Me encuentro solo en la oscuridad, trabajando enfrente de un ordenador. De pronto, recibo una llamada. ¡Oh, es mi padre! Bueno, contestaré a ver qué sucede. Al momento de atender la llamada, escucho cómo mi padre me empieza a gritar por ayuda, con demasiada ansiedad y desesperación, y me menciona el lugar en el que está. Escucho sus agitadas respiraciones, y de pronto una voz de fondo que dice:
—Te he encontrado…
Escucho una risa y más gritos, por lo que recojo mis llaves y conduzco lo más rápido posible. Llego al lugar y observo un cuerpo inmóvil. De pronto, una persona dice:
—Te encontré!
Abro los ojos y aún no termino este cuento. Al parecer me tomará algo más de tiempo. ¡Oh, es mi padre! Bueno, contestaré a ver qué sucede.
Alejandro Maximiliano Romero Lamas
Preparatoria Regional de El Salto