Cinthia Elena González Coronado
Preparatoria Regional de Lagos de Moreno
Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2021
Resumen
En el presente texto ensayaré tres ideas del libro “La sociedad de la transparencia” (2014) de Byung-Chul Han, las cuales están vinculadas a la intimidad, la información y la revelación. ‘’La transparencia se ha convertido en un fetiche totalizante, pues no se reduce al ámbito de la política o la economía. En consecuencia, la sociedad de la transparencia es el paso hacia una sociedad positiva; esto es, abandonar cualquier negatividad para alisar y allanar las acciones sociales e insertarlas en un torrente que favorezca al capital, la comunicación y la información. Las acciones se tornan transparentes cuando se hacen uniformes y operacionales, sometidas a procesos de cálculo, dirección y control’’ (Han, 2014).
Entre las cosas más importantes para nosotros está la comida, la vestimenta, los productos de higiene personal, los domésticos, el transporte, la electricidad, el agua potable y otras tantas. Desde siempre se ha trabajado para poder conseguir recursos económicos y así cubrir estas necesidades. Pero, con el paso del tiempo, ya no se trató solo de cubrir las necesidades primarias del hombre. El mercado comenzó a sacar más y más novedades que, claramente, para todos resultaron interesantes, pero no por eso necesarias. Hoy hemos llegado a un punto en el que las personas solo compran por comprar, teniendo siempre en mente la frase ‘’algún día lo puedo necesitar’’. Pero lo curioso es que tal vez ese día nunca llegue; eso es el consumismo: comprar cosas que ni siquiera son necesarias, pero que son sumamente atractivas por ser una novedad.
Entre estas novedades se encuentra la tecnología, la cual ha avanzado a pasos agigantados, facilitando nuestras vidas al punto de volverse esencial para nosotros. Y está bien, dado que ese no es el problema, sino las cosas que se ven en los nuevos aparatos tecnológicos —como los celulares y computadoras—, entre las cuales están las redes sociales. Y como bien sabemos, todo tiene su lado negativo. En este caso, lo que se presenta en las redes sociales no siempre es fidedigno. Y digo que no siempre porque, en diversas ocasiones, las redes sociales han fungido como herramientas de vigilancia y liberación, como ventanas a la realidad social. Esto ha ayudado a que algunas personas despierten, a que desarrollen conciencia y alcen la voz, dejando de lado el miedo a hablar y decidiendo utilizar su libertad de expresión, aunque esto pueda ocasionar conflictos. En este sentido, las redes sociales cumplen un papel importante en la liberación de la sociedad, pues la manipulación que los medios ejercen sobre la información es algo que nos mantendría cegados y desconectados del mundo si, como en el pasado, no tuviéramos alternativas de expresión y conocimiento.
Desde hace mucho tiempo vivimos en una sociedad controlada, y no hablo de las normas y leyes que nos rigen, sino de las cosas que han hecho los gobiernos corruptos y las tácticas que han aplicado para que no nos percatemos de ellas. Byung-Chul Han señala que «la intimidad es la fórmula psicológica de la transparencia. Se cree conseguir la transparencia del alma por el hecho de revelar los sentimientos y emociones íntimos, desnudando así el alma» (2014). De acuerdo con el autor, en el consumismo se utiliza como estrategia exponer la intimidad del individuo y, gracias a eso, lo van convenciendo de que necesita lo publicitado. Esto genera personas que ya no son libres de elegir, con lo que se convierten en individuos controlados por los medios. Basta con observar la frecuencia con la que los productos utilizan en su publicidad la imagen de una mujer ‘’perfecta’’: lindos pechos, abdomen súper plano, cintura esbelta, piernas definidas, excelente trasero y rostro angelical, dejando de lado las implicaciones que esto puede tener en la autoestima de otras mujeres.
Y tenemos que aceptar que sí existen mujeres así. Lo malo es que el mercado ha metido ideas erróneas en nuestra mente. Por ejemplo: que así es como todas las mujeres deberíamos estar, que si no tienes ese cuerpo no eres hermosa o que necesitas tener esas características físicas para que alguien pueda fijarse en ti. Y todo es una completa mentira. Debemos estar de acuerdo en que el mercado anuncia lo que para las compañías resulta mejor, no lo que debería serlo. Ponen una cara bonita y un cuerpo perfecto, pero el problema viene cuando las personas comienzan a creerse lo que les anuncian, aquella bien llamada “publicidad engañosa”.
Por otro lado, las redes sociales se han vuelto esenciales también para los políticos, ya que muchas personas las utilizan para mantenerse informadas, y es allí donde ellos aprovechan para publicitarse. Pero cuando alguien habla mucho, tiene más posibilidades de equivocarse. Esto ocasiona que, al estar los políticos interactuando de manera constante con la gente en las redes sociales, estas últimas puedan conseguir mayores oportunidades y herramientas para confrontar a los primeros.
En consecuencia, la sociedad de la transparencia es el paso hacia una sociedad positiva; esto es, abandonar cualquier negatividad para alisar y allanar las acciones sociales e insertarlas en un torrente que favorezca al capital, la comunicación y la información. Las acciones se tornan transparentes cuando se hacen uniformes y operacionales, sometidas a procesos de cálculo, dirección y control (Han, 2014).
En conclusión, de acuerdo con el material revisado, puedo decir que las personas se están dejando llevar mucho por el consumismo. Ya no se trata solo de cubrir las necesidades, sino de conseguir cosas que rebasan por mucho la necesidad. Por otra parte, es cierto que los medios manipulan la información, con lo que han logrado tener control sobre la población, cosa que ha sido aprovechada por los políticos. Sin embargo, las nuevas tecnologías, que por un lado pueden ser dañinas, han ayudado para empoderar al ciudadano, quien ahora tiene a su disposición el conocimiento, herramienta vital para subsistir ante las adversidades, tales como la mala publicidad y la política. Como parte de este conocimiento, no debemos olvidar que todos deben tener la facultad de expresarse libremente, siempre y cuando esto no interfiera con los derechos de los demás.
Bibliografía:
Han, B. (2014). La sociedad de la transparencia. Barcelona: Herder.