Entre granos de oro

Cristofer Isaac García Lozano

Preparatoria 11

Bajo la sombra protectora del roble centenario, Clara descubrió un tesoro olvidado: un antiguo reloj de arena. La madera desgastada y la delicada curvatura del cristal sugerían historias silenciadas por el tiempo. Al dar vuelta al reloj, la fina arena dorada comenzó su descenso, creando un espectáculo visual que la hipnotizó.

Cada grano de arena era un recordatorio tangible de la fugacidad del tiempo. Mientras observaba el constante flujo, Clara se sumergió en una profunda reflexión. En ese pequeño cristal se tejía la esencia de la existencia, la danza efímera de los momentos que se desvanecen como hojas al viento.

A medida que los granos descendían, Clara se vio transportada a su propia línea temporal. Recordó momentos de risas compartidas, lágrimas derramadas y amores perdidos. Cada grano representaba una elección, una oportunidad, un suspiro en el vasto lienzo de su vida.

El roble, testigo silente de incontables días y noches, parecía compartir su sabiduría ancestral con Clara. Mientras la arena seguía cayendo, se dio cuenta de que no estaba atrapada en una carrera contra el tiempo, sino que estaba participando en una sinfonía eterna, una coreografía única que solo ella podía ejecutar.

El murmullo del viento entre las hojas añadió una melodía suave a la narrativa visual del reloj de arena. Clara se sintió conectada con la naturaleza, con la esencia misma del tiempo que se deslizaba como un río constante.

Al finalizar la última danza de la arena, Clara experimentó una profunda calma. Había entendido que, si bien el tiempo podía parecer efímero, su impacto perduraba en las huellas que dejaba en el alma. Guardó el reloj de arena con reverencia, agradecida por el recordatorio de que cada momento, aunque fugaz, contribuía a la riqueza inmutable de su propia historia.

Bajo el roble centenario, Clara se levantó con una renovada apreciación por la danza del tiempo y con la determinación de vivir cada instante con plenitud, sabiendo que su propia historia se entretejía en la vastedad del tiempo que fluía como arena dorada en un reloj olvidado.

Padre e hijo

Yhoalibeth Estrada Flores

Preparatoria 8

—Mami, ¿podemos ir al parque mañana?

—Por supuesto, mi amor.

—¿Papi también puede venir con nosotros?

—¿Quieres jugar con él?

—¡Sí! Hace mucho que no jugamos.

—Está bien, no veo por qué no.

—¿Podemos llevar esta vez la cabeza? Es que las piernas no ruedan tan bien.

Bajo el rosal

Yhoalibeth Estrada Flores

Preparatoria 8

Cuando por las noches llego a casa y veo que no estás, solo suspiro tranquilo. No tengo que preocuparme por eso, sé que sigues justo en donde te dejé.

Alternativas

Mariana Soto Almaguer

Preparatoria Regional de Santa Anita

Siempre las veo en la televisión: rubias, piernas largas, piel lisa. Con una boba sonrisa dominan al mundo. A mí me apodan “la monstrua” por tener todo lo contrario a esos estúpidos estándares, así que sin pensarlo dos veces meto la mano en la pantalla y saco a todas esas mujercitas falsas. “Soy la monstrua”, me digo mientras abro mi enorme dentadura para devorarlas.

Errante

Tonatiuh Tlacaelel Ruiz Rosas

Escuela Vocacional

Camino por la montaña, ¿o es un cerro? ¿O un monte? No sé, aquí el sol pega más fuerte y el viento es más seco; agradecería algo de lluvia, pero mínimo tengo un buen paisaje. Caminar es horroroso. Hubiera traído algo, una guitarra, pluma y papel para escribir algo cuando me caigo de lo cansado. Ningún árbol, ninguna planta, ni la música de los pajaritos, solo ir de aquí para allá. Qué ganas de estar en mi cuarto, comer tripitas con mi familia. Ya quiero dejar esto, es una tortura. ¿Por qué emprendí este viaje? ¿Por qué tuve que morir? Qué aburrido es ser un fantasma. 

