Si estás en todo,
estás mal distribuido.
¿Qué parte tuya corresponde
al mundo onírico?
¿Qué parte al olvido?
No eres ni fuiste lo que cuentan,
me hallé en ti, siendo poeta y artesano
alfarero, agricultor y curandero
y me absorbes el alma
cuando pregunto qué eres.
Un ojo tuyo rompe en llanto,
pierdo la fe en tu decreto
y te retomo como inicio.
Quizás porque no busque nada más,
porque la verdad no sea sino veneno.
Mientras te encuentro
bailo con lobos.
Todos ellos, llenos de éxtasis,
tienen algo entre las patas; conspiran.
Y vendrá una máquina a moverles la montaña
y con ella, el remedio de su fe:
—el sustituto.
Karen Andrea Sánchez Orozco
Preparatoria Regional de Tepatitlán