Migración en solitario

Hermosa agonía │Alberto Onofre Rodríguez, Preparatoria 20.

Hermosa agonía │Alberto Onofre Rodríguez, Preparatoria 20.

La pequeña corría tan rápido como sus cortas piernas le permitían. Su mirada brillaba de inseguridad y de miedo. En su espalda una mochila de nueve kilos la retrasaba, su piel morena se escondía detrás de una capa de polvo y sus cabellos largos recogidos en una coleta se balanceaban en cada paso. Un hombre la tomó del brazo y la subió a la “bestia”. Sentada en un lugar “seguro” comenzó a llorar, no conocía a ninguna de las personas que la rodeaban. El viento la sacudía, la noche estaba comenzando. Sus pies dolían, tenía hambre y sed, estaba cansada, cuántos días no había podido dormir con tranquilidad. Tanto dolor y sacrificio para una meta: estar con su madre de nuevo.

Jéssica Xitlalli Rayas de la Rosa
Preparatoria Regional de Autlán de Navarro

Sin título

Placer en la habitación, calor humano, caricias, manos recorriendo cuerpos, él desearía no hacerlo, el placer le gana. Un cuerpo de mujer a su lado, recuerdo de tantas noches, es tan parecido al de su esposa. La está atormentando, ella grita de dolor: “¡Papá, por favor no lo hagas!”.

Cinthya García Cortés
Preparatoria 20

Precio

Quédate. Intentémoslo de nuevo. Sé que puedo mejorar. Por favor no me dejes. Tu compañía me conforta, me da el calor que a mi alma conserva. Sin ti envejezco, mi cuerpo se muere poco a poco. ¡No, quédate conmigo! No le importó. Cuanto más se acercaba Lucas, la soledad se alejaba más.

Karen Joceline Gonzálezs Ríos
Preparatoria 12

El genio

Hello!│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Hello!│Diego Guadalupe Pérez Vallejo, Preparatoria 20

Frente a él flota una lámpara mágica de plata y la toma. Sus dedos rozan con el frío contorno y en el acto aparece un genio de aspecto áspero con luces de colores a su alrededor.
─Te concederé un deseo ─le dice.
─¿Sólo uno?
─Sí, sólo uno. Piénsalo muy bien. ¿Quieres dinero, fama, belleza?
─¡Deseo ser libre! ─dice el otro.
Al instante, despierta y se ve rodeado de un metal inmenso y sin salida alguna. Comprende, decepcionado, haber soñado de nuevo. Y en su delirio con la soledad, espera a que algún individuo por fin logre frotar la lámpara.

Sergio Alejandro Padilla Nava
Preparatoria 12

¡Cuidado!

Desperté. Encendí la lámpara y miré a mi alrededor. Todo parecía normal. Traté de dormir de nuevo, pero mis sentidos ya se habían aguzado. Apesadumbrado, me levanté de la cama y al oír el crujir de los resortes, me detuve con el corazón latiendo a gran velocidad.
─¡Salga con las manos en alto, ya lo descubrí! ─exclamé a pesar de saber que no había nadie más. Grande fue mi sorpresa cuando escuché la voz de un hombre que decía:
─¡Cuidado!
Presa del enojo y creyendo que había entrado un ladrón a mi casa, corrí hacia el sillón y lo deslicé, pero al hacerlo sentí un gran dolor que me hizo cerrar los ojos. Al abrirlos descubrí que estaba en la estación del tren y el sol resplandeciente me cegaba. Frente a mí había un hombre que me miraba fijamente. Traté de decir algo, pero antes de poder siquiera hablar, espumarajos salieron de mi boca.
Lo último que vi antes de morir, fue aquel hombre que con voz risueña decía:
─¡Cuidado!

Delia Noemí Siordia Navarro
Preparatoria 4

Decir así la vida

El mero acto de decir y que de éste se desprenda un eco, una voz que se repite a sí misma como si de una cueva naciera la palabra.
El repaso de un sentimiento de infertilidad, ese deseo atorado en el corazón de la garganta, de donde, paradójicamente, nace todo lo que de la palabra sabemos.
La ruptura de dos amantes, el desasosiego matutino de cuando uno se encuentra solo y preguntándose, preguntándose siempre.
La pérdida de sí mismo, ese lazo que nos ata a la tristeza y al recuerdo de las palabras que no quisimos escuchar.
La relación del hombre con los dioses, vínculo ancestral que se renueva con cada ofrenda y que fusiona lo divino con lo humano en un pequeño acto como entregar el ojo izquierdo.
La búsqueda que ha terminado porque el universo revela poco a poco las respuestas en breves imágenes que descubrimos sin hacer nada más que observar.
Ésas son algunas de las noticias que nos traen los textos poéticos que a continuación leeremos. Así dicen estas jóvenes plumas la vida, así nos van narrando lo que de su pensamiento y sensibilidad nace y cómo ellos, a su vez, leen el mundo.
No es asunto menor conocer un poco de lo que estos once jóvenes escriben.             Recordemos que Vaivén se ha encargado de reunir y publicar poemas de preparatorianos en un acto de difusión, pero también en un acto de conservación y registro de los textos iniciales de autores que quizá, nunca se sabe, en unos años veamos bien instalados en la literatura jalisciense.
Es sustancial, entonces, no perderles la pista y completar el ciclo que aquí se inicia, ellos ya escribieron, nos corresponde a nosotros leerlos y disfrutar de sus letras.

