Sofía González Barba
Preparatoria Regional de
San Juan de los Lagos
Un, dos y tres. Armas recargadas, granadas explotadas y gritos de guerra se escuchaban. El aire con olor a pólvora combinado con sangre hacía mi estómago revolverse. Los cuerpos de mis compañeros cayendo frente a mis ojos solo me causaban una gran culpa. Corrí unos metros hacia adelante, dando un grito de odio; ya no pensaba con claridad, de igual forma todos vamos a morir.
Un, dos y tres. Sedado de nuevo, había olvidado tomar mis pastillas. “Hospital Psiquiátrico Especial para Fuerzas Armadas” se leía en las paredes de aquel edificio.