Manuel Tejeda Enríquez
Preparatoria 4
Una belleza universal y los profetas que proporcionan el devenir en una absoluta perfección. Ideas acerca de la creación y la destrucción, un aforismo para el todo, supremacía simétrica a la realidad; la ficción y toda creación humana es por naturaleza proporcional a un todo que nos refleja. Ideas inertes que salen de una voz unificada, una voz que acompaña al paso de los tiempos, que pasan rápidos y pasan para no volver, pero sí dejar el eco de las voces de aquellos que se reflejan, los que crean y buscan aquella belleza de la que se ha hablado. Primera persona soy y tercera persona también, narrándome a mí mismo, escribiendo trasnochado lo que de mi interior sale, y para el que lee esto ya habrá pasado, pues un pretérito constante ha de acompañarme, y al haber pronunciado las palabras que se preceden, se está leyendo mi presente. ¿Qué soy sino un ente lingüístico? Soy tú a través de tu pupila, yo. Una persona lee en algún lugar un cuento de sí mismo, se está narrando en tercera persona, pero sabe que es él. Está leyendo algo sobre la belleza absoluta, ya había escuchado acerca de la belleza. ¿Qué es la belleza?, se pregunta, te preguntas. Recuerda al narrador que le acompañaba hace un minuto, ahora es él mismo quien narra, tú, yo. Narración acerca de ti mismo, piensas, lees, te miras, te preguntas. Un hombre escribe sobre otro hombre en un tiempo que no ha pasado. Está recostado y concentrado en escribir sobre la belleza absoluta. Se desdobla, te desdoblas. La narración sigue por ti a través de distintas pupilas. Somos narradores, nos reflejamos, te reflejas, me reflejo, te estoy escribiendo a ti, me estoy escribiendo a mí, me estoy leyendo. Toda creación es reflejo de la realidad, tú y yo somos parte del todo. ¿Quién nos escribe? Seguiré narrando incluso cuando dejes de leer…