Religión como constituva del ser humano

Evelyn Fabiola Solano Hernández
Preparatoria Regional de Ciudad Guzmán
Participante del III Coloquio Filosófico del SEMS 2014 “Karl Marx”

Abstract
La religión es una constitutiva del ser humano, se encuentra presente en la vida de muchas personas, desde su nacimiento hasta su muerte. A la mayoría de nosotros, desde pequeños, nos la han inculcado y dicho lo que está bien o mal visto y hecho desde la perspectiva religiosa, nos crearon una moral totalmente religiosa que muchas veces deja de lado la ética personal.
Los pensamientos religiosos que nos inculcan obstruyen nuestra elevación, es decir, nuestro progreso como seres que somos, he aquí presentes la decadencia y desnaturalización del hombre. Hablamos del pecado como un factor que nos convierte en malas personas cuando en realidad no es así, el pecado es a lo que Nietzsche se refiere como “imaginario”, pues es un término que se le adjudica a la religión, la que nos dicta que es inaceptable y que debemos evitar cometerlo para, después de la muerte, poder ir al “cielo”.

Cruz│Diego Guadalupe Pérez Vallejo

Cruz│Diego Guadalupe Pérez Vallejo

“La mentira más común es aquella
con la que un hombre se engaña a sí mismo.
Engañar a los demás es un defecto relativamente vano”.
Friedrich Nietzsche

En el presente ensayo me dedicaré a mostrar algunos puntos de los que Friedrich Nietzsche habla en su libro El Anticristo, pues los temas que ahí se tratan son relevantes para la vida humana. Principalmente hablaré sobre la religión que constituye al ser humano, cómo es que ésta nos desnaturaliza y obstruye el progreso de la humanidad. También mencionaré algunas de las estrategias que utiliza el cristianismo para mantener cierto control sobre sus feligreses, tal es el caso de los pecados. Nietzsche califica al cristiano como “el animal enfermo del hombre”, ya que los cristianos han idealizado su propia existencia en un ser desconocido y han basado sus ideales en una doctrina que no se sustenta en la realidad; el filósofo alemán condena también al cristianismo como un factor de decadencia del hombre.
Ahora dirijamos nuestra atención hacia las grandes civilizaciones del pasado, incluyendo a aquellas existentes antes de Cristo. Podemos notar que desde tiempos muy remotos, incluso antes de la concepción de Jesús de Nazaret, han existido las religiones como constitutivas del ser humano y todas ellas presentan una particularidad en común: la existencia de un ser superior, es decir, la idea de Dios.
Muchos de los planteamientos mencionados en El Anticristo son bastante acertados, el autor nos presenta al cristianismo como una religión que desnaturaliza por completo al ser humano. Ejemplo de ello tenemos la práctica sexual antes de contraer matrimonio que desde el cristianismo es vista como un pecado, sin embargo, según Abraham Maslow, la práctica sexual es una de nuestras necesidades fisiológicas. Nietzsche apunta que el cristianismo nos hace sentir como pecadores, sin embargo, al llevar a cabo la práctica sexual no hacemos nada malo.
Otro ejemplo lo encontramos en la ruina de Pascal, quien creía que su razón se encontraba corrompida por la culpa del pecado original, cuando en realidad era que su razón se había perdido justamente por el cristianismo que practicaba.
Nietzsche se refiere al cristianismo como una religión que no tiene ningún contacto con la realidad. Ve al pecado como un efecto totalmente imaginario, así como la redención, la gracia, el castigo y el perdón de los pecados. De igual manera observa a causas que también considera imaginarias como Dios, el alma y el espíritu. Según este filósofo, el cristianismo es una religión que sólo es practicada por los débiles, todas aquellas capas inferiores de la sociedad que luchan contra el pecado y se refuerzan continuamente mediante la oración. Pretendo hacer una pausa en una idea de Nietzsche: cuando nos dice que el cristianismo desnaturaliza al ser humano, pues en mi opinión tiene basta razón.
El cristianismo y sus representantes (como afirma Nietzsche), han sido de gran importancia para sus seguidores, pues participan en todos los ámbitos de su vida, desde el principio hasta el final de sus días. A quienes hemos crecido bajo los preceptos del cristianismo, toda nuestra vida nos inculcaron que debemos alejarnos del pecado para poder aspirar a una vida celestial después de morir. A los representantes de la Iglesia cristiana, los consideramos superiores a nosotros, hacemos exactamente lo que nos dicen: vivir con miedo a ser tentados y caer en el pecado como ellos lo suponen.
Si dejáramos al cristianismo a un lado nos convertiríamos en el “Superhombre”, término que es utilizado por Friedrich Nietzsche en otro de sus libros más famosos Así habló Zaratustra, en el que comparte un mensaje distinto al que pretende en El Anticristo, aunque hasta cierto punto sí se relacionan el uno con el otro. En este último libro, Nietzsche pretende “devolver al hombre el sentido de la tierra, exaltar la vida en la plenitud de sus manifestaciones y prevenirnos contra los que denigran la vida y desprecian el cuerpo poniendo sus esperanzas en una vida ultra terrena”. Aquí Nietzsche menciona la muerte de Dios y la llegada del Superhombre. Nos dice que ha llegado el momento en que el hombre tome el control de su vida, que trace sus metas. Friedrich Nietzsche tiene razón, el hombre alcanzaría un nivel superior si dejara de profesar el cristianismo, haciéndose cargo él mismo de sus acciones y de su vida. Dejar de pedirle a un Dios ayuda, dejar de responsabilizar a un ser superior de todo lo que le acontece. Tomar las riendas de nuestra vida y el control de nosotros mismos para llegar así a una satisfacción y plenitud humana, para al fin ser “Superhombres”.
Si bien es cierto que la humanidad ha evolucionado en todos los aspectos, Nietzsche menciona que evolucionar hacia un porvenir no quiere decir que haya una elevación o un progreso. No obstante, siempre se dan excepciones de personas que sí progresan, “son los casos que revelan un tipo superior que, de hecho, se presenta a sí mismo, de manera simple y natural, como una especie de Superhombre”.

El origen│Abraham Ulises Silvestre Dueñas

El origen│Abraham Ulises Silvestre Dueñas

Por lo tanto, al apartar la religión de nuestra vida alcanzaremos un humanismo excepcional, nos desenvolveremos por completo y dejaremos de estar temerosos respecto al pecado. Y no estoy diciendo que nos convirtamos en ateos, ya que sería algo extremista, Nietzsche tampoco planteaba el ateísmo. Simplemente se trata de abrir los ojos ante la sociedad y la religión. Pues la religión es una obstrucción para el proceso. Quizás si los seguidores del cristianismo dejaran de practicarlo se convertirían en verdaderos humanos, dejarían de preocuparse por no caer en el pecado y la tentación, se preocuparían más por ser humanos, se desenvolverían por completo para tener una vida más plena, sin reglas, sin pecados. Serían éticos y dejarían de ser religiosamente morales. Tendrían una plenitud en su ser, los podríamos llamar al fin: humanos. Preocupémonos por ser humanos y no por no caer en el pecado, seamos éticos y dediquémonos a vivir de una manera plena.

 

Bibliografía

-Nietzsche, Friedrich, El Anticristo, México, D.F., Grupo Editorial Tomo, 2014.
-Nietzsche, Friedrich, Así habló Zaratustra, España, Edimat Libros, 2014.
-Lario Ladrón, Santiago, El Anticristo y el amor a la vida, http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/lario35.pdf, 2014.