Guillermo Saúl Iberri Enríquez
Preparatoria de Jalisco
Resumen
Este ensayo tiene el principal propósito de demostrar cómo el ciudadano promedio del siglo XXI se rige no por sus decisiones sino por los intereses de la sociedad, dando como resultado individuos que son incapaces de ejercer su libre albedrío de una manera íntegra y completa y el por qué esto es un claro ejemplo de deshumanización en nuestra sociedad, la sociedad del siglo XXI no busca el bienestar de las personas, sino que solo busca el producir y consumir de manera constante e ininterrumpida acosté de cualquier individuo
Palabras claves: sociedad, libertad, trabajo, humanidad, automatización
Como individuos de la sociedad actual gozamos de muchas libertades, como por ejemplo ir a donde queramos, estar con quien queramos y hacer lo que queramos, ¿pero es esto siempre así? Podemos hacer esto cuando deseemos o solamente cuando nos den la libertad de hacerlo, y más importante aún ¿quién nos da la libertad de hacerlo? ¿Somos nosotros o alguien más? Todo esto me lleva a la siguiente pregunta ¿Es realmente la sociedad del siglo XXI libre? Según Platón “la libertad está en ser dueños de la propia vida” entonces, ¿se podría decir que el hombre no es realmente libre? En la sociedad actual se sufre de la mecanización del hombre, este concepto deriva de la deshumanización lo cual quiere decir que al ser humano se le retiran características, acorde a este y se le agregan otras características ajenas al mismo como bien podrían ser los de una máquina o un animal. Nuestra sociedad actual sufre de esta nociva conducta por parte de múltiples entidades laborales de diferente índole, la sobreexplotación del trabajador tratándolo como si fuera una máquina sin sentimientos, propósitos y objetivos, la poca empatía de las empresas, hace que estas menosprecien e incluso no tomen en cuenta las libertades de sus empleados, es una cosa que con el paso del tiempo se ha ido normalizando he incluso glorificando, es menester entender que estos comportamientos se dan en gran parte de los ambientes laborales y por no decirlo de otra forma en casi todos, así que si, la sociedad del siglo XXI no es libre al ser esclava del sistema que ella misma perpetua por medio de sus acciones al igual que de su nula conciencia al trabajar ciegamente por y para entidades de mayor fuerza, “La sociedad del siglo XXI ya no es disciplinaria, sino una sociedad de rendimiento”(Han,2010, la sociedad del cansancio). Pero esto va más allá de la sobreexplotación de los trabajadores, esto va más dirigido a la falta de empatía y la automatización que se va generando en torno a este tipo de ambientes al igual que los problemas que estos acarrean en la sociedad, una persona que deja de ser considerada como un ser humano siente eso mismo, que ya no es un individuo, que simplemente se ha vuelto un objeto más en este mar convulso y caótico que llamamos sociedad, esto desemboca en una variedad de problemas y complejos para el individuo en cuestión, como por ejemplo estrés, ansiedad, depresión, insomnio entre muchos otros “Un estudio de la OIT acerca de las políticas y programas de salud mental concernientes a los trabajadores de Alemania, los Estados Unidos, Finlandia, Polonia y el Reino Unido muestra que la incidencia de los problemas de salud mental está aumentando, hasta el punto de que uno de cada diez trabajadores sufre depresión, ansiedad, estrés o cansancio, que en algunos casos llevan al desempleo y a la hospitalización.”(Organización Internacional del Trabajo [OIT], 2000)
El estar en una sociedad laboral tan frenética e imparable hace que la mayoría de las personas no se preocupen por su salud ni física, ni mental, incluso llegando al punto de ir en condiciones de malestar con tal de no perder un día de trabajo, ya que en consecuencia estos se verían con recortes en el sueldo laboral que los cargos superiores les impondrán, y esto demuestra una vez más que las empresas no ven al hombre ni a la mujer como personas, sino simplemente como un par de manos obligadas a trabajar por la necesidad monetaria de una empresa, por el deseo de una productividad incesante que pueda sostener el peso del consumo materialista de la sociedad contemporánea de la que irónicamente formamos parte, y esa también es otra parte de suma importancia para entender el fenómeno de la mecanización y la sobreexplotación laboral, es necesario entender que muchos individuos buscan a través del trabajo ganar la tan preciada recompensa monetaria no solo como una necesidad sino como una recompensa que puede hacerlos felices, pero como bien es sabido la felicidad es relativa, ya sea porque una persona se puede ir de viaje, puede comprar el último modelo de celular en el mercado o satisfacer el gusto que sea, todo esto solo conduce a una necesidad más, a volver a repetir los círculos viciosos de trabajo, paga y finalizar con la recompensa solo para que siga así, y si bien podría sonar como un comportamiento natural de la sociedad esto no es nada más que la mecanización en su máxima expresión, esto es por qué la sociedad es víctima de la sociedad y por qué el no trabajar en exceso para muchos es sinónimo de no tener lo que se desea, incluso si es a costa de tu salud, tiempo y estabilidad mental.
