Tabula rasa

Treinta años más tarde, el detective había logrado resolver todos los azarosos enigmas que inundaron su vida, dándole un cambio radical. El nombre del asesino estaba a punto de ser articulado por sus labios cuando el autor hizo bolita el manuscrito y lo tiró a la papelera, convencido de que su novela era una llana mierda.

 

 

Leonardo Miguel Gutiérrez Arellano
Preparatoria Regional de Santa Anita
Publicado en la edición Núm. 11

Averno

Dos almas en pena, separadas y sin saber de la existencia de la otra, recorren un camino de incertidumbre, sin saber lo que les espera. Casi al final se cruzan. Una mira a la otra con duda. Nunca había visto a un alma sufriente como ella; pero al ver sus ojos reconoce que tienen la misma razón por la cual caminar.

Dos almas en pena, juntas, conociendo la existencia de la otra, recorren el camino rumbo a su castigo.

Enrique Salomón Rivera Alatorre
Preparatoria 15
Publicado en la edición Núm. 11

Colofón

Cráneo Yadira Alejandra Orozco Osuna Escuela Vocacional

Cráneo
Yadira Alejandra Orozco Osuna
Escuela Vocacional

─Por fin, has llegado.
─Tengo prisa, terminemos con esto.
─Quiero que sepas que soy feliz.
─Nadie es feliz a mi lado, represento el final de todo.
─Usted, señora Muerte, es el final de mi sufrimiento.

 

Enrique Salomón Rivera Alatorre
Preparatoria 15
Publicado en la edición 11

La Bufa y Valentín Azuela

─La Bufa es el cerro de por aquí ─dijo el anciano─, desde antaño se cuenta de la existencia de una dama atrapada en una de sus cuevas. Existe una forma de rescatarla: hay que subir hasta la cima, sacarla de la cueva y llevarla a la parroquia para desposarla, pero debe ser justo el Jueves Santo.

─ ¡Es en dos días! ─gritó el joven Valentín Azuela.

El anciano asintió.

Valentín se levantó emocionado por la noticia, la Bufa parecía ser la aventura que buscaba en América. El Jueves Santo antes del alba Valentín ya estaba en las faldas del cerro. El ascenso fue duro, la tierra era árida y seca, cuando por fin llegó a la cima ya era medio día. “¡Ven para acá, valiente!”, resonaba una voz proveniente de una de las cuevas en la cima del cerro. “¡Ven para acá, valiente!  ¡Pero cuando me tengas, para atrás no has de mirar! “, sin pensarlo mucho se metió a la cueva.

Al salir, cargaba en su espalda una enorme piedra con la talla de una mujer desnuda. Ahora la Bufa se mostraba verde y llena de vida. En cuanto comenzó a descender, la piedra cambió, ya no era dura sino blanda y húmeda. “¡Para atrás no has de mirar!”, recordó la voz. Pero Valentín abrió los brazos y dejó caer lo que sea que llevase en la espalda.

Lo único que alcanzó a ver fue cómo una grotesca serpiente se metía a la cueva. La Bufa se volvió árida otra vez y la cueva se selló.

Subsistencia entre las sombras Salma Damaris Ortega Dávalos Preparatoria Regional de El Salto

Subsistencia entre las sombras
Salma Damaris Ortega Dávalos
Preparatoria Regional de El Salto

Ignacio Manuel Silva González
Preparatoria 17
Publicado en la edición Núm. 11

El Tunkuluchú y Valentín Azuela

Sombras Salma Damaris Ortega Dávalos Preparatoria Regional de El Salto

Sombras
Salma Damaris Ortega Dávalos
Preparatoria Regional de El Salto

“¡Uuu! ¡Uuu!”, aulló el tecolote, “¡uuu! ¡Uuu!”.

Valentín se encontraba en un funeral, una de las vecinas había fallecido, era apenas una niña. La noche estaba triste y cruda. “¡Uuu! ¡Uuu!”, ya hacía tiempo que escuchaba al tecolote cantar, incluso puso un espantapájaros improvisado en su jardín, pero no funcionaba. Estaba sentado a un lado de las lloronas, cuando escuchó de nuevo el canto del ave.

“¡Uuu! ¡Uuu!”.

─La muerte se aproxima otra vez ─se lamentó una de las lloronas.

Cuando el entierro terminó al día siguiente, se acercó a la mujer y quiso saber de la muerte y el tecolote.

