No me leas

Naomi Caro Silva Sotelo

Preparatoria 12

Acaso yo siempre soy la que hace daño,

todo tiene un porqué, supongo

¿te has preguntado lo que realmente sucede?,

¿a quién de verdad le importa?

Tú no estabas cuando nos  r o m p i m o s,

decidiste alejarte,

¿Qué obtienes ahora?

                El olvido,

                               el rechazo,

                                               el odio.

Puedes culparme cuanto quieras,

acostumbrada a tus mentiras estoy,

ahora, quisiera que no significaran nada pero por algo duelen.


¿Qué vínculo me ata a ti? ¿Por qué no puedo dejarte ir?

Me necesitas más tú a mí, que yo a ti.

Solo estás cuando te queremos alejar.

De otra forma tu rastro desaparece,

                en la oscuridad nos dejas.

No entiendo el juego, nada está bien,

                lo sabes,

                               lo ocultas,

                                               lo dejas;

decides recurrir a la violencia.

No puedo hacer que los rangos dejen de doler,

sé que son mentiras.

Basta,

ya me cansé de ser a quien más culpas y lastimas.

Podemos verlo cuando estamos fuera,

pero dentro,

el enojo está en su máximo esplendor.

Me hierve la sangre, tiembla el cuerpo,

inmóvil cómo la roca del volcán.

Dices que todo lo sabes, pero no te apiadas

¿Qué más quieres? ¿Qué más pides? No somos iguales.

Derramo mi sangre, no te das cuenta,

y cuando la laguna escarlata inunda el lugar

“exagerada” me llamas, mal ejemplo pongo.

Todo lo inicio yo, esto que digo es mentira,

cuidado con que alguien lea, no sea que en tu contra le lleve.

Me insultas, me acusas.

Arregla tu mundo, y en paz a nosotras nos dejas.

Arregla tus heridas, y sin cargo quedas.

Mis errores los reclamas, no soy yo,

lo que no hago lo inventas y atacas.

No me leas

mis sentimientos son malas influencias.

Hombre en septiembre

Cesar Daniel Guillen Moran

Preparatoria 7

Me desagrada el color de tu vestido

No va con el plan de hoy

¡Maldita sea!

Se me olvidaba que a ti no te importa nada de lo que quiero

¡¿Qué no sabes que esto importa más que mi vida?!

¡Hoy le pediré matrimonio!

¿No crees que tu vestido azul y tus aretes blancos se verían mejor?

No es que crea que te ves mal

solo que no quiero que llores

Lloras cuando usas el vestido gris

No me queda otra más que calmarme

Al fin de cuentas

es tu naturaleza

Seguiré mi plan

Solo que ahora

tendré que llevar un paraguas

¡Gracias!

Solo una persona
Gabriela Leticia Membrilla Vázquez
Preparatoria Regional Tuxpan

El silencio

Ernesto Gabriel González Santiago

Preparatoria 7

Intento descifrarlo.

El silencio es al unísono.

Todos lo hacemos. Yo en mi cuarto, mis padres en la sala, la gente en la calle.

Todos se detienen para agudizar el oído y distinguir.

Sonidos fuertes, pero cortos. Estrepitosos, pero finos; cortando la normalidad por unos segundos. El silencio es horroroso.

Es ese momento en el que la música cesa, las personas callan. Donde intento que mi cerebro también lo haga.

Es cuando mantengo la mirada atenta y quieta a la ventana; en los insuficientes barrotes que la decoran y cortan el árido paisaje.

Bromeamos sobre su origen, y logramos engañarnos. Con suerte, y sí son cohetes. Con suerte, y sí es una moto, o un mofle, o un boiler. La excusa que sea, no distingue.

El silencio es agudo.

Nos alarma, nos prepara. Nos alista a la escapada si realmente llega a ser lo que creemos, y, si lo es, sabemos que todo es insuficiente.

Que los barrotes en la ventana no las detienen, que la mesa no nos protege, que los árboles no nos esconden.

Sabemos que nosotros somos insuficientes, tanto para protegernos como para cambiarlo.  Que por más rapidez o astucia no nos salvamos. Que por más gritos o marchas no se detienen.

Ellas no.

El silencio es pasajero.

Eso es lo peor.

Tras ver los cohetes, tras confirmar la excusa; aunque sea a medias, todo regresa.

Las personas siguen platicando y riendo. Mis padres siguen cocinando y trabajando.

Yo, incluso, ignoro la ventana y retorno a la música.

Porque el silencio no dura.

No, no dura. más que un segundo, no más que un minuto.

El silencio.

Ruinas

Luna María Cueva García

Preparatoria Regional de Ciudad Guzmán

En el ardor que calcina mi pecho

huyo de un fin eventual

en que seamos llamas extintas

                y no seas más que un recuerdo

                               que no puedo discernir de un sueño.

En la agonía de mis viejas costumbres

                alargo las noches

fragmentando memorias de dos

de hojas con la tinta fresca.

Lloro a las cenizas

mientras las brasas me queman los ojos

y recelo de la sequía

en un cuerpo que es tormenta.

