
Entro en cuenta de qué hiciste…. Veo por lo que estás triste, No fui yo el que llegó tarde Fuiste tú la que me lo permitió.
Leonel Olua García
Preparatoria 9
Faltas en mi laberinto| César Osvaldo Hernández Sánchez. Preparatoria 9
Padecí de tu ternura y lo único que tuve fue una acentuación de tu ruptura, donde ni tu egoísmo cabe.
De tu amor a tu odio, de tu atención a tu indiferencia, tú de un rápido estudio y yo una lenta diligencia.
Atenué la oscuridad de tu partida, aferrándome a tu luz confiado y valeroso, con la mentira que me destruye la vida y a un lado la verdad de un meticuloso.
No te culpo por irte y cambiar, te culpo por no llevarte este recuerdo, que te sujeta de par en par, por más que me quede poco cuerdo.
Soy solidario y fiel a ti aunque tus guerrillas se cruzaron, tu áspera bondad me cegó cual paloma que no entiende el mensaje de paz de un soldado.
Tú la infiel infeliz consensuada, con maldad y respeto de aliada. Fuiste verdad de Dios comprobada y de Lucifer, lealtad mancillada.
Quería entender mis pensamientos sinuosos, dejándome llevar por la espina de tu espalda, resbalando en malentendidos por tu cintura, conjugando con los dorsos de tus rosas secas.
Usando un “y” cuando ya no coordinamos, o bien las farsas que nosotros adjudicamos. Pero contigo como jueza y yo como el responsable, ni siquiera se salva el verso más amable.
Quedándome vacío por más que abarque, el amar nos sobrepasó el estanque, de zarpar mares a mar muerto y volverse un náufrago que no puede encontrar el puerto.
Viéndolo en retrospectiva, noto que siempre hubo un tercero en discordia. Hubo tantos momentos marcados sobre piedra que ninguna gota precipitada podría borrar, pero él fue la cascada entera, mientras yo era agua templada de una laguna calmada en La Paz.