Marlene Zertuche*

Marlene Zertuche es poeta y editora. Estudió Letras Hispánicas en la Universidad de Guadalajara. Dirige la agencia de servicios editoriales Bookend.

Summertime

Descubrí mi futuro leyendo la palma de tu mano
contando estrellas en tu frente
el universo estaba retratando una historia
sobre el sol y sus canciones.

Tal vez la sabiduría del universo
está enredada en su cabello
las respuestas se deslizan poco a poco
y me inclino supersticiosamente.

Mariana Casillas Guerrero
Preparatoria 4

Infiltrarme

Oda al verdadero amor │ Aranxa Carolina Aguilar Mendoza. Preparatoria 14

Oda al verdadero amor │ Aranxa Carolina Aguilar Mendoza. Preparatoria 14

Palabras sordas a la nada
cada noche intento
verte
oírte.

Vivo entre las sombras de la oscuridad
escapando de mis sueños
pinté la casa de negro
volví a quebrarme en el concreto
buscando sus perfumes en cada esquina
pobre demonio lleno de mentiras
y gatos como tus palabras
desgarrando mis miradas.

Caen estrellas miserables
el universo pintado de mentiras
cansado de peleas
perdido e inerte
atrapado bajo tus palabras
bebido y muerto
al lado de tus sueños.

Miguel Alejandro Arellano Reyes
Preparatoria Regional de Ciudad Guzmán, Módulo Tecalitlán

Huida

Ayer asistí a mi funeral,
el día era gris, nublado,
el sol me abandonó,
una carta en la repisa del cuarto
tu amor tomó otro tren
voy a seguirlo.

12:43, decía el dictamen de mi muerte
nunca me sentí más libre
ahora tu amor me hacía feliz
1:56, llegaste al hospital.

Querido, tarde otra vez,
no te preocupes, ya no protestaré
seca esas lágrimas
¿por qué lloras, vida mía?

Jazmín lizbeth Cervantes Lomelí
escuela Politécnica de Guadalajara

Eco

Hablo o grito,
callo y escucho.
Todo lo que antes dije
se oye
una… (una…)
otra… (otra…)
y otra vez… (y otra vez…).
Cada vez
aún más silencioso,
hasta perderse en el olvido.
Y lo vuelvo a hacer.

Eugenio David Aguilar Díaz
Preparatoria Regional de Tecolotlán

Permanencia

                                                              Líneas de azur,

                                         cuerdas que desatan las tristezas

mil y una noches te lloré,                       y sigues aquí.

                                         Pintaste dianas en mis ojos,

                                                                       en mi frente,

                                                                           en mi boca

                                            y anidaste como flecha.

Diego Andrés Vázquez Cisneros
Preparatoria Regional de Autlán de Navarro

Izanagi

Pupila cromática
de carmines oscilantes y bucles infinitos
con celeridad y dicha
daría el lustro espejo
tributo incorpóreo
de mil tonos.
Mil líneas.
Mil pasos.
Mil tragos.
Mil caladas.
Mil espasmos.
“Colocada”.
Ofrendarte el ojo izquierdo
un esbozo de metales
que se fijen en tu nuca
que te abracen las costillas.
Que se cierren de mis dedos
los mamparos en las puntas
y me lleven ya muy lejos
a percutir con tus rodillas.
Exijo que te lleves
la córnea rosa que tomamos
necesito que me permitas
sublimar la carne en negros
invocar de fuego un arco
y disparar tras mi hombro.
Otorgarte mi ojo izquierdo
y mirarnos con el otro.

Ulises Barragán marmolejo
Preparatoria 10

Mi vida, tuya

Mi vida no es mía,
es tuya.
Puedes echarla al fondo del mar,
como comida para animales marinos y
carnívoros,
para que se hunda
y tenga como tumba
una profunda fosa salina.
Puedes quemarla
y esparcir al viento
las cenizas cristalinas,
echarlas a volar
al viento de este otoño de nostalgias
como aves libres de vida,
como diminutos ángeles sin rumbo.
Puedes quitarle la piel
y cubrirte con ella del frío
que promete ya el invierno.
Puedes abrirle las venas
y beber carmines aguas
de etílica poesía delirante.
Mi vida es tuya,
puedes colgarla en la pared
como un cristo malsano,
como un retrato del amor visible.
Puedes guardarla
en tu memoria,
como una luna de julio
o puedes guardarla en tu alma
como un fantasma
que en ti habita hasta el fin del universo.

Luis Enrique Solorio Salazar
Preparatoria 10

Cuando muera

embálsame de besos
y palabras dulces,
que las luces de tus ojos
sean cirios velatorios,
que todos tus ángeles
y todos tus demonios
le canten una canción suave
al frío de mis despojos durmientes.
Cuando muera,
grábame en la seda memorial de tu alma
más amante que ninguna,
como un karma
que te amó infinitamente
y pon sobre mi urna
flores de recuerdos nocturnos
y lunares.
Amortájame en ti
vélame en tus venas
y en tus sienes,
porque no veo sepulcro
más cálido que la memoria
ni veo más gloria santa
que tu cuerpo al alba,
en la ultramar de mi inframundo.

Luis Enrique Solorio Salazar
Preparatoria 10