Juventud y crisis de valores morales

Cecia Evelyn Gutiérrez Solís

Módulo Atequiza de la Escuela Regional de Educación Media Superior de Ocotlán

Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2020
Asfixiada | Sergio Toscano Aceves. Preparatoria Regional de El Salto

Resumen

Los valores morales están en crisis, porque la mayoría de padres en nuestra sociedad actual no han puesto como principal prioridad el inculcárselos a los jóvenes. La falta de valores ha hecho de los hombres y las mujeres, seres humanos contaminados y corrompibles. La praxis de valores ha dejado de inculcarse en las familias, por ende, entre las personas no los viven ni transmiten de generación a generación. Estamos viviendo una realidad en que la mayoría de  jóvenes vivimos al borde de un desastre moral.
            Desafortunadamente, el hombre utiliza los valores para su beneficio personal, convirtiendo estos en subjetivos, ocasionando que los  jóvenes sean rodeados e influenciados por adultos deshonestos, agresivos, intolerantes, petulantes, sin dominio propio e insolentes; trayendo consecuencias devastadoras, por ejemplo: la toma de decisiones erróneas y malas actitudes, como tener relaciones sexuales a temprana edad e irrespetar la autoridad, ya sea civil, escolar o familiar.

Palabras clave: Crisis, defensa, inmoralidad, antivalores, valores.

Muchos ya no siguen los sueños y valores de sus padres, sino que absorben todo lo que ha sido distorsionado por una sociedad y cultura enfermiza, la cual los lleva a la inmoralidad. El gobierno afirma que la solución es una mejor educación, dice que con más programas preventivos la sociedad mejorará. Los educadores opinan: la solución es más dinero, si invertimos más dinero en nuestras escuelas, formaremos mejores niños. Los activistas creen que la solución es la impartición de justicia, declaran que debemos erradicar la injusticia y la opresión. Otros sugieren que necesitamos más policías, castigo corporal, más cárceles, oportunidades de empleo, más programas sociales. Muchas de estas posibilidades son buenas pero al sólo enfocarse en los síntomas se queda corto y no resuelve la crisis en la que están los valores morales. Nuestro problema es mucho más profundo que la fácil disponibilidad de armas o drogas; desafía a los programas preventivos y las soluciones sociales. Este es un problema que no se solucionará nunca a menos que identifiquemos su origen y tratemos sus causas. Debemos profundizar, mirar más allá tratando las causas fundamentales. Los valores se construyen por el principal agente social: la familia. Por lo tanto, los jóvenes deben ser educados con la mejor aplicación de la enseñanza sobre los valores desde casa; para forjarles estos de manera que no sean tan fáciles de ser influenciados por lo malo y de esta forma se evitan embarazos no deseados, abortos, violaciones y asesinatos, los cuales se viven, en nuestra sociedad actual. La sociedad en la que vivimos se ha encargado de confundir a los jóvenes por medio de la cultura. Como resultado, aceptan falsificaciones acerca de la verdad, la justicia, el amor y el dominio propio por causa de las nuevas ideologías que han surgido en la sociedad y cultura actual.


Pero ¿por qué los jóvenes están aceptando falsificaciones? Porque están viendo sus opciones a través de lentes defectuosos; han aceptado una perspectiva relativista de los valores y no les permite ver la diferencia entre lo bueno y lo malo, entre lo falso y lo auténtico. De acuerdo con el filósofo y escritor Josh McDowell (2011) “muchos de los jóvenes creen que se puede justificar el hecho de mentir a un padre, que el engaño les puede ayudar a salir adelante o que el robo les puede ayudar a vengarse”.
Pero dirá usted: “¿no se dan cuenta de lo equivocados que están o del dolor que ocasionan?” No, la mayoría de ellos no se da cuenta, porque desde su punto de vista todo es negociable. Si las circunstancias lo exigen, piensan que sus acciones se justifican. De acuerdo con el escritor Bob Hostetler (2011) “piensan y viven en base a una perspectiva distinta, una perspectiva que considera las acciones buenas y malas algo dinámico y cambiante”. Pero esta forma de pensar les engaña, haciéndoles creer que las decisiones malas son “buenas”. De acuerdo con el filósofo y escritor Josh McDowell (2011) “en consecuencia, aceptan lo falso, y piensan que están consiguiendo lo auténtico”.
La mayoría de las falsificaciones que ellos aceptan ofrecen “beneficios” inmediatos, mientras que las decisiones correctas parecen ofrecer beneficios a largo plazo. Los antivalores se presentan en paquetes muy atractivos en nuestra cultura e incluyen una satisfacción de promesa inmediata. Por otra parte, las decisiones correctas (los valores morales) frecuentemente requieren posponer la satisfacción inmediata y esforzarse más para alcanzar los beneficios a largo plazo. Por eso tantos optan por los antivalores morales, porque ofrecen gratificación instantánea. De acuerdo con el escritor Chip Ingram (2015) “demasiados jóvenes están sufriendo consecuencias de haber escogido sustitutos dañinos”.
Josh McDowell escribió en uno de sus libros:
 
Hace tiempo una adolescente llamada Mónica escribió una carta poética pero devastadora. Decía:

“Las relaciones sexuales me han dado las emociones más solitarias que he vivido. Me han dado el temor como regalo y la vergüenza como vestido. Me han cegado los ojos con falso amor y me han dejado una profunda herida en el corazón…”

(2015).


