Tríptico a la iguana

I

Una iguana verde y una iguana negra sostienen al mundo.

Una es el mar esmeralda de Cuyutlán,

la otra, el lado oscuro de la luna.

Se funden en el amor para ser follaje y árbol de parota,

firmamento inmenso y estrellas infinitas.

Y a veces,

cuando son infieles,

también toman forma de poeta.

II

La vida es una iguana que se persigue la cola.

III

Quién sabe qué tuvo que vivir

                en los ciruelos

para

                adulta

ser coronada reina

                                                               la iguana.

Arnoldo Delgadillo Grajeda

Egresado de la Preparatoria Regional de Sayula

 

Poemínimos visuales

Preámbulo

Hay que ver para creer

Hay que ver para leer.

I

Fracaso

 

La bala perforó     O     las páginas de mi poesía.

II

Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z

Los sueños están tejidos de letras.

El abecedario nunca termina en insomnio.

III

Silencio

Las palabras están en huelga

se rehúsan a trabajar desde que las balas ocupan más espacio que la poesía.

IV

El silencio es también es una forma de protesta

[                                                                        ]

Arnoldo Delgadillo Grajeda

Egresado de la Preparatoria Regional de Sayula

 

Llevo buscando un día perfecto desde que tengo memoria

Alimentar

animales en el zoológico,

y quizá una película también,

caminar

con alguien que me contenga.

Una por una cuento hasta llegar

a 761 millas,

los ojos de Johnny Cash,

tres Coca-colas de vidrio,

un reloj de pulsera con cuadrante luminoso,

broches para el cabello

10 casetes de Lou Reed

                la muerte se me apila en la cajuela.

Perdí el oído izquierdo en un afán

de reemplazar su voz en mi cabeza,

ahora sólo escucho en un bucle interminable

hey, girl, take a walk on the wild side.

Cuando encontré a mis padres

volví al coche sin la mitad de un dedo

                mi cédula de nacimiento

                no dejaba de decir Margot.

El sol se siguió metiendo

cada tarde por el Gran Cañón

mi fleco creció,

nunca pude hacer una banda

y The Velvet Underground

encontró otra vocalista.

Mientras tanto,

del lado opuesto de la costa

un hombre bebe Bourbon

en un bar de Santa Mónica.

Alguien llame pronto

a la rubia triste con voz de terciopelo

me juró dejarme rebanarle la garganta

¿o es que por fin se ha suicidado

sin mandarme una postal?

 

Selene María Flores Camacho

Egresada de la Preparatoria 12

 

Tú me dices ven

Tú me dices ven

a las dos, tres de la mañana

(número indefinido de cervezas encima)

llevas contigo la angustia

de los hombres solos y de pestañas tupidas,

llevas el olvido y la procesión por dentro

buscas cruz y refugio

penitencia, absolución.

Y yo, que te quiero tanto

—que vivo en la ansiedad, que vivo en el desconsuelo—

me subo al tacón derecho, el izquierdo

                               me lo ensarto al vuelo,

arrebato las llaves de la encimera de mi madre

me pongo mal y sobre la marcha

el tubo de labios rojo

                me hago el moño protocolario en el cabello.

Moño que tanto te gusta

que de tanto que te gusta

nunca alcanzo a cruzar

tu puerta bien peinada.

Quien te dijo que era yo virgen milagrosa

vulva siempre sellada, mirada siempre evasiva

es porque no logró ver

en mí alguna otra cosa

más allá

de su reflejo.

Quien te dijo que era yo puta de lujo

experta en acrobacias y de técnica impecable

es porque me andaba buscando

con el bulto de su pantalón.

Entonces cuéntame qué quieres

qué apeteces esta noche.

¿flor otoñal

al estilo Nicole Kidman?

¿que te escuche leer en voz alta

con cara de sorpresa a lo Audrey Hepburn,

los episodios de la novela mediocre

que escriben todos los de tu estirpe al mismo tiempo?

¿quieres que me queme de deseo?

¿que me desbarate de amor?

¿que llore como la amante e hija de rodillas raspadas

que soñaste en tu adolescencia

de lector de Nabokov?

Selene María Flores Camacho

Egresada de la Preparatoria 12

Fotografía

Capturar una luciérnaga entre los dedos

y protegerla tras un cristal para admirarla.

Capturar la luz de un momento

para del enemigo retenerlo.

Capturar el brillo y la energía

convertirlos en atemporalidad.

Capturar lo que ya ha dejado de ser

atrapar instantes inexorables.

Capturar a quien nos roba la vida

el tiempo que no puede ceder.

Y volver a vivir con los ojos abiertos

a través de los reflejos a los que no podemos volver.

Valeria de la Torre Solís

Egresada de la Preparatoria Regional de Huejuquilla, módulo Mezquitic

 

Silvia Azucena Saldívar Fermín. somos iguales

Somos Iguales. Silvia Azucena Salvídar Fermín. Preparatoria Regional de El Salto.

 

Menorrea

Tomen, pero no beban todos de ella

que ésta es la sangre de mi cuerpo

sangre derramada por mí,

no por él, no por nosotros.