De esta manera vemos el panorama completo, vemos como el humano mecaniza al humano dándole complejo de máquina para luego rebajarlo a ser un esclavo más del programa laboral, un programa frío, inhumano con el único propósito de satisfacer a la sociedad para que esta misma pueda cumplir su meta de satisfacer al sistema laboral, es un ciclo de trabajo que se basa en el consumismo, en el deseo y en el desgaste para conseguir lo que se anhela “La sociedad de trabajo y rendimiento no es ninguna sociedad libre. Produce nuevas obligaciones. La dialéctica del amo y el esclavo no conduce finalmente a aquella sociedad en la que todo aquel que sea apto para el ocio es un ser libre, sino más bien a una sociedad de trabajo, en la que el amo mismo se ha convertido en esclavo del trabajo. En esta sociedad de obligación, cada cual lleva consigo su campo de trabajos forzados.” (Han ,2010, la sociedad del cansancio)
Es por eso que la sociedad en la que nos encontramos hoy en día no es una sociedad que nos da un libre albedrío o una libertad como tal, no es una sociedad que se base en el bienestar de sus ciudadanos ni tampoco que se preocupe por los mismos, es una sociedad que posee el único propósito de sostenerse a sí misma con la fuerza del trabajo y con el consumo ingente y descuidado de sus insumos, mientras nos vende la falsa idea de libertad, porque al final del día la mejor prisión es la que no parece una y la sociedad actual con todos los beneficios que implica vivir en ella es eso, una prisión que mecaniza a sus individuos haciéndolos carentes de todo ápice de autonomía más allá de lo que la misma sociedad quiere que piensen, sientan y hagan.
No cabe duda que estamos en presencia de una sociedad de producción, consumo automatización y que sobre todo es incapaz de ser totalmente empática, estamos en presencia de una sociedad que ha olvidado todo remanente de verdadera libertad y que lo ha suplantado con una libertad artificial basada en el consumismo y la obtención de bienes materiales costosos para sentirnos bien con nosotros mismos mientras esta falsa libertad nos da la sensación de ser dueños de nosotros mismos cuando en verdad siempre estamos a merced de las órdenes de la sociedad laboral, cuando en verdad estamos bajo el manto opresivo de una sociedad que vigila cada uno de nuestros movimientos y castiga aquellos que se equivocan, una sociedad donde la disciplina se reemplaza por miedo, la libertad por engaño y la felicidad por una complacencia materialista insípida.
Pero ¿no hay ningún modo de volver a ser libres en esta sociedad que solo ve por los intereses materiales y no por los humanitarios? Esto solamente lo dirá la misma sociedad, el día que la sociedad recobre el verdadero sentido de la genuina libertad y de la felicidad verdadera más allá de una felicidad basada en lo material, ese día seremos una sociedad completamente libre sin ataduras ni cadenas, una sociedad que le da más importancia a su lado humano y no una sociedad que lo da todo a su artificial lado mecanizado.
Llegado el momento nuestra sociedad llegará a un punto de no retorno donde será más factible abandonar nuestra libertad, nuestros sueños y esperanzas y sucumbir al sistema de una manera abrupta y sin más opción, sin embargo, sólo si la sociedad decide liberar a la sociedad ese día jamás llegará y el ser humano podrá recuperar su humanidad, su destino y su felicidad, básicamente lo que nos hace libres y nos aleja de ser máquinas y esclavos
Bibliografía:
Han, B. (2010). La sociedad del cansancio (Spanish Edition). Herder Editorial.
Organización Internacional del Trabajo. (2000, 10 octubre) Un informe de la OIT estudia la salud mental en el trabajo enAlemania, Estados Unidos, Finlandia, Polonia y Reino Unido. Recuperado 8 de septiembre de 2022, de https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_008592/lang–es/index.htm