Reflejo

Giró su rostro hacia la ventana y ahí, en medio de la oscuridad, pudo ver claramente un par de ojos observándola fijamente.

Ese rostro extraño y familiar le sonreía de una manera grotesca, mostrando unos dientes manchados de rojo. Podría ser cualquier cosa, pero sabía bien que se trataba de sangre. Tenía el arma homicida en las manos.

Tras unos minutos mirando fijamente, su sonrisa se ensanchó y se retiró de la ventana con tranquilidad. Nada como ver tu reflejo antes de ir a dormir.

 

Carolina González Arellano
Preparatoria 13