La incesante voz de mis pensamientos me grita que soy cobarde, un
inútil incapaz de lograr su cometido.
Veo el bote de pastillas, tentándome a que lo haga.
Pienso en mis padres, en lo mucho que los extraño y en lo poco que les importo
ahora; no soy nada ni nadie en este mundo. Recuerdos,
recuerdos inalcanzables de la felicidad, que ya no me sirven para nada. Veo el bote de pastillas, tentándome a que lo haga. Pienso
en mis padres, mis padres… La incesante voz de mis pensamientos ha callado.
El bote de pastillas está vacío, la comida servida y
mis padres…
Mis padres yacen ante mí, inertes, incapaces de causarme más daño.
Woman in the mirror Vania Navarro Gómez Preparatoria 10
Dulce María Huerta Sánchez. Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga
La luz de la pantalla parpadeaba en la
oscuridad de la habitación, proyectando sombras inquietantes sobre las paredes.
Sandra, con los ojos fijos en la pantalla, leía un correo extraño que no
recordaba haber escrito. “Lo sé todo”, decía el correo.
Abrió el mensaje y ahí estaba, una
detallada confesión de un crimen que jamás había cometido, pero las palabras se
sentían como suyas.
La incomodidad recorría su cuerpo con mucho escalofrío.
De repente su teléfono vibró en la mesa. Un mensaje nuevo: “Mira la cámara”.
Giró lentamente la cabeza hacia su computadora, la luz roja de la cámara estaba
encendida.
El mensaje en el monitor cambió:
¡Sonríe para la foto!
Antes de que pudiera reaccionar, su
pantalla mostró su propio rostro, capturado en tiempo real. Pero había algo más
en la imagen. En el reflejo de sus ojos, se veía la silueta de una persona
detrás de ella, observándola a través de la ventana. Su corazón comenzó a latir
con fuerza mientras reconocía la figura. Era la misma persona que había notado
varias veces en la calle, siempre a una distancia prudente, con la mirada
fija en ella.
El teléfono volvió a vibrar, otro
mensaje: “Me gusta cómo luces cuando tienes miedo”.
Un frío intenso recorrió su cuerpo al
darse cuenta de que no estaba sola en la habitación, lentamente giró la cabeza
hacia la ventana, y allí estaba él, mirándola fijamente desde la penumbra, con
una sonrisa torcida en su rostro. Las luces de la calle apenas iluminaban su
cara, pero lo suficiente para que ella pudiera ver la cámara en su mano
apuntándola directamente.
El monitor mostró un último mensaje:
“Sonríe, esta vez es para la portada de tu desaparición”.
Susurros desde dentro Joseline Guadalupe Estrada Corvera Preparatoria 8Lo bello duele Kimberly Esmeralda Yarely Rodríguez Orozco Preparatoria 9
Sandra Addaí García Pérez . Regional San Juan de los Lagos
El campo de lirios azulados se extendía más allá de la vista, un
océano de tranquilidad que contradecía la tormenta que llevaba dentro.
Mientras lentamente me arrodillaba junto al cuerpo inerte de mi padre,
me pregunté si él alguna vez había contemplado la belleza de este lugar o si su
corazón estaba tan marchito que ni siquiera los lirios podrían conmoverlo…
Mis manos aun temblaban, no por el peso de lo que había hecho, si no por
el alivio que sentí al saber que el mundo finalmente estaba libre de su
presencia. Durante años, soporté su crueldad disfrazada de “paternidad” matando
lentamente cualquier vestigio de esperanza que quedara en mi alma, pero… ¿Y
ahora?, todo había terminado, aquí en este campo de lirios, su vida se apagó
como una vela en medio de la noche. Había soñado tantas veces con este momento
pero la realidad era mucho más dulce de lo que jamás podría haber imaginado.
Con cada respiración el aire se vuelve más ligero, más puro. Como si los mismos
lirios estuvieran agradecidos por la sangre derramada.
No siento culpa, ¿Cómo podría?, ¿Por qué lo haría?
Aquí entre los lirios, su maldad se desvanece, se convierte en nada. Y
yo, por primera vez en mi vida puedo mirar al horizonte y sentir
libertad. Abro lentamente mis ojos y siento cómo ese tranquilo campo de lirios
se desvanece reemplazado por las paredes de la realidad, las paredes de esa
casa oscura ahora iluminada por las luces rojas y azules que parpadean a través
de la ventana permitiendo vislumbrar mis manos manchadas de sangre…
No siento miedo, a cambio siento una profunda paz acompañada de una sutil sonrisa tirando de la comisura de mis labios.
