El primero por mi madre, por ser quien sostiene mi templo
El segundo por mi abuela y su estantería de libros viejos
El tercero por mi pareja, que me sana con consejos
Y el cuarto por mí mismo que me obligó a apuntar lejos
Escribiendo frases que te marcan pa’ poder llegar al alma
escribo las indicaciones para guiarme cuando parta.
Siempre soy esclavo de las frases que digo y me considero un mendigo
aun sabiendo que el rey es la carta más alta.
Me gusta la escritura pero no si las censuran
Fan del pensamiento y del cielo pero no si están nublado
Tomo cristales con las manos porque siento que son sueños
y me identifico con ellos, rotos y desordenados.
Mi poesía no habla de ocasos, ni bellezas ni fracasos
ni de plantas, ni de aves, ni tropiezos, ni balazos
No me considero un poeta, sólo soy un garabato
que un día conoció un cometa y ahora escribe en su regazo.
Aunque ni siquiera escribo, sólo le doy forma al alma
para poder protegerme por si llegan los fantasmas
regando polvo de estrella por si mi mente se estrella
saber que en algún lugar quedan mis cartas.
Yo, más que un artista, me considero un artesano
por tomar un diccionario y darle forma con las manos,
por jugar con las palabras como si fueran pelotas
y hacer que reboten y resbalen como en el vidrio las gotas.
Ahora me oculto de mí mismo, escribiendo a escondidas
una mano sobre mi pecho y otra en mi papel con tinta
Después de tantos gritos mi alma yacía dolida
tomando mi pluma cual suicida a una cuchilla.
Digo lo que es necesario porque aquí nadie hace caso
a soñadores, locos y niños nunca nadie los escucha
quien presume de buen criterio y nunca tomar un bando
en cada discusión dirá salir ganando.
Escribo mi última estrofa sobre educación moral
con el profesor Reflexión hay mil lecciones por tomar
Cuando aceptes que tu vida vale igual que las demás
estarás dejando el nido de una vida artificial.
César Daniel González Girón
Preparatoria 9