Una cabeza es mejor que dos

Siempre teníamos que estar juntos mi hermano y yo. En nuestro cumpleaños, juntos; en Navidad, juntos; en la casa, juntos; en el cuarto, juntos; por las mañanas, en el baño, los dos siempre juntos. ¿Cómo podía soportarlo por más tiempo? El enemigo siempre pegado a mí, siempre a mi lado. Era irritante tener que compartirlo todo: la vida, la ropa, el espacio, la atención, el mismo cuerpo. Ser su siamés era horrible. No conocía ningún placer solitario. Chop-chop-chop. La masturbación a dos manos también se compartía, vaya que la compartíamos; él quería, yo no quería, yo quería, él no. Yo-él. No. ¿Por qué no podía ser sólo yo?

Fenómeno de dos cabezas, dos mentes y un solo cuerpo. Un solo miembro, justo eso era lo peor. Así me vi obligado a hacer lo más sensato y humanamente posible: le apuñalé el ojo mientras dormía y después arranqué su cabeza. Hoy soy un joven ordinario, bueno, eso me dice él. Ya no lo veo pero lo escucho perfectamente. Sigue a mi lado. Me dice que soy un joven normal, tal como yo lo quería. Me lo dice justo hasta que llega la enfermera que me pone las inyecciones para que mi hermano se calle por el resto del día. Y me quedo en mi cuarto blanco, en mi cama blanca, con mi mente vacía y mis amigos normales en la quietud de nuestro blanco hogar.

 

Juan Luis González Hernández
Preparatoria 12

¿Quién soy?, Paulina Dueñas Cambero, Preparatoria Regional de EL Salto

¿Quién soy?, Paulina Dueñas Cambero, Preparatoria Regional de EL Salto

Amanuenses Un plugged

I

Hasta este momento la aplicación de Google maps no nos puede llevar por la geografía trashumante de un poema, es preciso seguir con la generosa tradición de nuestros antepasados de tocar con la mirada las palabras abotonadas en los pliegues de las hojas. Leer un poema es afinar las cuerdas de las letras, darle una entonación en la escala cromática del verso, hacer síncopa del tendedero lingüístico colocado cuidadosamente en el renglón.

Escribir poesía es continuar con la melodía, expandir su canto, unirte al coro lunático. Es necesario salvaguardar la flama lírica para quien llegue con su antorcha la encienda y vaya alumbrando los pasillos en los rincones del párrafo.

Quien lee y escribe poesía, tiene dentro de sí una orquesta que le permite oír lo que el mundo le canturrea.

II

Los amanuenses se confabulan en esta edición de vaivén, en el ondulante viaje liberan burbujas de tinta fresca y su peculiar aroma a cocina literaria. Nos comparten su andar en los andamios de la poesía, la evolución del manuscrito rondando las páginas de este número. Los copistas abren sus crayones: José Miguel González Valdivia, María Guadalupe Haro Iturriaga, Noemí García Magaña, Mariana Aseret Eguiluz, Luz Evangelina Magaña Carranza, Karina Naidelyn González Govea, Cecilia Jacqueline Navarro Méndez, Lilo bukowski4, Valeria de la Torre Solís, Yaneth Virgen Jiménez, Adolfo González, Leamsi Abigail Cortés Barth, Jhovana Itzel Aguilar Jiménez. Todos ellos con unas ganas inmensas de iluminarnos los párpados.

Alejandro Martínez Zapa.

Docente de la preparatoria N 18 de la Universidad de Guadalajara en las áreas de lengua y literatura y música. Fundador de Ediciones Arlequín (1994) Fundador del tianguis cultural de Guadalajara (1995).
Es autor de los libros de poesía: No comas ángeles, Tragacanto, Mester de Grafito, los funerales del espantamusas.
De cuentos: Los evangelios de las tribus urbanas
Ha presentado  su obra e impartido ponencias sobre poesía en:
Valdivia Chile, Medellín, Bogotá Colombia, Quito Ecuador, Lima Perú.

Yo existo

Existo en los “hubiera”
que se acumulan en mi cuerpo
y en los recovecos que forman mi anhelo,
que ahí se quedan, estancados,
nadando en los pantanos que nacieron
de los recovecos de mi cuerpo,
donde abunda todo lo que pienso
y todo lo que no expreso.

