Irma Guadalupe Bautista Delgado*
*Licenciada en psicología y maestra en filosofía por la Universidad de Guadalajara. Es docente de bachillerato y participo con poesía en el libro “En la búsqueda del abba”. Dirigió la revista y el taller de literatura “Toquidos a la puerta” en el centro cultural mixcoacalli.
Las palabras se han ido instalando como huéspedes de remotas ciudades,
vienen en tranvía, por la carretera y entre los pies de los que corren. Han
llegado hasta aquí, hemos de seguirlas, de vaciarlas, pasarlas de una en una hasta que formen largos collares que podamos colgar en la noche bajo las lámparas, de árbol a árbol. Siéntate aquí y conocerás los insectos que viven bajo las pieles, escucharás los regaños que sacudieron el alma de los chicos que van aprendiendo a vivir, a entender esto detrás de los miedos; esos miedos que se acurrucan cuando la música favorita no es compatible con los deseos. ¿Quieres que te diga cuántas gotas caen en la madrugada cuando el alma se encuentra perdida?, ¿quieres que tomemos el camino que nos arrojó al olvido?
Aquí hay voces de seres de todos los mundos, debes hojear con lupa, necesitarás quitarte de los ojos la retina donde se fuga la calma, esa que sobre la vista empaña la sinceridad de la locura. ¿Nadie te ha dicho que los
chicos han venido a dejar los aguijones prestados?, que las chicas vienen con los cabellos teñidos buscando abrazos escondidos dentro de los cocos. Leé, deletrea, juega con el azar, que el destino nos pagó la cena por adelantado; te invito en otoño al pie de la playa a contemplar las fuerzas que se nos han escapado entre la rabia.
Puedes elegir en este espacio si vas en barco o en patineta, las bicicletas son más cómodas cuando entre horarios escolares los chicos se enamoran. Ellos se han animado a pedirle a cupido la flecha de lo incierto, se han atrevido a alzar la voz por aquellos que han muerto y que no conocieron; a ellos les debemos éste escenario de magos, poetas y arlequines. ¡Adelante, adelante!, toma un número al azar y las palabras te guiarán hasta tu asiento. Puedes tomar fotos, alzar un copa o llorar, los poetas de este sitio te reservan espejos que brillan a multicolor silencio.