
Querido padrastro,
recuerdo mis tardes a tu lado.
Me gustaría volver ahí.
Aun si no eras de mi agrado al inicio,
te metiste en mi corazón lastimado.
Resentida con mi progenitor,
tomaste de a poco su lugar.
¿Por qué me dejaste tú también?
Es como si me hubieras borrado de tu vida.
¿Me dejarías borrarte de la mía?
Quiero crecer, perdonarte,
amarte sin rencor.
Así que dime…
¿Puedo dejarte ir?
Sin un abrazo, sin algo de despedida.
Solo esto,
nuestro adiós.
Gracias por todo, papá.
Es hora de dejarte ir.
Con cariño, tu hija.
Alexia Jocelyn Rodríguez Aviña
Preparatoria 11