Se duchó, comió y se volvió a plantear la misma pregunta de todos los días ¿Qué pasará después de la vida?, ¿acaso una ilusión? ¿El renacimiento?, miles de ideas y pensamientos vagos le pasaron en ese momento al chico con depresión, dándose cuenta de que el día había acabado yéndose a dormir de nuevo, esperando con ansias el día que no despierte y pueda verlo él mismo.
Esa era su única fuente de felicidad todos los días, los millones de posibilidades, ideas, ilusiones y sueños de aquel chico.
Carlos Alberto Vázquez Cruz
Preparatoria 22