Adán

Adán soñó toda la noche. Su sueño le fue desconocido y horroroso, mientras su cuerpo sudaba y se estremecía. Justo antes de despertar sintió un vacío en su costado. Al despertar, con una mirada desprendida de todo, sólo observando su costado, se supo frágil y finito, pero completo y amante.

Angélica Bricio Martínez

Preparatoria 19