Lilith sería una prostituta

Lilith, mi madre, sería hoy una prostituta.

En todos lados, ofertada barata, de nombre desgastado y sobre extendido.

Sin reconocimiento, buscada por quienes necesitan reavivar la hoguera de una idea que les eche a andar el motor en el pecho, para pagarle con una moneda y olvidarla.

O quizá, en su lugar, suspirar por ella en los balcones, en la cocina, en la cama, añorando el día de tenerla sublimada en carne viva.

Ella vive en una esquina, alimentada de migajas de la hipocresía de quienes creen qu ele hacen el amor.

Como una prostituta en boca de todos y en el alma de nadie.

Ana Laura Lizardi Salcedo

Egresada de la Preparatoria 11