─Tenga cuidado joven ─le advirtió la llorona─, el tunkuluchú es un pájaro vengativo. Le tiene odio al hombre, piensa que todos debemos pagar por lo que un maya imprudente le hizo. Aprendió a oler la muerte.

Para Valentín el búho era un animal de letras. Símbolo de inteligencia y sabiduría. Pero en la antigua Mesoamérica aprendió a oler la muerte, lo hizo en los panteones y en forma de venganza, va a los lugares donde presiente este sádico olor y asusta a todos con su premonición, por eso se dice: cuando el tecolote canta, el indio muere.

Ignacio Manuel Silva González
Preparatoria 17
Publicado en la edición Núm. 11

Submarino

El oxígeno era casi inexistente, se iba tan rápido como el agua entraba en mis pulmones.

¿Habrá dicha más grande que morir en el cielo y no morir para esperar llegar a él? Ahí está la calma y las estrellas son como burbujas… cada vez son menos.

 

Dalia Sarahi Hinojosa Mayoral
Preparatoria 4
Publicado en la edición Núm. 11

Un poco más

Luis estaba cansado, el marcador iba 9 a 9 y anochecía, hacía rato que le habían llamado para ir al supermercado pero era su momento, estaba frente a la portería y de nuevo su baja estatura no le permitió anotar el gol decisivo.

Frustrado, se negó a escuchar a sus amigos, no necesitaba reproches, sólo unos centímetros más para alcanzar el balón atorado bajo el auto de su madre que arrancaba en ese instante, para ir sin él, a donde fuera para siempre.

 

Carlos Emmanuel Castillo Núñez
Preparatoria Regional de Tecolotlán
Publicado en la edición Núm. 11

Invitación o no

“Yo soy amigo de la hermana de un señor
que no vino a la fiesta”
Chava Flores

Según el Diccionario de la Lengua Española de la RAE, invitar es “llamar a alguien para un convite”; instar cortésmente a compartir alimentos y bebidas en compañía de otros. No es extraño, entonces, que la palabra invitación nos haga pensar, a la mayoría de nosotros, en una fiesta.
Para los mexicanos el mundo es festivo. “Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos”, dice Octavio Paz. Y esta tendencia bien podría dotar a nuestra imaginación y sensibilidad de habilidades para captar algunas sutilesas del poema.
Los versos, como las celebraciones, tienen distintos ritmos y sonoridades. Los hay serios y cordiales, sarcásticos y ponderados, de apariencia ligera o con momentos filosóficos, íntimos, revolucionarios y, no podrían faltar, hasta agresivos. Para diferentes lectores en distintos tiempos y lugares. Versos para compartir con los más íntimos o para repartir la alegría de su encuentro por las redes sociales.
En todos ellos, lo más importante es la reunión con otro que es al mismo tiempo nosotros. El encuentro en el que somos a la vez sujeto y objeto en el baile de las palabras. “La poesía es la alegría –la dicha- del lenguaje”, señala Wallace Stevens; la fiesta a la que, convidados o no, todos podemos asistir.

Darío Carrillo*
Publicado en la edición Núm. 11

 

*Darío Carrillo (Guadalajara, Jal., 1972) estudió la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas, en la UV, y la maestría en Estudios de Literatura Mexicana, en la UdeG. Recibió menciones honoríficas en el área de poesía en los Juegos Florales de Lagos de Moreno 2004, Juegos Florales de Lagos de Moreno 2008 y en los Premis Literaris Grau Miró 2008; obtuvo el Premio Ramón Rodríguez de Poesía en el 2005 y el tercer lugar en el Premio Nacional de Narrativa Mariano Azuela 2016. La Universidad Veracruzana publicó su poemario: Knock Out.

Utilidad

Caminamos sobre sangre
seguimos delante sin mirar abajo
necesitamos andar descalzos
para sentir lo espeso de las almas que pisamos
para encontrar a la vecina que desapareció sin magia
y reconocer a esa desconocida con plomo en el cráneo.
Seguimos adelante sin ver a los lados
a la gente que se queda
o a los niños que rompen en llanto
¿dónde quedó el país que progresa?
Su gente  grita por algo.
No nos preocupamos porque el pueblo muera
el pueblo no muere, lo están acabando
si sólo queda gente que mira hacia adelante
seremos tan útiles como la sangre de abajo.

