Aunque sienta el amargo nudo
y me desgarre y me quiebre
y los océanos de mis ojos se hundan o que ya no quede
fuerza que no permita desmoronarme
o que el oxígeno me mate de asfixia
herida a golpe
no te gritaré padre mío para implorarte
mis labios se parten
y la luz que seca mi sed
se apaga
Rubí Belzabeth García García
Preparatoria 20