Introducción

Lara sostiene que nuestras experiencias del mundo residen en la lengua, dirigido maravillosamente al equívoco, que heredamos y actualizamos entretanto es usada. ¿Qué es la poesía sino lengua, sistema que nos habita cada que lo ejecutamos por medio de la voz? Dentro de las implicaciones de lo que constituye el ser, repudiamos aquello en donde nos vemos reflejados. La poesía no es sino eso que nos rodea, satisface y vivifica en tanto que somos lanzados a un mundo colmado de suplicio.

Creemos que las palabras son construidas a partir de reglamentaciones clásicas y expresan puramente sentimientos bucólicos, épicos o románticos, enmarcados en una línea del tiempo reconstruida y memorizada por nosotros mismos. Sin embargo, en las palabras se encuentran las vivencias del mundo, el vocablo que en medio del silencio se agita para devenir en grito.

En este número de Vaivén, almas viejas en cuerpos lozanos advierten sobre ser humano: de la desesperación por la compañía, de nacer en ausencia del padre, de las injusticias que inocentes pagan por los impunes; de lo lúdico, lo profano, de la desolación, la corporeidad astrológica, la traición, la persistencia, la resignación y la identidad.

En la lírica externamos eso que nos conforma y reconstruye, que nos repele y atrae, que nos vuelve dóciles e indómitos a la vez. En la lírica nos descubrimos.

Esta generación nos enseña aquello que repelíamos, por temor o por ignorancia.

 Patricia Lizeth Juárez Silva*

*Estudiante de Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Ha colaborado en programas como correctora de estilo y en congresos como ponente. Actualmente está interesada en cuentos de lo fantástico, lo siniestro y el horror, así como en la memoria dentro de la literatura.