Santiago Paul Aguayo Castillo
Preparatoria 15
Entonces caí en una depresión de letras donde todo lo que debía comunicar lo hacía escribiendo en un bloc de notas que siempre cargaba en el bolsillo. Y lo usé tanto que cuando recordé que en teoría podía hablar y lo intenté, descubrí que esto ya no era verdad. Mis labios se movían, pero al hacerlo ya no sonaba absolutamente nada. Yo sabía que no había perdido la voz, sino solo las palabras.