Tu llamar es un lamento lejano

cuando estoy en la mar,

repudio tu canto de sirena

para evitar la galerna

a medio verano.

A mi alrededor hay un refugio

de siete pisos

sin ventanas ni puertas,

sus cimientos sobre paja

humedecidos por mi sangre

se derrumban

y veo el techo caer sobre mí

                en

                cámara

                lenta.

Llega antes

la mano que tiendes,

me acurruco en el suelo

a esperar la caída

                                               y dejo perderse tu imagen

                                                                                entre los restos.

Las niñas de ojos de zafiro

Luna María Cueva García

Preparatoria Regional de Ciudad Guzmán

Las niñas de ojos de zafiro

se comen sus sueños

y los vomitan en baños de lujo.

Sueñan con arrancar de su cara

las gemas del rostro

para nunca más verse.

Lloran diamantes

que cortan sus mejillas,

tiñendo de sangre

sus mofletes carmesís.

Tejen en sus caras sonrisas

que no alcanzan

al corazón que se esconde

tras sus pechos redondos.

Desde su garganta

rodeada por rubíes

venden consejos

que nunca siguen.

Y cuando se hacen pequeñas

para no ser vistas,

caen con pesar sobre ellas

miles de rosas

que las ahogan

en su perfume.

La mirada del tiempo
Valeria de la Paz Mendoza
Preparatoria 9

Desperté

Danna Giselle Lara Preciado

Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos

En la órbita del hubiera

amaneceres oscuros y noches soleadas

palabras a demasía pero en sequía

promesas inverosímiles

y recuerdos a futuros utópicos.

Abrazos nunca dados y sonrisas no regaladas

añoranzas a un lapso jamás compartido

con remembranzas de un calor ajeno

toque entre individuos que fue delirio.

Porvenires hechos a pluma de mente

lugares inhóspitos que en absoluto viviremos

dolor en el pecho

causa de tu rostro que se muestra,

pesar en las entrañas

ante el frío despertar de mi presente.

Bajo la alfombra

Danna Giselle Lara Preciado

Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos

Ellos, que se burlaron de mi linaje

que me llaman exagerada y pusilánime.

Mismos varones a quienes jamás han vapuleado

por ser sapientes, capaces

menos aún, por simplemente ser.

A estos mis mejores años les llaman,

mas cómo gozar con la Diana en la espalda

con pavor de que me arrebaten la vida

y se roben mis suspiros ni de adulta ni de niña.

Me opongo a ser un número,

un dígito en esa enorme cifra de sueños perdidos.

Ningún hombre ahogará mis gritos

que entre lágrimas ruegan,

a un Dios creído muerto

en una búsqueda del fin de este suplicio.

A cuántas más demando.

¿A todas? La realidad a ello se pinta

en un país que nos mete bajo la alfombra,

que nos desdeña e ignora

El tiempo de la poesía

Estamos en cautiverio. Es un pensamiento que antecede al tedio de la vida, al cuestionamiento del tiempo perdido que parece huir de nuestras manos con cada respiro que damos; un tiempo que ha dejado de tener sentido donde todo lo que es ha sido y todo lo que fue será. En nuestra modernidad donde las emociones han pasado a segundo plano y lo que más importa es el poder adquisitivo, hemos olvido lo importante que es la palabra. En esta se concentra la fortaleza humana de controlar el tiempo, de tomar las riendas de nuestro destino. Es en la palabra donde los jóvenes de este número de Vaivén han encontrado la manera de anteponerse al tiempo, de apropiarse de su voz y hablar de todo aquello que aqueja a su generación.

Esta es una generación desalentada ante las expectativas que el mundo para cernir sobre ella, por la rapidez con la que va el mundo, pero sobre todo que vive angustiada por un tiempo que parece acabarse cuando apenas va empezando. Bajo esta perspectiva, se propone tomar a la poesía como el lugar de seguridad donde alzar la voz, donde las semanas que parecen domingos desaparecen, donde viven los sueños. Es en los versos donde pueden expresar sus ojos que tienen -menos de- veinte años, donde responden a qué es la poesía a través de su contexto. Aunque esta introducción comenzó con un estamos en cautiverio, es la poesía la que nos libera y es la palabra la que hace que el tiempo no sea el perdido.

Es en la lírica donde el cautiverio se convierte en alas, las alas de una generación que está diciendo que lo único perdido son aquellas costumbres que nos ataban a lo imposible y a un molde que ha dejado de funcionar.

Kevin Daniel Beltrán Rodríguez

Estudiante de la carrera de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara y miembro del Comité Editorial de Vaivén, escribe columnas en el periódico La Gacetita y actualmente está interesado en los estudios de género y la memoria dentro de la literatura.

Efímero

Mayra Murillo Velasco

Preparatoria 9

Tic tac,
el reloj está sonando,
el tiempo corre,
dice que contigo estuve jugando.

Se van marcando días en el calendario,
mientras eso pasa yo te sigo amando.
Las llamas de esta hoguera hace un tiempo se apagaron,
las cenizas se fueron volando.

El sol se va ocultando
día tras día dejando uno nuevo.
Tu corazón se hizo frío.
Matar al culpable sería considerado suicidio.