Sangre de la alianza,

y la perpetua condena,

no del costado,

pero que, en sus lapsos de presencia,

con el mismo ardor aqueja.

Sangre inmaculada,

preciosa mensajera,

de ausencia de vida

inhibiendo de penas

encomendada a la mujer,

para nacer, brotar y correr entre sus piernas.

Valeria de la Torre Solís

Egresada de la Preparatoria Regional de Huejuquilla, módulo Mezquitic

 

Conjuros

I. Omnipresencia

Mi respiración se detiene.

El bosque se vuelve diminuto

el sudor inunda mi cuerpo.

El aire se vuelve polvo

la noche se queda estática

trasmuta el tiempo:

                                 la oscuridad ya no se va.

           Sus ojos grisáceos

                    son fauces

                devorándome.

II. Advertencia de muerte

Corro

me escondo

¡Grito!

                                            puedo verte

Subo tres pisos

cierro la puerta

¡Grito!

                                          puedo verte

Sollozo

abro la ventana.

¡Grito!

                                        puedo verte

Salto…

III. Clarividencia

Invócame

y no le digas a nadie.

Pregúntame mi nombre.

Te beso

entre los cuerpos

devorados.

Cambio de forma.

No abras

los ojos,

ni mires atrás.

¿Ves esa cicatriz

en tu espalda?

                                                              Yo sí.

IV. Ergoquinesis

Abro la puerta

     y suprimo

                     la  luz.

El calor

me hace levitar.

El aroma a catástrofe sigue evaporándose

y tu piel desnuda sobre mi cama

     viaja

                 se eleva.

Recuérdame tu nombre

¿Cómo llegaste hasta aquí?

                             Reptas las paredes

       te escondes en las grietas

 y, mientras duermo,

entras a mi boca

    Devoras mis entrañas:

           vives en mí.

Despierto: me miro al espejo

sonrío

recuérdame tu nombre

¿Cómo llegaste hasta aquí?

V. Maldición

Me siento vacía,

y estoy repleta de cosas

La soledad de tu cuerpo

la desnudez de una mentira

me penetra

y atraviesa mi corazón

Busco tu alma

entre mis frascos

guardados

en la oscuridad de mi alacena

El aroma de los árboles

queda impregnado en mi vestido

La atmósfera se palidece

Me vuelvo diminuta

me comprimo

Tu cuerpo se evapora

entre mis dedos

Abro mis piernas

e introduzco mis dedos

en el infinito

Suspiro.

Escurro

de rodillas

sola

Jorge Miguel Rivera Martínez

Egresado de la Preparatoria 11

 

Sinastría

La tribu como simios en trance frecuenta el tambor principal

cadera siempre fértil rebota en el ojo del hambre

la carne tiene alergia a lo infinito

e incitando a sus microbios

devora telarañas de amor

el santuario de nuestro coito pierde su constancia

azotan puertas mientras la tribu frota

un instrumento de viento en micrófono

bestias del erotismo tiran su disfraz

y arde la tribu

como simios en trance admiran tu sangre

envidian tu muerte

y el tambor principal

libera el íncubo

Aranzazú de León Vázquez

Egresada de la Preparatoria 13

Alimentando bestias

Cualquier paloma podría tener vocación de dron

o agente federal y, entre sus plagas y pulgas,

dominar un arte o destruir un convento.

La hipocresía genera conspiración callada

cualquier grupo de poder

—degustando un solo

centímetro de malicia—

haría estallar

una estructura social.

Hay que saber observar un demonio

entre alas volando.

Y claro, referente a las palomas,

jamás podré tolerar su naturaleza anatómica

de evadir mirarme de frente.

Aranzazú de León Vázquez

Egresada de la Preparatoria 13

La danza última

Si los ojos de la muerte arrebataran mis certezas,

y me arrojaran blanda entre silencios laberínticos,

jugaran tímidos cadáveres al póquer

o algún demente propusiera terrorismo

procuraría develar tu aroma, recordar algunos gestos o augurar la infancia

desprenderme nimia y emprender sin lamento el salto al abismo

(la muerte prevenida conoció tu predecible arrebato ingenuo,

has caído en la trampa electa)

escribiría mi epitafio observándola acercarse

punto por punto

gran obra teatral

Si tan sólo previniera los ojos de la muerte y venciera su imprudencia,

bebería como despido alcohólico o remedio pronto la cicuta cual bozal,

si pudiera agujerar los ojos de la muerte no podría alcanzarme ni corriendo

quizá encendiendo y disipando la euforia de vivir

por fin comprenda de qué trata todo esto y decida otra vez

volver a jugar

Aranzazú de León Vázquez

Egresada de la Preparatoria 13

 

Diego Alejandro Ramírez Guerrero. Vacío

Vacío. Diego Alejandro Ramírez Guerrero. Preparatoria Regional de San Martín Hidalgo.

 

Oculto

Me escondo en las grutas del olvido

como quien se esconde después

del actuar ínfimo.

Te escondes, viva, de mi mano en búsqueda

de mi mirada hacia ti vuelta.

