Daniela Alejandra Naveja Zaragoza
Preparatoria 4
Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2019
RESUMEN
La eutanasia es un concepto que causa gran polémica, ya que se trata de un proceso que lleva a una persona gravemente enferma, sin esperanza de cura, a la muerte. Ese proceso busca cumplir la voluntad del paciente al terminar con su vida y, así, de esa manera terminar con su dolor y sufrimiento.
Quienes se encuentran a favor consideran que es una manera de liberar los enfermos desahuciados que ya no tienen más que desdicha en sus vidas. Por otra parte, quienes están en contra creen que se le puede considerar homicidio, puesto que sólo se debe esperar una “muerte natural” y consideran que adelantar la muerte de una persona es un acto inmoral, aunque implique sufrimiento para el enfermo. Lo que nos lleva a las siguientes interrogantes: ¿es moralmente lícito permitir el dolor y agonía de una persona cuando se puede hacer algo para terminar con éste?, ¿la vida a base de dolor sigue siendo vida?, ¿estamos obligados a vivir o podemos decidir en qué momento dejar de hacerlo?
Palabras clave: Muerte digna, suicidio asistido, encarnizamiento terapéutico, eutanasia.
La muerte es más universal que la vida. Todos morimos, pero no todos vivimos.
Sachs
Existen dos maneras de expresarse sobre la eutanasia: a favor, como lo expresaré en esta ocasión y en contra. Puesto que la eutanasia es un concepto que causa gran controversia e incluso escándalo en nuestra sociedad, considero que primero debemos saber su significado.
Este término proviene del griego eu (que significa bien o fácil) y thanatos (muerte), por lo que etimológicamente significa “buena muerte”. También se le define como adelantar la muerte, a solicitud consciente, de una persona que se encuentra en gran tormento debido a una enfermedad incurable, ya sea mediante el uso de fármacos que resultan letales o mediante la suspensión del tratamiento médico que tenía y de su alimentación por cualquier vía.
La eutanasia y el suicidio asistido, a pesar de ser conceptos muy similares, no son lo mismo. En el caso de este último, se le proporcionan los medios necesarios para suicidarse, pero es el paciente quien voluntariamente termina con su vida.
Dado que al hablar de la eutanasia es inevitable tratar el concepto de la muerte, daré una breve opinión enfocándome en la relación que tiene con el tema central. Y es que está tan mal vista que se le considera algo negativo a pesar de que es un proceso completamente natural e inevitable. Siempre se le asocia con dolor, tristeza y sufrimiento, pero hay casos en los que es lo contrario, ya que para algunas personas es la manera en que finalmente pueden encontrar libertad, paz y tranquilidad, como lo es para aquellos pacientes que solicitan llevar a cabo ese procedimiento y buscan terminar con una vida llena de pena.
Eso nos lleva a las siguientes interrogantes: ¿se debe preferir aliviar los dolores o prolongar la vida?, y ¿tiene el ser humano derecho a decidir sobre su propia muerte? En respuesta a ambas preguntas, considero que cada persona tiene derecho a decidir sobre el final de su vida, es una decisión muy personal, puesto que el mayor afectado es el individuo que decide, sólo él sabe el dolor que lo atormenta y si es capaz de soportarlo o no, por lo tanto, él debe elegir entre seguir viviendo lleno de sufrimiento o aliviar el dolor, aunque eso signifique el fin de su vida, y todos debemos respetar su decisión. Así como lo expresa Singer:
No seremos capaces de abordar convenientemente temas básicos como la muerte, el aborto, la eutanasia o los derechos de los animales hasta que no nos olvidemos de la vieja moral y construyamos una nueva, fundamentada en la compasión y el sentido común”
(Singer, s. f).
Ya que no es compasivo obligar a alguien a vivir para sufrir cada día y carece de sentido hacerlo, por eso se debe dejar la vieja moral y continuar con la nueva, una llena de libertad, compasión y empatía.
¿Acaso vivir lleno de infelicidad, pena y desgracia debe ser considerado vivir? Cuando ya no se le encuentra sentido alguno, ni es posible pensar en motivos para continuar; cuando los momentos de agonía superan a los de dicha, ¿no es más humano terminar con el martirio del ser que poco a poco agoniza de una manera lamentable?
A mi parecer, la eutanasia es una práctica piadosa que permite tener una muerte digna y evita dolor a un enfermo quien inevitablemente es infeliz día a día. Pero aún no es aceptado porque gran parte de la sociedad le considera inmoral e incluso hay quienes le llegan a llamar homicidio. Así como se menciona en Cuando la vida ya no es vida:
Sin embargo a nuestra sociedad, contradictoria a más no poder, le parece ‘normal’ mandar a los sanos a la guerra a una muerte segura y a los enfermos en fase terminal, que padecen un mal crónico e irreversible, sufren horrores y piden a gritos la muerte, negársela y obligarles a vivir, si es que eso es vivir, que más bien es sólo prolongar su agonía
(Behar, 2008).
