Luis Antonio García Rosales
Preparatoria 18
Participante del Encuentro Filosófico del SEMS 2017
Resumen
La naturaleza dispone al hombre con habilidades natas como la reflexión, o de otras como sentir o reconocer algo: como la felicidad o el dolor u otras sensaciones. Este texto pretende exponer tres ideas que a juicio del ensayista pueden ayudar a entender que la respuesta a la pregunta fundamental de este trabajo no es algo acabado, no es un fin concreto, sino que se va dando a partir de la comprensión de realidades distintas, como las experiencias que tiene cada uno en su entorno, o la manifestación de sus estados de ánimo, o la adopción de una ideología.
La reflexión sobre el sentido de la vida humana tiene una larga tradición en el pensamiento occidental, pero también hay una apuesta a reflexionar sobre el mismo asunto en las comunidades del medio oriente, porque pensarse así mismo es una necesidad humana, esta reflexión no es exclusiva de una tradición de pensamiento.
Por ello para contestar esta pregunta primero tendríamos que analizar diversos aspectos sobre la existencia misma, cada persona, cada hombre, cada ser humano dependiendo del conocimiento adquirido a través de sus experiencias de vida tendrá una percepción de su propia realidad y por consecuencia ira creando una visión propia de su existencia.
Otro aspecto a considerar es la naturaleza humana reflejada en este caso en los estados de ánimo, eso inmaterial que hace que el hombre se sienta enojado, triste o feliz. El estado de ánimo de un hombre influye mucho en su percepción sobre el mundo, de tal manera que su percepción de la realidad hace que tenga sentido su existencia y encuentre su lugar en el mundo. Entonces en el terreno de las experiencias y la naturaleza humana es indispensable para el mismo hombre expresar dichos estados de ánimo hacia sus semejantes y que estos tengan cierto grado de comprensión y entendimiento.
Desde el comienzo de la historia hemos podido apreciar en los discursos de las ciencias “a la humanidad como un todo”, generalizando así a la especie humana como la administradora del mundo. Al pasar del tiempo (la historia) podemos observar que el hombre tiene su lugar como especie en el mundo, por un grado de naturaleza distinta llamado conciencia de sí mismo, la existencia puede ser solo concebida teniendo en cuenta que se existe, “tener en cuenta” significa en este sentido ser consciente. (Descartes, 2008).
La evolución del hombre en cuanto a producción de ideas (pensamiento sistematizados o como se les llama en la modernidad: ciencias) está invadida en muchas ocasiones de ideologías que arrastran a ciertos grupos sociales a actuar de cierta forma sin cuestionar sus propuestas. La vida es solo un viaje de búsqueda continua de un constante equilibrio, en muchos casos depende del sistema de pensamiento que se ejerza en la época, (por ejemplo en la modernidad, sin pretender hacer generalizaciones, este viaje, esta búsqueda continua está asociada a la obtención de bienes). Algo muy curioso que se puede observar en nuestra época es que muchos hombres pasan por la vida siguiendo solo ese sistema creado e inculcado, pocas veces cuestionan ese sentido existencial en su vida, entonces podemos decir que las ideologías o sistemas de pensamiento también determinan en algunos casos el sentido que puede tener nuestra vida.
Hasta este momento tenemos tres factores que pueden ser considerados para intentar dar una respuesta más o menos convincente, seguramente nos encontraremos con una respuesta que no es cerrada, sin embargo es una respuesta concreta.
La vida humana tiene sentido si partimos que el hombre es en mucho el resultado de sus experiencias, digamos que nuestro encuentro con el mundo, con las cosas que nos rodean, determinan quienes somos. La comprensión de cada una de nuestras acciones nos lleva a entender que hay una especie de acción/reacción, si se realiza una acción que es considera como no “buena” por la sociedad, el resultado será la no aprobación del acto. Este encuentro con las cosas (relación hombre/mundo) va forjando el encuentro del hombre con sus pares (relación hombre/sociedad). En la convivencia del día a día con el otro le permite reflexionar sobre sus propias experiencias y las experiencias de los demás, al darse cuenta de lo que sucede a su alrededor sistematiza ciertas formas de conducta. El instinto del hombre por tener un semejante a su lado ha estado desde el comienzo mismo del ser humano, una necesidad incomprensible por ser comprendido y al mismo tiempo escuchado. Más que ser una simple una especie o simple materia llenando un espacio, el hombre tiene un concepto sobre sí mismo y sobre lo que le rodea y para él esa es su realidad, esa es su percepción del mundo. Cuando nos pensamos como individuos cada uno de nosotros tenemos nuestra propia idea de existencia, una idea concreta de quienes somos, pero la realidad es que el ser de cada hombre evoluciona en pensamiento conforme la misma humanidad.
Es justo aquí cuando se da cuenta que sus experiencias le pueden ayudar a responder los siguientes cuestionamientos: ¿Porque?, ¿Para qué?, ¿Cómo? y ¿Cuando?, preguntas que aun en nuestra actualidad siguen empujando al hombre a encontrar ese sentido.
No podemos escapar a nuestra condición natural, no podemos negar que somos cuerpo/alma. El cuerpo como ese instrumento material siente que refleja que pasa en el alma, por ejemplo la vivencia de esas emociones que son inmateriales pero que afectan o modifican la forma de actuar de los hombres. Si se está enojado hay un rechazo, o una actitud intranquila sobre cierta situación, si se está feliz hay una aceptación o aprobación a tal circunstancia. Estas afectaciones que tiene el hombre le permiten relacionarse con los demás de manera asertiva, en ciertos momentos encontrar este equilibrio le da sentido a lo que hace.
Adoptar una idea concreta que lo ayude a explicar o a entender que paso en su contexto (su mundo) también influye en el sentido que tiene la vida de una persona. Seguir una ideología para darle sentido a lo que se hace es necesario en algunos momentos de la vida, pero no cuestionarla, no ponerla aprueba puede ser un error. Quizás algo que nos ayuda a explicar este punto son las creencias, sin duda creer es fundamental en algún momento, pero aceptar una creencia como verdadera sin antes haberla puesta a prueba nos lleva a un error. Pero también hay que decir que las creencias tienen capacidad explicativa para algunos por ejemplo las creencias religiosas.
La idea de la existencia explica un aspecto sobre lo que es el “ser concreto” pero también el “ser ante una sociedad”. La imagen que tiene el hombre de sí mismo puede ser lo más importante que tenga en su realidad puesto que muestra la imagen de lo perfecto. Cada hombre tiene una esencia propia de su “ser” forjada al pasar del tiempo y la vida, esencia que distingue a cada individuo ya que este tiene una capacidad única para fabricar pensamientos e ideas propias de manera consciente generando con ella una filosofía propia de vida, una forma de ser que le da sentido a todo lo que hace. El sentido de la vida no es algo acabado, al contrario el hombre seguirá en búsqueda de su propio lugar y conocimiento de sí.
Bibliografía
Descartes. Rene. (2008). Discurso del método. México. Porrúa.
KIERKEGAARD, S. (1993) Diario íntimo. Barcelona, Planeta.