Soy la madre más feliz del mundo. Amo a mi bebé. Es tan pequeño y frágil como una joya. Siento como si los años no pasaran por él. Casi nunca lo saco a pasear al parque, no le gusta que lo miren otras personas. Mi niño adora jugar conmigo a las escondidas; en ese juego siempre me gana, es muy bueno en ello. También le encanta correr, lo hace todas las noches, aunque mis vecinos se quejan del ruido cuando mi bebé corre, pero… así son los niños.
No cabe duda, amo, amo a mi bebé. Cómo me encantaría que no hubiese fallecido.
Johanna Monserrat Ruíz González
Preparatoria 8