Existo de los planes que en eso se quedaron:
en planes; existo de la montaña lejana
que quise escalar y, sin embargo,
sigo aquí abajo.

Existo de las palabras de amor
que contraje en mi garganta,
obstruí su camino hacia el exterior,
se volvieron ceniza en mi boca
y las escupí, carbonizadas,
muertas y ya sin forma.

Soy todas las lágrimas que me tragué,
que se acumulan aquí dentro
formando un reguero;
soy todos mis gritos de furia,
de dolor y de angustia
que me raspan el estómago
y se deshacen en migajas
sin nunca haber visto la superficie.

Existo de los abrazos que nunca di,
de los momentos perfectos
que llegaron, no aproveché y se fueron,
se apartaron y cuando alcé las manos
para atraparlos, ya estaban muy lejos.

Existo de las miradas secretas,
sólo miradas calladas que no son nada;
de las sonrisas que me guardé,
de las aventuras que me perdí;
existo de todo eso que desperdicié,
que dejé marchar y reprimí,
que se convirtieron en “hubiera”
que colgué en un tendero
y ahora se agitan al viento
tristes, arrepentidos y marchitos.

¿Es tarde?, me pregunto.
¿Es tarde para cambiar?, me grito
hasta que el espejo de mi alma
se fragmenta en pedazos incontables,
hasta que titilan todas las luces
y se apagan, hasta que la pena
se convierte en un torbellino y me traga,
me absorbe entera, hasta que incurre
la noche difusa que me pone enferma
y duermo, duermo, duermo,
viene el amanecer que me agrieta el alma
y existo, existo, existo.

Jhovana Itzel Aguilar Jiménez
Preparatoria 8

Estoy llena de vacíos. Sofía Dueñas Camero, Preparatoria Regional de El Salto

Estoy llena de vacíos. Sofía Dueñas Camero, Preparatoria Regional de El Salto

Entre crustáceos

Entre el principio de la orilla y el sin fin del comienzo.
El tropiezo, mejor dicho,
el de la piedra contra mi necia soledad…
Y es que pasas de un lado a otro
Tu marea me da jaqueca, pero me encanta navegarte y abrazar
las turbias aguas del remplazo.
Pirata
Ostia
Tu terca manía de nadar contra corriente
nos ha llevado a perdernos
a ser náufragos de la realidad, a beber agua de coco
Y a mojarnos las pestañas de piña
Me siento enredada entre algas marinas y esporas traviesas, que atraviesan
mi conciencia y cada vez me hacen más elocuente el maúllo de
las estrellas de mar.
Sin embargo, amor-coral mío, estaré  de curiosa
donde las olas revientan y las gaviotas reposan
Tengo la incertidumbre de bucear muy profundo todo ese mar
que llevas de misterio.
Quiero reflejarme en ti, acordarme de lo lindo que se mira tu cielo.
Y la verdad, con todo este alocado confesionario,
quiero besarte, quiero que me raspes y que vuelvas a doler como la última vez.
Por lo pronto esperaré otro colapso de sol
seguiré coleccionando tus caracoles
y en cada uno de ellos escucharé los misterios que escondes.