 
Los jóvenes quieren lo auténtico. Necesitan adultos con valores morales. Ellos buscan confidentes para sentirse escuchados y comprendidos. Desde lo profundo de sí mismos piden consejeros con valores objetivos para poder ser guiados a todo lo que es correcto. Quieren el sentido de protección, de amor, paz y justicia. Necesitan adultos que los motiven a tener dominio propio.
No estamos impotentes para contrarrestar los valores inmorales de la sociedad y la cultura, y comenzar a cambiar nuestro mundo. Después de todo podemos inculcar valores en los jóvenes en medio de una “generación malvada”. Podemos contrarrestar a la sociedad y reforzar los cimientos derrumbados de los hogares. Podemos enfrentarnos a la locura de una sociedad que se revela contra Dios. A pesar de que la defensa de estos no será fácil, sí vale la pena; pero ¿por qué se revela contra Dios? ¿Cómo enfrentarlo? ¿Cómo defender los valores en medio de una generación que todo corrompe y distorsiona? No es complejo, aunque es extenso. Toda esta sociedad actual se revela contra Dios porque ha  distorsionado el orden en que creó las cosas. Ha corrompido a la humanidad, especialmente, a los jóvenes. Ha causado la pérdida de  identidad e integridad. Provocó la búsqueda en lugares equivocados. Motivó a  seguir pasiones perversas. Les dejo un vacío tan profundo que los llevó a la depresión. Destruyó miles de familias. Estoy segura que podemos esmerarnos en hacer lo que es bueno, agradable y correcto. Insto a los padres de familia que no tengan miedo de corregir a sus hijos.
Los jóvenes quieren hacer lo que es correcto, quieren obedecerlos y amarlos. Padres: no se sientan intimidados, nadie nace con el conocimiento de saber hacer las cosas de manera perfecta. En esta sociedad siempre habrá personas que querrán seguir estancadas, vivir mediocremente. Sin embargo, hay esperanza. Los valores morales son indispensables para que los jóvenes puedan ver más allá del presente. Los valores les harán entender que su designio es cósmico, es mucho más vasto, es eterno. Es cierto, somos seremos humanos con la capacidad de razonar, así que, razonemos y apliquemos los valores en casa. Practíquenlos todos los días en su vida cotidiana e inculquen a través de su ejemplo como padres.  De acuerdo con el escritor y líder Lucas Leys, “Dios creó en nosotros la capacidad de razonar” (2016).
Al poner en práctica el razonamiento para aplicar los valores no se trata de querer, sino del hacer. Dios nos dio voluntad para hacer las cosas. Padres: tengan la voluntad de aplicar los valores en sus jóvenes. Jóvenes, no todo es pragmático, hay cosas que se logran con sacrificio y este trae resultados a largo plazo. No vendan su identidad e integridad como algo barato, no escuchen a la sociedad ni a la cultura, tampoco se amolden a ella. Sean diferentes, honren a sus autoridades, protejan a los indefensos, sean agradecidos, honestos, responsables, respetuosos, amables y sabios. Piensen a futuro y esmérense por dar un mundo lleno de buenos valores a sus hijos y nietos. En fin, esto no sólo es un beneficio a largo plazo, los valores morales nos harán madurar como seres humanos. Quejarnos no ayuda en nada; recuerda: hay tres tipos de personas: los que no saben qué está sucediendo, los que ven suceder las cosas y los que hacen que las cosas sucedan. Es difícil no compararnos con otros y decir que hay personas peores, lo auténtico consiste en enfocarnos en Dios y no en quienes nos rodean. Aún quedan generaciones con integridad, personas quienes inculcan a su descendencia (hasta la cuarta y quinta generación) los valores; ellos no son el ojo del público, no son reconocidos ni admirados ni idolatrados; son personas como tú que decidieron ser antisociales, firmes, sabios.
Los exhorto a no rendirse, perseverar con amor, paciencia. Sigamos ejemplos de virtud, integridad, dominio propio, templanza y sabiduría. Es cierto, estamos siendo bombardeados por todo tipo de inmoralidad; sin embargo, que la mayoría haga una cosa o esté de acuerdo con algo no significa que sea correcto. Aprendamos a distinguir entre lo bueno y lo malo, somos responsables de nuestras propias vidas y no las ajenas a nosotros.

Bibliografía

Ingram, C. (2015) Choque Cultural. El Paso: Mundo Hispánico.
Leys, L. (2006). No me metan en la bolsa. Buenos Aires: Mundo Hispánico.
Mc. Dowell, J. (2011) ¿Es bueno o es malo? El Paso: Mundo Hispánico.