Mauricio Pastrana Macías
Preparatoria 3
Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2017
Resumen
Es un hecho innegable que el comportamiento de la juventud se ha visto enormemente influenciado por el desarrollo de las tecnologías de la información y el surgimiento de internet, así como de sus más visitadas plataformas: las redes sociales. En este ensayo se exponen y analizan las características generales de una fracción de la sociedad que se ha desenvuelto la mayor parte de su vida en un contexto hiperavanzado tecnológicamente. Reflexionaremos, también, sobre la eficacia e influencia que ejerce el activismo por internet. Asimismo, se presentará la importancia que tiene la filosofía en los tiempos de grandes cambios tecnológicos y sociales que hoy día vivimos. Los recursos consultados para la elaboración de este ensayo van desde entrevistas a sociólogos, hasta modelos filosóficos que tratan de explicar la sociedad contemporánea.
En los últimos años, internet ha sido uno de los principales objetos de estudio a consecuencia del gran cambio que instauró en nuestra sociedad, convirtiéndose en el principal medio de comunicación y en la gran maravilla histórica de las tecnologías de la información. Las primeras generaciones que surgieron con la llegada del internet son jóvenes y están empezando a reflejar en nuestra sociedad las consecuencias que tuvo en el ser humano haber poseído algo tan inmenso como la red que formó parte y facilitó considerablemente sus vidas a comparación de las generaciones anteriores.
La posibilidad de tener una biblioteca completa en la palma de la mano y los cientos de plataformas que sintetizan la información al propio antojo, hacen que las personas pendan de las tecnologías de la información. Una vez experimentada la facilidad con que se obtiene un dato desde el móvil, basarse en libros de consulta para hacer una investigación parece tedioso, sobre todo cuando dicha indagación constituye para el consultor algo urgente, breve o sin valor.
La dependencia siempre es negativa, ya que implica la posibilidad de que algún día pudiera faltar el objeto de afinidad y las capacidades de la persona se vieran afectadas como consecuencia. Este apego excesivo puede también ir ligada a la comunicación instantánea, a las herramientas electrónicas, al entretenimiento, etc., por lo que podríamos afirmar que la sociedad es cada vez más dependiente a las tecnologías de la información, cuando por obvias razones no debería ser así.
Dejando de lado la dependencia y adentrándonos un poco en la interacción social dentro de este medio, internet se ha convertido en el punto más popular para el debate. Esto ha surgido gracias a que cualquier persona tiene la oportunidad de expresar y divulgar su punto de vista respecto a un tema. Aunque a veces la popularidad juega un papel importante en el alcance de lo anteriormente dicho, las herramientas y los medios aptos para la propagación de un mensaje están al alcance de todo usuario en internet.
Esto, como la información masiva a la que tenemos alcance todos los días, posee un lado positivo y un lado negativo. Hoy día las tecnologías nos brindan excelentes oportunidades para alzar la voz, divulgar ideas, pensamientos, citas, expresiones culturales, etc., es un hecho que el internet nos vuelve más libres. Pero filósofos, sociólogos e intelectuales contemporáneos han criticado muy fuertemente la manera en que se ejerce esta interacción.
Un gran caso es el del sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, quien expuso un término que ha cogido bastante popularidad en la comunidad cibernética: activismo de sofá. Esta expresión se refiere a las personas que ejercen el activismo desde la “comodidad de su hogar”, manifestando sus ideas en redes sociales sin mover un solo dedo. Pone en duda, pues, el compromiso y la efectividad del mismo. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva York ha demostrado la eficiencia de este modelo de activismo, puesto señalan que ejerce la difusión de mensajes que prontamente aumentan el número de seguidores físicos.
Los jóvenes presentan considerables indicios de activismo de sofá. Esto se debe a que les asusta llevar a la presencia material todos aquellos ideales que defienden por internet, porque claro, las redes sociales son para ellos el lugar donde pueden expresarse sin tener que padecer las repercusiones físicas que normalmente conlleva manifestarse en público. Además, la juventud se ha desenvuelto en un ambiente de información automática tan desarrollado, que internet constituye para ellos la mayor parte de su realidad.
“Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”, señala Zygmunt Bauman en una entrevista para el periódico El País, haciendo hincapié en la importancia que tiene expandir el público y hacer apertura a nuevas ideas con que hacemos contacto en nuestras cada vez más reservadas y cotidianas redes sociales.
Asimismo, considero que las nuevas generaciones están expuestas a que su opinión o mensaje pierda relevancia entre millones. Todos quieren hablar, pocos están dispuestos a escuchar. Las redes sociales, sobre todo, se caracterizan por conceder al individuo la frecuente necesidad de expresar sus opiniones, sentires e ideas, ya que estas plataformas dan origen a una sensación de relevancia en todo lo posiblemente dicho. Esto hace que la gente pierda el interés en escuchar lo que los demás tengan que decir, pero que al mismo tiempo sientan el constante deseo de expresar todo pensamiento que ronde por su mente.
¿El origen de todo esto? Ni la tecnología, ni la humanidad. Las problemáticas que conlleva el internet son a causa de que este medio haya surgido tan de pronto en nuestra sociedad. El ser humano no estaba listo para recibir un cambio tan radical en su vida cotidiana. Los medios no son perjudiciales, la sociedad no ha aprendido a usarlos y estamos en proceso de creación de un código moral cibernético universal, además de estar buscando métodos para la difusión de la seguridad y cultura de denuncia por internet, propia de una sociedad segura y armoniosa. La humanidad aún está experimentando y jugando con el medio que promete ser la base de nuestra sociedad en el futuro.
El hombre progresa a enormes pasos día tras día, la tecnología nos ha transformado en una sociedad completamente distinta a la de hace tan solo cincuenta años. Pero la velocidad de dichos cambios es, para la reflexión filosófica, un desafío que implica enfrentarse a miles de conflictos día a día. Porque todo, hasta el internet, necesita de una reflexión ética constante.
Como bien menciona el escritor Isaiah Berlin: “La meta de la filosofía es siempre la misma: ayudar a los hombres a comprenderse a sí mismos y, de tal modo, actuar a plena luz en vez de salvajemente en la oscuridad”, nuestra tarea es reflexionar sobre el comportamiento que manifestamos con el fin de entender lo que la sociedad necesita, y en base a ese conocimiento, actuar para alcanzar un buen desenvolvimiento en el internet que promete mejorar nuestras vidas día con día.
Bibliografía
Bauman, Zygmunt. (2003). Modernidad Líquida. D. F., México: Fondo de Cultura Económica.
Berlin, Isaiah. (1983). Conceptos y Categorías. D. F., México: Fondo de Cultura Económica.
De Querol, Ricardo. (2016). Zygmunt Bauman: “Las redes sociales son una trampa”. El País. Recuperado de: http://www.cultura.elpais.com/cultura/2015/12/30/babelia/1451504427_675885.html
Universidad de Nueva York. (30 de noviembre de 2015). The Critical Periphery in the Growth of Social Protests. Nueva York, Estados Unidos: PLOS ONE. Recuperado de http://www.journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0143611