En lo que escribo eres todo y nada,
en mis manos, la palabra cambia,
de momento a otro, muta.
Te deformo porque te defino
te reduzco a sólo letras y papel.
Esto no es amor
yo soy mala amante.
¿Qué hago con algo que no está conmigo?
Te hallo en la piel de los hombres,
en el llanto de los niños
los dioses tristes.
En la hojarasca que cruje fría,
eres el día y sus consecuencias…
En la mirada y su pradera,
en el olvido germinado
el café desabrido, el alba,
—en los sueños desechados.
Son tantos tus moldes,
andas tan aprisa
que del mío te has olvidado.
Me vuelves traductor mediocre,
marioneta muerta
que cuenta centavos y monedas.
Poco importa si mi cuerpo
es ya cáscara envejecida,
si te tengo a ti para vivir,
soy toda, toda tuya, poesía.
Karen Andrea Sánchez Orozco
Preparatoria regional de Tepatitlán