Amor intempestivo

José Antonio Canseco Briceño

Preparatoria 15

Sus ojos brillaban en la oscuridad; podía sentir perfectamente su mirada sobre mí, su inocente y temerosa mirada. Aunque estaba abajo, yo podía oler su perfume, un dulce aroma a vainilla que la acompañaba a diario. Mis manos sudorosas tomaron las suyas tratando de calmarla. Podía sentir cómo la sangre corría por sus venas, sus jadeos, el sudor en sus manos, el temblor de sus piernas y las lágrimas en sus ojos. No sabía si sus gritos eran de gusto o de temor. Quería imaginar lo que me pasaría después, pero la tensión y mi mente lasciva no me dejaron pensar. Pero, ¿qué podría pasar? Somos dos enamorados, aunque la gente lo juzgue. Somos la experiencia y la juventud compartiendo la cama. Dicen que el amor no tiene edad. Ella me ama, mas no sabe que me ama; es muy joven, no sabe amar. Doce años, una niña, creo que así se dice. Ella necesita a un hombre que la enseñe a amar. Cuarenta primaveras, suficientes para ser un hombre.

Perplejidad en su entorno
Daira Xenic Campos García
Preparatoria Regional de El Salto

Introducción

Lara sostiene que nuestras experiencias del mundo residen en la lengua, dirigido maravillosamente al equívoco, que heredamos y actualizamos entretanto es usada. ¿Qué es la poesía sino lengua, sistema que nos habita cada que lo ejecutamos por medio de la voz? Dentro de las implicaciones de lo que constituye el ser, repudiamos aquello en donde nos vemos reflejados. La poesía no es sino eso que nos rodea, satisface y vivifica en tanto que somos lanzados a un mundo colmado de suplicio.

Creemos que las palabras son construidas a partir de reglamentaciones clásicas y expresan puramente sentimientos bucólicos, épicos o románticos, enmarcados en una línea del tiempo reconstruida y memorizada por nosotros mismos. Sin embargo, en las palabras se encuentran las vivencias del mundo, el vocablo que en medio del silencio se agita para devenir en grito.

En este número de Vaivén, almas viejas en cuerpos lozanos advierten sobre ser humano: de la desesperación por la compañía, de nacer en ausencia del padre, de las injusticias que inocentes pagan por los impunes; de lo lúdico, lo profano, de la desolación, la corporeidad astrológica, la traición, la persistencia, la resignación y la identidad.

En la lírica externamos eso que nos conforma y reconstruye, que nos repele y atrae, que nos vuelve dóciles e indómitos a la vez. En la lírica nos descubrimos.

Esta generación nos enseña aquello que repelíamos, por temor o por ignorancia.

 Patricia Lizeth Juárez Silva*

*Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Ha colaborado en programas como correctora de estilo y en congresos como ponente. Actualmente está interesada en cuentos de lo fantástico, lo siniestro y el horror, así como en la memoria dentro de la literatura.

Colores prohibidos

Fredy Atzel Zamora Acosta

Preparatoria 5

Entre sombras, lobos habitan, yo oprimido e indefenso, envuelto en piel de liebre cuyos colores son un secreto en la montaña.

Bajo el arcoíris, me escondo junto a más liebres, sus pelajes adornados con colores; en este mundo gris donde el amor y los colores están prohibidos.

Aun así, en este mundo oscuro persistimos.

Estallido en mi corazón
Pamela Abigail Romo Raymundo
Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos

Delirio

Osvaldo Dario de Luna Villarreal 

Preparatoria 15

Vivir en el río,

¿dejará notar el aire en las burbujas?

Si la imaginación cobrara vida,

¿habrá temor a los delirios?

No hay valor en las palabras,

no hay cambio en las acciones,

no hay intensiones de sanar,

las navajas hechas están para herir.

