Puramente brotadas

Hasta podrá ser
que el cielo tropiece
y los prados revuelquen tus pechos.

¡las flores Márgara!
Margaritas de sol
pa’ tu rebaño de penas
que cruje entre las sienes
puramente brotadas.

Anda tú, que podrías atravesar mi campo celeste
sepultando estrellas,

pero murió Esperanza,
y resucitó Dolores
entre tu saco de
desamores.

¡Margaritas de sol!
¡Han muerto las flores!

 

Laura Samira Arellano Padilla
Preparatoria Regional de San Juan de los Lagos, Módulo San Miguel El Alto