Puente Cinthia Karina García Ledezma Preparatoria Regional de El Salto
La poesía, en su esencia más pura, es
un reflejo de la experiencia humana. En un entorno saturado de estímulos
sensoriales, la poesía emerge como un faro que ilumina las verdades olvidadas.
En esta edición las y los poetas, se adentran en versos que abordan temas
cruciales, desde la necesidad de comprometernos con los procesos sociales y
políticos de nuestro país hasta la relación con el mundo animal e imaginario
como punto de escape.
Cada poema es una celebración de la
vida, un canto de amor y pasión que invita a la reflexión. Con estilos y
estructuras diversas, nuestros autores y autoras logran capturar la complejidad
de la existencia, convirtiendo las palabras en un medio poderoso para la
expresión. En este viaje lírico, las historias de aquellos que han sido
silenciados, como los desaparecidos, encuentran voz. La memoria se entrelaza
con el presente, recordándonos que el dolor y la esperanza son inseparables.
Al leer poesía, somos desafiados a
mirar más allá de lo superficial. Nos invita a cuestionar, a sentir y a
involucrarnos. En cada verso, hay una llamada a la acción, un recordatorio de
que nuestras palabras pueden ser herramientas de cambio. Este espacio es un
refugio para la creatividad y un testimonio de que la poesía, en su capacidad
de resonar con nuestras inquietudes, puede ser un catalizador para la
transformación.
Así, al explorar estas páginas, abramos nuestros corazones y mentes. La poesía no solo nos acompaña en nuestro viaje personal, sino que también nos conecta con la lucha colectiva. Permitamos que los versos nos conmuevan, nos inspiren y transformen. Porque la poesía no es solo un arte, es una forma de vida.
Melina Flores Hernández*
* Apasionada por la lectura y la
educación, ha desarrollado una sólida
carrera en el ámbito cultural, en la FIL Guadalajara y diversos festivales
literarios. Actualmente se desempeña como Jefa del Departamento de Comunicación
y Aprendizaje en la Preparatoria 21 de Zapopan.
Carlos Ortiz Mercado. Módulo Mezquitic de la Preparatoria Regional de Huejuquilla el Alto
Gato gris cual ceniza,
con mirada suave y tibia,
errante de tejados,
secreto de noche y día.
Tus ojos, verde esmeralda,
Aclaradores de penumbra,
ventanas de serenidad,
testigos de noches tranquilas.
En tu andar, un murmullo,
el cantar de los días,
secretos en cada paso,
serenidad en cada rima.
Te observo desde mi ventana,
tú, felino, mi alegría,
compañero de sueños,
guardián de mi poesía.
En tu pelaje, el universo,
en tu ronroneo, la vida,
gato gris cual ceniza,
mi sombra, mi compañía.
Eres sombra en la madrugada,
silencio en la gritería,
cazador de sueños rotos,
maestro de la armonía.
Te deslizas por los sueños,
te desvaneces en la alegría,
tú, fiel guardián de secretos,
amo de la fantasía.
Gato gris, cauteloso,
espíritu libre, corazón errante,
en tu mirada observo el paraíso,
en tu presencia, lo importante
Contingencia mutante Jesús Andrés García González Preparatoria Regional de Tlajomulco de ZúñigaNoche del dragón Jesús Andrés García González Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga
Usualmente es cuando uso mis lindos
vestidos, que llegan un poco arriba de la rodilla
Los hombres me miran.
Ven mis piernas con deseo.
Mi maestro de matemáticas no es la
excepción.
¿Cielo, cuánta pena de cárcel hay para
alguien que hostiga?
Hoy me siento sucia.
Observo mis manos y están temblando.
¿Habré pecado?
¿Cielo, estoy haciendo mal?
Devuelvo mi vista al frente, hace mucho
sol hoy.
El sol abraza mi sucio cuerpo.
¿Por qué el sol abraza a todos por
igual?
Estoy al lado del carro del profesor de
matemáticas.
Todo ese tiempo he estado sobre él.
Hoy otro día más he traído un vestido.
Un hermoso vestido blanco.
Me levanto de estar sobre el profesor y
me despido con un gesto de mano.