Mariana Aseret Eguiluz
Preparatoria de Jalisco

Si nos sobramos

Si hay que necesitarnos más vale que sea ahora… sin sentarnos,
porque si nos detenemos a hacerlo te darás cuenta que quiero verte ahorita.
Que podría hacerlo mañana y todos los demás días.
Si hay que tentarnos que sea en este sueño, antes de que me tengas segura y des por hecho que si no te apetezco hoy, o la semana que viene yo estoy dispuesta a esperarte el resto de mis viernes.
Y no malgastemos el tiempo en malgastarnos a nosotros.
No sé cantar pero no importa, tampoco me sé ninguna canción… no nos perdemos de nada, ni yo de tu horario semanal ni tú de cómo preparo el café, sin leche y con sueño.
Te explico que yo no sabía que por un beso no se quedaba preñada y tú te ríes en las mañanas de mis crisis existenciales y de ¿para qué pies tan grandes? Si ni siquiera sé nadar… y ¿para qué pecas? Si ni tengo cabello negro ¿por qué vestido? Si soy flaca, alta, desfigurada pero simpática, replicas.
Siempre poniéndomelo tan difícil ¿quién dijo eso de “lo que bien se aprende jamás de olvida? Hace cinco años que no sé andar en bici, que de todos modos no importa,
estás aquí ¿a dónde más querría ir? Si no es caminar contigo… que más que caminar
es trascender de tiempos en el mismo espacio y siempre a la misma dirección pero con los pies más sueltos, más a la deriva
y de la mano para  que cuando bailemos por la plancha sientas el peso de lo que es que el tesoro del viaje es lo aprendido y no un “nosotros”
y la persona de al lado se quedó en lo que sería el arranque
y lo que para ti sólo fue un amanecer ya con las piernas de apoyo y los ojos pelados para ella fue el bostezo antes de irnos a acostar… no le llegó el memo de que la cama no se hizo para dormir,
sino para pretender que con los ojos cerrados el tiempo se nos pasa de rodillas en el empedrado… tiempo lastimoso y malaventurado con las manos de adorno, los cabellos ya matizados y la sonrisa en pausada y ya con las senderas cortadas nos dimos por divididos
fue tan diluida la etapa del “hay que superarnos” que más que hermanos somos un mismo cuento que se hizo trilogía junto con la puta de tu amiga, la que dio a luz la desconfianza… la que nos abortó lo que dimos por una vida completa, completar no significa hacer bien las cosas.

 

Leamsi Abigail Cortés Barth
Preparatoria 7

Ruido blanco

Colores vivos reflejados
en mi esclerótica muerta;
paradojas que riegan alcohol
sobre mis labios cenizos.

Me he bañado en saliva
de doscientas gargantas,
decidido a jubilar mi alma,
la he alquilado tanto
ahora el diablo la rechaza.

Fogatas crujen ante mis ojos
las he encendido con poemas;
tinta de lo que pudo haber sido.

Líneas de amor necrosado
que me sirvan de combustible
para dar el último de mis suspiros.

Un hervidero de arañas negras
stand by por problemas técnicos,
corren sin poder salir de la caja,
que sólo escupe ruido blanco.

Adolfo González Vega
Preparatoria 7

Látigo

Apaleados,
tristes y desnudos
con las costras de sangre
supurando pus
un rebaño de pecadores
apilados.

No pueden ver nada,
el cielo les impide
con nubes de ceniza
encontrar la luz.

Así,
ahí
donde los hierros
de la mentira
se afilan.
Donde las vírgenes tejen
las redes de la ira.
Serán convocados.

Cecilia Jacqueline Navarro Méndez
Preparatoria 6

Elipsis

Que sea en silencio tu dolor.

Cae en silencio
como hoja de cerezo.

Ya vas despacio
ahora calla.

Falta poco para el final.
El viento te está permitiendo caer.
No te falta nada.

La brisa se desprende de ti
y poco a poco cae contigo.

Pequeña hoja,
delicada,
como ninguna otra.

Cae,
no luches más,
sólo cae.

María Guadalupe Haro Iturriaga
Preparatoria Regional de Colotlán

Sirena

Cuando la débil brisa del mar
golpeaba mi ventana,
los vellos de mi nuca
se erizaban.

Mi cuerpo,
contraído en el suelo,
era el centro del escenario
en la noche fría.

La lejanía de mi hogar
no me impedía imaginarle:
la arena fina
bajo las plantas de mis pies,
el olor salado a paz,
el sonoro de las olas
rompiendo
ha llegado a mis rodillas.

Sin dejar atrás la frustración
el arrastre de la marea
hasta la profundidad obscura

La presión de mis pulmones
en silencio ahogado

De mis súplicas,
antes de convertirme en espuma de mar.

María Guadalupe Haro Iturriaga
Preparatoria Regional de Colotlán

María Irma Salazar Rochin, Preparatoria Regional de Chapala.

María Irma Salazar Rochin, Preparatoria Regional de Chapala.

Expuesta

Las prolongadas pulsaciones van en aumento,
con mayor potencia una tras otra, sin cesar.
Poco a poco la delicadeza del papel adquiere pigmentación,
mientras el fanatismo comienza a salir.

