Santiago Paul Aguayo Castillo
Preparatoria 15
El escenario se vuelve viejo por cuanto se ha contado encima suyo: los senderos infinitos se contraen y dejan de serlo, los perros furiosos caen y quedan muertos, los árboles ya no suponen abrigo apto para las inclemencias nocturnas del duelo. Dos, tres, cuatro, infinitas historias se narran paralelas porque el tiempo es indistinguible a los ojos de cobre; se mezclan la utilería, las luces y las vivencias. Se confunden la mente inquieta con la espalda desecha, los pasos al borde de la fuente con las blasfemias profesas, el negativo que expone un suceso traumático con la luna que rinde socorro a quien la busca por fuera de los barrotes blindados, el andar en círculos de a quien la indecisión lo trae domeñado con el de un desaparecido más que, a la muerte y resurrección de la estrellas, por fin habrá vomitado.