Con lo cual estoy completamente de acuerdo, ya que no me parece humanitario condenar a alguien a que viva una vida llena de dolor, sufrimiento e infelicidad y que no puede hacer nada para evitarlo.
Por eso la eutanasia me parece una vía a considerar cuando se busca defender la integridad del individuo mediante una muerte digna que se produce con todos los alivios médicos adecuados y los consuelos humanos posibles.
La experiencia moral se origina en la conciencia de que somos libres para realizar unas posibilidades u otras. Ahora bien, cada posibilidad tiene para el ser humano un valor diferente que suscita preferencias y rechazos. Y siempre pretendemos lograr lo mejor o lo menos malo
(González, 2012).
Y entonces, si buscamos hacer lo menos malo, ¿es justo obligar a alguien a vivir sufriendo a pesar de que sus deseos sean lo opuesto? Yo no lo creo así, dado que esto no traería ningún beneficio.
No creo que sea legítimo forzar a vivir a alguien cuando la vida es un derecho, no una obligación. Es por eso mismo que, desde mi perspectiva, el Estado no tiene la facultad de decidir sobre la muerte de los sujetos que lo componen, pues de ser así, podría decidir terminar con la vida de un individuo a pesar de que éste no lo quisiera.
Aun así, una gran parte de la población objeta que no es un procedimiento moralmente acertado, que se debe proteger la vida a todo costo y hasta van al extremo opuesto que sería el llamado encarnizamiento terapéutico, el cual es un tratamiento desproporcionado que no ayuda de manera significativa la condición del enfermo y además empeora su calidad de vida, prolongando su agonía, lo que me lleva a lo mencionado en Bioética en ciencias de la salud:
Además nos sentimos autores y responsables de nuestros actos y de los resultados que provocan. El comportamiento moral, entonces, es la búsqueda consiente y la realización libre de lo mejor que puede realizarse, junto con un sentido de responsabilidad por todo ello
(González, 2012).
Hablando de aquellos que se oponen a la práctica de la eutanasia, hay personas que intentan darle justificación a su negativa hablando de “eutanasia sin consentimiento”, lo cual me parece un concepto completamente erróneo, ya que en la eutanasia se le da fin a la vida de alguien por su petición, así que podemos decir que la eutanasia sin consentimiento es inexistente.
Por lo tanto, la eutanasia no es mala, es un proceso que permite evitar el dolor de alguien cuando ya no se puede hacer nada más para detener su agonía, como es la situación de los enfermos que tienen enfermedades incurables, en cuyo caso lo mejor que puede hacerse es ser empático, pensar en el dolor del prójimo y la manera para evitarlo, respetar y cumplir sus deseos; de hacer lo contrario sería un acto de suma crueldad. Alargar la agonía y el pesar de una persona, así como hacer caso omiso de su voluntad, es en realidad lo que resulta inmoral.
“El espíritu libre vivirá sin amedrentarse por la muerte o la tragedia, tratando de superarse una y otra vez, bajo una actitud de pleno amor a la fatalidad (Nietzsche, s. f.) Basándonos en lo dicho por Nietzsche, estoy de acuerdo en que todos debemos amar la vida y tratar de superarnos día con día. Sin embargo, cuando una persona pierde el amor a la vida y vive sumida en el dolor, lo más compasivo es respetar su decisión, aunque eso conlleve el final de su vida, ya que sólo de esa manera será un espíritu libre.
Bibliografía:
Anónimo. (s. f.) “¿Qué es bioética?” Consultado en: http://www.conbioetica mexico.salud.gob.mx/interior/queeslabioetica.html
Anónimo. (s. f.) “Eutanasia, muerte digna, suicidio asistido ¿Cuál es la diferencia?” Consultado en: https://www.elmundo.es/sociedad/2015/ 10/01/ 560d2c93ca4741da2a8b4579.html
Behar, D. (2008). Cuando la vida ya no es vida ¿eutanasia? México: Pax.
Cúneo, D. (s. f). “El encarnizamiento terapéutico”. Consultado en: https://www.sap.org.ar/docs/congresos/2013/humanismo/presentaciones/cuneo_oencarnizamiento.pdf
Nietzsche, F. (s. f). Consultado en: https://www.filco.es/nietzsche-amar-la-vida/
Sachs, A. (s. f). Consultado en: https://www.marco-russo.com/diario/la-muerte-es-mas-universal-que-la-vida-todo-el-mundo-muere-pero-no-todo- el-mundo-vive-a-sachs/
Sánchez, S. (2012). Bioética en ciencias de la salud. Madrid: Elsevier Masson.
Singer, P. (s. f). Repensar la vida y la muerte. Barcelona: Paidos.