Tal vez nos apresuramos y chocamos en la pared del destino,
pero recuerda que las cartas se echaron desde el principio.
Los dientes de león se fueron volando,
dejando atrás de si lo nuestro fue efímero.

El tiempo| Samantha Maritza Vázquez Valenzuela
Preparatoria 9

Perdurar

Erik Marbén Zepeda Martínez

Preparatoria Regional de Ahualulco de Mercado

Sería soberbio o estúpido decir:
“perduraré a pesar del tiempo”.
Lo que no me doy cuenta es que,
perduraré solo un momento.

Cuando mi último encuentro con el viento desparezca,
Seré la huella borrada por otra.

Pasarán los tiempos y nadie
se enterará que la muerte
tocó la puerta después de escribir
tanto sobre ella.
Quizá lo recuerden pero
no seré, después, ni ligeras palabras
arrojadas por la memoria de un balcón.

No se puede ser algo que ya no es
o que, en apariencia, nunca existió.

¡¡Solo cállate!! Sí… solo cállate| Kimberly Ramírez Castillo
Preparatoria Regional de Tamazula de Gordiano

Amor de Barrio

Vanessa Fernanda Bernáldez Castorena

Escuela Politécnica Ing. Jorge Matute Remus

Cámara, reina.
Te fuiste, y yo estoy aquí.
Dices que te arrepientes,
pero mis ojos no han parado de lagrimear.
Y si te condeno, todos me juzgarán.
¿Por qué?
Te dije «no hay fijón»,
aunque no he parado de hundirme
en sustancias que me hacen no pensar.
Aquel día que dije adiós, te prometí que no era eterno.
Era un «ahí nos vidrios», pero ahora ya no estás.

¡¡Solo cállate!! Sí… solo cállate| Kimberly Ramírez Castillo
Preparatoria Regional de Tamazula de Gordiano

La alambrada

Carmen Tovar Ruíz

Preparatoria Regional de Etzatlán

En mi pueblo, cuentan una historia.
No cualquiera, no de cualquiera,
es del viejo que murió en vida
en la alambrada.

Callen oídos, silencien bocas,
que hoy hace viento y niebla.
No pasen cerca, que busca
que encuentra y que lleva.

Almas que no completan
vidas que buscan cosas inertes,
el viejo busca a su hijo
un día cruzó y no volvió.

Pobre alma, la olvidaron,
su hijo está vivo y no sabe que el viejo
sigue velando la alambrada.

Luciérnaga

Rodrigo Qohelet Bernal Caballero

Preparatoria 9

Ser moribundo, herida abierta
Consuelo lejano, dolor encarnado
Una última pieza, guitarra vieja.

Sextiembre

Rodrigo Qohelet Bernal Caballero

Preparatoria 9

Las frías hojas
Almas encontrándose
Orgasmo fatsia

Viaje

Vanessa Fernanda Bernáldez Castorena

Escuela Politécnica Ing. Jorge Matute Remus

Flotando en la entrada del otoño,
el universo tiende su manto notas inaudibles para ti.
Todo es denso y ligero al mismo tiempo.
Caminas y resbalas, pero vuelas al final.
Todo gira en direcciones dispersas.
Es amor;
es agonía;
es respirar vida.

Otro del montón

Paul Martínez Flores

Preparatoria 12

No, no puedes, no puedes huir
El sistema te ataca
Los fuertes pisando a los débiles
Nada podrás cambiar ¿Pero para qué hacerlo?
Somos seres deshumanizados al borde de la extinción
Del sistema huir no podrás
En la miseria naciste y en la miseria morirás
No sabes cómo me alegra ser otro más del montón

Amarga asfixia

Mayra Murillo Velasco

Preparatoria 9

Duele la ausencia…
Los recuerdos…
Duele lo que ya no vemos…
Duele lo que ya no sentimos…

La vida duele en su simpleza
por naturaleza de la humanidad…
Al darle sentido y luego perderla duele…

Nada mata la esperanza,
ella muere por sí sola
a merced del dolor.

Duele respirar, duele vivir desde nacer…
Duele cada suspiro,
solo ya nos acostumbramos a él.

Silence me| Catherine Alejandra Zavaleta Zúñiga
Preparatoria Regional de El Salto

Culpa

Vanessa Fernanda Bernáldez Castorena

Escuela Politécnica Ing. Jorge Matute Remus

Y si el vómito sangra, dejaré de temblar.
Pensar hace mal.
Apaguen la luz, saldré a respirar.
Y si la comida me asfixia, será eterno el llanto.
El corazón duele.
El estómago pide.
Si duermo, el hambre se irá.

Arte de amarte en el dolor

Vanessa Fernanda Bernáldez Castorena

Escuela Politécnica Ing. Jorge Matute Remus

Toma mi mano suavemente.
No, no la sueltes. Aún no.
Recita mi nombre al oír las aves cantar.
La mañana hace que prolifere mi alma.
Si te digo que te amo,
¿cuánto tiempo te tomará incendiarlo?
Si te digo que te quiero,
¿huiremos del miedo?
Si te digo que no fue en vano,
¿soltarás mi mano de nuevo?