Sentimientos, emociones, pensamientos
se revuelven, intersectan, fusionan
intentan salir a la luz.

Me extrae, poco a poco me consume,
llevándome al clímax del momento,
ni el leve temblor de mis manos,
ni el nudo en mi garganta,
ni la respiración intersectada,
son percibidas.

La textura del papel sobre la yema de mis dedos,
palpable es esa emoción, la intriga y misterio.
El deshago al plasmar y al exponerme sin temor.
Sin límite, sin ningún comienzo
fluye, brota y se contrae.

Ese indescriptible placer que yace dentro de mí
no quiero que cese, que duerma, que muera.
No debería, empero lo hace.
Así fue como rompí conmigo misma.

 

Luz Evangelina Magaña Carranza
Preparatoria Regional de Puerto Vallarta

Newton poeta

Heme aquí divinamente traído
jugando a ser poeta.
He olvidado
como todo ser que olvida
los secretos de la expresión
Y espero, como quien espera el banquete,
a la manzana hecha verso
que dijo me golpearía el cráneo
a las tres de la tarde.

Hoy fue el día.
Destapé mi nuca
y la ungí con los santos óleos;
quise ponerle una canasta
para recibir como es debido
a cualquier huésped vegetal.

Hubo de suponer que mi intención
no era acogerla una noche
menos un día:
supo que quería comer de ella,
fruto prohibido
o sacarle jugo
a su piel de poesía.

Luego supe pasado el mes
que había entregado sus dotes al viento.
Mismo viento, ¡oh, alabado!
¡Mismo viento a quien entregué mis sueños!

 

Alejandro de la Torre Solis
Preparatoria Regional de Huejuquilla el Alto Módulo Mezquitic

Mariana Interián Rodríguez, Preparatoria UTEG Américas

Mariana Interián Rodríguez, Preparatoria UTEG Américas

Insomnio crónico

He apagado la luz dos veces,
y otras tres la he prendido.
La piel se me esconde en las venas  de la poesía,
perpetuas y agonizantes.

He apagado la luz una vez más,
sosteniendo un aire surrealista.
La ambrosía de tus besos cobija nuestras almas temblorosas.
Me hablas en susurros, retorna nuestra historia.
Cuéntale al delirio la profecía de un augurio herido,
cuando los fríos vientos congelan nuestros íntimos pies descalzos.

He prendido la luz una vez más,
y al mirar la ventana, me he encontrado con la atosigable versión de mundo.
Te fugas en silencio, en palabras desnudad
donde la soledad baña las insignificantes calmas de tu ser
y el cielo pálido incendia nuestra piel desnuda.
Ya para cuando me he dado cuenta,
la batería del reloj se ha extinguido.
A lo lejos, ausencias fabricadas por las gráciles manos
exuberantes, elogiadas
muestran sus entrañas roídas.
El hilarante pasado caza la retención del ruido
al encerrar los ecos de las sempiternas voces.
El vituperio presente emerge a ciegas medias,
de majales semidestruidos,
y en la yunta, solitaria y vieja
paso a paso el sol navega en un navío
al menear agua al compás de un silbido,
clave en cuarta línea, hecha un suspiro
bajo la tormenta que crispa su melódica ausencia.
Inminente, lo enseño a crear
ausencias en la palma de su mano,
insípidamente en susurros desahuciados.

 

Karina Naidelyn González Govea
Preparatoria Regional de Puerto Vallarta

Me gusta llorar

Me gusta llorar en silencio,
en la oscuridad de mi habitación.
Cuando todos duermen y sueñan
mientras que sólo me convierto
en un jodido polvo.
Uno que con el transcurso del tic-tac
se vuelve niebla
se vuelve nada
Y es mejor llorar sola.
No das explicaciones y no te hacen preguntas estúpidas.
Es en la noche cuando me parece mejor llorar,
así, al amanecer, no pasa nada.
Digo, te destruyes toda la noche y en la mañana es como si nunca hubiera pasado
Nadie se enteró.
Sólo tú y eso basta.

 

Lilián Sarahí Andrade Gómez
Preparatoria 9

Grecia Alejandra García Cuéllar, Preparatoria Regional de El Salto

Grecia Alejandra García Cuéllar, Preparatoria Regional de El Salto