Nalleli Josefina García Salazar
Escuela Preparatoria 12
Participante del V Coloquio Filosófico del SEMS 2016
«Hannah Arendt»
Publicado en la edición Núm. 11
“Se dice que vivimos en una sociedad libre porque tenemos cierto número de derechos constitucionalmente garantizados. Pero no es tan importante como parece. El grado de libertad personal que existe en una sociedad está más determinado por la estructura económica y tecnológica de la sociedad que por sus leyes y la forma de gobierno…”.
Theodore Kaczynski, filósofo y matemático estadounidense
Abstract
El presente trabajo trata de identificar algunos problemas derivados de una superficial interpretación del concepto de democracia. El ensayo hace visible una paradoja relevante y que exige aclaración: la democracia es necesariamente un sistema que niega la libertad, esto a partir de identificar que los instrumentos de la democracia como constructores de reglas y normas, implican la negación de la autonomía individual. Igualmente muestra cómo esta libertad es negada de forma importante, aun en sistemas económicos desarrollados y prósperos como el capitalismo, donde la autonomía económica es insuficiente para garantizar una auténtica libertad.
La libertad es un tema al que le tenemos que dar más importancia en la actualidad, porque creo vivimos en una sociedad donde la libertad ha perdido su curso, por esta razón pienso que vale mucho la pena hacernos esta pregunta: ¿Somos realmente libres?
A lo largo de este ensayo trataremos un tema polémico, ya que pienso que la sociedad ha perdido su libertad sin darse cuenta. Ésa es precisamente la tesis que analizaremos en el siguiente trabajo.
Ahora bien, definamos libertad: según algunas fuentes la libertad es la capacidad del ser humano de actuar y no actuar según su criterio. Criterio, a su vez, se define como regla o norma conforme a la cual se establece un juicio o se toma una determinación; a partir de aquí tomaremos dos conceptos claves para poder clarificar nuestra definición de libertad: “norma” y “regla”, sin las cuales no puede definirse “el criterio” y este es fundamental para entender lo que es la libertad.
De esta manera “norma” es toda ley que se establece para ser cumplida por un sujeto y “regla” es un principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta. Desde el momento en que se desglosan todos estos conceptos, podemos darnos cuenta que el significado que tenemos de la palabra libertad es muy diferente al que de manera natural o vulgar se tenía.
Tal vez muchos de nosotros no nos percatamos de que somos víctimas de una esclavitud que es liderada por el capitalismo, que utiliza estrategias comerciales para envolvernos en una sociedad industrial que de ninguna manera pueden, ni favorece el desarrollo de la libertad de sus integrantes.
Un ejemplo claro de lo anterior, es a la hora comprar algún artículo, trabajamos largas y duras jornadas sólo para comprar ese coche último modelo. En ese caso nosotros no fuimos libres de decidir si comprar el coche o no, nosotros lo adquirimos porque así está estipulado en la sociedad “si no tienes un automóvil no has tenido éxito en la vida”. Ese pensamiento de cierta manera te obliga a tenerlo, de lo contrario no estamos satisfechos o sentimos que algo nos falta.
Sobre el tema Herbert Marcuse señala lo siguiente:
“Una sociedad que parece cada día más capaz de satisfacer las necesidades de los individuos por medio de la forma en que está organizada, priva a la independencia de pensamiento, a la autonomía y al derecho de oposición política de su función crítica básica. Tal sociedad puede exigir justamente la aceptación de sus principios e instituciones, y reducir la oposición a la mera promoción y debate de políticas alternativas dentro del statu quo. (Marcuse 1992, p. 32)
Por otro lado, nosotras las mujeres sólo queremos el vestido que vimos en una tienda porque a la modelo se le ve fantástico, aunque ni siquiera nos guste como se nos ve, o compramos esa crema reductiva que nos hará adelgazar diez kilos en una semana, porque nos dicen que nuestra vida cambiará, o que de alguna manera seremos más bonitas y conseguiremos la atención de las personas, te pintan una situación perfecta. En estos casos la libertad sólo es una ilusión.
Estos son unos ganchos perfectos para las personas con poca autoestima, que son capaces de todo con tal de conseguir sentirse bien con ellos mismos. Incluso a veces preferimos gastar en lo innecesario por sobre lo necesario con tal de “quedar bien con la sociedad”.
Así es como el capitalismo juega con nuestras mentes, ataca nuestras debilidades y después las usa para vendernos una fácil y rápida solución a ellas. Este mismo sistema económico e ideológico, tiene tan bien estudiada la psicología humana, que se podría decir que se apodera de nuestra autonomía, haciéndola a su antojo. Él sabe muy bien que nosotros pagaremos lo que sea por satisfacer nuestras “necesidades”.