La vida es un juego de azar

de esconderse de correr

de no caer preso

y lanzarse pecho a tierra

cuando el tiroteo empieza.

Me escondo detrás de los árboles

como si pudiera tener su manto.

Una voz me dice, en cambio,

que mi refugio está en otros lados.

Bajo al agua y busco en la boca de los peces

pero el murmullo marino me dice: “run, run”.

Que corra.

Desacato la orden y nado a la costa

virgen, limpia, de arena blanca

El humano todavía no ha puesto su mano:

al llegar me echo como un perro libre,

como un humano cansado —como yo—

preguntando por el escondite.

Me escondo, te escondes

luego del actuar ínfimo

pero es que el pecado es insensato

y tan indecible

que ha de ser olvidado.

Yo también me refugié en el pecado

cuando lo benigno en dios no me bastaba.

Y puedo decir, ahora:

Me levanté y anduve, como Lázaro

sin que Dios me hablara.

Jesús Alejandro de la Torre López

Egresado del módulo de Mezquitic, de la Escuela

Preparatoria Regional  de Huejuquilla el Alto

 

Vaivén

Te lo digo al revés esperando que me entiendas

dichas una vez, las palabras mueren

si me lees en tu mente, habrá proeza

perdura el sangrado de duda

¿Entiendes que aquí existes?

Te lo digo al derecho, esperando que me entiendas

todo es oscuro e inexplicable

perdura este sangrado de duda

si tu mente no lo había pensado

no le había hablado antes.

Te lo digo al revés esperando que me entiendas

dichas una vez, las palabras viven

si me lees en tu mente, habrá proeza

perdura el sangrado de duda

¿Existes?

Aún espero que entiendas.

Nely Valentina Godoy Chavarría

Preparatoria 10

En el pueblo

Aquí en el pueblo las cosas pasan (¿pasarán?)

lenta, serenamente.

El minúsculo tráfico se arrastra con pesadez

y las señoras agitan sus paraguas

con intenciones sólidas de espantar a la lluvia;

pasado un rato se quejan del calor y el temporal

de lo mucho que los tiempos pasados superan al ahora.

Las cosas suceden porque quieren

pesadamente,

en la calidez de las tardes.

Los arreboles se encienden

como inmensos luceros.

Se van también de la misma manera

como cuando no los vemos

y nos sentimos solos de no hacerlo.

Cuando las cosas cambian

o salen de su curso

se pueden oír campanadas dobles

                lejanos cláxones por alguna reyerta juvenil

                perros ladrar efusivamente

                una, dos noches seguidas

                o leves indicios de ebriedad

                por algún santo patrono.

Pero sólo cuando las cosas

salen de su curso,

porque en el pueblo

y más aún en los nuestros

—los de todos nosotros—

las cosas prefieren suceder

tranquila, serenamente.

Jesús Alejandro de la Torre López

Egresado del módulo de Mezquitic, de la Escuela

Preparatoria Regional de Huejuquilla el Alto.

 

Servando Yael Ávila Álvarez. Vestigios

Vestigios. Servando Yael Ávila Álvarez. Egresado de la Preparatoria Regional de Colotlán.

 

Lilith sería una prostituta

Lilith, mi madre, sería hoy una prostituta.

En todos lados, ofertada barata, de nombre desgastado y sobre extendido.

Sin reconocimiento, buscada por quienes necesitan reavivar la hoguera de una idea que les eche a andar el motor en el pecho, para pagarle con una moneda y olvidarla.

O quizá, en su lugar, suspirar por ella en los balcones, en la cocina, en la cama, añorando el día de tenerla sublimada en carne viva.

Ella vive en una esquina, alimentada de migajas de la hipocresía de quienes creen qu ele hacen el amor.

Como una prostituta en boca de todos y en el alma de nadie.

Ana Laura Lizardi Salcedo

Egresada de la Preparatoria 11

 

A veces soy las 4:00 a. m.

A veces soy las 4:00am.

No las 3, por que las brujas aún trasnochan

en su hora, ni las 5, porque alarmas en todas

partes anuncian que es hora de salir a correr.

A veces soy las 12 de la tarde pero eso a

nadie le importa porque todos conocemos

las luces de mediodía. Ese lado inquieto y

bullicioso de la sangre fluyendo, una calle

pletórica, intranquila, turbulenta.

Todos conocemos las 12:00PM.  Pero sólo

ha probado las 4:00AM quien conoce

motivos.

A veces, de madrugada, soy los amantes que

no tuve.

A veces soy mi madre que llora porque grita

en silencio las batallas perdidas antes de

pelear –y la peor hija-.

A veces soy sola, callada, oscura, insomne.

Me muerdo las uñas porque son las 4:00 am.

y sigo inevitablemente aquí, sin nadie que me

salve de lo que pude haber sido pero no seré

jamás, que me mira desde un espejismo

futuro con sonrisa altiva.

A las 4:00 am no soy ego ni persona; ni soy

las 12 de la tarde. A esa hora soy una voz

que susurra

A veces, a las 4:00 am, soy poesía.

Ana Laura Lizardi Salcedo

Egresada de la Preparatoria 11