Ahogarse en aquel río,

¿despertará la quietud de las burbujas?

Si la imaginación cobrara vida,

¿dejará de omitir los delirios?

La ignorancia precisa la situación del llanto,

cruelmente sirve a lo encubierto

se demanda resistencia frente a la fragilidad

se reclama más que lo entregado.

Dormir sin vida en aquel río,

¿denotará la carencia de burbujas?

Si la imaginación cobrara vida,

¿aún se podrá morar?

La tristeza como compañera
Denisse Itzel González Turrubiartes
Preparatoria Regional de El Salto

Constelación hematófaga

Ernesto Gabriel González Santiago

Preparatoria 7

Lienzo de luz

desde mi tobillo apareció

marcándome

Acaricié su rostro

vi a la osa mayor sobre mi piel

bendecida por la luna

Besos la hicieron crecer

piernas, muslos de soles

verdades se mostraron

sobre mi pasado e interior

Sagitario, ascendente a acuario

manchó mi abdomen

Punzadas de mil estrellas

agujas comiendo

entrando a descansar

Alimentan en su nuevo mundo

con granos bajo el manto negro

entre curvas e imperfecciones

arrastrándose el cielo

subió a mi cuello

y ni las almohadas o sábanas

evitaron su hematodipsiáca

noche estrellada

Deu-teranopia

Ernesto Gabriel González Santiago

Preparatoria 7

Pero esos que no ven el cielo

ciegos al verde mundo

                su mayor milagro

congénitos del pecado

se condenan a perderse

en la ausencia de fe

Será necesario arrancarles los ojos

para que Él se apiade

Salvarlos de su daltonismo

                relegados al infierno

por sus cuencas mal hechas

Extraviados en gris

                son animales

que llegaron a cuatro patas

y partirán arrastrándose

                suplicando

al altar vacío que no saben mirar

Para mi querida Pizarnik

Luis Angel Flores Gaeta

Preparatoria 9

Perdón Alejandra

perdón por no saber lidiar con la depresión

te fallé.

Eras la poeta que veía el significado en las cosas comunes

la poeta que me ayudó a saber quién soy

lástima que tú nunca pudiste saber quién eras.

Tus poemas tan crudos, me hiciste saber que tenía sentimientos

tus cartas tan desgarradoras, leerlas me genera una tristeza profunda

tus prosas son tan reales que entiendo tu dolor.

Suerte Alejandra

suerte en tu próxima vida, porque en esta no la tuviste

espero y puedas ser una Alejandra libre y sobre todo feliz.

Te prometo que voy a salir de esto

y cuando salga de esta profunda depresión te olvidaré.

No puedo dormir, leí tus poemas

solo quiero saber qué pasaba por tu mente

leer tus poemas me es difícil

mis ojos pasan por una tormenta, no entiendo.

Miedo, tengo miedo

pero te prometo que se irá, se va a ir volando en el aire

como el diente de león que divaga en él.

El color de mi felicidad
Pamela Abigail Romo Raymundo
Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos

Reconstruida

Vania Navarro Gómez

Preparatoria 10

Nací reconstruida,

nací reconstruida pues.

Rodeada de mujeres

nací, crecí y moriré.

Nací reconstruida.

Ningún hombre impuso una orden:

la partida y el abandono.

Una reconstrucción adherida

a la sombra del recuerdo desconocido:

la figura masculina.

Al no contar con este recuerdo

a lo largo de mi vida.

Nací reconstruida.

Nací yo.

Tu amor a mí me sostendrá
Pamela Abigail Romo Raymundo
Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos

Tiempo

Perla Stefanya Cardenas Ramos

Preparatoria 12

Tomas mi paciencia

comes mi tranquilidad

tiras mi estabilidad por la ventana.

Vuelas como una estrella fugaz

tus secuelas se sienten hasta

después de años luz

sin métrica como polvo de isla

vibrando están mis recuerdos

los pétalos durmientes del cosmos yacen

en ti.