Aquí los medios de comunicación juegan un papel muy importante, porque ellos son el instrumento por el cual nos manipulan. Los medios emplean ciertas estrategias de publicidad donde nos muestran frases como: “si lo tienes, tu vida cambiará”, “te verás mejor” “serás la envidia de todos”.
Gracias a los estereotipos creados por nuestra sociedad, nos dejamos atrapar por esta publicidad, otorgándole nuestra libertad de pensamiento.
Sé que muchas personas me señalarán el hecho de que en las sociedades modernas cada uno de nosotros elige dónde comprar, qué comprar, qué leer y qué pensar, que uno decide vestir como se nos da la gana o vivir a su entera voluntad. Piensan así que cada uno de nosotros tenemos realmente la última palabra en cuanto si adquieren o no un producto. Muchos dirán que no son víctimas de los estereotipos, que ellos están más allá de “ser del montón”, que compran sólo lo que necesitan; con todo, la uniformidad de maneras de vestir, la semejanza de gustos, la ausencia de pensamiento crítico, me hacen pensar que esa supuesta libertad es una quimera.
Por otra parte, lamentablemente el capitalismo como sistema económico no es el único que nos quita libertad, ya que al analizar nuestra forma de gobierno, podemos observar la manera en que nos reprime. El supuesto sistema político que nos rige es la democracia, que lo entendemos como “el gobierno del pueblo”, es decir, que el pueblo de alguna manera dirige a sus gobernantes, brindándonos así el derecho a votar. Según la democracia “la mayoría gana” así que esto me hace preguntarme: ¿Si la mayoría gana, entonces qué pasa con el resto? ¿Es imposible que haya libertad para todos?
Tal vez este dilema sea difícil de resolver, pero lo único que puedo decir es que a mí no me parece que esto promueva la libertad como se dice, para muchos la democracia no es más que una la dictadura que uno mismo elige.
De esta manera se puede entender la inconformidad en el mundo. Nuestras supuestas decisiones no son más que la victoria de un pueblo que nunca tiene una cara definida. Para que nuestra voluntad sea tomada en cuenta, tenemos que ser parte de esa “mayoría” que siempre sale victoriosa, tenemos que aceptar la uniformidad con la mayoría. ¡Qué lástima! La libertad no debería ser cuestión de suerte o de apegarse al rebaño.
Según Octavio Paz: “Una nación sin elecciones libres, es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos”, yo pienso que es verdad, sólo que a nosotros nos dicen hacia qué dirección hablar y mirar, esas “elecciones libres” de las que habla, sólo se dicen así porque tienes cierta libertad para elegir a gobernantes que ya están predeterminados para que sólo elijamos a uno.
Tal vez si comparamos a la democracia con algún otro sistema político como la dictadura, muchos creerían que tenemos una libertad absoluta, porque puedes involucrarte en ciertas decisiones del Estado cuando antes tu voz nunca era escuchada o tomada en cuenta, o me dirán que hoy al menos hay una mayoría de la población que sí se toma en cuenta.
Pero no, no se trata de comparar si a nosotros nos impusieron la democracia como sistema político entonces creo que no deberíamos catalogarnos como una nación libre, no es cuestión de que tomen en cuenta a la mayoría y a otros no, todos tenemos derecho a ser tomados en cuenta, la libertad no debería ser sólo para unos cuantos o para la mayoría.
En conclusión creo que el concepto de libertad no es lo que nos han hecho creer, los sistemas políticos y la economía han distorsionado este significado.
Puede ser difícil pensar que simplemente al ir de compras nos estamos atando una cadena, pero es así, somos presos del consumismo. Nuestro problema es que creemos que lo que la mayoría diga es lo que está bien y por eso nos vemos envueltos en esta situación, bajo este pretexto accedemos a transferir a otros nuestra libertad, sólo para “vernos bien” para evitar quedar fuera del rebaño, para no aceptar nuestra propia responsabilidad y para evitar asumir la dolorosa conciencia de tomar las riendas de nuestras vidas y con ello evitamos darnos cuenta de lo que somos.
Bibliografía
Marcuse, Herbert. (1992). El hombre unidimensional. Planeta Agostine: España.
Kaczynski Theodore. (1995). Manifiesto del Unabomber. En https://sites.google.com/site/elrelatopoetico/documentos-e-informes-raros-y-curiosos/manifiesto-de-unabomber-la-sociedad-industrial-y-su-futuro-por-f-c