Arleth Estefani Gutiérrez Guerrero
Preparatoria 9
Y mientras ella miraba con ojos de mil demonios, encendida por dentro, temblando por fuera, sentía su corazón bombear la sangre, la sentía correr por sus venas. Con un toque de escalofríos, tomó la navaja y se dejó llevar por las voces del viento mientras transcurría la soledad de la noche. Volteó hacia atrás antes de seguir con el último paso y encontró al ángel que tanto buscaba. La neblina de su mirada se empezó a esfumar y sus labios comenzaron a danzar entre los mil sabores de la boca de aquella criatura. No sabía si cometía sacrilegios, solo sabía que aquella pequeña persona le devolvió el aliento de fuego.