Estoy fresca y siento que el sol no me
quema.
Estoy cubierta de su amarillo
resplandor.
La gente de mi alrededor me mira con
asco y se aleja de mí.
Todo mi entorno se vuelve gris.
¿Acaso nunca han visto una chica con
vestido blanco?
Comienzo a llorar.
Mis lágrimas al pasar por mi cara se
convierten en color escarlata.
Volteo a ver el camino que he seguido.
Todo está lleno de pequeñas gotas
escarlata.
Intento acomodar mi vestido y está
húmedo.
Ya no es totalmente blanco.
El ambiente gris se pinta azul y rojo, rojo
y azul.
Me miro en el reflejo de un cristal.
Ni viéndome sonreír, sentí culpa.
La risa cura el alma, reírme me hizo
sentir mejor y también hizo que la policía me detuviera.
¿Matar a mi profesor fue malo?
¿Pero no es malo que él me haya
tocado?
¡Amo la justicia de este mundo tan banal y asqueroso!
Corona en el reflejo. Ana Lizbet Mercado Loza. Preparatoria Regional de El Salto.La belleza de su ser. Elizabeth Yazmin Luna Santiago. Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga.
Dorian Hernández Vázquez*
*Licenciado y maestro en filosofía, egresado del doctorado en humanidades. Es profesor de filosofía y ética en la preparatoria
de Tonalá. Sus intereses académicos son la ética, filosofía de la ciencia, epistemología y argumentación.
Los ensayos filosóficos tienen el objetivo de aclarar problemas. Puede resultar muy sencillo que ese sea su propósito. No obstante, es de las actividades académicas las complejas por hacer. Aclarar problemas no es un trabajo menor. La realidad es compleja por dos razones, por un lado hay demasiados problemas para pensar, y por otro, casi siempre cada problema está enredado con otros más, haciendo complicado no solo pensarlos, sino también resolverlos. Por lo que hacer un ensayo filosófico es de las actividades académicas y humanas más difíciles. Nos hemos acostumbrado a ver la realidad enredada, los problemas que están ahí, frente a nosotros, se han vuelto casi invisibles precisamente por dejarlos ahí, sin pensarlos. Se suele argumentar que, dado que no los resolveremos porque nos rebasan, entonces no hay necesidad de siquiera pensarlos. Partimos de la idea de que están ahí y siempre los estarán. Que quienes los pueden resolver no somos nosotros y solo hay que esperar a quienes pueden hacerlo, lo hagan. Cómo si pensar un problema no basta para solucionarlo. Es posible que sea cierto, un problema además de ser pensado debe solucionarse. Y entonces la filosofía llega y nos dice que su objetivo no es resolver problemas sino aclararlos. ¿Por qué aclarar problemas y no resolverlos? Una parte de la respuesta es porque, como decíamos, hay problemas que su solución esté en manos de otras personas, por ejemplo, políticos. Pero, no es deseable quedarnos con la actitud de no pensarlos porque no podemos resolverlos. La razón es que, los problemas nos impactan de forma humana, es decir, aunque los problemas sean difícil de verlos, podemos sentir lo que causan. Muchas veces los problemas causan en nosotros dolor. Y vivimos confundidos pensando en que no tiene sentido pensarlos porque no se pueden resolver. La filosofía afirma que aclarar un problema es más que pensarlo, en otras palabras, cuando aclaramos un problema lo que hacemos en el fondo es desenredar la realidad, y eso causa en nosotros cierta paz que nos permite seguir en el mundo, con más calma, más tranquilidad y más claridad. Así pues, es tan importante el ensayo filosófico en bachillerato, cuando tratamos de aclarar la realidad desde temprana edad, eso nos podrá ayudar a tener una mejor calidad de vida. Así es que son posibles las competencias en el bachillerato. Los alumnos tratan de aclarar un problema diciéndonos cómo creen ellos que es el sentido y orden de una pregunta. Defienden un punto de vista con argumentos, y el lector encuentra cierta paz al saber que los problemas que le preocupan son entendibles. Entender cómo y por qué suceden las cosas nos ayuda a lidiar con ellas. Por qué las preguntas son importantes y por qué ciertos problemas todos deberíamos pensarlos por su importancia humana. En el fondo, un ensayo filosófico nos ayuda a cumplir el propósito de la filosofía: vivir mejor.