Los perros no son humanos, por más que la sociedad se ensañe en vestir a sus perros mejor que a los niños de la calle.
Los humanos no son perros (aunque a lo mejor estarían mejor como animales);
Excepto mi maestra de segundo, que era una perra. O de mi maestro de dibujo que pintaba bien perro. O de mi maestra de español que contaba cosas perras aunque solo le gustaran los gatos.
A lo mejor sí somos perros, en peyorativo superlativo.
Perra humanidad.
Los perros no son humanos porque nadie que no naciera en el tormento de pertenecer una especie que mata a los suyos por miles, quisiera terminar formando parte de ésta.
Además matamos perros.
Si los perros fueran humanos no perderían el instinto animal o se harían de una obediencia robótica y civilizada. Fuera lo salvaje. Fuera olerse la cola y acostarse en L A T I E R R A de cara al cielo, y corazón al cielo. Y ensuciar la casa.
Lo salvaje es malo. La mujer es mala.
Los perros son líquidos tomando la forma del recipiente que ocupan; la casa que ocupan.
Quiero beber perros.
Los perros no son niños, pero hay quienes los quieren como si fueran niños aunque no quieran a los niños, y hay quien no quiere a los perros. Y hay quien no se quiere a sí mismo: ni humano, ni perro.
El perro es el mejor amigo del hombre que no supo ser su propio amigo.
Pobre del hombre. Y pobre del perro que vive con el hombre.
Ana Laura Lizardi Salcedo
Egresada de la Preparatoria 11