Areli Mariana Pérez Garza
Preparatoria 4
Publicado en la edición Núm. 11

Precálculo

Qué días tan variables
y el tiempo se fracciona poco a poquito
ya no estás aquí, cerca de mis hombros
tu nombre se volvió una incógnita
cada sílaba fue despojada de su raíz
para multiplicarse al cuadrado
y alterar la potencia de su fuerza
así que cada letra se desglosó, se hizo más frecuente
en cada esquina, cartel y señalamiento
ya no sé si tu nombre empezaba con M o con D
o con A, quién sabe y con la C,
el único recuerdo que me queda es que terminaba con O
la clase que tuvimos no sirvió de nada
confundes la hipotenusa con los catetos, ay muchacho
ya no sé cómo llamarte si no es por tu nombre
me dejaste tan acostumbrada a cada letra
dos sílabas y una palabra que no puedo recordar
la calle me avienta a la A y me escupe a la Z
un largo recorrido que he dado por ti
para revivir un nombre
pero me despierto y sigues sin estar a mi lado
sigue sin estar tu retrato
ni tu ropa
y las letras siguen sin acomodarse para mí

 

Imelda Lizette Ledezma Carbajal
Preparatoria 7
Publicado en la edición Núm. 11

Eras utopía

Inefable
intenta describir tu corazón sin pájaros
en un trayecto con alas
que empalma
sólo un andén
que terminó en los jamases.

Lo efímero marcó la tarde
cuando vi mis ojos en tus ojos rojos.
Te llevaste mi eternidad
sabiendo que soy duda.

Me encontraste como una orilla sellada y rota
abriste en mí semillas de tiempo
navegaste en mis islas desiertas
te llevaste todos mis muertos.
A cambio de eso
yo te di socorro en un universo inútil
esperé por ti en una involuntaria infancia
y quemé tus huesos con las entrañas de mi razón.

Nunca fuiste ni serás
hecho de la misma espuma
que me entregó a tu caudal

y que ahora,
me alimenta de una carne que no es tuya
una más vacía pero más humana,

de una boca más saciable
más extranjera,

más entraña.

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 11

 

Como siempre

Ella sostiene no pensarte tanto como antes,
sostiene que le dueles como siempre.

Piensa
el pensarte es un vago estado
entre los manuscritos del olvido
la conciencia herida
te estanca
a un muelle sin esquinas.

los pies desnudos vuelven
terminarán por redimirse
a una memoria en común
con sed de cielo y fe de venganza.

Ella piensa
y sostiene,
no se estanca
ni tiene sed
o fe.
Tampoco vuelve.

Ella espera
con el paso de los soles,
la caída de las hojas rotas,
el silencio de las bocas ciegas,
las manchas se borren
y las estrellas te consuman,

de ese modo,
ella sostenga no pensarte tanto como antes,
y que no le dueles como siempre.

 

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 11

El verbo de usted

El usted se extraña.
Más allá de usted
se extraña el hecho de nombrarlo
con ese respeto que siempre le tuve
sin tener que ver con educación
o ética
por el puro gusto de pronunciarlo.

Comenzando por la camisa a cuadros
la alargada sombra desdibujada,
desafanada forma de mirar abajo los caldos primitivos.
Añado la negación como habilidad
de austeros pasajes donde las notas no lo descifran.

Con el pasar de las edades el usted se aleja,
no como batallón de guerra
o procesión litúrgica
se aleja cerca
se aleja a mi lado
a un lugar
donde no se habla de mártires o de jarrones rotos.

Se va adentro,
dudo que retorne
ya sea hoy, mañana
o,
en otra vida.
No lo quiero mutilado
de alma afónica.
Quédese
en su paraíso
de larvas,
vuele con alas de mosca,

no se las pida prestadas a la mariposa.

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 11

Encarnación humana

Somos apenas granos
fundidos en un parasitario mar.
Somos cenizas precarias de un gran incendio.
Capricho de animal que piensa que no es animal.
Devoramos las ruinas de nuestro comienzo
y olvidamos que somos huéspedes del cosmos,
los extranjeros del orbe.

Llegará el día
que la vida fosilice nuestra especie
y el hombre morirá en sí mismo,
resultado de su condición humana
de cegar corazones y no codicias.

Entonces saldremos a gritar a las calles
a un dios desnudo y roto.
Querremos borrar mezquinas, condiciones.
En vano serán
los gritos, los dioses y los corazones.
Los sismos se llevarán las tristezas desmanteladas
y será imposible emigrar
del suicidio de una raza testaruda y joven.

Karla Elizabeth Martínez Cruz
Preparatoria 12
Publicado en la edición Núm. 11